Páginas

2022/06/21

El plazo fatal para que Chile firme el acuerdo de modernización con la Unión Europea

Eduardo Olivares C.

Chile decidió reconsiderar el acuerdo de modernización alcanzando en noviembre de 2021 con la Unión Europea. Se trata de uno de los socios estratégicos más importantes de Chile. La Unión Europea aceptó abrir una fase de negociaciones “políticas”, pero el calendario para llegar a una firma final es estrecho.



Reunión del equipo de la Unión Europea (izquierda), encabezado por Josep Borrell, con el equipo de Chile. A la derecha están el Presidente Gabriel Boric, Antonia Urrejola, Lucía Dammert y Alex Wetzig. Crédito: Presidencia de la República,

Qué observar. El Acuerdo de Asociación entre Chile y la Unión Europea está vigente desde 2003. Es uno de los más amplios de su tipo en el mundo, dado que excede los capítulos propios de un tratado comercial.
En 2015, a instancias del Sexto Consejo de Asociación Chile-UE (que reúne a representantes ministeriales) durante el segundo gobierno de Michelle Bachelet, Santiago y Bruselas acordaron actualizar el pacto. Los términos de referencia se establecieron entre ambas partes en 2017, en un actividad inaugural el 16 de noviembre de 2017. El canciller de Chile era Heraldo Muñoz.

En noviembre de 2021 terminaron las negociaciones técnicas para el acuerdo de modernización de aquel pacto, durante el segundo gobierno de Sebastián Piñera. El canciller era Andrés Allamand. El texto quedó entonces disponible para la suscripción final de las partes.

En marzo de 2022, el gobierno recién asumido de Gabriel Boric decidió reconsiderar lo acordado siguiendo los parámetros de su propia política exterior. Eso incluye las definiciones que emanen del texto de nueva Constitución, en caso de que triunfe el Apruebo en el Plebiscito de Salida. Incluso un grupo de eurodiputados esgrimió ese argumento e en octubre del año pasado para retrasar las negociaciones por el acuerdo de modernización, pero su llamado fue infructuoso.

“Nosotros queremos que los acuerdos que estamos negociando en la actualidad también dialoguen con ese eje programático del gobierno y estoy seguro, y esto lo hemos conversado con el equipo negociador de la contraparte”, comentó el subsecretario de Relaciones Económicas Internacionales, José Miguel Ahumada. El funcionario es uno de los partidarios de implementar una “política industrial” en Chile, motivo por el cual ha criticado en el pasado -como académico- el rol “imperialista” de EE. UU. y el papel de la red de acuerdos comerciales de Chile como aquel con la Unión Europea.

Entre los diplomáticos existe una preocupación manifiesta sobre el curso que podría tener la decisión de La Moneda en las relaciones con la Unión Europea. La UE no solo es el tercer socio comercial de Chile y su primer inversionista (consolidado), sino que Chile fue uno de los primeros países extracomunitarios con los cuales el bloque trazó un pacto político y de cooperación además de comercial. De hecho, cuando a inicios de siglo Chile y Mercosur negociaban en conjunto con la UE ese acuerdo, Bruselas aceptó que Santiago se desligara de aquella vía y empezara tratativas en solitario. Fue un éxito. El acuerdo entre el Mercosur y la UE, en cambio, se cerró recién en 2019 pero aún no está ratificado.
En respuesta a Ex-Ante, la Delegación de la UE en Chile dice que espera que la adopción del tratado bilateral -hoy detenido a nivel político por solicitud de Santiago- ocurra como máximo en 2023, pues en 2024 habrá una renovación del Parlamento Europeo.
Estas fechas indican, de acuerdo con círculos diplomáticos, que el plazo fatal para que Chile suscriba el acuerdo tendría que ser como máximo a fines del próximo año.

Bilateral Boric-Borrell. El 23 de marzo, la Cancillería actual tuvo un primer encuentro de alto nivel con la contraparte europea. Fue una cita con el jefe de la Delegación Europea en Chile, León de la Torre, y los embajadores de los países del bloque en Chile. Urrejola estuvo acompañada de los dos subsecretarios de su cartera: Ximena Fuentes y José Miguel Ahumada.
Un encuentro de particular interés fue aquel ocurrido el 27 de abril, cuando Boric recibió a una delegación encabezada Josep Borrell, vicepresidente de la Comisión Europea y alto representante de Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la Unión Europea. Borrell es la persona fuerte de Bruselas en política exterior.

