Páginas

2025/08/15

La radio chilena frente al espejo: entre la tradición y la necesidad urgente de reinventarse

 By: Rodolfo Varela 

La disminución de audiencia en la radio chilena no es un fenómeno repentino ni atribuible a una sola causa. Es el resultado de una combinación de factores que, si bien incluyen la falta de creatividad en algunos directores y programadores, tienen raíces mucho más profundas en los cambios culturales, tecnológicos y económicos de los últimos años.




Lo digo con conocimiento de causa. Llevo décadas en el medio de comunicación, habiendo trabajado emisoras históricas como Portales, Corporación, Yungay, Diego de Almeyda y como director de la cadena de emisoras del norte de Radio Corporación de Chile CB114. Soy un hombre de izquierda, consciente de las necesidades de la población y comprometido con la verdad de la información y el valor del entretenimiento. Y por eso me preocupa ver cómo la radio, un medio que ha sido clave en la historia del país, parece resignarse a su propio ocaso.

Un cambio de hábitos irreversible

La audiencia —sobre todo la más joven— ha migrado masivamente hacia plataformas digitales, redes sociales y servicios de streaming para informarse y entretenerse. La inmediatez, la personalización y la interactividad que ofrecen estos medios han dejado a la radio tradicional con menos oyentes y, en algunos casos, con un público envejecido que no garantiza el futuro del medio.

Concentración que empobrece la diversidad

En Chile, la propiedad de los medios se ha concentrado peligrosamente en pocas manos. Esto limita la pluralidad de voces, reduce la competencia creativa y asfixia a emisoras pequeñas o locales que antes eran vitales para reflejar las realidades de sus comunidades. El resultado es un paisaje radial más uniforme, menos arriesgado y con menor capacidad de innovar.

Publicidad en fuga

La publicidad —motor financiero histórico de la radio— se ha desplazado hacia las plataformas digitales. La inversión en redes y Google Ads supera con creces la destinada a la radio, poniendo en riesgo la sostenibilidad de muchas emisoras que, sin recursos, recortan programación, personal y producción, en lugar de invertir en su modernización.

Competencia feroz

Televisión, internet, podcasts y transmisiones en vivo vía redes sociales han fragmentado la audiencia. La radio ya no compite solo con otra radio, sino con cualquier creador de contenido que pueda llegar a un teléfono móvil.

El caso de Radio Nuevo Mundo: una advertencia

Radio Nuevo Mundo, histórica emisora de la Región Metropolitana, es un ejemplo que duele mencionar. Su valor histórico es incuestionable, pero su actual enfoque excesivamente político ha terminado por reducir su alcance. Tener una línea editorial definida no es un problema —todas las radios la tienen—, pero olvidar la dosificación entre contenido político y programación variada puede ser letal para la audiencia y, en consecuencia, para su viabilidad comercial. Sorprende, incluso, escuchar a un locutor de la propia emisora afirmar que “la radio no es nada en Chile”. Una declaración que revela más resignación que autocrítica, y que contradice el papel fundamental que la radio aún puede cumplir como formadora de opinión y puente con la comunidad.



            Edmundo Sotos                                                   Pepe Abad

Pablo Aguilera

Desafíos económicos y pandemia

La crisis económica, agravada por la pandemia, terminó de empujar a muchas emisoras a la cuerda floja. Cierres, fusiones y reducciones drásticas en la operación se han vuelto parte de un escenario en el que sobrevivir parece más importante que innovar.

Reinventarse o quedar en el olvido

La radio sigue siendo un medio con un potencial enorme, especialmente en emergencias, cobertura local y creación de comunidad. Pero necesita urgentemente modernizarse, diversificar contenidos, interactuar más con la audiencia y equilibrar su línea editorial para no alejar a oyentes potenciales.
El desafío es claro: o la radio chilena se reinventa cada día, o se convertirá en una reliquia que solo unos pocos recordarán con nostalgia.

Postdata personal:

Escribo estas líneas desde Brasil, donde vivo por fuerza mayor desde hace mas de medio siglo. Fui exonerado político, preso y torturado por la dictadura militar chilena. Mi exilio no me ha alejado del compromiso con la verdad, la comunicación y la cultura. Al contrario, me ha dado perspectiva para entender que los medios, cuando olvidan su papel de servicio público y se desconectan de su gente, pierden su razón de existir. Y la radio, si no quiere perder esa razón, debe volver a ser lo que siempre fue: la voz de su pueblo.