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2022/07/15

Lo que hay detrás de la propuesta del Presidente Boric de elegir otra Convención si gana el Rechazo

 

El Presidente Boric sostuvo este viernes que en caso de que gane el Rechazo en el plebiscito constitucional se debe convocar a una nueva elección de convencionales.


El nuevo proceso se demoraría un año y medio más. Altos dirigentes del oficialismo confidenciaron a la prensa que la propuesta del presidente es una idea del ministro Giorgio Jackson para subirle el costo a la opción Rechazo, en la medida que alargaría el proceso otros 18 meses y existe un hastío en la ciudadanía. Desde la oposición dijeron que Boric se ponía en un escenario de victoria del Rechazo.


La sorpresiva propuesta de Boric. 


El Presidente Gabriel Boric dijo este viernes en el matinal de Chilevisión que si gana el Rechazo se debe convocar a una nueva elección de convencionales que redacten el texto de nueva Constitución. “Es legítimo apoyar cualquiera de las dos opciones, Apruebo o Rechazo, lo que tenemos que preguntarnos es qué va a pasar el día después. 


Chile votó de manera clara en un Plebiscito de que quiere una nueva Constitución, pero no votó solo eso, votó que quiere una nueva Constitución escrita por un organismo especialmente electo para ese fin”, dijo el Mandatario en el matinal Contigo en la Mañana de Chilevisión. “Nuestro deseo es que a partir del 4 de septiembre se inicie un camino de cambios y reformas”, agregó. “Por lo tanto, de ganar la alternativa Rechazo, lo que va a pasar es que vamos a tener que prolongar este proceso por un año y medio más, donde va a tener que discutirse todo de nuevo a partir de cero”.


Al ser consultado si eso implicaría una nueva votación para elegir convencionales, señaló: “Exactamente. Ese es el camino que decidió tomar Chile cuando votó el 25 de octubre en un Plebiscito por una nueva Constitución que sea redactada por un órgano 100% electo para ese fin”.


“Por lo tanto, de ganar la alternativa Rechazo, lo que va a pasar es que vamos a tener que prolongar este proceso por un año y medio más, donde va a tener que discutirse todo de nuevo a partir de cero”. “Tiene que haber un nuevo proceso constituyente”.


También se declaró favorable a hacer una serie de cambios en el texto constitucional, en lo que no hay consenso en sectores importantes de la base de apoyo de su gobierno, especialmente por parte del Partido Comunista.


“Una cosa es lo que haría yo personalmente, pero creo que esto tiene que ser una discusión más transversal. A mí me gustaría que tengamos un acuerdo amplio respecto a cosas que hay que modificar. Por ejemplo, el tema de sistemas de justicias, versus Poder Judicial”.
“No quiero hacer una lista de supermercado, quiero que quede absolutamente claro que los fondos de pensiones son inexpropiables. Desde mi perspectiva esta claro, pero he visto interpretaciones maliciosas”, opinó.


“Hay quienes desde mi perspectiva están interpretando de mala fe el texto y habiendo espacio a temores que la gente tiene sobre lo que va a pasar más adelante. Yo quiero que esos temores los despejemos”.


Una idea de Giorgio Jackson. Según altos dirigentes oficialistas, la idea manifestada por el presidente ya había sido esbozada en reuniones reservadas por el ministro Giorgio Jackson y es una iniciativa que tiene como objetivo subir el costo de votar Rechazo, en la medida en que la ciudadanía quedó hastiada del proceso constituyente y no vería con buenos ojos volver a repetirlo y mantener la incertidumbre durante 18 meses.


La sorpresiva propuesta de Boric ocurre en el momento en que las encuestas le dan una ventaja de más de 10 puntos al Rechazo.
“Espero que la apertura del presidente Boric a un triunfo del Rechazo sea genuína, lo valoro, pero si el proceso debe iniciarse desde cero la ciudadanía debe elegir el mecanismo para una nueva elección”, dijo la senadora Ximena Rincón (DC), quien se inclina por el Rechazo.


“Boric hace un acto de realismo, anticipando un escenario de derrota. Pero anticipar un mecanismo no es la forma, dado que se trata de un tema que debe ser conversado en el Parlamento”, dijo a su vez el senador Javier Macaya, presidente de la UDI. “Suponer que una nueva convención va a estar a la altura, demuestra que le falta mucho diálogo político y conversación para entender lo que ha ocurrido en este último año”.


Ni Perdón Ni Olvido Memoria y Resistencia

HISTORIA DE LA DICTADURA CIVIL-MILITAR DE CHILE

Los antecedentes del golpe del 11 de septiembre de 1973 estuvieron marcados por un intenso resurgimiento de la rivalidad política entre la derecha y la izquierda. En efecto, antes de 1973 Chile gozaba de un estatus de larga tradición democrática, a diferencia de otros países latinoamericanos, 2006). Sin embargo, luego del fin del gobierno populista del general Carlos Ibáñez del Campo (1952-1958), en menor escala que Juan Domingo Perón en Argentina o Getúlio Vargas en Brasil, las fuerzas políticas partidistas chilenas comenzaron a reagruparse. En el período de 1958 al golpe de 1973, tanto la derecha como el centro y la izquierda lograron poner en práctica sus respectivos modelos de gobierno y políticas económicas, completamente divergentes entre sí. Posteriormente, las presidencias de Jorge Alessandri (1958-1964), Eduardo Frei (1964-1970) y Salvador Allende (1970-1973), evidenciaron la polarización política chilena. Sin embargo, fue en el gobierno de izquierda del marxista Salvador Allende, en plena Guerra Fría y la Revolución Cubana, que los militares chilenos decidieron dejar de lado su neutralidad político-partidista e intervenir directamente en las instituciones del Estado democrático.


palacio moneda chile 1973
Bombardeo al Palacio de la Moneda de Chile, 1973.


Las elecciones de 1958, ganadas por el candidato independiente de derecha Jorge Alessandri, apoyado por los partidos Conservador y Liberal, marcaron el regreso de la derecha al poder en Chile después de casi dos décadas. Sin embargo, también marcó el crecimiento significativo de la izquierda, especialmente entre los trabajadores urbanos y rurales. La izquierda chilena estuvo representada en la candidatura de Salvador Allende por el “Frente de Acción Popular” (FRAP), que luego dio origen a la “Unidad Popular” (UP), una coalición de partidos y movimientos sociales de izquierda, incluido el Partido Popular. Partido Socialista (PS) y Partido Comunista de Chile (PCC). Después de 1959, la situación política de Chile despertó la atención de Estados Unidos (EE.UU.), que temía el surgimiento de una nueva Cuba en América Latina. La reforma agraria chilena comenzó de manera muy incipiente, aún durante el gobierno de Alessandri, bajo la presión de los EE.UU., en un intento de mitigar los conflictos y malestares en el campo. De todas formas, Jorge Alesssandri no pudo contener los avances de la izquierda, dado el aumento de la inflación, el desempleo y la dependencia del capital extranjero. Estados Unidos invirtió masivamente en Chile. Empresas y bancos estadounidenses eran sus principales acreedores, casi el 40% de las importaciones chilenas provenían de EE.UU., así como el 90% de los equipos para la minería del cobre, su principal actividad económica exportadora en ese momento.