En esa reunión estaba el embajador de la UE ante Chile, León de la Torre, y Borrell estuvo acompañado por dos altos asesores de su gabinete: Pelayo Castro, asesor senior para América Latina y El Caribe, y Joan Llorach, asistente personal.

Por el lado de Boric estuvieron la canciller Antonia Urrejola, y a su lado se sentó la jefa del Segundo Piso, Lucía Dammert. Como tercer acompañante se ubicó el secretario general de Política Exterior, Alex Wetzig. En la comunicación oficial de La Moneda ese día solo se habló de la presencia por Chile de la canciller Urrejola y de Wetzig. Dammert ha jugado un rol importante en la dirección de política exterior desde La Moneda, lo cual se reflejó en su asistencia -inédita para un jefe de Segundo Piso- a la gira de Boric por América del Norte y que desató preocupación entre diplomáticos chilenos.

Borrell explicitó la postura del bloque: “Comprendo que el nuevo gobierno necesite tiempo para estudiar bien cuál es el acuerdo al que llegó el anterior gobierno. Espero que su reconsideración no signifique reabrir las negociaciones, sino entender mejor cuáles son los términos del acuerdo”, dijo en un mensaje considerado clave para los diplomáticos. De hecho, Borrell tuvo que señalar que nada del acuerdo impide el modelo de desarrollo que Chile desee darse.
Presidencia resume en el siguiente video el inicio de la reunión Borrell-Boric (sin audio) y luego los discursos de ambos (con audio).

 


Por qué importa. El Gobierno de Gabriel Boric ha planteado que busca evaluar su red de acuerdos comerciales a la luz de su política exterior “turquesa” y “feminista”. También tiene una orientación vinculada con un nuevo tipo de desarrollo que suele resumirse en la idea de la “política industrial” de la cual el subsecretario Ahumada es un firme partidario.
“Estamos en un proceso de modernización del acuerdo con la Unión Europea, algo que conversamos con Josep Borrell, algo que posteriormente yo cené con Josep Borrell y seguimos conversando”, comentó la canciller Urrejola en Canal 13 el 12 de junio. “Yo creo que aquí cada uno debe dar señales a sus propios… como dicen los gringos: constituencies (electores), y Josep Borrell tiene que dar tranquilidad también a los países miembros de la UE. Pero estamos en diálogo. Hoy está una delegación en Bruselas, donde estamos negociando la modernización del acuerdo con la UE, las observaciones técnicas que tenemos. Pero sí el Presidente ha sido muy explícito en que queremos firmar esa modernización del acuerdo”, agregó.
El excanciller Heraldo Muñoz planteó su atención sobre esa reapertura de conversaciones. “Ojo, porque cuando uno reabre algo tiene que ir a consultar a todos los países que componen la Unión Europea. Eso no es un proceso fácil”, dijo en entrevista con EmolTV la semana pasada. Recordó que en el Acuerdo de Asociación había países que no querían el pacto con Chile. “Esas cosas pueden reflotar”, anotó. Aunque no mencionó a ningún país por su nombre, en la Cancillería sus palabras fueron comentario obligado porque saben que entre esos países en el pasado estuvo Francia, que en ocasiones opera además por medio de gestiones con terceros miembros del bloque.

