El profesor de la UPV Paco Etxeberria participó en 2009 en la elaboración del informe forense sobre la muerte de Víctor Jara, una de las bases que ha permitido el procesamiento y encarcelamiento de los militares acusados.
¿Cómo surgió la posibilidad de investigar la muerte de Víctor Jara?
Suelo ir a Chile periódicamente porque colaboro allí con el Servicio Médico Legal. Hay una comisión internacional que colabora en investigaciones rutinarias y participo en ella desde hace varios años. Contaba con el apoyo del propio del Gobierno de Chile de la presidenta Michelle Bachelet. Intervine en el caso de Víctor Jara en 2009, elaborando un informe, pero es un caso más. Fuimos con el juez al lugar en el que matan a Víctor Jara, al Estadio de Chile. En el informe se acreditan un montón de huesos rotos por impacto de bala. Tenía un disparo en la cabeza y después ametrallaron el cuerpo, algo que ocurría bastantes veces para enmascarar los hechos. Dejaron el cuerpo tirado en la calle, tras lo que lo llevaron al Instituto de Medicina Legal, donde lo recoge su mujer y lo entierra a escondidas. Nunca hubo un problema de identificación. Siempre se supo donde estaba enterrado, en un nicho muy modesto del cementerio. Hay un informe de autopsia de 1973 de un solo folio, algo absolutamente irregular. Es uno más del conjunto de informes irregulares que carecen de credibilidad. Al tratarse de temas judicializados, se procedió a realizar nuevos informes con una seriedad que antes no había. Y ahí es donde yo intervine, generando un documento que da sustento a una opinión que sirvió para la causa. Intervinimos sin conocer la versión de los militares, que ya habían sido citados por el juez y que se culpaban unos a otros. Ignoro a quien perjudica o beneficia el documento. Aunque lo que sí es seguro es que fue una muerte violenta. Este documento, junto a otros, sirve para construir una verdad y exigir responsabilidades.
Llama la atención que en Chile se estén enjuiciando crímenes de los golpistas de 1973 frente a las trabas que existen para causas similares entre nosotros.
Lo noticiable no es que tuviera un disparo en el codo o en el brazo, algo que ya sabíamos, sino que un asunto de hace 39 años es plenamente vigente. algo que se debería tener en cuenta aquí también. No es una cosa del pasado ni reabre ninguna herida. Lo que sirve es para introducir verdad, justicia y reparación en unos hechos que nunca las tuvieron. Hablando de reparación, cuando se hizo la investigación y se entregaron los restos a la viuda, un año después de nuestra investigación, se hizo un acto de homenaje a Víctor Jara como la copa de un pino. La despedida que no tuvo en su momento la tuvo 39 años después. Eran unos actos públicos, con apoyo institucional. Lo más importante del asunto es que la foto que pasa a la historia es la del féretro junto a la mujer de Víctor Jara y la presidenta de Chile. No fue algo que reunió solo a amigos y familiares, sino que la presidenta de Chile está al lado del féretro, reconociendo la injusticia, solidarizándose con las víctimas. Eso me pareció un ejemplo de lo que debemos aprender aquí. Lo que también es noticiable es que, posteriormente, la autoridad judicial siga su marcha y tres años después, el juez haya dictado autos de procesamiento, arresto y extradición contra los responsables, que tienen la obligación de prestar declaración. Que al final vayan a la cárcel mucho o poco tiempo es quizás lo de menos, pero se busca que se aclare con detalle qué paso. No sirven los argumentos de que es algo que ya pasó. Aquí se diría que la responsabilidad ha prescrito. Si es igual. Aunque una causa haya prescrito, el esclarecimiento de la verdad es un derecho al que no podemos renunciar nunca. Aunque después queden sin pena por ser ancianos. El asunto tiene que ser esclarecido y la Justicia tiene un papel que jugar. Insisto en que es algo que tiene que servir aquí, donde siempre se dice que es algo que pasó. Si no se hace nada es cuando no se cumple ninguno de los derechos de las víctimas. Aquí se considera un problema mirar hacia atrás. Hay que mirar hacia atrás y la sociedad va a seguir funcionando, todo el mundo va a ir a trabajar, los niños van a ir al colegio. El problema es que ese argumento aún funciona.
