La petrolera estatal brasileña Petrobras, podría terminar siendo rescatada por el Gobierno de Dilma Rousseff, que hace días nombró al banquero Aldemir Bendine presidente de la firma. La empresa pasa así, de ejemplo a seguir a ejemplo a evitar.
A principios de mes, la presidenta Maria das Graças Foster dejó su cargo, junto a otros cinco altos ejecutivos. Aunque, la mayor parte de los males de la empresa no son su culpa. El Gobierno tiene una gran participación el accionariado.
El sucesor de Foster, el banquero Aldemir Bendine, deberá enfrentarse a un mar de desafíos en este escándalo y también a la crisis del precio del petróleo y los recientes resultados de la empresa que no han incluido la amortización de los sobornos.