La respuesta de la UE. Ex-Ante consultó a la Delegación de la UE en Chile acerca del actual estado de las conversaciones bilaterales y los pasos que el acuerdo de modernización aún debe seguir en el bloque.
“Las negociaciones concluyeron a nivel técnico con el anterior gobierno en noviembre de 2021. La nueva administración está estudiando los textos acordados y tienen algunas observaciones técnicas que estamos conversando. Esperamos poder anunciar la conclusión política de las negociaciones en los próximos meses y que se lleve a cabo todo el proceso de adopción en 2023 antes de las elecciones del Parlamento Europeo durante el primer semestre de 2024. Como lo anunció el Alto Representante de la Unión Europea para Política Exterior y Política de Seguridad, Josep Borrell, durante su visita a Chile del 28 de abril, ‘El acuerdo será, cuando se firme, el más completo y más moderno que la UE tenga con ningún otro país, y será un modelo a seguir'”, dijo la embajada.
Agregó que en términos procedimentales, “tras la conclusión política, el siguiente paso sería la revisión legal de los textos acordados y, a continuación, su traducción a todas las lenguas oficiales de la UE. Tras la revisión legal y la traducción, la Comisión Europea adopta los textos y los transmite al Consejo, que lleva a cabo su propia revisión legal antes de autorizar la firma del Acuerdo. Una vez firmado, el Acuerdo pasa a ser examinado por el Parlamento Europeo, que debe dar su consentimiento antes de que el Consejo apruebe el acuerdo”.

Qué busca la UE. Bruselas ya en 2017 planteaba que “la modernización del acuerdo permitirá profundizar más nuestras relaciones en torno a retos mundiales como el cambio climático, los objetivos de la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible, la cooperación económica y social en ámbitos como la utilización eficiente de la energía, las pequeñas y medianas empresas, la juventud y las políticas educativas y de empleo, y reforzará nuestra cooperación en materia de género y capacitación de las mujeres”. Es decir, la UE tenía como objetivos centrales varias de las materias que la política exterior de Boric ha presentado como materias novedosas en su mirada estratégica.
De acuerdo con la Cancillería, las negociaciones concluyeron con la siguiente lista de disposiciones que las partes deberán ratificar internamente. Esta es la transcripción textual:Liberalización Comercio de Bienes: El nuevo Acuerdo contempla una importante mejora en las condiciones de acceso al mercado europeo para cerca de 900 productos de los sectores agrícola, agroindustrial y pesquero, llevando a casi 99,6 % el total de productos chilenos con preferencias arancelarias en el mercado de la UE.

Servicios: La modernización de este Capítulo permitirá contar con disciplinas actualizadas que sean más ambiciosas que las contenidas en el Acuerdo de Asociación de 2003 y que facilitará el acceso a miles de PYME a la Unión Europa, siendo el acuerdo más ambicioso en materia de acceso a mercados en servicios suscrito por Chile. En materia de reglamentación nacional se establecerán reglas claras y transparentes para el otorgamiento de licencias y procedimientos de licenciamiento en aquellos sectores que así lo requieran.

Entrada Temporal de Personas de Negocios: El acuerdo establecerá reglas claras y más favorables que permitirán a personas de negocio chilenas ingresar a territorio europeo para llevar a cabo prestaciones de servicios o materializar inversiones, así como asistir a conferencias y reuniones de negocios. Adicionalmente, se establecerán reglas claras y transparentes que regulen la obtención de formalidades migratorias para entrar a territorio europeo con el objeto de llevar a cabo las actividades económicas contenidas en este capítulo.

Inversiones: Se establece un marco jurídico comprensivo que regula las inversiones entre Chile y la UE, reemplazando los 16 Acuerdos de Protección de Inversiones bilaterales vigentes entre Chile y Estados Miembros de la UE y dos que fueron suscritos y no entraron en vigor, corrigiendo inconsistencias y divergencias existentes entre sí, que han sido criticadas por diversos sectores en el último tiempo. Asimismo, se establece un capítulo que tendría un régimen de protección y liberalización de inversiones que al mismo tiempo garantizaría el legítimo derecho a regular del Estado. En materia de solución de controversias, las partes establecen una Corte de Inversiones de carácter permanente, aunque de estructura liviana y ágil.

Desarrollo Sostenible: El enfoque bajo el cual se llevó a cabo la negociación implica un fortalecimiento de la relación entre el comercio y la concreción de un desarrollo económico con un componente sostenible importante. De esta manera se dota a nuestra relación con el bloque económico de una preocupación prioritaria por áreas tan relevante como la protección de los derechos laborales y del medio ambiente, convirtiéndose en el acuerdo más verde suscrito por Chile, al incorporar expresamente los estándares del Acuerdo de Paris. 
El actual Acuerdo de Asociación Económica no contempla compromisos al respecto, y por ende nos parece que constituye un positivo aspecto del futuro acuerdo, y que, además, se encuentra en consonancia con la Agenda 2030 en cual se integran los tres pilares del desarrollo sostenible – económico, social y medioambiental.