A quebra da democracia resultou numa ditadura que deixou milhares de vítimas



Así, para las elecciones de 1964, Estados Unidos apoyó económicamente al candidato de centro-derecha Eduardo Frei, del Partido Demócrata Cristiano (PDC), que salió victorioso. Durante el gobierno demócrata cristiano, Chile recibió alrededor de mil millones de dólares en ayuda exterior de Estados Unidos, más que cualquier otro país latinoamericano. Bajo la promesa de realizar reformas estructurales, combatir la inflación y avanzar en la reforma agraria, el gobierno de Frei no logró quebrar la desconfianza de los empresarios y campesinos, alarmados por el avance de la redistribución de la tierra, ni logró insertarse efectivamente en el movimiento sindical y eliminar la influencia del FRAP en los trabajadores urbanos y rurales. Incluso con la llamada “chilenización” de las minas de cobre, una sociedad entre el Estado y empresas mineras privadas estadounidenses, el PDC no logró romper el dominio de los partidos de izquierda entre los sectores populares de la sociedad. El PDC fue presionado por ambos lados, la derecha trató de radicalizarse a través de grupos paramilitares, mientras se intensificaba el malestar social. En los años 1968 a 1970 se registraron más de 648 huelgas, sin contar las ocupaciones de fábricas y fincas.

En consecuencia, el resultado de las elecciones de 1970 fue la victoria de la izquierda, a través de la coalición “Unidad Popular” (UP). Salvador Allende llegó al poder con el 36% de los votos válidos, lo que en sí mismo no significó una radicalización del electorado. De hecho, el expresidente conservador Jorge Alessandri obtuvo el 34% de los votos. Allende no contó con la mayoría del Congreso Nacional para ratificar su plan de gobierno. De hecho, el Congreso solo permitió la toma de posesión de Allende tras imponer la firma de un “Estatuto de Garantías Democráticas”, exigiendo que se respete la Constitución Federal, las garantías políticas y civiles, la existencia de los partidos políticos, la libertad de prensa y la autonomía. Las fuerzas armadas. Aun así, la oposición más decidida contra Allende provino de organizaciones y conglomerados estadounidenses que operaban en el país. La “Compañía Internacional de Teléfonos y Telégrafos” (ITT) desembolsó sumas significativas para obligar a todas las alas del PDC a oponerse en el Congreso. La CIA, con el fin de crear un caos político, financió a grupos de extrema derecha para llevar a cabo el secuestro del entonces Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, el general leal y, por tanto, defensor de la Constitución, René Schneider, quien fue asesinado resistiendo la acción. Al mismo tiempo, la banca internacional y el empresariado nacional procedieron a la fuga de capitales e interrupción del crédito o financiamiento al Estado.

En medio de los “embargos” económicos en el exterior y la desconfianza del empresariado local y la pequeña burguesía, Salvador Allende anunció en su toma de posesión su disposición a negociar lo que sería el primer “gobierno auténticamente democrático, popular, nacional y revolucionario en la historia de Chile”. Si bien la derecha chilena trató de caracterizar al nuevo gobierno como autoritario, antidemocrático, comunista y subversivo, la UP, alianza política que agrupó diferentes corrientes de pensamiento de izquierda, sintetizadas en el llamado movimiento “Poder Popular”, destinado a poner en práctica su proyecto sin salirse de los límites constitucionales. Las reformas implementadas consistieron en un aumento general de los salarios; institución de control de precios y distribución, a través de los comités locales y las Juntas de Abastecimientos y Precios (JAP), que también aseguraban el suministro gratuito de leche a las familias con niños en edad escolar; la nacionalización efectiva de las minas de cobre; la nacionalización de más de ochenta empresas en sectores estratégicos, puestas bajo la tutela del Área de Propriedad Social (APS), con participación directa de los trabajadores; la reforma agraria, que avanzó más en un año de gobierno de la UP que en todo el gobierno del PDC, con la creación de cooperativas agropecuarias. Como resultado, las tasas de crecimiento del PIB alcanzaron el 7% y las tasas de desempleo por debajo del 3%. Sin embargo, la “revolución” de Allende avanzaba con extrema dificultad. La política de inversión social disparó el gasto público en un 66% más, el déficit fiscal casi se duplicó, llegando al 22% del PIB, combinado con la caída de las exportaciones de cobre, que fueron “boicoteadas” por los estadounidenses en el mercado internacional. Además, con la acción de los medios y opositores, prácticamente todas las medidas adoptadas por la UP se tornaron rápidamente en polémica. Por ejemplo, la reforma educativa, el proyecto Escuela Nacional Unificado (ENU), que por usar terminología marxista fue categóricamente rechazado por obispos de la Iglesia Católica y el Ejército, ya que podría interferir en escuelas privadas y colegios militares. En 1971 tuvo lugar la larga visita oficial a Chile del líder revolucionario cubano, Fidel Castro, que generó reacciones internacionales, principalmente de EE.UU.

Agotadas las fuentes de financiamiento externo, el Congreso Nacional bloqueaba cualquier intento de reforma fiscal y se interrumpían deliberadamente las inversiones del sector privado interno. Muchos asuntos gubernamentales, que antes se resolvían políticamente, entre el Poder Ejecutivo y los diputados, pasaron a ser judicializados, es decir, resueltos en el ámbito del Poder Judicial. Pronto, la inflación volvió a subir, el “comercio paralelo” de productos básicos y también el radicalismo de la derecha. Hubo constantes actos de sabotaje y amenazas de una “huelga de jefes”. De hecho, tuvo lugar en octubre de 1972 y pasó a ser conocido como el “paro de camioneros”. Esta huelga general fue convocada por dirigentes opositores del PDC, luego de negociaciones entre los camioneros, organizados en asociaciones de profesionales liberales llamadas “gremios”, con los empresarios. Otros sectores los siguieron de inmediato en la decisión de parar. En respuesta, grupos de trabajadores, partidarios del gobierno, se organizaron en los llamados “Cordones” y, frente al paro económico total, ocuparon unas 250 fábricas en un solo día. Pero la reacción llegó demasiado tarde, ya que el golpe creció entre los políticos civiles opuestos a la UP y entre los altos mandos militares. El derrocamiento del gobierno elegido democráticamente ya había comenzado.

En 1973 se autorizó a la CIA a gastar alrededor de ocho millones de dólares para derrocar a Allende. El entonces Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, General Carlos Prats, como leal, al igual que su antecesor René Schneider, se vio obligado a dimitir, al negarse a sumarse al golpe. Cuando el general traidor Augusto Pinochet tomó su lugar, las Fuerzas Armadas se levantaron. 




El 11 de septiembre de 1973 fue cercado y bombardeado el palacio presidencial de La Moneda. Sólo resistió la pequeña guardia personal de Allende. El “Grupo de Amigos Personales” (GAP), encargado de la seguridad del presidente, estaba integrado por simpatizantes y militantes del ala radical de la UP, y quienes no pudieron escapar al exilio tras el golpe terminaron muertos en la acción o bajo tortura inmediatamente después. Salvador Allende también fue asesinado por militares traidores a la patria, pero la versión oficial fue de suicidio.


El traido General Pinochet concentró el poder de las Fuerzas Armadas, siendo también jefe del Poder Ejecutivo de la Dictadura Cívico-Militar chilena. El régimen recién establecido pretendía acabar por completo con los movimientos políticos y sociales en Chile. Se suprimieron todos los partidos, tanto de derecha como de izquierda y de centro, este último, golpista. La participación civil en la dictadura se dio a través de empresarios tecnocráticos y economistas en el Consejo de Estado. Como en otros ejemplos latinoamericanos, la dictadura del traidor Pinochet buscó legitimarse a través de una política económica completamente nueva. En el caso chileno, los ideales neoliberales monetaristas de Milton Friedman, profesor de la Universidad de Chicago, recurrieron al autoritarismo para ser implementados. La combinación de estos factores llevó a Chile a ser un gran experimento de neoliberalismo económico en el siglo XX. Por lo tanto, la base principal de las presiones sociales, a ser eliminadas, residía en las tasas de inflación aún en torno al 300% entre 1974 y 1975. De esta forma, a partir de 1975, los “Chicago boys”, muchos de los cuales ya habían sido asesores en el gobierno conservador de Jorge Alessandri, pudieron aplicar su autodenominado “tratamiento de choque” a la economía chilena. El proyecto, encabezado por el ministro Sergio de Castro, consistía en la combinación de la libre acción de las fuerzas del mercado, la máxima austeridad en las cuentas públicas y la privatización radical.





