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2023/08/30

Las dramáticas horas que preceden la renuncia del general Carlos Prats

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El ex comandante en jefe del Ejército relata en sus memorias los hechos que lo llevaron a renunciar al gabinete de Allende y a la jefatura de su institución.



Prats, Allende y Tohá
Prats, Allende y Tohá


Lunes 20 de agosto

10:00. El general Leigh me informa telefónicamente a mi oficina que el general Ruiz -en lugar de concurrir al Ministerio de Defensa Nacional, a la ceremonia de entrega del mando previamente acordada- se ha "autoacuartelado" en Los Cerrillos.

Le expreso al general Leigh que cuando se amotinó el Batallón Blindado 2, yo, como comandante en jefe del Ejército, había solicitado del Gobierno que se me dejara a mí resolver, sin interferencias políticas, el problema del Ejército. Por lo tanto, le pido que él, como comandante en jefe titular de la FACh (puesto que su nombramiento estaba totalmente tramitado), resolviera su problema interno y que yo, como ministro de Defensa Nacional, no lo interferiría.


Martes 21 de agosto


09:00. Amanezco con fiebre, afectado por una fuerte gripe. Converso con el general Pinochet. Afortunadamente la actitud de Ruiz no logró arrastrar al Ejército, aunque en su seno fueron insistentes las presiones durante el día de ayer, hasta cerca de las 16:00 para que solidarizara con Ruiz.

10:00. Reunión del Comité Operativo en la oficina del ministro del Interior. Se debaten las complejas incidencias de los paros, en los que se advierte un síntoma de reanudar la resistencia. Se analiza el informe del contralor general de la República respecto de las facultades y obligaciones de los interventores militares, que en sus aspectos fundamentales establece:

- Que la reanudación de faenas de los medios de transporte y carga servidos por el sindicato profesional de dueños de camiones dispuesta por el D.S. NO 1.085, debe conformarse estrictamente a las disposiciones de los artículos 38 de la Ley 12.927 y 160 de la Ley 16.840.

Los interventores deben limitarse a impartir a los empresarios las instrucciones "que sean física y moralmente posibles de ser llevadas a efecto por ellos" y, en el caso de no cumplir el requerimiento, "podrán asumir la administración directa del referido giro ordinario o normal de los servicios, levantando un acta y confeccionando un inventario en presencia de un ministro de fe".

- Bajo la responsabilidad inmediata y directa del interventor general, los interventores podrán adoptar las providencias necesarias dentro del régimen legal y pueden solicitar de las autoridades administrativas la ayuda necesaria dentro del sistema de reanudación de faenas que "como tal, no hace posible la intervención de Dirinco o de sus funcionarios en medidas tanto de requisición como incautación que resultan ajenas a los actos permitidos al interventor".

14: 30. Me traslado a la residencia del comandante en jefe del Ejército y me acuesto, porque ya no puedo sostenerme en pie. Como algo en cama y me duermo profundamente.

17: 15. Despierto con el bullicio que siento frente a mi domicilio. Mi mujer, muy impresionada, me dice que se han concentrado unas 300 mujeres que gritan y piden, a través del portero, que ella las reciba para entregarle una carta. Al observar, estupefacta, que participaban en la concentración varias esposas de generales y jefes en servicio activo y en retiro (muchas de ellas hasta esos momentos consideradas "sus amigas"), les había dicho que entregaran la carta al portero.

La nota dice textualmente:

Sofía:

Como esposas de oficiales y madres ante todo, nos atrevemos a acercamos hasta ti para que sirvas de portadora de un angustioso llamado que le hacemos a tu esposo.

Nuestros maridos ya no pueden usar el uniforme que con tanto orgullo siempre lo hicieron para evitar ser insultados.

Nuestros hogares han visto llegar armas que se mantienen alertas ante un peligro y eso lo lloran nuestros hijos.

Nuestros hombres salen a su trabajo y quedamos en muda plegaria rogando porque vuelvan.

El desconcierto del futuro de un país que progresaba y hoy sufre el descalabro económico más desastroso del mundo no nos permite ofrecer seguridad a nuestros hijos.

La angustia y rebeldía que sufren nuestros hombres al estar sometidos a una disciplina y ver que con ella juegan.

Y por último en este tráfago de política deben permanecer al margen de ella por su doctrina, sin embargo, ellos son el blanco de los ataques. Esto los ha llevado al límite de la desesperación.

Te rogamos Sofía intercedas ante tu esposo y lleves este ruego de tantas mujeres que lloran calladas.

Esposas de oficiales.

Muy pronto ya no son sólo mujeres las que gritan frente a mi casa: unas 1.500 personas -mujeres, hombres y menores- profieren toda clase de insultos e improperios en mi contra. Por respeto al lector, prefiero no transcribirlos.


Prats y Pinochet
Prats y Pinochet

Luego, se constituye en el lugar el subcomisario de la Prefectura Santiago Oriente, capitán Héctor Venegas, con otro oficial y unos veinte carabineros. Son recibidos en actitud frenética y agresiva, con denuestos y pedradas.