Comercio Digital: Esta área no se encuentra contemplada en el Acuerdo actualmente vigente, y su regulación facilitará el intercambio a través de medidas como el reconocimiento trasfronterizo de firmas electrónicas, la no aplicación de aranceles a las transmisiones electrónicas, entre otras medidas.

Género y Comercio: Se trata de un Acuerdo pionero al incluir esta materia con miras a incentivar la igualdad de oportunidades y trato para que hombres y mujeres se beneficien por igual de las oportunidades de desarrollo que se abrirán con la implementación del Acuerdo.
Energía y Materias Primas: El Acuerdo establece una alianza estratégica entre Chile y la UE para desarrollar la Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde de Chile y el Pacto Verde de la UE, facilitando el comercio y el intercambio de de este tipo de bienes, al mismo tiempo que salvaguardando el espacio regulatorio para el desarrollo de políticas públicas en apoyo de industrias emergentes.
Materia Ambiental: El Acuerdo promueve el establecimiento de altos estándares de protección y el cumplimiento efectivo de la legislación sectorial, fomentando la conservación y el uso sustentable de la diversidad biológica. Por primera vez, se incorporan en un acuerdo comercial suscrito por Chile, los AMUMA y el Acuerdo de París, como estándares efectivos.

Compras Públicas: El Acuerdo moderniza los principios y obligaciones en materia de contratación pública, facilitando el acceso de proveedores chilenos al mercado público europeo, a través de una mayor certeza jurídica y reglas claras que impidan la discriminación, permitiéndoles acceder al mismo trato que goza cualquier proveedor europeo.

La silenciosa estrategia del general Lopresti, jefe de la Dipolcar, para socavar al gobierno de Boric

Entregar informes de inteligencia policial parciales al ministerio del Interior, suspender la vigilancia secreta a los domicilios del Presidente Boric y la ministra Siches, e informar antes a las ex autoridades del gobierno de Piñera que al actual Ejecutivo serían parte de su arsenal para combatir a los que el propio general ha denominado “enemigos morales y políticos”.



Luigi Lopresti, jefe de la Dipolcar


El lunes 20 de diciembre el general Luigi Lopresti convocó a sus subalternos de mayor confianza a una reunión en el sexto piso del edificio que alberga a la Dirección de Inteligencia Policial de Carabineros (Dipolcar), ubicado frente al Centro Cultural Gabriela Mistral, cerca de la intersección de la calle Portugal con Alameda.

El motivo del encuentro era analizar la victoria presidencial de Gabriel Boric el día anterior. Los ánimos eran de funeral. No era un misterio en las oficinas y pasillos de la Dipolcar que Lopresti y algunos de sus cercanos abogaban por la candidatura del ultraderechista José Antonio Kast. Hablaban abiertamente de ello.

“No sé qué va a pasar con nosotros ahora”, dijo Lopresti en esa reunión. “Boric hará desaparecer nuestra institución”. Todos asintieron. “Ganaron los que estaban en las calles animando los actos vandálicos”, prosiguió. “Ganó nuestro enemigo político y moral”.

Nadie en la reunión se sorprendió con los dichos del general Lopresti. Hace meses venía hablando de que “Jadue, Boric, todos ellos son nuestros enemigos morales”, y la mayoría de los presentes concordaba -y concuerda- con esa visión política.


“El perfil político de la oficialidad (de la Dipolcar) está muy marcado, es muy de derecha, pero de una derecha de los años 60 y 70 que ve enemigos políticos en todos lados”, afirma una persona que conoce el proceso de elaboración de documentos de inteligencia. “Y este gobierno está en riesgo de que le informen mal o le informen tarde”.

Lopresti, según confidencian varias fuentes policiales que han interactuado con él, estaba convencido de que con la llegada de Apruebo Dignidad al poder, no sólo corría peligro la continuidad de Carabineros como institución, sino que en lo inmediato su carrera policial estaba terminada. Cuando unas semanas después, el 4 de enero de este año, Cíper reveló que Lopresti había sido uno de los oficiales a cargo de espiar a los líderes estudiantiles durante las protestas de 2011 -entre ellos a Gabriel Boric, Camila Vallejo y Giorgio Jackson- el general estaba seguro que, a más tardar en marzo, cuando estos mismos entraran triunfantes a La Moneda, pasaría a retiro.