Permitir que las “leyes” del libre mercado regulen los salarios, privatizando el sector público, para socavar el poder de negociación política de los sindicatos y así ahuyentar de una vez por todas el espectro del socialismo, ha alentado a las empresas locales y especialmente a los conglomerados internacionales. En los primeros tres años del dictadura militar del traidor Pinochet, Chile recibió más de US$300 millones en préstamos e inversiones del exterior, frente a los US$15 millones recibidos por el gobierno de Allende durante los tres años anteriores. Al mismo tiempo, las inversiones públicas se redujeron a la mitad, los salarios se devaluaron más del 60% y el desempleo aumentó un 15%. Las privatizaciones se realizaron en condiciones muy favorables para unos pocos conglomerados capaces de adquirir activos estatales. Se estima que, en 1978, sólo cinco conglomerados controlaban el 53% de todo el capital chileno. Asimismo, la reforma agraria sufrió importantes reveses. Ante la falta de acceso a crédito y asistencia técnica, los campesinos que trabajaban la tierra redistribuida tuvieron que venderla. Las tasas de gasto social per cápita, principalmente en salud, educación y seguridad social, se redujeron a las peores de toda América Latina. Los fondos de pensiones fueron transferidos a las arcas de las aseguradoras privadas, propiedad de los mismos conglomerados que concentraban la mayor parte de los ingresos. Aun así, el crecimiento medio anual del PIB no llegó al 1,5%, a pesar de que los datos fueron maquillados por la dictadura y las medidas aplicadas fueron desfavorables a las inversiones, estimulando sólo el capital especulativo.

Mientras que, por un lado, el Estado fue desmantelado bajo la tutela de los militares, por el otro, el régimen se consolidó a través de la violencia política contra los opositores. La dictadura del traidor Pinochet se hizo conocida como una de las más brutales y sangrienta de la historia latinoamericana. Solo en los primeros meses, más de 80.000 personas fueron detenidas por motivos políticos. La barbarie no perdonó ni siquiera a figuras de renombre internacional como el popular cantante Víctor Jara, quien fue golpeado en sesiones de tortura, le rompieron las manos y luego fue ejecutado en el Estadio Nacional de Chile, donde los presos políticos eran encarcelados y torturados a la espera de su ejecución. La policía secreta de Pinochet, denominada “Dirección de Inteligencia Nacional” (DINA), encabezada por el General Manuel Contreras, constituyó un aparato represor del Terrorismo de Estado con más de 9.000 agentes y una vasta red de informantes. En el marco de la “Operación Cóndor”, la DINA fue responsable de los asesinatos del General Carlos Prats y su esposa en Buenos Aires y también del ex canciller de Allende, Orlando Letelier, ocurrido en Washington (EE.UU.). Como resultado, debido a la presión de EE.UU., DINA acaba de cambiar su nombre a CNI. El general Contreras fue destituido, sin embargo, se mantuvo el funcionamiento del aparato represivo. Además, los gastos militares del genocida Pinochet fueron igualmente grandes. Para mantener la lealtad de los generales, Chile se convirtió, en 1980, en el país latinoamericano con mayor inversión en las Fuerzas Armadas, en torno al 6% del PIB.




Cualquier actividad partidista era prácticamente imposible durante la dictadura chilena. Los líderes de la UP fueron prácticamente desaparecidos o exiliados. Con la desindustrialización del país y la caída real de los salarios, el movimiento sindical quedó casi totalmente controlado y desarticulado. Aun así, la resistencia se dio principalmente a través de la clase obrera. Por ejemplo, los trabajadores del sector del cobre rechazaron a los líderes impuestos por la dictadura y se organizaron en paralelo. El “Comando Nacional de Trabajadores”, formado por dirigentes sindicales, en su mayoría desempleados, centró sus actividades en manifestaciones callejeras. Las poblaciónes de Santiago también fueron escenario de la reacción popular y se convirtieron en verdaderos campos de batalla. A finales de 1984, las fuerzas de seguridad organizaron incursiones represivas en los barrios pobres para sofocar los disturbios. También surgieron movimientos guerrilleros que vieron en la lucha armada la única solución para enfrentar al régimen dictatorial y construir el camino al socialismo. Entre ellos destacaba el “Movimiento de Izquierda Revolucionaria” (MIR), que se había radicalizado desde finales de la década de 1960. El dictador traidor Augusto Pinochet, sin embargo, sin éxito. Esta organización permaneció activa hasta después de la “transición democrática” y fue considerada una “organización terrorista” por EE.UU. El Movimiento Juvenil Lautaro (MAPU LAUTARO), con orígenes en la década de 1980, entre las alas de la izquierda cristiana, también se mantuvo activo tras el fin de la dictadura, hasta que su principal líder fue capturado y juzgado como “terrorista” en 1994. Otro importante polo de resistencia provino de la Iglesia católica, encabezada por el cardenal de Santiago. El cambio de posición de los máximos líderes de la Iglesia chilena, que inicialmente habían apoyado el golpe, se debió a la persecución de los líderes católicos vinculados al PDC. Desde entonces, la Iglesia ha denunciado constantemente las violaciones de los derechos humanos y ha encabezado movimientos populares por la “transición democrática”.





Sofocada la oposición, el régimen se legitimó con el apoyo de grandes conglomerados y sectores medios de la sociedad. Esta vez, Pinochet se sometió al escrutinio popular en 1980. Se convocó a plebiscito para aprobar una nueva Constitución Federal, cuyo texto incorporó el autoritarismo, institucionalizó la represión y otorgó poderes ilimitados al dictador. El Traidor Pinochet permanecería en el cargo por otros ocho años, con posibilidad de reelección. Esta Carta Magna, con algunas reformas, está vigente hasta el día de hoy. A pesar de esto, la severa crisis económica de 1982-1983 llevó al declive del régimen. El ministro “chico de Chicago” Sergio de Castro fue despedido y la inflación volvió a subir a niveles estratosféricos. El desempleo ya alcanzaba la proporción del 30% de la población activa y el PIB cayó más de un 14%. Ante la crisis provocada por el experimento neoliberal, que los militares atribuyeron a la recesión internacional, los partidos políticos volvieron progresivamente a la actividad política directa, luego de más de diez años de gobierno militar. En el centro se formó la “Alianza Democrática” (AD) y en la izquierda se formó el “Movimiento Democrático Popular” (MDP). El Partido Comunista, por su parte, rechazó cualquier coalición, ni abdicó de la resistencia armada. Tras el fallido atentado contra el dictador Pinochet en 1986, el temor a que la izquierda volviera al poder hizo que el control de la transición estuviera en manos del régimen.


En el plebiscito de 1988, El traidor Augusto Pinochet se lanzó como único candidato. El electorado chileno acudió masivamente a la elección, ante la atención internacional y la participación de observadores extranjeros. Los votantes deben decidir entre “Sí” y “No”. La opción de no continuar con el régimen ganó con el 55% de los votos. Sin embargo, los militares aún tendrían más de un año, hasta las elecciones presidenciales de 1989, para preparar su salida. Mientras tanto, se promulgaron decretos que imposibilitaron que un presidente civil controlara las Fuerzas Armadas e investigara los hechos cometidos durante el régimen. Incluso las principales campañas de oposición fueron por la reconciliación nacional y la moderación política. Patrício Aylwin del PDC, exsenador durante el régimen, asumió el cargo de presidente en 1990, manteniendo al traidor Augusto Pinochet como comandante en jefe de las Fuerzas Armadas. Al final de la Dictadura Cívico-Militar neoliberal, siete millones de chilenos se encontraban en la pobreza.


