La presidenta chilena, Michelle Bachelet, reiteró hoy su negativa a la supuesta paralización del gobierno ante los efectos de fenómenos naturales y el destape de casos de corrupción que vinculan a funcionarios del Estado.
En su visita a la ampliación del servicio de distribución de agua potable en la localidad de Longaví, en la central región del Maule, afirmó encabezar un Gobierno que "va para adelante" y no se distraerá en discusiones o polémicas que no beneficien a las familias chilenas.
El pasado martes, durante la inauguración de un consultorio en la Región Metropolitana de Santiago, la presidenta desestimó las aseveraciones opositoras de que el Ejecutivo se encontraba "paralizado" en medio de un complejo escenario matizado por casos de corrupción a los que son vinculados funcionarios gubernamentales y los efectos de la catástrofe pluvial en el norte.
Quince días atrás las peores lluvias en las últimas ocho décadas en la zona asolaron durante más de cuatro jornadas las regiones de Atacama, Coquimbo y Antofagasta. Hasta el momento, la Oficina Nacional de Emergencia cuantifica 26 fallecidos, 125 personas desaparecidas y cerca de 30 mil damnificados.
En consecuencia con el siniestro Bachelet rechazó participar en la VII Cumbre de la Américas en Panamá para supervisar de cerca las labores de reconstrucción que, según anunció la víspera, costarán alrededor de mil 500 millones de dólares.