Una piedra lanzada contra el capitán Venegas lesiona a una distinguida dama manifestante, esposa de un jefe en retiro, lo que provoca en ella un shock histérico. A esto se suma la ofuscación desenfrenada del resto, lo que obliga a Carabineros a usar disuasivos químicos que dispersan parcialmente al grupo.

Entre los manifestantes aparecen un mayor y un capitán de Ejército en uniforme, y una persona de civil que se da conocer como oficial de Ejército que pretendía impartir órdenes a Carabineros.

El capitán de uniforme -que resultó ser Renán BaIlas Fuentealba, yerno del general (R) Alfredo Canales- se ubica frente a la puerta principal, pide silencio y textualmente manifiesta: "El general Prats no representa al Ejército de Chile y es un traidor".

Esta incitación enardece de nuevo a los manifestantes, que lanzan piedras sobre los vidrios de la residencia y pretenden ingresar al antejardín, lo que obliga a Carabineros a repelerlos.

El oficial vestido de civil resultó ser el mayor de Ejército, Luis Claudio Lobos Barrios, ayudante del general Viveros, ex ayudante del general Pinochet y comprometido en el proceso por el amotinamiento del Batallón Blindado 2.

El otro resultó ser el mayor Francisco Ramírez Migliassi, del comando de tropas del Ejército, bajo las órdenes del general Sergio Arellano.

Carabineros decide traer refuerzos ante la agresividad de los manifestantes.

19:00. Llega a mi casa el general Bonilla. Yo me había tenido que vestir poco rato antes, pese a lo mal que me sentía.

Pide hablar con mi esposa. Nos sentamos los tres en el living y se dirige a ella, dándole una explicación "de amigo" por el vejamen que se le ha inferido. Lamenta que su propia esposa, sin el conocimiento de él, haya participado en la manifestación. Sofía lo escucha y se retira. Le pregunto que si tiene algo que decirme a mí.

Me explica, entonces, que mi imagen "se ha deteriorado", porque "se dice que yo me confabulé con Allende para echar a Ruiz". Que yo había amenazado a Leigh "con echarle encima el Ejército si no resolvía luego la rebelión de Ruiz".

Yo le expreso que si mi imagen se ha deteriorado, ha sido porque los generales no han querido respaldar al Comandante en Jefe. Que si él cree en las patrañas de mi intervención para sacar a Ruiz y mis amenazas a Leigh, no tenemos ni una palabra que hablar nunca más.

Me levanto y lo invito a retirarse.

Entretanto, sigue en su apogeo la belicosa manifestación.

21: 30. Carabineros logra despejar a los manifestantes.

22:00. Nuevamente empiezan a concentrarse mujeres, hombres y menores frente a mi domicilio.

Llega el general Augusto Pinochet a expresarme sus sentimientos de pesar. Es pifiado e insultado.

Pronto llega el presidente Allende, acompañado de los ministros Letelier y Flores. También son ruidosamente pifiados cuando entran a mi casa.

El presidente me manifiesta su solidaridad y se muestra indignado. Está perplejo ante un procedimiento que califica de "indigno de hombres de armas". Está consciente de la sucia maniobra en desarrollo y expresa que es un recurso desesperado frente al fracaso de la intentona de Ruiz.

Se presenta el comisario de la Prefectura Santiago Oriente, mayor Juan Francisco Concha, advirtiendo que nuevamente ha crecido en forma considerable el número de manifestantes. Mantienen su actitud belicosa, repitiendo un coro de insultos en contra del presidente y de mí.

Yo le había encomendado a Carabineros que por ningún motivo se usara de la violencia contra los hostilizantes, porque no deseaba que después se me responsabilizara si alguna de las distinguidas damas que insultaba resultaba herida. Pero Carabineros me había representado que el público interpretaba la actitud contemplativa de ellos como predisposición favorable a los manifestantes.

Luego llega también el general subdirector de Carabineros, Jorge Urrutia Quintana, quien se preocupa personalmente de verificar el despliegue de Carabineros y ordena traer nuevos refuerzos.

Más o menos a las 23 :00, el presidente se molesta de oír tantas groserías y denuestos, y sale en persona a ordenar al Comisario Concha que proceda al despeje total del sector. Carabineros lo logra en cortos minutos.

Cuando se retiran el presidente y los ministros a las once y media, ya no quedan personas hostiles en los alrededores.

Quedo meditando en la gravedad de lo ocurrido. Al recordar uno a uno los nombres de las señoras de generales y oficiales que participaron en la manifestación, me siento como en el ensueño angustioso y tenaz de las pesadillas, considerando los largos años de falsa amistad que nos habían prodigado.

Pero cuando pasa por mi mente el recuerdo de la presencia de la esposa del general (R) Alfredo Canales y la arenga de su yerno, el capitán Ballas, se me despejan las interrogantes que me formulaba la noche del sábado 18, después de haber conversado con dos distinguidas señoras de jefes de la FACh en La Moneda.