También en 1990, por orden del presidente electo, se estableció la “Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación”, también conocida como Comisión Rettig. El informe final de la Comisión, en 1991, encontró alrededor de 3.000 violaciones a los derechos humanos, sin señalar culpables. Luego, se creó la “Corporación Nacional de Reparación y Reconciliación” para promover la reparación de las víctimas. Las medidas más efectivas para la memoria y la justicia fueron impulsadas por el juicio al General Manuel Contreras, en 1993, en relación con el asesinato de Orlando Letelier. Posteriormente, el exdirigente de la DINA también fue juzgado por secuestros y asesinatos de opositores políticos y condenado en Argentina por el asesinato del general Carlos Prats. El caso de mayor repercusión fue la extradición del general traidor Augusto Pinochet, detenido en Londres en 1998 a petición del juez español Baltazar Garzón. Dos años después, en el 2000, el gencida Pinochet fue enviado de regreso a Chile, donde no pudo ser juzgado, dada su inimputabilidad, acreditada por razones de insania mental. En 2006, después de su muerte, multitudes salieron a las calles de Chile para celebrarlo. De todas formas, las investigaciones continuaron y, según el “Informe Anual de Derechos Humanos en Chile”, de la Universidad Diego Portales, hasta 2017 la Corte Suprema de Chile condenó a 532 agentes de la represión por casos de imprescriptibles violaciones de derechos humanos.




2022/07/13

Chile eleva bruscamente estimaciones de inflación en 2022; PIB creció 1,6%



El gobierno de Chile aumentó drásticamente sus estimaciones para la inflación del país en 2022 el martes, y dijo que ahora espera un aumento del 11,1%, frente al aumento del 8,9% visto en el pronóstico anterior.




El banco central de la nación ha estado elevando agresivamente las tasas de interés para contener el aumento de los precios al consumidor, pero los datos de la semana pasada mostraron que la inflación estaba en su nivel más alto desde 1994, y los economistas veían un panorama "preocupante".


Una presentación del ministro de Hacienda, Mario Marcel, también mostró que se espera que el producto interno bruto (PIB) de Chile crezca un 1,6% este año, ligeramente por encima de la estimación anterior de un crecimiento del 1,5%.


"No hay un cambio significativo en lo que respecta al PIB", dijo Marcel a una comisión del Congreso y agregó que se espera que el PIB del sector minero tenga una lectura negativa este año.


La devaluación de la moneda chilena y la inflación galopante están poniendo a prueba los sistemas económico y financiero del gigante andino del cobre y complicando los planes del presidente Gabriel Boric de aprobar un proyecto de ley de reforma tributaria para financiar ambiciosos programas sociales.


Las expectativas previas del gobierno se remontaban a mayo.


El país sudamericano, el mayor productor de cobre del mundo, también dijo el martes que se espera que el precio del metal rojo alcance los 4,19 dólares la libra en 2022, por debajo de su pronóstico anterior de 4,45 dólares.


"En la segunda mitad veremos una mayor debilidad en el consumo y la demanda", dijo.


Mientras tanto, se espera que la demanda interna crezca un 1,3 % en 2022, muy por encima de la estimación anterior de una caída del 1 % con respecto al año pasado.


Las proyecciones del gobierno surgen luego de que el Banco Central de Chile anunciara el mes pasado que la economía del país crecería entre un 1,5% y un 2,25% este año. Para 2023, el banco pronostica un rango entre no crecimiento y una contracción económica del 1%.


Chile proyecta ayuda a la población de 1.200 millones de dólares

El Gobierno de Chile presentará esta semana al Congreso un proyecto de ley que establece ayudas a la población por 1.200 millones de dólares.




El paquete contempla préstamos de hasta $3.200, divididos en cuatro cuotas, con tasa de interés
 cero

El presidente Gabriel Boric llamó al parlamento a tramitar rápidamente la iniciativa presupuestaria, que beneficiará a 7,5 millones de personas, dada la crisis económica del país y la llegada de la temporada invernal.


Sectores políticos vienen presionando al Ejecutivo desde hace varias semanas para que tome medidas especiales para atender a los grupos sociales de bajos ingresos, ante la creciente inflación, cuya tasa interanual es del 12,5%.


El incremento en el Índice de Precios al Consumidor (IPC) impactó directamente en alimentos y combustibles, productos altamente sensibles al consumo de los hogares.


La referida tasa de inflación anual nacional de 12,5% es la más alta entre los cuatro países sudamericanos más afectados por este flagelo, junto con Brasil, Paraguay y Colombia, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).


En el último año, el IPC registró su nivel más alto desde junio de 1994, período en el que los sectores de mayor incidencia fueron transporte (2,6 por ciento) y alimentos y bebidas no alcohólicas (1,2 por ciento).


Otros factores determinantes en el alza del IPC fueron la devaluación de la moneda local frente a las extranjeras, que este lunes igualó el dólar a mil pesos chilenos, junto con el alza en los precios de los combustibles, explicó el INE.


Según la fuente, el aumento de los precios seguirá aumentando, mientras que el mercado apunta a nuevas subidas de tipos de interés por parte del Banco Central, para controlar la escalada de la inflación.












2022/07/07

¿Por que los chilenos quiere una nueva Constitución?

Constitución heredada de la sangrienta dictadura excluye responsabilidad del Estado en las áreas de salud, educación y seguridad social.

Victoria popular en el plebiscito del 25 de octubre en Chile necesitará movilización para consolidar una socialdemocracia - Emergentes


Durante las protestas de 2019 que llevaron al referéndum realizado en Chile, una de las principales consignas de los manifestantes fue: “no son 30 pesos, son 30 años”. La frase resume una de las principales demandas de la población chilena: una nueva Constitución que garantice sus derechos sociales. Pero qué significa eso?

Para entender por qué más de 5 millones de chilenos votaron por una nueva Carta Magna, reemplazando al actual, heredado de la perversa dictadura del traidor Augusto Pinochet (1973-1990).


Principal legado de la nefasta dictadura: un neoliberalismo radical


La Constitución derrotada en el plebiscito instauró en Chile un modelo neoliberal considerado “ejemplar”. La Carta Magna de 1980, redactada por el colaborador legal del traido Pinochet, Jaime Guzmán, dejó fuera las garantías sociales de la mayoría de la población chilena, pues no incluyó en su texto el acceso universal y gratuito a la educación, la salud, la seguridad social, entre otros. otros.


A pesar de que el plebiscito de 1988 había derrotado al régimen dictatorial del traidor Pinochet, con elecciones y voto popular en 1990, no hubo cambio a la Constitución chilena ni la derogación de las leyes orgánicas de la sangrienta dictadura.


Con el modelo impuesto en la Constitución de 1980, la principal función del Estado chileno era garantizar el funcionamiento de las empresas, es decir, proteger la propiedad privada y el mercado financiero en detrimento de los derechos básicos de la población.


De esta manera, el país ha experimentado en los últimos años un creciente endeudamiento de los chilenos –como el endeudamiento de los estudiantes, los adultos mayores y la clase trabajadora en general, quienes, durante casi tres décadas, han pagado un alto precio para tener acceso a la universidades, sanidad y jubilación.


En Chile, el retiro es administrado por las AFP, con fondos que se invierten en inversiones financieras. Las primeras generaciones de chilenos en jubilarse a través del sistema se enfrentaron al valor de la jubilación por debajo del salario mínimo.



Las políticas neoliberales implementadas en el país, donde hasta las aguas son privatizadas, generaron una profunda desigualdad histórica en el período democrático. A su vez, el descontento de la población chilena provocó una respuesta en las calles durante el último año y también se expresó en las votaciones.


Observo cómo hubo una diferencia significativa de votos en los barrios y regiones más ricos de Chile. En Santiago, por ejemplo, en barrios de lujo como Lo Barnechea ganó el rechazo a una nueva Constitución, mientras que en los barrios y regiones más pobres ganó la aprobación con amplia mayoría. En los barrios medios ganó la aprobación de un proceso constituyente, pero con menor expresión que en los barrios populares


Represión


Además del abandono de las políticas públicas, la represión militar es otra de las características heredadas de la sangrienta dictadura chilena que continuó en el período democrático.