Sin embargo, ello no ocurrió y desde esa reunión del 20 de diciembre Lopresti ha trabajado sigilosamente para socavar de distintas maneras al nuevo gobierno, según confidencian varias fuentes de Carabineros.

Para este artículo, 
INTERFERENCIA conversó con varios funcionarios que pidieron la reserva de su identidad por temor a represalias laborales. Nuestro medio comenzó estas indagaciones hace algunas semanas y, en algunos casos, se reunió en dos o más ocasiones con algunas de estas fuentes. También obtuvimos acceso a diversos documentos que, por el mismo motivo de resguardar las fuentes, sólo serán parafraseados.

Con todo, el cuadro que emerge de toda esta documentación y antecedentes es preocupante. Hay indicios de que la Dipolcar, cumpliendo órdenes emanadas por su director, ha estado en una campaña por obstaculizar al gobierno.

“El perfil político de la oficialidad (de la Dipolcar) está muy marcado, es muy de derecha, pero de una derecha de los años 60 y 70 que ve enemigos políticos en todos lados”, afirma una persona que conoce el proceso de elaboración de documentos de inteligencia. “Y este gobierno está en riesgo de que le informen mal o le informen tarde”.

Según un funcionario policial que conoce a varios integrantes de la plana mayor de la Dipolcar, “la estrategia del general Lopresti es aumentar la percepción de ingobernabilidad y para ello su táctica es dejar de hacer, ocultar informes, relajar la guardia, una suerte de huelga de brazos caídos en temas sensibles”.

Se trata de cosas que, de todos modos, son muy difíciles de comprobar. ¿Cómo saber si los informes que Lopresti entrega en las reuniones semanales que tiene con personeros del Ministerio del Interior ocultan información o no entregan toda la información? “En las reuniones de la ANI (Agencia Nacional de Inteligencia) nunca informábamos de todo lo que sabíamos, y supongo que las tres ramas de las fuerzas armadas tampoco lo hacían”, asegura una fuente consultada. También recuerda que incluso en el gobierno anterior de Piñera, en las reuniones del alto mando de esa dirección para discutir qué información se entregaba, la pregunta siempre era: “¿Qué no vamos a entregar esta vez?”. Y cuándo alguien preguntaba por qué no, la respuesta era siempre la misma: “Para la próxima”.

Pero hay algunos hechos que llaman la atención y parecen dar sustento a las denuncias internas.

Por ejemplo, la Dipolcar ya no hace los patrullajes nocturnos en torno a las residencias particulares del Presidente y de la ministra del Interior. Era una práctica no oficial que existió durante años, tanto en los gobiernos de Piñera como los de Bachelet, pero que desde marzo de este año ya no se realizan. “La rutina era que los agentes de la Dipolcar llegaban en cualquier momento de la noche, conversaban con la guardia policial, era parte del programa nocturno pasar por esos dos domicilios, pero ya no se hace”, afirma un funcionario al tanto de ello.

En este contexto, llama la atención que el actual Presidente ha sufrido más brechas de seguridad que cualquier otro mandatario en los últimos 30 años. El 14 de mayo pasado, un escolta de Boric fue secuestrado en San Miguel, recibió un disparo en su brazo derecho y después fue abandonado por los desconocidos en la comuna de Colina, a unos 30 kilómetros de distancia.

Tres días después hubo una balacera en el barrio Yungay, a pocas cuadras de la casa de Boric, en la que resultó muerta una mujer y hubo dos heridos.


Todas las fuentes consultadas insisten en que la actual dirección de la Dipolcar está integrada mayoritariamente por oficiales que no sólo son abiertamente de derecha, sino que suscriben a viejas ideologías como la Doctrina de Seguridad Nacional.

Con todo, distintas fuentes de Carabineros aseguran que se trata de una política que se circunscribe a la Dipolcar y no a toda la institución. Es más, muchos altos oficiales de distintas reparticiones coinciden en que el Director General, Ricardo Yáñez, tiene una relación fluida con La Moneda y que la disminución de las protestas y movilizaciones sociales, que atribuiría al hecho de que la centro izquierda está en el poder político, le ha permitido un respiro a la institución.