¿Cómo surgió la posibilidad de investigar la muerte de Víctor Jara?
Suelo ir a Chile periódicamente porque colaboro allí con el Servicio Médico Legal. Hay una comisión internacional que colabora en investigaciones rutinarias y participo en ella desde hace varios años. Contaba con el apoyo del propio del Gobierno de Chile de la presidenta Michelle Bachelet. Intervine en el caso de Víctor Jara en 2009, elaborando un informe, pero es un caso más. Fuimos con el juez al lugar en el que matan a Víctor Jara, al Estadio de Chile. En el informe se acreditan un montón de huesos rotos por impacto de bala. Tenía un disparo en la cabeza y después ametrallaron el cuerpo, algo que ocurría bastantes veces para enmascarar los hechos. Dejaron el cuerpo tirado en la calle, tras lo que lo llevaron al Instituto de Medicina Legal, donde lo recoge su mujer y lo entierra a escondidas. Nunca hubo un problema de identificación. Siempre se supo donde estaba enterrado, en un nicho muy modesto del cementerio. Hay un informe de autopsia de 1973 de un solo folio, algo absolutamente irregular. Es uno más del conjunto de informes irregulares que carecen de credibilidad. Al tratarse de temas judicializados, se procedió a realizar nuevos informes con una seriedad que antes no había. Y ahí es donde yo intervine, generando un documento que da sustento a una opinión que sirvió para la causa. Intervinimos sin conocer la versión de los militares, que ya habían sido citados por el juez y que se culpaban unos a otros. Ignoro a quien perjudica o beneficia el documento. Aunque lo que sí es seguro es que fue una muerte violenta. Este documento, junto a otros, sirve para construir una verdad y exigir responsabilidades.
Llama la atención que en Chile se estén enjuiciando crímenes de los golpistas de 1973 frente a las trabas que existen para causas similares entre nosotros.
Lo noticiable no es que tuviera un disparo en el codo o en el brazo, algo que ya sabíamos, sino que un asunto de hace 39 años es plenamente vigente. algo que se debería tener en cuenta aquí también. No es una cosa del pasado ni reabre ninguna herida. Lo que sirve es para introducir verdad, justicia y reparación en unos hechos que nunca las tuvieron. Hablando de reparación, cuando se hizo la investigación y se entregaron los restos a la viuda, un año después de nuestra investigación, se hizo un acto de homenaje a Víctor Jara como la copa de un pino. La despedida que no tuvo en su momento la tuvo 39 años después. Eran unos actos públicos, con apoyo institucional. Lo más importante del asunto es que la foto que pasa a la historia es la del féretro junto a la mujer de Víctor Jara y la presidenta de Chile. No fue algo que reunió solo a amigos y familiares, sino que la presidenta de Chile está al lado del féretro, reconociendo la injusticia, solidarizándose con las víctimas. Eso me pareció un ejemplo de lo que debemos aprender aquí. Lo que también es noticiable es que, posteriormente, la autoridad judicial siga su marcha y tres años después, el juez haya dictado autos de procesamiento, arresto y extradición contra los responsables, que tienen la obligación de prestar declaración. Que al final vayan a la cárcel mucho o poco tiempo es quizás lo de menos, pero se busca que se aclare con detalle qué paso. No sirven los argumentos de que es algo que ya pasó. Aquí se diría que la responsabilidad ha prescrito. Si es igual. Aunque una causa haya prescrito, el esclarecimiento de la verdad es un derecho al que no podemos renunciar nunca. Aunque después queden sin pena por ser ancianos. El asunto tiene que ser esclarecido y la Justicia tiene un papel que jugar. Insisto en que es algo que tiene que servir aquí, donde siempre se dice que es algo que pasó. Si no se hace nada es cuando no se cumple ninguno de los derechos de las víctimas. Aquí se considera un problema mirar hacia atrás. Hay que mirar hacia atrás y la sociedad va a seguir funcionando, todo el mundo va a ir a trabajar, los niños van a ir al colegio. El problema es que ese argumento aún funciona.