A mi juicio, la represión ejercida por Carabineros, la policía militar chilena, desde las protestas del año pasado, con miles de casos de violaciones a los derechos humanos, es también uno de los factores que llevó a la población a rechazar la Constitución vigente.


La reciente violencia militar ha dejado cientos de víctimas; alrededor de 450 personas perdieron la vista total o parcialmente por balas de goma y hay alrededor de 490 denuncias ante el Ministerio Público de víctimas de tortura, 112 de ellas por violencia sexual.


Esta acción violenta del Estado frente a las manifestaciones populares, según la investigación , persiguió tanto a los que vivieron el período militar como a los jóvenes que respondieron a la violencia en las calles, formando una alianza intergeneracional para que la represión no quedara sin respuesta.


Posibilidad de reformas estructurales


El proceso constituyente de la elaboración de la nueva Carta Magna chilena plantea la posibilidad de avances más profundos en la estructura de la sociedad chilena, algo bloqueado por la Constitución pinochetista, definida como “antinacional, antidemocrática y anti- popular”, tanto por su origen como por su contenido.


Aunque la constitución no es un fin en sí mismo, el apoyo popular a la nueva Constitución puede conducir a importantes reformas estructurales, siguiendo el ejemplo de la iniciativa de reforma de base emprendida por el gobierno de Salvador Allende.


El gobierno de Allende, derrocado en el golpe de Estado que llevó al poder al traidor Pinochet con el apoyo de Estados Unidos, buscó emprender una reforma agraria y urbana, educativa y de salud.







Desafíos


Mientras los chilenos celebran, con entusiasmo y alegría, la victoria popular conquistada, también comienzan a debatir cuáles son los obstáculos y desafíos para el apruebo de una Constitución que priorice los intereses de la mayoría de la población, es decir, de los casi el 80% de los chilenos que votaron por esta posibilidad.


Una de las dificultades, es la actual fragmentación partidaria de la izquierda chilena, con rupturas internas, sumada a la desconfianza política de diversos sectores sociales sobre el actual sistema de partidos.


Para ganar las banderas populares será necesario obtener una mayoría dentro de la Convención Constituyente, que fue integrada por 155 miembros elegidos en abril de 2021.


Así, uno de los principales desafíos será enfrentar la maquinaria electoral y mediática de la derecha y la creación de canales de representación popular, además de una movilización popular permanente para construir sus programas y presionar a los diputados para que sean aprobados como artículos de la nueva Constitución.



“El logro [de esta victoria] depende de la capacidad organizativa y el nivel de politización del debate en el próximo período, porque los procesos son guiados por las masas y su capacidad organizativa, y eso dirá lo que va a pasar”.


Banderas principales


En el marco del proceso constituyente, que se inicio tras el plebiscito y se extendio hasta mediados de 2022, la movilización popular se concentrará principalmente en tres banderas.


El primero de ellos, el fin del concepto de Estado subsidiario que rige en la Constitución vigente y el tránsito a una socialdemocracia, que garantice gratuitamente los derechos básicos de la población.


Una de las demandas será también la garantía de una democracia participativa y directa, con la creación de cabildos y decisiones a través de plebiscitos.


A terceira é a criação de um Estado plurinacional, na prática, com mecanismos de garantia da autonomia dos povos originários, como os povos mapuche, que historicamente luta pelo reconhecimento de seus territórios e de sua cultura, enfrentando a repressão militar e conflitos com o Estado hasta hoy.


Contexto Internacional

El triunfo de la aprobación de una nueva Constitución en Chile, representa una derrota del proyecto neoliberal que ha imperado en el país desde la dictadura, pasando por los 30 años de la etapa democrática.

En ese sentido, la victoria chilena puede considerarse un ejemplo de resistencia para los pueblos de países también vulnerables por las políticas de ajuste, como Ecuador, que también se rebeló contra las políticas impuestas por el FMI en octubre de 2019, y Brasil, donde El presidente y su ministro de Economía, Paulo Guedes, son admiradores del “laboratorio neoliberal” de Pinochet.


Campaña por la Constitución de Chile comienza con apoyo popular

Casi el 80% de los chilenos votó por crear una nueva constitución en 2020, para reemplazar el texto que aún pertenece a la sangrienta dictadura de Augusto Pinochet, que terminó en 1990, pero el apoyo a la propuesta lleva meses cayendo.


Presidente do Chile, Gabriel Boric


La campaña electoral para aprobar o rechazar la propuesta de nueva constitución de Chile comenzó oficialmente el miércoles, y figuras públicas y políticas clave comenzaron a elegir bandos en un momento en que el apoyo público se tambaleaba.


El presidente Gabriel Boric expresó su apoyo personal a la nueva Constitución y dijo que respaldará su ambiciosa agenda social y ambiental.


El actor chileno-estadounidense Pedro Pascal, de la serie "The Mandalorian", y quien apoyó a Boric durante las elecciones, publicó una foto en Twitter con la nueva Constitución, expresando su apoyo.

Pedro Pascal em cena de 'The Mandalorian' — Foto: Divulgação


Los políticos conservadores de Chile se opusieron al nuevo texto desde el principio, pero el expresidente socialista Ricardo Lagos asestó una derrota a la campaña el martes después de publicar una nota que decía que tanto la nueva constitución como la actual están lejos de tener el apoyo "de la gran mayoría de los ciudadanos". .


“Es un hecho tremendamente importante lo que le pasó a Lagos, cuando el apoyo a la propuesta ya estaba en decadencia”, dijo Kenneth Bunker, director de la consultora política Tresquintos. Bunker agrega que la posición de Lagos "abre la puerta para que se unan otras figuras de centro-izquierda".


La expresidenta y actual Alta Comisionada de Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, expresó anteriormente su apoyo, pero miembros de su gobierno, incluido el exministro de Finanzas, Andrés Velasco, se declararon en contra del nuevo texto el miércoles.


Casi el 80% de los chilenos votó por crear una nueva Constitución en 2020, para reemplazar el texto que aún pertenece a la sangrienta dictadura de Augusto Pinochet, que terminó en 1990, pero el apoyo a la propuesta lleva meses cayendo, en medio de controversias políticas en torno a la proceso.


2022/07/04

Nueva constitución viene a enterrar la herencia neoliberal de Pinochet, dice CUT Chile

Para Amalia Pereira, dirigente de la Central Unitaria de Trabajadores, el “yo apruebo” en el plebiscito del 4 de septiembre corresponde a la expectativa del levantamiento popular en el que se manifestaron millones por un Chile nuevo.



Luego de un año de intensos debates, la propuesta de Nueva Constitución será entregada al presidente de Chile, Gabriel Bo

ric, este lunes (4). En entrevista, la dirigente de la CUT Chile, Amalia Pereira, dice que la aprobación de la nueva constitución vendrá “para construir un nuevo país, que sepulte la herencia neoliberal del dictador y traidor Augusto Pinochet (1973-1990)”.


¿Qué importancia tiene la Nueva Constitución para el presente y futuro de Chile?


Ante todo, hay que reconocer que esta es una Nueva Constitución en derechos, que viene a derogar la Constitución de la dictadura de Pinochet, hecha por media docena de personas. Ahora tendremos una nueva Carta Magna basada en los derechos humanos y ambientales, en los derechos de todos y todas, de los pueblos originarios. Para ello fue importante la participación igualitaria de 155 trabajadores, intelectuales, siendo amplia en todo el sentido de la palabra.