¿Bajo riesgo?

A comienzos de año comenzaron a circular antecedentes que apuntaban a la posibilidad de que estudiantes de varios establecimientos secundarios podrían reactivar sus protestas tras la vuelta a clases en marzo, tras casi dos años de enseñanza remota. Pese a ello, la dirección de la Dipolcar habría decidido no darle mayor relevancia a este asunto.

No se sabe si Carabineros alguna vez entregó esa información a las nuevas autoridades. Lo que sí se sabe es que las acciones de algunos estudiantes fueron noticia durante algunas semanas de marzo y abril, con quema de buses incluidos. Al final, aseguran fuentes policiales, son sólo cuatro colegios de más de diez mil -el Barros Borgoño, el Barros Arana, el Liceo de Aplicación y el Instituto Nacional- los que se han movilizado. “Pero la sensación de desorden e inseguridad fue grande”, afirma un funcionario policial.

Otro incidente que llamó la atención dentro de la propia institución policial fue la marcha del 1 de junio, convocada por varias organizaciones como acto paralelo a la cuenta pública que ese día realizó el Presidente Boric. “Estaba claro que en la Alameda con Cumming y en el barrio República iba a haber mucha acción”, comenta un funcionario de Carabineros ligado a labores de inteligencia, pero que no pertenece a la Dipolcar. Sin embargo, la Dipolcar emitió un boletín interno que calificó este evento en la categoría de “bajo riesgo”.

Ese boletín sirve a otras reparticiones de Carabineros, como la Dirección de Orden y Seguridad o las jefaturas de la zona Metropolitana, para disponer de los efectivos necesarios con el fin de hacerle frente al acontecimiento. Ese miércoles 1 de junio apenas se desplegaron Fuerzas Especiales. Pero fue una jornada violenta. Hubo saqueos y dos Carabineros resultaron suficientemente heridos como para ser internados en el hospital de esa institución. Este hecho provocó que la Dipolcar recibiera los primeros reproches desde otras unidades de la policía uniformada.


"No son neutrales"


Todas las fuentes consultadas insisten en que la actual dirección de la Dipolcar está integrada mayoritariamente por oficiales que no sólo son abiertamente de derecha, sino que suscriben a viejas ideologías como la Doctrina de Seguridad Nacional.


Grupos extremos de derecha que han surgido en los últimos dos años no concitarían el interés de Lopresti y sus cercanos. “Entonces, ¿qué pasa?”, asegura esta fuente. “Que muchos de los que trabajan en la búsqueda de información lo hacen en la dirección que le gusta escuchar a Lopresti. Y eso genera mala inteligencia”.

“No son oficiales neutrales”, dice un fuente policial que se trasladó hace casi dos años de la Dipolcar. “Son los resabios pinochetistas, por eso votaron y abogaron por Kast”.

Este misma fuente aseguró a este medio hace varias semanas que “no me extrañaría que la oposición comience a adelantarse con buena información, a entregar antecedentes que tal vez ni el gobierno maneje”. Una semana después de esa conversación, el 13 de abril, la bancada del partido Republicanos le entregó a la ministra del Interior Izkia Siches un extenso documento que registraba más de 3.500 ataques registrados en los últimos años en la Araucanía.

Varias fuentes consultadas por este medio aseguran que el general Lopresti incluso podría estar suministrando información a algunos miembros de la oposición antes que al gobierno. No hay manera de comprobarlo de manera fehaciente, pero estas personas recuerdan la cercanía de Lopresti con el ministerio del Interior de Piñera, en especial con el ex subsecretario Juan Francisco Galli.

En noviembre del año pasado el general Ricardo Yáñez iba a pasar a retiro a Lopresti. Una de las razones era que se había descubierto que en numerosas ocasiones la Dipolcar suministraba información antes a La Moneda de Sebastián Piñera que al propio Director General de Carabineros. La decidida intervención de Galli, además del entonces ministro del Interior Rodrigo Delgado, evitó su paso a retiro.

