Los integrantes de la Comisión de Hacienda del Senado hicieron ver los temores de diversos actores sobre los efectos que tendría dicha medida que se aplicará a los bancos, en futuras restricciones de créditos.
Una serie de preguntas respecto a la aplicación del Requerimiento de Capital Contracíclico (RCC) a la banca, plantearon los integrantes de la Comisión de Hacienda en el marco de la presentación del Banco Central (BC) del Informe de Estabilidad Financiera (IEF) del primer semestre del 2023.
Esto luego que ayer el consejo del instituto emisor activara -por primera vez- esta herramienta que exigirá a los bancos aumentar su capital en un nivel de 0,5% de los activos ponderados por riesgo, en el plazo de un año.
Los senadores Ricardo Lagos –en su calidad de presidente de la instancia- y José García Rumonit y José Miguel Insulza hicieron ver los temores de diversos actores sobre los efectos que tendría dicho requerimiento en futuras restricciones de créditos.
Al respecto, la presidenta del BC, Rosanna Costa explicó que “se trata de una medida preventiva ante un shock externo fuerte que produce una caída violenta del crédito. Buscamos aumentar la resiliencia del sistema ante este riesgo. Es una herramienta nueva que ya la están aplicando otras naciones”.
“Queremos contar con un colchón para tener capacidad de hacer frente a las adversidades financieras que se producen en una crisis, cuya probabilidad hoy es baja pero no cero (…) Los bancos tendrán que aumentar su capital pero será una medida acotada y transitoria. La banca tiene hoy holgura de capital para hacerlo y por eso no debería tener un impacto significativo en el crédito”, aclaró.
La autoridad admitió que “estimamos que a dos años de aplicada la medida, se podrá reducir medio punto porcentual el crecimiento anual del crédito en UF”.
El senador García reconoció haber sido sorprendido por el requerimiento planteando que “se nos dice que la banca está sólida financieramente pero se pone en duda su capacidad con esta medida. Los efectos que esto puede generar es la restricción de los créditos en tiempos en que ya son restrictivos para las personas y las empresas. No veo justificación a esta decisión”.
En la misma línea el senador Insulza dijo compartir esa preocupación matizando al decir que “podría ser necesario hacer esta solicitud de más capital pero habría que tener más antecedentes. Sabemos que hay una situación compleja tanto a nivel nacional como internacional y la posibilidad de un estrés severo de una crisis”.
Por su parte, el senador Lagos se mostró confundido al relatar que “esta medida busca mitigar los efectos adversos del crédito que se producen en una crisis. Pero este requerimiento podría afectar acceder a crédito ahora, aunque sus efectos sean acotados y transitorios”. A su vez preguntó por los resultados que ha tenido el requerimiento en estas naciones.
IEF
La citada medida surgió al simular cómo reaccionarían los actores económicos ante distintos escenarios adversos así se midieron las vulnerabilidades de cada uno. En este contexto, el Informe de Estabilidad Financiera (IEF) analiza el balance de riesgos del sistema abordando la evolución del endeudamiento de personas y empresas, y el desempeño del mercado de capitales, entre otros aspectos.
Costa comenzó reconociendo aún hay dudas sobre la evolución del sistema financiero internacional, en particular respecto a la gestión de riesgo y la regulación bancaria, todo ello tras la quiebra de Sillicon Valley Bank (SVB) y de Signature, lo que se traduce en una alta volatilidad. “Pese a eso, ello no ha afectado especialmente nuestra economía”, advirtió.
La economista explicó también que “la posición financiera de los hogares se ha estrechado, mostrando una tasa de ahorro negativa; mientras las empresas han seguido reduciendo su endeudamiento tras su paso por la pandemia. El mayor uso de tarjetas y líneas de créditos –entre hogares y empresas— se ha traducido en una mayor exposición a las tasas de interés, con un impago que ha vuelto a niveles prepandemia y una situación que no sugiere la presencia de elementos de riesgo sistémico”.
A la vez, el BC enfatizó que “las familias han visto reducida su riqueza financiera neta producto de las ayudas entregadas en la pandemia. A fines de 2022, este indicador se ubicó en 120% del Producto Interno Bruto (PIB), valor equivalente al de una década atrás”.
En cuanto a los flujos de créditos, la entidad detalló que los créditos rotativos (tarjetas de crédito no bancarias) se han visto incrementados por consumidores de más bajos ingresos que pagan altas tasas de interés en un corto plazo; mientras que los créditos bancarios han tenido un crecimiento menor, los que en su mayoría corresponden a hipotecarios cuyos deudores son personas de mayores ingresos.
En cuanto a la deuda soberana, Rosanna Costa informó que “en la última década se incrementó de un 12 a un 38% del PIB. En el último año vimos estabilizado el nivel de la deuda. La última proyección indica que se llegará a un 41%”.
A reglón seguido, aseguró que “la banca local cuenta con una posición de liquidez y solvencia suficiente para enfrentar el escenario de tensión y –frente a la coyuntura bancaria internacional reciente— se diferencia en términos de su modelo de negocios, regulación y supervisión”.