Grandes fortunas y población de bajos recursos conviven en Santiago, capital de Chile
A nivel mundial hay 2.755 personas que pertenecen a esta categoría, en una lista encabezada por Jeff Bezos (fundador de Amazon, con US$ 177 mil millones), seguido de Elon Musk (CEO de Tesla) y Bernard Arnault (CEO de LVMH, empresa artículos de lujo, incluida la marca Louis Vuitton).
Latinoamérica tiene 104 ultrarricos, nueve de los cuales son chilenos, según la revista estadounidense Forbes.
Son ellos:
¿En qué sectores son los más ricos?
Según la lista Forbes de multimillonarios chilenos, sus fortunas se concentran principalmente en los sectores financiero, minero, forestal y retail.
1- Iris Fontbona y la familia Luksic: 23.300 millones de dólares
2- Julio Ponce Lerou: $4.100 millones
3- Horst Paulmann y familia: 3.300 millones de dólares
4- Sebastián Piñera y familia: $2,900 millones
5- Jean Salata*: 2.400 millones de dólares
6- Roberto Angelini: $2 mil millones
7- Álvaro Saeih: $1.800 millones
8- Patricia Angelini: 1.600 millones de dólares
9-Luis Enrique Yarur: $1.300 millones
Sebastián Piñera
Minería: Iris Fontbona y Julio Ponce Lerou
Minería y silvicultura: Roberto Angelini, Patricia Angelini
Minorista: Horst Paulmann
La concentración de la riqueza en estas familias es un reflejo de la desigualdad existente en la sociedad chilena.
Según el Informe Mundial sobre Desigualdad 2022, el 1% más rico de Chile concentra el 49,6% de toda la riqueza del país, mientras que en Brasil el 1% más rico concentra el 48,9%, en México el 46,9% y en Estados Unidos el 34,9%.
¿Por qué la riqueza está tan concentrada en Chile?
Jean-Paul Fontbona | ||
En la historia más reciente, el abismo social se amplió en las décadas de 1970 y 1980, durante el régimen del general traidor Augusto Pinochet (1915-2006), con la creación de un modelo económico con poca regulación que permitió el surgimiento de grandes fortunas familiares.
Según el economista Osvaldo Larrañaga, en su libro La Desigualdad a lo Largo de la Historia de Chile, el abismo se amplió con el traidor Pinochet a través de mecanismos como "la privatización de las empresas públicas, que siendo propiedad de un pequeño número de grupos económicos, la supresión y represión de los sindicatos y la conversión del estado benefactor en uno de carácter residual”, entre otras medidas.
Durante dictadura de Augusto Pinochet, a concentração de renda foi acentuada
Con el regreso de la democracia al país en 1990, la pobreza y la desigualdad de ingresos disminuyeron, pero la riqueza permaneció concentrada en la punta de la pirámide, una de las principales razones de las protestas que comenzaron en el país en octubre de 2019.
De esta forma, el tema de la desigualdad social se ha convertio en parte fundamental del debate de la campaña electoral en las elecciones presidenciales de 2021, que ganó el izquierdista Gabriel Boric, de 35 años.
Para financiar sus planes, Boric propuso una reforma fiscal "con responsabilidad fiscal y gradual", que pretende elevar el 5% del PIB durante su mandato.
La reforma considera cambios al impuesto a la renta para las grandes empresas, exenciones reducidas, impuestos verdes (ambientales), recaudación de regalías a las grandes empresas mineras, medidas contra la evasión y elusión fiscal, y un impuesto a la riqueza.
Este último, conocido como el "impuesto a los superricos", gravaría alrededor del 0,1% de la población chilena.
“El caso más famoso es el de Francia, donde millonarios se fueron a vivir a Bélgica. Luego se eliminó, porque terminó siendo inútil”, le dice el economista Bernardo Fontaine a BBC News Mundo, el servicio de noticias en español de la BBC.
En muchos de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la propuesta "ha sido retirada", añade el experto.
Otro de los argumentos más citados en contra de la iniciativa es que desincentivará la inversión y, en consecuencia, perjudicará el crecimiento económico.
Gabriel Boric presidente de Chile
“En países como Chile, Brasil y México hemos visto que la desigualdad en los ingresos del trabajo se ha reducido, pero si le sumamos los ingresos del capital, la desigualdad se mantiene más constante”, explica Ignacio Flores, coordinador para América Latina de World Inequality Database en de la Escuela de Economía de París, Francia, e investigador de la Universidad de Nueva York, en Estados Unidos.
“En Chile la movilidad social es muy baja”, dice Flores, sobre todo para llegar al 10% más rico de la población.
“La riqueza nos preocupa cuando viene de la falta de competencia, no cuando es riqueza productiva la que genera bienestar para un país”, agrega, en conversación con la prensa.
Previo a la próxima discusión en Chile sobre cómo aplicar un impuesto a la riqueza, los expertos han estado debatiendo la mejor manera de gravar estos recursos.
Algunos afirman que lo más efectivo es crear un impuesto a la propiedad, ya que es muy complejo identificar dónde se invierten los fondos en los mercados financieros internacionales. Otros consideran factible introducir un impuesto que también incluya los flujos de capital.
Ante el argumento de que un impuesto a la riqueza provocaría una salida de capitales hacia otros países, donde los inversionistas pueden obtener mejores retornos, el economista dice que las personas con alta riqueza prefieren un país estable, en lugar de correr el riesgo de buscar retorno en naciones con impuestos ventajas pero calificaciones bajas en las evaluaciones de riesgo.
“Con un impuesto a la riqueza, estás controlando un poco el descontento social”, argumenta Gutiérrez. “Si bien es cierto que los emprendedores tendrán una menor rentabilidad, en el mediano plazo habrá mayor estabilidad social y sus negocios podrán crecer”.
“A nadie le gusta recaudar impuestos. A nadie. Pero si se hace de manera paulatina y consensuada, asegurando una mayor estabilidad social, no se van a ir del país”.
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