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2022/03/14

La última decisión de Salvador Allende.


A continuación se presenta la cronología del último día de vida del presidente de Chile, Salvador Allende.

El director chileno Patricio Henríquez retrata las últimas horas del presidente Salvador Allende antes de que las Fuerzas Armadas de Chile, dirigidas por el general Traidor Augusto Pinochet, bombardearan el Palacio de la Moneda el 11 de septiembre de 1973, concretando el golpe de Estado que daría lugar a una larga y sangrienta dictadura. Cerca de un nuevo aniversario de esa nefasta fecha, este documental ayuda a no olvidar.







6:20 am Suena el teléfono en la residencia presidencial de la calle Tomás Moro. Alertan al presidente Salvador Allende que la Armada se ha amotinado en el puerto de Valparaíso.


Tras colgar, Allende alerta a su seguridad y sale del Palacio Presidencial de La Moneda en el centro de Santiago. Luego de meses de tensión, ese martes 11 de septiembre de 1973, las Fuerzas Armadas finalmente se levantaron para derribarlo.


En el principal cuartel del país, sin embargo, la actividad comenzó poco después de la medianoche: las tripulaciones de los tanques encendieron los motores de los tanques, los pilotos escucharon los informes de vuelo y los generales hicieron las últimas llamadas para verificar la subordinación de las tropas.


Camino a La Moneda, Allende entiende que el golpe se adelantó para impedirle concretar su proyecto de convocar a un plebiscito, en un esfuerzo desesperado por salvar al gobierno de la Unidad Popular (UP). Con mil días en el poder, la coalición de izquierda moría, tras un agotador enfrentamiento con la oposición, formada por la derecha y la democracia cristiana.


El enfrentamiento comenzó el día de su victoria electoral, el 4 de septiembre de 1970, cuando prometió una revolución socialista 'a la chilena', a lo que Estados Unidos opuso la amenaza del surgimiento de una 'segunda Cuba'.


7:30 am Allende ingresa al Palacio de La Moneda, empuñando el fusil AK-47 que le había obsequiado el líder cubano Fidel Castro, y con la convicción de que no lo sacarían con vida del edificio.


De traje y corbata, Allende organiza inmediatamente la resistencia y entrega armas a los colaboradores que decidieron quedarse a su lado, un grupo de poco más de 40 personas, entre ministros, amigos y su seguridad privada.


En otra parte de Santiago opera el Estado Mayor de la rebelión, integrado por los comandantes de las tres fuerzas militares: el general Augusto Pinochet, el almirante José Toribio Merino y el general de la Fuerza Aérea Gustavo Leigh, además del jefe de la Policía, César Mendoza.


8:30 am Se emite el primer comunicado del golpe, en el que se exige la rendición de Allende, se ordena a la gente permanecer en sus casas y se ordena a la prensa 'adicta a la UP' a suspender sus actividades, a riesgo de recibir ' castigos aéreos y terrestres'.


Dentro del palacio presidencial, Allende se mantiene sereno y decidido.


'Era una mezcla muy fuerte y curiosa. Es difícil ver a una persona que, al mismo tiempo, tuviera este grado de serenidad y una decisión tan clara: enseguida empezó a organizar a la gente', que lo acompañó ese día.


“Habló con sus asesores, secretarios, ministros y ayudantes, diciéndoles que se fueran de palacio, que no quería muertes innecesarias y que era importante dar cuenta de lo que estaba pasando”.






La Memoria Y Los Derechos Humanos

Llegando al museo y, aún fuera, al contemplar esa robusta construcción, tenemos la impresión de llegar a un lugar insólito. Y, debo decir, la emoción es definitivamente única, tratemos de transmitirla al menos en partes a continuación... La sensación fue como "tendremos que escribir sobre esto algún día", y aquí estamos.


Frases de Salvador Allende - ¡Trabajadores de mi Patria!: Tengo fe en Chile y en su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo donde la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, se abrirán de nuevo las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor. ¡Viva Chile!, ¡viva el pueblo!, ¡vivan los trabajadores!


Bajamos por una larga rampa y justo en el vestíbulo de entrada nos encontramos con la frase escrita por la expresidenta Bachelet grabada en la pared, lo que nos da aún más certeza de que este no será 'un museo más'. La frase es “No podemos cambiar nuestro pasado; Sólo nos corresponde a nosotros aprender de lo que hemos vivido. Esta es nuestra responsabilidad y nuestro desafío”


Profundizando en el museo, se comienza a contar la historia en un pequeño espacio dedicado a algunas historias de víctimas de la dictadura a través de fragmentos, fotos, recuerdos que les pertenecieron y llegaron al museo a través de donaciones privadas. Más adelante en el museo, una sesión titulada Ausencia y memoria también aborda el tema de los muertos y desaparecidos.

óculos - Museo de la Memoria y los Derechos Humanos (V.2, N.8, P.1, 2019)

A partir de entonces, el Archivo del Museo de la Memoria nos transporta al pasado chileno, y nos enfrentamos al antes, durante y después de la alta traición del dictador Augusto Pinochet hacia el entonces presidente Salvador Allende (muy recordado por su impactante gafas), que tuvo lugar un 11-S muy triste (hay una parte digital de la exposición).


