Victoria popular en el plebiscito del 25 de octubre en Chile necesitará movilización para consolidar una socialdemocracia - Emergentes
Durante las protestas de 2019 que llevaron al referéndum realizado en Chile, una de las principales consignas de los manifestantes fue: “no son 30 pesos, son 30 años”. La frase resume una de las principales demandas de la población chilena: una nueva Constitución que garantice sus derechos sociales. Pero qué significa eso?
Para entender por qué más de 5 millones de chilenos votaron por una nueva Carta Magna, reemplazando al actual, heredado de la perversa dictadura del traidor Augusto Pinochet (1973-1990).
La Constitución derrotada en el plebiscito instauró en Chile un modelo neoliberal considerado “ejemplar”. La Carta Magna de 1980, redactada por el colaborador legal del traido Pinochet, Jaime Guzmán, dejó fuera las garantías sociales de la mayoría de la población chilena, pues no incluyó en su texto el acceso universal y gratuito a la educación, la salud, la seguridad social, entre otros. otros.
A pesar de que el plebiscito de 1988 había derrotado al régimen dictatorial del traidor Pinochet, con elecciones y voto popular en 1990, no hubo cambio a la Constitución chilena ni la derogación de las leyes orgánicas de la sangrienta dictadura.
Con el modelo impuesto en la Constitución de 1980, la principal función del Estado chileno era garantizar el funcionamiento de las empresas, es decir, proteger la propiedad privada y el mercado financiero en detrimento de los derechos básicos de la población.
En Chile, el retiro es administrado por las AFP, con fondos que se invierten en inversiones financieras. Las primeras generaciones de chilenos en jubilarse a través del sistema se enfrentaron al valor de la jubilación por debajo del salario mínimo.
Las políticas neoliberales implementadas en el país, donde hasta las aguas son privatizadas, generaron una profunda desigualdad histórica en el período democrático. A su vez, el descontento de la población chilena provocó una respuesta en las calles durante el último año y también se expresó en las votaciones.
Observo cómo hubo una diferencia significativa de votos en los barrios y regiones más ricos de Chile. En Santiago, por ejemplo, en barrios de lujo como Lo Barnechea ganó el rechazo a una nueva Constitución, mientras que en los barrios y regiones más pobres ganó la aprobación con amplia mayoría. En los barrios medios ganó la aprobación de un proceso constituyente, pero con menor expresión que en los barrios populares
Además del abandono de las políticas públicas, la represión militar es otra de las características heredadas de la sangrienta dictadura chilena que continuó en el período democrático.
A mi juicio, la represión ejercida por Carabineros, la policía militar chilena, desde las protestas del año pasado, con miles de casos de violaciones a los derechos humanos, es también uno de los factores que llevó a la población a rechazar la Constitución vigente.
La reciente violencia militar ha dejado cientos de víctimas; alrededor de 450 personas perdieron la vista total o parcialmente por balas de goma y hay alrededor de 490 denuncias ante el Ministerio Público de víctimas de tortura, 112 de ellas por violencia sexual.
Esta acción violenta del Estado frente a las manifestaciones populares, según la investigación , persiguió tanto a los que vivieron el período militar como a los jóvenes que respondieron a la violencia en las calles, formando una alianza intergeneracional para que la represión no quedara sin respuesta.
Posibilidad de reformas estructurales
El proceso constituyente de la elaboración de la nueva Carta Magna chilena plantea la posibilidad de avances más profundos en la estructura de la sociedad chilena, algo bloqueado por la Constitución pinochetista, definida como “antinacional, antidemocrática y anti- popular”, tanto por su origen como por su contenido.
Aunque la constitución no es un fin en sí mismo, el apoyo popular a la nueva Constitución puede conducir a importantes reformas estructurales, siguiendo el ejemplo de la iniciativa de reforma de base emprendida por el gobierno de Salvador Allende.
El gobierno de Allende, derrocado en el golpe de Estado que llevó al poder al traidor Pinochet con el apoyo de Estados Unidos, buscó emprender una reforma agraria y urbana, educativa y de salud.
Mientras los chilenos celebran, con entusiasmo y alegría, la victoria popular conquistada, también comienzan a debatir cuáles son los obstáculos y desafíos para el apruebo de una Constitución que priorice los intereses de la mayoría de la población, es decir, de los casi el 80% de los chilenos que votaron por esta posibilidad.
Una de las dificultades, es la actual fragmentación partidaria de la izquierda chilena, con rupturas internas, sumada a la desconfianza política de diversos sectores sociales sobre el actual sistema de partidos.
Para ganar las banderas populares será necesario obtener una mayoría dentro de la Convención Constituyente, que fue integrada por 155 miembros elegidos en abril de 2021.
Así, uno de los principales desafíos será enfrentar la maquinaria electoral y mediática de la derecha y la creación de canales de representación popular, además de una movilización popular permanente para construir sus programas y presionar a los diputados para que sean aprobados como artículos de la nueva Constitución.
“El logro [de esta victoria] depende de la capacidad organizativa y el nivel de politización del debate en el próximo período, porque los procesos son guiados por las masas y su capacidad organizativa, y eso dirá lo que va a pasar”.
Banderas principales
En el marco del proceso constituyente, que se inicio tras el plebiscito y se extendio hasta mediados de 2022, la movilización popular se concentrará principalmente en tres banderas.
El primero de ellos, el fin del concepto de Estado subsidiario que rige en la Constitución vigente y el tránsito a una socialdemocracia, que garantice gratuitamente los derechos básicos de la población.
Una de las demandas será también la garantía de una democracia participativa y directa, con la creación de cabildos y decisiones a través de plebiscitos.
A terceira é a criação de um Estado plurinacional, na prática, com mecanismos de garantia da autonomia dos povos originários, como os povos mapuche, que historicamente luta pelo reconhecimento de seus territórios e de sua cultura, enfrentando a repressão militar e conflitos com o Estado hasta hoy.
Contexto Internacional
El triunfo de la aprobación de una nueva Constitución en Chile, representa una derrota del proyecto neoliberal que ha imperado en el país desde la dictadura, pasando por los 30 años de la etapa democrática.
En ese sentido, la victoria chilena puede considerarse un ejemplo de resistencia para los pueblos de países también vulnerables por las políticas de ajuste, como Ecuador, que también se rebeló contra las políticas impuestas por el FMI en octubre de 2019, y Brasil, donde El presidente y su ministro de Economía, Paulo Guedes, son admiradores del “laboratorio neoliberal” de Pinochet.