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2025/06/11

El derrumbe de La Roja y la responsabilidad de la ANFP

 Por : Rodolfo Varela


La eliminación de la Selección Chilena del Mundial de 2026 no debería sorprender a nadie. Lo que ocurrió en La Paz, con una derrota sin alma por 2-0 frente a Bolivia, fue simplemente la crónica de una muerte anunciada. 



Alexis Sánchez pide perdón tras la eliminación de Chile del Mundial 2026


Sin embargo, sería un error apuntar solo al rendimiento de los jugadores o a las decisiones técnicas. El verdadero responsable del derrumbe del fútbol chileno tiene nombre y sigla: la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP).

Tras el pitazo final, Alexis Sánchez —histórico capitán de La Roja— fue claro: “Todos fallamos. Tenemos que pedir perdón.” Pero en su autocrítica también hubo un llamado de atención a los dirigentes. Y es que el talento sigue existiendo, pero se ahoga en un mar de improvisación, opacidad y decisiones erráticas que nacen desde la cúpula misma del fútbol nacional.


El legado envenenado de la dirigencia


Desde los escándalos de corrupción que salieron a la luz con el caso de Sergio Jadue —expresidente de la ANFP hoy prófugo en Estados Unidos— el organismo no ha logrado sacudirse las sombras. Lo que parecía una era dorada, con títulos y contratos millonarios, terminó siendo una fachada. Investigaciones como las de CIPER Chile y el seguimiento crítico de LaRed.cl han puesto sobre la mesa las irregularidades que se siguen arrastrando hasta hoy.


La Red ha sido una de las pocas señales televisivas que ha tenido la valentía de denunciar de forma sistemática los abusos, manejos oscuros y falta de transparencia que dominan la ANFP. Su análisis no ha pasado desapercibido, especialmente tras esta nueva debacle deportiva, al poner el foco donde corresponde: en la gestión dirigencial.


Pese a las alertas, la cultura de la impunidad se mantuvo. En vez de profesionalizar la ANFP, se optó por mantener prácticas cupulares, donde los clubes votan en función de intereses particulares más que del bien común. Hoy, el desorden financiero y el desgobierno se traducen en una selección sin rumbo y en torneos locales que pierden calidad año tras año.


Un entrenador sin peso y un proyecto inexistente


El nombramiento de un entrenador sin experiencia ni ascendencia en el medio fue otro síntoma de la decadencia dirigencial. No se trató de una apuesta innovadora, sino de una improvisación disfrazada de renovación. La falta de un proyecto serio, con objetivos a corto, mediano y largo plazo, condenó a Chile desde el primer partido de las clasificatorias.


No hay renovación generacional si no hay planificación. No hay identidad de juego si no hay liderazgo. Y no hay futuro si la federación sigue manejada como un club privado, sin rendición de cuentas ni visión de país.


Los hinchas merecen respeto


Mientras los jugadores son los rostros visibles de la derrota, en las oficinas siguen operando los verdaderos responsables del colapso. Y los hinchas, los que llenan estadios, los que lloran las derrotas y celebran las pocas victorias que quedan, merecen más que explicaciones vacías: merecen una reestructuración completa del fútbol chileno.


Ya no basta con cambiar de técnico o convocar nuevos jugadores. Chile necesita una ANFP limpia, profesional y comprometida con el desarrollo del fútbol, no con sus negocios personales.


Fuentes consultadas:

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