Los momentos anteriores incluyen la dificultad de Allende para cumplir algunas promesas de campaña y los paros (que es lo mismo que una huelga, con la diferencia de que quienes se organizan son los dueños y no los trabajadores) que tuvieron la primera vuelta en 1972, y fueron organizados por el neofascista Vilarín y financiado por la CIA. Estos contaron con la amplia participación de los camioneros para generar desabastecimiento, que además de desestabilizar la economía de Chile, sirvieron de ensayo para el golpe de Estado de 1973, abordado en la sesión Fin del Estado de Derecho y posteriormente, el sufrimiento que genera en Represión y Tortura y Dolor Infantil. La historia también cuenta que los conservadores sólo detendrían sus ataques al gobierno con el fin de las ideas de Allende, que para beneficiar a la población, terminó dando menos ganancias a los empresarios. Así, organizan un segundo gran paro patronal en 1973 hasta garantizar que les devuelvan el poder, o que se termine el golpe, si es necesario, con el asesinato del presidente electo.

discurso Allende - Museo de la Memoria y los Derechos Humanos (V.2, N.8, P.1, 2019)

 

Luego de 26 días en este impasse, y Allende advirtió que solo saldría con vida si renunciaba, hace un melancólico último discurso subrayando que: “La historia es nuestra y la hace el pueblo” antes de ser fusilado en el Palacio de la Moneda.
(último discurso de Allende).


La idea puesta en esta frase es muy emblemática para toda la humanidad y ya estaba en el centro de la discusión sobre la forma de pensar y registrar la historia, al menos desde el final de la segunda guerra mundial.


De esta forma, los deseos y necesidades de las personas son los personajes que cuentan la historia en este museo. En la sesión Demanda de Verdad y Justicia, la colección aborda la memoria de un pueblo, o la memoria colectiva en un intento de hacerla honesta con la realidad. La memoria colectiva puede estar mal aprendida o, como diría Ricoeur, puede existir en forma de recuerdos traumáticos (recuerdos obstaculizados o manipulados, o incluso forzados), que pueden ser mentira según cómo se lleve a cabo.


Para entender mejor, pensemos en Brasil, por ejemplo, cuando al final de la dictadura (presidente Figueiredo) se produjo la "construcción consensuada de la historia" y, como consecuencia, la Ley de Amnistía (que borró los crímenes entre agentes políticos y militares). de 1961 a 1979). Hay que relacionarlos con dos puntos muy importantes, siendo el primero que, si el tema de la dictadura no es pensado y escrito por toda la población con igual fuerza, no hay consenso (después de todo, es difícil llegar a un consenso positivo para todos los lados cuando uno entra con la cabeza y el otro el fusil). Y la segunda, que si esta historia no se transmite de forma natural en forma de cultura, no será una memoria sana, también es una memoria traumática y puede no ser significativa para el aprendizaje colectivo, y puede ser reescrita o alterada por adversidades. fuerzas politicas. “Además, cuando el hecho es importante, se habla de él, y lo que se dice de él se va transformando, en el complejo juego de la memoria y el olvido. Tales modificaciones siguen revelando, para nosotros, estas fuerzas oscuras que actúan sobre la memoria a lo largo de las generaciones”.


Finalmente, en este sentido, Chile realizó tres importantes relevamientos de la historia de su dictadura, discutidos en Memorias y Comisiones de la Verdad (Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación (CNVR) de 1991, Corporación Nacional de Reparación y Reconciliación (CNRR) de 1996 y Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura (CNPPT) de 2004), y creó el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos para que el derecho colectivo sobre la elaboración y mantenimiento de la historia, preservando en lo posible la verdad histórica bien elaborada y libre de oscuros intereses. Un ejemplo de este respeto a la historia es que en Chile se debate actualmente un proyecto de ley que pretende condenar con hasta tres años de prisión a quien niegue o menosprecie los crímenes cometidos por la dictadura del traidor Pinochet (a diferencia de otros países).


Mientras tanto, aquí en Brasil  una tímida Comisión Nacional de la Verdad, creada en 2011 y, curiosamente, cambiaron a 19 de sus 24 miembros de un solo golpe a mediados de 2016, justo al comienzo de la era Temer, a tiempo para en el informe final realizado en 2017. Elisabeth Kübler-Ross proponía el proceso de duelo en dos libros (uno desde la perspectiva de quien descubre una enfermedad terminal y otro desde la perspectiva del familiar que pierde) que atraviesan etapas tales como negación, ira, negociación, depresión y aceptación; y en muchos casos, como este, podemos ver cómo en nuestro duelo por la dictadura podemos estar todavía en la fase de negación, ¿o sería de ira?


El museo también tiene una sección dedicada a cómo se comportó la comunidad internacional ante esta llamada Condena Internacional, que cuenta cómo en 1977 la ONU abordó el tema.



Parte de la historia de varios países que pasaron por dictaduras, como la nuestra, y cómo lidiaron con la memoria de sus dictaduras también está en la colección del museo en Derechos humanos, una lucha universal. También está Lucha por la Libertad, que se aborda pensando en las personas que lucharon por la resistencia.


Los últimos momentos de esta dictadura y cómo los chilenos trabajaron con su propia historia, recordándola, grabándola y aprendiendo de ella para evitar en lo posible la repetición, se incorporan en las sesiones Nunca Más, Justicia y Vuelta de la Esperanza.