Funcionarios de gobierno que han participado de reuniones de seguridad a las que asiste Lopresti, tanto de la administración actual como de la de Piñera, aseguran que la relación es normal, aunque confidencian que “el general parece tener una tendencia hacia teorías algo conspirativas”.

INTERFERENCIA trató de contactarse durante varias semanas y en reiteradas ocasiones con la ministra Izkia Siches y su jefe de gabinete sin obtener respuesta. También lo hizo con el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, quien a través de sus asesores se excusó por estar con Covid.


Teorías conspirativas


Luigi Lopresti llegó a la jefatura de la Dipolcar en diciembre de 2019, después de ser bien evaluado por el entonces gobierno y el alto mando de Carabineros por coordinar los llamados equipos ‘intramarchas’ infiltrados en las manifestaciones de la revuelta social de ese año. Las unidades bajo su mando, cuando él estaba en el departamento de personal de Carabineros, produjeron muchos arrestos y formalizaciones. Pero a poco más de dos años de los hechos, la mayoría de los manifestantes formalizados por la evidencia producida por los ‘intramarcha’ han quedado en libertad, no sin antes pasar meses en prisión preventiva.


A fines de 2019 Lopresti insistía en que la explicación de todo lo que estaba ocurriendo en las calles y plazas del país encontraba una respuesta coherente en una teoría del neonazi chileno Alexis López Tapia llamada la “Revolución Molecular Disipada”,

Según varios funcionarios policiales que han trabajado bajo el mando de Lopresti en los últimos años, en especial desde el estallido social, sus fracasos -que incluyen una filtración masiva de datos policiales al medio de investigación periodística Cíper en enero de este año- se deben en gran parte a sus propios sesgos políticos.

“Para la actual Dipolcar subversión y extremismo son sinónimos de izquierda”, afirma un ex funcionario policial que, por razones laborales, interactuaba con frecuencia con la dirección de inteligencia. Esta persona asegura que entre los cerca de 300 agentes que trabajan en esa dirección, todavía existe un puñado dedicado a hacerle seguimiento a ex miembros del Frente Patriótico Manuel Rodríguez. “¡Imagínate! Si sólo son un grupito de hombres mayores que se reúne en torno a un vino para hablar de sus viejos tiempos”, dice.

En contraparte, grupos extremos de derecha que han surgido en los últimos dos años no concitarían el interés de Lopresti y sus cercanos. “Entonces, ¿qué pasa?”, asegura esta fuente. “Que muchos de los que trabajan en la búsqueda de información lo hacen en la dirección que le gusta escuchar a Lopresti. Y eso genera mala inteligencia”.

Funcionarios policiales que han estado en la sede central de la Dipolcar recuerdan como a fines de 2019 Lopresti insistía en que la explicación de todo lo que estaba ocurriendo en las calles y plazas del país encontraba una respuesta coherente en una teoría del neonazi chileno Alexis López Tapia. Llamada la “Revolución Molecular Disipada”, en esta López argumentaba que la violencia callejera que se veía en Chile era parte de un secreto proceso revolucionario de toma del poder, dirigido en parte desde el extranjero.

Fue una teoría que no sólo cautivó a Lopresti, sino también al entonces gobierno de Piñera. Algunos ex funcionarios, tanto de Carabineros como de La Moneda, recuerdan que durante algunas semanas recibieron la orden de encontrar datos que apoyaran la teoría de que agentes extranjeros estaban agitando a las masas en Chile. “No hay ni nunca hubo esa infiltración extranjera, nunca hubo evidencia alguna, pero costó convencer de ello a los altos mandos”, recuerda un funcionario policial que estuvo en esa época.

Durante varias semanas de fines de 2019 e inicios de 2020, Lopresti ordenó poner las cerca de 15 láminas del PPT que resumía la teoría de López en una pared de las oficinas de la Dipolcar.

Por cierto, dos años después, durante el estallido social en Colombia, el ex presidente de ese país, Álvaro Uribe, también le dio cierta credibilidad a la ‘revolución molecular disipada’.

INTERFERENCIA contactó al general Luigi Lopresti a través de una mensaje a su whatsapp, planteando varios de los temas que se tocan en este artículo. El mensaje quedó como visto, pero hasta el cierre de esta edición no obtuvimos respuesta.

Fuente: Víctor Herrero A