Pero tenemos problemas desde hace mucho tiempo, abusos de desamparo y desprotección por parte del Estado: en salud, en educación, gravísimos en el ámbito ambiental y habitacional. Grandes empresas y poderes económicos se apropian de los territorios, terminan ocupando tierras y trayendo problemas a las comunidades. Esto lo tenemos con más fuerza en la fundición de la ciudad de Puchuncaví, en la región central de Valparaíso, donde han pasado más de 30 años y nadie se ha preocupado. Mientras tanto, niños, adultos y ancianos seguían muriendo y enfermando por la contaminación. Y no solo allí, sino en muchos lugares donde no se prestó atención al medio ambiente. Hubo la privatización del agua y somos el único país donde se vende agua, lo que agravó los graves problemas ambientales. Creemos que la Nueva Constitución viene a remediar esto.


Vale recordar que es una Constitución surgida tras un estallido social [levantamiento popular que se produjo con fuerza entre octubre de 2019 y marzo de 2020] en el que millones salieron a las calles por la construcción de un nuevo Chile. Después del levantamiento queremos educación gratuita, salud gratuita, vivienda y dignidad para nuestro pueblo.

Manifestación en Chile, en 2019, por una nueva Constitución


Creemos que desde el punto de vista interno de la Asamblea hubo algunos errores más de tipo administrativo, ya que desde el punto de vista de la jornada laboral todos los constituyentes trabajaron las 24 horas, de lunes a domingo, para hacernos todos los temas plenos. de derechos, como reivindicaba el conjunto de la sociedad en las grandes manifestaciones.



En relación al mundo del trabajo, ¿qué hay que resolver?


La dictadura nos quitó innumerables artículos del Código del Trabajo, tuvimos una Corte Constitucional que nos castigó en materia de derechos fundamentales, suprimió el diálogo social, el tripartismo, las relaciones empresa-trabajador-Estado. El estado punitivo empezó a dar más derechos a las empresas que a los propios trabajadores, que quedaron vulnerables. Nos debilita que nos coloquen lejos de la negociación colectiva, del derecho a la sindicalización automática ya la agrupación formal.


Todo esto lleva a un problema presentado en las últimas elecciones parlamentarias en las que la derecha hizo su bancada y el presidente Gabriel Boric no cuenta con el apoyo irrestricto que necesita para caminar. Entonces hay que andar con cuidado, porque la reacción sigue teniendo mucho poder, la derecha con el poder económico y mediático. La reacción también se aprovecha del descrédito de los partidos políticos, las Fuerzas Armadas, la Iglesia y todas las organizaciones más antiguas de nuestra sociedad.



Manifestación en Chile en 2020


Lo que pasó en el levantamiento tuvo un impacto muy fuerte en todos. Estamos ante un escenario complicado en todo el sentido de la palabra: político, social, administrativo. Y eso afecta al gobierno del camarada Boric. Vivimos un problema fiscal muy grave en el que los ricos pagan menos y nosotros, los pobres, pagamos más. Chile tiene una desigualdad muy grande. En relación a esto, en los gobiernos de los presidentes Salvador Allende y Michele Bachelet también hubo un intento de crear una Nueva Constitución, pero siempre hubo una oposición muy fuerte de la derecha, que es la que tiene el sentido más presente de clase. Buscan por todos los medios mantener sus privilegios.


Para cambiar esta realidad, la propuesta de la Nueva Constituyente será presentada el próximo lunes (4) y podremos iniciar la campaña para su aprobación el miércoles (6).

Los movimientos sociales van a pelear por Aprobación, pero la reacción tiene el control absoluto de los medios por el No. ¿Que hacer?

Vienen con fuerza. No será fácil revertir toda esta campaña que, subrepticiamente, ha ido impregnando, contaminando, involucrando con sus tentáculos a una parte de la sociedad. A esto se suma cómo los medios de comunicación se aprovechan de problemas como el narcotráfico, que afecta a nuestro país y aqueja a nuestra juventud, con personas asesinadas todos los días, tanto chilenos como extranjeros, ya sea en barrios populares o de mayor poder adquisitivo, y el creciente robo de vehículos. Todo esto se ha convertido en discurso, siendo mucha gente presa fácil de la derecha. Incluso problemas internos de la Constituyente -como el comportamiento de uno que tuvo que retirarse por mentir que tenía cáncer- que se repite hasta el agotamiento terminan influyendo en la conducta de los seres humanos. El objetivo es bajar la autoestima, vendiendo la imagen del chileno como siempre más de lo mismo, condenado a repetir errores.

Con la desinformación hay un control de las noticias, que no llega a todo el mundo. ¿Por qué queremos una Nueva Constitución, para qué sirve? ¿Por qué puede durar 50 o 100 años? Los poderes económicos tienen medios y recursos que pugnan por mantenernos presionados, coaccionados. Por eso es necesario salir a la calle a romper las ataduras.






Y esto aplica al discurso de este medio en cuanto a los intereses del capital financiero y de las empresas transnacionales, que se hace más evidente en el tema de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP).


Exactamente. Los que quieren que todo siga como está salen con el discurso de que la Nueva Constituyente perjudicará al país, para robar el dinero de las pensiones. Habrá un corralito como el de Argentina en 2001. Sembran la incertidumbre, el miedo y la cultura del terror: me quitarán la propiedad, me quitarán el auto, perderé la tierra, me expropiarán. Hay una manipulación psicológica para que la gente reaccione con miedo a todo esto. Es una verdadera película de terror.


De ahí la importancia de que los jóvenes acudan a las urnas. A nuestro favor está el hecho de que el voto tiene un carácter obligatorio y un gran poder en el voto femenino. Las mujeres han ido ocupando un espacio importante en el proceso, lo que ha marcado la diferencia.


¿Qué espera del referéndum?



Yo creo en la victoria del “Approve”. En el entendido de que este voto no es por mí, es por mis hijos, mis nietas, mis bisnietas. Pero la disputa es difícil porque los avances concretos no ganan espacio, no se publicitan mucho, como hacen los grandes medios cuando se trata de sus intereses, simplemente no se informa. Por el contrario, la derecha miente de manera incisiva, categórica e irreversible según sus intereses.


Por eso hay mucha gente que puede no querer votar, diciendo que va a ser más de lo mismo, y eso nos preocupa. Hay un discurso mediático de que el reconocimiento de derechos aumentará el desempleo, cuando ocurre lo contrario. A esto se suma que los medios son poderosos y están en manos de pocas familias [hay duopolio con El Mercurio Sociedade Anónima Periodística (SAP) y Consorcio Periodístico de Chile (COPESA) más del 84% de la publicidad del sector ], en connivencia con empresas transnacionales.


Mucha gente todavía no sabe que tiene que ir a votar el 4 de septiembre o no tiene la dimensión de la vigencia de la Nueva Constitución. La dictadura de Pinochet nos dejó el virus del neoliberalismo y nos está costando caro expulsarlo.


Lamentablemente, los medios de comunicación buscan impregnar masivamente una situación conformista, contra la cual estamos luchando fuertemente. De ahí nuestra lucha contra el divisionismo y la fragmentación, para que no seamos presa fácil, para que no quedemos invisibles, durante cuatro años, como en el último gobierno de Sebastián Piñera (2018-2022). Desde el punto de vista de las centrales sindicales, necesitamos buscar la unidad, necesitamos estar unidos en un punto de convergencia, en un punto común.


El principio que tendremos ahora es la Nueva Constitución, la construcción de un Estado social, democrático, igualitario, participativo, que se preocupe por los pueblos originarios, por el ciudadano sujeto de derechos, que invierta en ciencia y tecnología, por el futuro de todos y todas. Creemos que el Aprova va a ganar porque lo pide el pueblo, porque es una demanda de nuestro pueblo.

