El Gobierno de Macri asegura que no quiere ser “cómplice” de una televisión que no informa sobre presos políticos en Venezuela.
El Gobierno de Mauricio Macri ha decidido romper el último vinculo oficial con el chavismo, que venía del Ejecutivo de los Kirchner: la participación de Argentina, con un 16%, en el accionariado y la financiación de Telesur, el gran proyecto de televisión latinoamericana que Hugo Chávez promovió en 2005 como una alternativa a las grandes cadenas privadas de EEUU en español y recibió el respaldo entusiasta de Néstor Kirchner.
Poco más de tres meses ha tardado Macri, que ha dado un giro de 180 grados a la política exterior argentina y se ha enfrentado al chavismo mientras recibía la visita de Barack Obama, en romper este vínculo.
“En Telesur los contenidos y las noticias son unidireccionales. Nosotros creemos en la pluralidad”, asegura a la prensa, Hernán Lombardi, ministro de Medios Públicos de Macri y responsable de la decisión de romper. “La idea de que haya una canal que exprese la variedad de América Latina era un proyecto interesante pero deja de serlo cuando no hay pluralidad, las noticias son unidireccionales.
Hay temas como el de los derechos humanos y los presos políticos en Venezuela que no se tratan en Telesur. No queremos ser cómplices de esta política”, asegura Lombardi, que evita definir como chavista al canal aunque se deduce de sus palabras que esa es la opinión que tiene el Gobierno de Macri.
Contactada por la prensa, Telesur señala que de momento esperan la confirmación oficial, pero Lombardi aclara que ya se han iniciado todos los trámites para desvincularse, un proceso que puede durar seis meses. En el acuerdo entre Chávez y Kirchner de 2005 estaba contemplada la posibilidad de que Argentina se desvinculara en algún momento.
Un comunicado oficial de la cadena contesta al Gobierno de Macri: “Los contenidos periodísticos que se elaboran en Telesur tienen una línea editorial de izquierda con audiencias en América Latina, América del Norte, el Caribe, Europa, Medio Oriente y parte de África, haciendo coberturas de la crisis de refugiados en el continente europeo, los desaparecidos en México, la guerra en Colombia, el bloqueo contra Cuba, asesinatos raciales en EE.UU. Telesur no es vocera de gobiernos, es la voz de los pueblos, es televisión en vivo y en red con evidencias documentales y noticiosas que, a pesar de las amenazas de gobiernos de derecha y aunque intentaron bombardearla, no ha dejado de transmitir. No van a desaparecer la verdad, No van a desaparecer a Telesur”, termina el texto, lleno de críticas al Ejecutivo argentino.
El presidente de Argentina Mauricio Macri.
Lombardi asegura que no está claro cuánto le costaba a Argentina mantener esta cadena y solo han podido constatar que la oficina en Buenos Aires les costaba 4 millones de pesos (250.000 euros). En realidad, no es un coste muy elevado pero el Gobierno argentino teme que si hay una deuda de Telesur en algún momento tenga que hacerse cargo en la parte que le toca, por eso prefiere salir cuanto antes.
Telesur nació el 24 de enero de 2005 como un proyecto personal del ex presidente Chávez. Poco a poco logró el concurso de otros líderes latinoamericanos en la década dorada de la izquierda en este continente.
Venezuela tiene el 51% de la empresa y controla realmente los contenidos —otra de las quejas del Gobierno argentino, que financia algo sobre lo que no influye— pero logró que entrara también Argentina, Cuba, Uruguay, que están desde el primer momento, y Bolivia, Nicaragua y Ecuador, que entraron en 2006 y 2007. Este golpe de la salida de un socio clave puede ser muy duro para Telesur.
“Tenemos que cuidar los dineros de los contribuyentes argentinos y garantizar los valores en los que creemos, como la pluralidad. Cualquier medio de información aporta, pero nosotros creemos en la pluralidad. Los contribuyentes argentinos no tienen por qué pagar algo que se ha transformado en un discurso unilateral. El presidente Macri nos puso como exigencia garantizar el pluralismo y que los medios sean estatales y no gubernamentales. Eso es lo que estamos haciendo”, remata Lombardi.
Así se completa el giro de Macri, que incluso antes de llegar a la presidencia ya anunció que iba a pedir que se aplicara la cláusula democrática para expulsar a Venezuela de Mercosur por los presos políticos. Después de la derrota del chavismo en las elecciones de diciembre Macri suavizó ligeramente su discurso pero es evidente que su distancia del gobierno venezolano es enorme y esta decisión no hace sino consolidarlo.