Leonardo Wexell Severo
Periodista y analista internacional

MEMORIAS: CLASES EN CINE SALVADOR ALLENDE, UN POLÍTICO DIGNO

Documentales-Cine: Salvador Allende y Allende en su laberinto

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El 8 de septiembre de cada año es el Día Internacional de la Alfabetización. En la época del gobierno chileno de Salvador Allende, uno de los políticos más dignos del mundo y de la historia, se desarrollaba en Chile un hermoso proyecto cultural, así como de alfabetización del pueblo, en especial de los trabajadores. Por eso creo que Allende es una gran figura de la humanidad, apta para el tema de la conmemoración, que incluyo como el número 10 de la serie que comencé con Sócrates. Precisamente, el 11 de septiembre marca el 49 aniversario del terrible golpe militar fascista que, con el apoyo de EE.UU. y su desastrosa CIA, inició el traidor general Augusto Pinochet en Chile.


Cuando el gobierno democrático de la Unidad Popular fue derrocado por Salvador Allende, político que considero uno de los más dignos de la historia de la humanidad, se inició una de las etapas más oscuras en la historia del país, con una feroz e infame represión, muy similar a la que tuvo lugar en España en 1936. La cantidad de asesinatos, desapariciones y represalias es espantosa. Los más afortunados escaparon al exilio durante años. La dictadura de Pinochet, con ataques diarios a los derechos humanos de los ciudadanos, duró de 1973 a 1990, un total de diecisiete años. En este momento quiero recordar a un dignísimo político llamado Salvador Allende, a quien todos llamaban “Companheiro Presidente” y en especial los trabajadores chilenos.


En la hermosa ciudad chilena de Valparaíso, el 26 de junio de 1908, Laura Gosséns Uribe da a luz a un bebé que llevará el nombre de su padre. Con gran alegría, el abogado Salvador Allende Castro, hijo de gallega y marido de Laura, da la bienvenida a este niño. Sin pensar que en el futuro sería un gran político. En 2008 celebramos el centenario del nacimiento del que considero uno de los políticos más dignos de la historia, si no qué más. Porque Salvador Allende reúne todas las cualidades que el filósofo Platón pedía en un político. Bondad, rectitud, sabiduría, respeto por los opuestos, sentido del honor y del deber, antisectarismo, altruismo, amor por el pueblo y la ciudadanía, aprecio por el trabajo de los niños y las mujeres, ideas claras sobre la educación, sobre la salud, sobre los derechos humanos, sobre la derechos de los pueblos, antiimperialista y, entre otros, magistral orador, defensor de la verdad y de los trabajadores. Cualidades que son casi imposibles de encontrar en cualquiera de los políticos de hoy en el mundo.


La infancia de Salvador transcurrió en las localidades de Tacna, Iquique y Valdivia, regresando a su ciudad natal en 1921. Cuatro años después terminó la secundaria, iniciando sus estudios de medicina en la Universidad de Santiago de Chile en 1926. Excelente estudiante, también fue líder estudiantil y, por tanto, tuvo problemas para obtener el título en 1931. En el campo político Allende fue uno de los que apoyó el movimiento a favor de la República Socialista en su país, ingresando por primera vez en prisión por este motivo en 1932. Cuando fundando en 1933 el Partido Socialista de Chile, Allende es elegido secretario de la región de Valparaíso, y, en 1936, presidente provincial del Frente Popular de la misma plaza. En 1937, como diputado por el PS, inició su carrera parlamentaria. De 1938 a 1940 ocupó el cargo de Ministro de Salud en el gobierno de Pedro Aguirre. En 1943 es elegido secretario general del PS y dos años más tarde senador. Impulsa diversas leyes (salud pública, seguridad social, protección de la infancia…). Durante varias legislaturas es candidato a presidente de Chile. En septiembre de 1970, como candidato de la Unidad Popular, obtuvo la mayoría relativa, siendo ratificado como presidente electo el 26 de octubre, asumiendo la presidencia de la República el 4 de noviembre.


Las reformas necesarias y urgentes en Chile comienzan con su gobierno. Primero la agraria, luego la nacionalización de bancos y empresas, la distribución de un litro de leche diario para cada bebé, la reforma educativa y cultural, que fueron tan importantes. Pero eso la oligarquía interna y el imperialismo yanqui no lo podían permitir. Lo que pasó después, mis lectores ya lo saben. El derrocamiento de su gobierno mediante un golpe de Estado fascista encabezado por el traidor Pinochet, se produjo el 11 de septiembre de 1973. Afortunadamente, hoy Chile vuelve a tener una democracia, presidida por Michelle Bachele, cuyo padre fue una de las víctimas. de la dictadura. Tal como había predicho Allende, antes de morir, en su emotivo último discurso: “Otra vez se abrirán las grandes avenidas por donde pasa el hombre libre”. Toda la gente buena y generosa de Chile apreció a Allende llamándolo cariñosamente “Presidente compañero”, como mencioné anteriormente. Y cuando a su madre Laura le preguntaron si su hijo iba a ser un buen presidente, respondió que “si era un buen hijo, hay que ser un buen presidente”.



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Durante su lamentablemente breve gobierno, en Chile se llevaron a cabo multitud de iniciativas positivas. El famoso tren o tren de la cultura que llevó la música, el teatro, los murales a todos los pueblos… en una especie de misión pedagógica como la nuestra en la Segunda República. La labor cultural y educativa de los universitarios durante sus vacaciones de verano, recorriendo el país de norte a sur. El florecimiento de todas las artes y artes populares. El cine y la nueva canción chilena. Víctor Jara, Quilapayún, Inti-Illimani, Violeta Parra, Patrício Guzmán, Miguel Littin, Aldo Francia, Hélvio Soto… son nombres de cineastas, músicos, cantantes y compositores que tengo en la memoria y el corazón. También tengo ese documental de nuestro compatriota Carlos Velo, titulado “Universidad comprometida”, en el que se recoge el hermoso discurso pronunciado por Allende durante su visita a la universidad mexicana. Y al que dediqué un artículo de la serie “As Aulas no Cinema” del 27 de febrero de 2013. Todos los discursos de Salvador Allende son obras de arte oratorio. No tienen desperdicio.



FICHAS TÉCNICAS DE PELÍCULAS DOCUMENTALES:


1. Salvador Allende.


Dirección y Guión: Patrício Guzmán (Chile, 2004, 100 min., color).

  

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Fotografía: Patricio Guzmán y Júlia Muñoz. Música: Jorge Arriaga.


Productores: Coproducción de Chile, Francia, Bélgica, Alemania, España y México.


Ponentes: Salvador Allende, Patricio Guzmán, Jacques Bidou, Alejandro Gonzáles, Ema Malig, Sergio Vuskovic, Isabel Allende Bussi, Ernesto Salamanca, Carmen Paz, Claudina Nuñez, Volodia Teitelboim y Carlos Pino.


Argumento: El documental sigue la vida de Allende desde su infancia en Valparaíso hasta su muerte el 11 de septiembre de 1973 tras el golpe de Estado militar y fascista, apoyado por Kissinger y la CIA estadounidense, a través de documentos de archivo, álbumes de fotos y entrevistas.

Fotografia: Patrício Guzmán e Júlia Muñoz. Música: Jorge Arriagada


2. Allende en su laberinto (Allende en su laberinto).

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Dirección y Guión: Miguel Littin (Chile, 2014, 90 min., color).

Fotografía: Cristián Petit-Laurent.

Productores: Zetra Films (Chile) y La Taguara Film (Venezuela).

Ponentes: Daniel Muñoz, Aline Küppenheim, Horacio Videla, Juvel Vielma, Gustavo Camacho y Roque Valero.

Argumento: Una mirada ficticia, basada en datos reales, sobre lo ocurrido en el interior del “Palacio de la Moneda”, en Santiago de Chile, el 11 de septiembre de 1973, durante estas últimas horas en la vida del presidente Salvador Allende, el día de la golpe de Estado que cambió la historia del país y de toda América Latina.


EDUCACIÓN Y CULTURA CON EL GOBIERNO DE ALLENDE:


Durante el corto período que duró el presidente chileno Salvador Allende, de la Unidad Popular, las artes, las letras, la cultura y la educación florecieron en el hermoso país andino. En el mundo de la cultura han surgido multitud de grupos artísticos, relacionados con la música, el cine y la pintura. Hubo gran efervescencia y entusiasmo. Los estudiantes universitarios trabajaron como voluntarios durante sus vacaciones, recorriendo el país y organizando campañas de alfabetización entre los trabajadores y en el campo con los campesinos. En el mundo rural, los pobladores y campesinos eran culturalmente dinámicos. La educación en todos los niveles educativos se perfeccionaba día a día, con planes de estudio dinámicos y modernos. Tuvimos la oportunidad de participar en cursos sobre pedagogía chilena actual, coordinados por Pablo Berchenko. De lo que pudimos conocer los modelos educativos de ese período.




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También a nivel cultural, hubo un gran auge de la nueva canción, las artes y el voluntariado chileno. Por el entusiasmo de los participantes del nuevo movimiento cultural, por la implicación del pueblo, por el florecimiento de todas las artes, por las nuevas músicas y canciones populares, por el nuevo cine, por el trabajo amoroso y gracioso de los jóvenes y Para los intelectuales, el aspecto cultural en Chile durante los tres años de gobierno de la Unidad Popular merecería un capítulo aparte. Tema que nos recuerda mucho a las “Misiones Pedagógicas” de nuestra 2ª República. Um comboio da cultura percorria de norte a sul o lindo país que é Chile, levava a todos os povos a música dos Calchakis, os Quilapayún e Inti-Illimani, as brigadas muralistas de Ramona Parra e Inti Peredo, o ballet nacional, o teatro e el cine. Todavía recordamos, no sin nostalgia, a Aldo Fráncia con sus películas Valparaíso Meu Amor y Não Basta con Rezar. Miguel Littin con El Chacal de Nahueltoro y Actos de Marúsia. Hélvio Soto con Bloody Caliche. Patricio Guzmám con las dos partes de La Batalla de Chile. Y hasta el cubano Humberto Solás con su hermosa película Cantata de Chile. De todos ellos hay copias en mi biblioteca y filmoteca particular, y fueron proyectados en su día por el Cine Clube “Padre Feijóo” de Ourense, que tuve el honor de dirigir durante más de treinta años desde 1972. En el documental realizado por el gallego Carlos Velo, cuando estaba exiliado en México, y del que ya he hablado, titulado Universidad Compromiso, se recogen fragmentos bellísimos del discurso que Allende pronunció ante los alumnos de la Universidad mexicana de Guadalajara. También hay un hermoso documental, titulado Santa María de Iquique, dirigido por Lorenzo Soler, en el que se recogen los hechos sonados y la represión contra el pueblo trabajador de Iquique.


El último discurso de Allende, pronunciado poco antes de su muerte, desde las ondas de Rádio Magalhanes, es verdaderamente un modelo. Es un indicador del valor humano de quienes lo pronuncian, de su dignidad e integridad. El “Presidente compañero” no se olvidó de los intelectuales, estudiantes, trabajadores, jóvenes, niños y la mujer chilena. Me refiero a los buenos y generosos ciudadanos de Chile. Confieso, sin sonrojarme, que me emociono profundamente cada vez que la escucho. Porque hay registro del mismo, y también de otros de sus hermosos discursos.


ALLENDE EN SUS PALABRAS:




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Sobre el pensamiento político, social y educativo de Allende, es preferible que hable con sus propias palabras. En innumerables intervenciones pronunciadas en múltiples foros, con su cálido y profundo discurso, Allende siempre demostró su dignidad defendiendo la verdad, la bondad y el respeto. Su destacado amor por los niños, su aprecio por los jóvenes, su alta consideración por las mujeres, su decidido apoyo a los trabajadores, campesinos e indígenas (como los mapuche, por ejemplo), su alto valor por la profesión de maestros y médicos, su alto respeto por la cultura, especialmente la cultura popular, y su sagrado respeto por la libertad de expresión y la Constitución chilena. Muchas veces en contra de sus compañeros de partido y siempre defendiendo la vía autónoma chilena, sin injerencias de países extranjeros.


Aquí hay una lista de frases célebres que dijo sobre mujeres, jóvenes y niños:


-“¿Por qué recordar aquí que llegan muchos niños a la escuela que no sabían de papel, lápices de colores, juegos didácticos? (…) ¿Cuántos niños llegan a la escuela sin haber tenido la sensación de un hogar, de un hogar? Los niños cuyos padres no pueden satisfacer sus demandas mínimas (…), llegan hambrientos a las escuelas deterioradas, donde el maestro trata en vano de aprender de los niños que no pueden retener porque su memoria es inferior a la de los demás, de los que fueron alimentados habitualmente”.


-“Entendemos al educador como trabajador social y agente consciente y preparado para los grandes cambios, especialmente en las comunidades más deprimidas, donde la superación social y familiar es condición para una eficaz labor pedagógica”.


-“Quiero decirte que tengo confianza en el hombre, aunque en el hombre humanizado, el hombre fraterno y no el hombre que vive de la explotación de los demás”.


-“Para nosotros toda sociedad debe ser una escuela, y la escuela debe ser parte integral de esa gran escuela que debe ser la sociedad (…), porque pensamos en una escuela abierta, plenamente integrada en los procesos que preocupan e interesan a los comunidad".


-“Porque no hay revolución sin la presencia de la mujer colaborando con este proceso de cambio y aportando su dulzura y firmeza, su decisión y su capacidad creativa (…). Una mujer siempre responde a las necesidades del proceso social cuando participa conscientemente”.


-“Jóvenes de Chile: ¡Estudien, prepárense, sean buenos técnicos, (…), tamicen ideas y principios generales, para hacer de ellos una receta justa frente a nuestra propia realidad! ¡Háganse una asamblea de ideas dinámica y permanente, al margen de la violencia! Nunca rechaces al oponente, solo porque piensas diferente”.


-“Por eso hay que combatir el dogmatismo, el sectarismo; la lucha ideológica debe llevarse a niveles superiores, aunque la discusión para aclarar, no para imponer determinadas posiciones”.


-“La juventud no puede ser sectaria y debe entender que marxistas, laicos y cristianos pueden convivir, y que se debe respetar el pensamiento cristiano al interpretar la palabra de Cristo, que echó del templo a los cambistas (…). El maestro de Galilea estaba a favor de los humildes. Y hay muchos cristianos honestos”.


-“No hay dogmatismo, sectarismo, tendencia hegemónica. Respeto, compañerismo, aprecio, diálogo con jóvenes de otros partidos y movimientos que integran la Unidad Popular”.




TEMAS PARA REFLEXIONAR Y HACER:


Utilizando la técnica Cine-forum, analice y debata la forma y el trasfondo de los documentales reseñados anteriormente, realizados respectivamente por Patrício Guzmán y Miguel Littin.


Organizamos en nuestros establecimientos educativos una muestra-exposición monográfica dedicada a Salvador Allende, su obra de gobierno, su pensamiento, su vida y su obra. En el mismo, además de diversas obras de escolares, incluiremos dibujos, fotografías, murales, frases, textos, leyendas, libros y monografías. Completaremos el mismo con una sección dedicada a Chile, y en particular al período de la Unidad Popular, y la situación actual del país, con el gobierno de Michelle Bachelet.


Como son realmente maravillosos, podemos elegir algunos de los célebres discursos de Allende, que se encuentran casi todos en cassette o disco. Después de decidirnos por uno, lo escuchamos, alumnos y profesores, y luego organizamos un debate, para opinar sobre las ideas y pensamientos expresados ​​por Allende en él.

Por José Paz Rodrigues a 6 de setembro de 2017