Miércoles 22 de agosto


08:00. Converso con el general Pinochet y le expreso que estoy dispuesto a olvidar el triste episodio de ayer, si los generales me expresan públicamente su solidaridad. Eso es lo que fundamentalmente interesa en las circunstancias críticas que estamos enfrentando, ya que las reacciones de histeria femenina no pesan en mi ánimo para las relaciones de servicio.

Pinochet se manifiesta muy dolido y me asegura que hará cuanto esté de su parte por obtener una definición favorable de los generales.

12:00. Pinochet me informa telefónicamente que ha fracasado, porque sólo algunos generales están dispuestos a firmar una declaración de solidaridad. Me insiste en que hable yo con ellos.

Le respondo que por orgullo personal no debiera hacerlo, pero que estoy dispuesto a recibirlos para convencerme yo mismo de su actitud.

13:00. Me reúno con los generales Pinochet, Urbina, R. González, Baeza, Bonilla, Valenzuela, Sepúlveda, Pickering, Brady, P. Palacios, Contreras, Benavides, Álvarez, Vivero, Nuño, Arellano, Lutz, J. Palacios, Araya, Cano, J. Rodríguez y Salas.

Faltan los generales Torres, Bravo, Lagos, Forestier y Carrasco, que están en sus guarniciones de provincia, y el General Ervaldo Rodríguez, Agregado Militar en los EE. UU.

Les reitero lo dicho a Pinochet: estoy dispuesto a olvidar el incidente promovido por las esposas de varios de ellos y otras señoras de oficiales en servicio activo y en retiro, si ellos virilmente me entregan una declaración de solidaridad que se difundiría al país.

Les comento la conversación sostenida con Bonilla la tarde de ayer, en mi casa, ratificándoles la absoluta falsedad de que yo hubiera intervenido en el retiro de Ruiz. Les explico que Ruiz asumió la cartera de Obras Públicas y Transportes sin informarnos previamente a Montera y a mí, puesto que en el momento del juramento de los ministros, ambos fuimos sorprendidos al verlo asumir ahí y no en Minería, como habíamos quedado de acuerdo.

Les insisto que es de absoluta falsedad que yo haya amenazado al general Leigh "con echarle encima el Ejército", si no dominaba el conato de rebelión de Ruiz. Por el contrario, le había dejado la más total libertad de acción para que él dominara solo la situación sin entrometerme en absoluto, pese a la gravedad de lo que se vivía.

Termino diciéndoles que esperaré 24 horas la reacción de los generales y procederé consecuencialmente.

Les ofrezco la palabra y todos los presentes mantienen un significativo mutismo.

15:00. Me reúno con los subsecretarios para revisar el proyecto de bonificación especial para las FF.AA. y queda listo para su tramitación.

18:00. El presidente se reúne en La Moneda con los ministros del Interior, Relaciones Exteriores, Hacienda y Defensa Nacional; con los comandantes en jefe subrogantes; con el general director de Carabineros; con el jefe del Estado Mayor de la Defensa Nacional y con los subsecretarios de Guerra, Marina y Aviación.

Les expone la gravedad de la coyuntura que vive el país y que está a punto de precipitarlo en la guerra civil. Señala que el vejamen inferido al ministro de Defensa Nacional está claramente en el contexto de la planificación sediciosa de la ultraderecha, como un objetivo intermedio de una inminente intentona de derrocar al gobierno. Para los conjurados, el general Prats es un obstáculo que debe neutralizarse previamente y facilitar así la participación de los militares que conspiran. Se tratan, además, otros asuntos de interés general
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Prats con Allende

20:00. El general Pinochet me informa que el presidente lo ha invitado a comer a Tomás Moro con diez generales más. Me indica que ha seleccionado a los generales Urbina, R. González, Valenzuela, Sepúlveda, Pickering, Brady, Benavides, Álvarez, Lutz Y Cano.

Me impongo que la Confederación Nacional del Comercio Detallista, la Cámara Central de Comercio y el Sindicato de Comerciantes (Sideco) ordenaron a sus afiliados suspender momentáneamente el paro del comercio a nivel nacional, iniciado el día 21.


Jueves 23 de agosto


07:00. Leo en "El Mercurio" el acuerdo de la H. Cámara de Diputados, en virtud de un proyecto elaborado por los diputados democratacristianos José Monares, Baldemar Carrasco, Gustavo Ramírez, Eduardo Sepúlveda, -Lautaro Vergara, Arturo Freí y Carlos Sívori, y por los diputados nacionales Mario Arnello, Mario Ríos y Silvio Rodríguez.

Los catorce considerandos se refieren a las "violaciones" por el Gobierno, de la constitución y la ley, haciendo de ellas "un sistema permanente de conducta, llegando a los extremos de desconocer y atropellar sistemáticamente las atribuciones de los demás poderes del Estado, de violar habitualmente las garantías que la constitución asegura a todos los habitantes de la república y de permitir y amparar la creación de poderes paralelos ilegítimos". A los atropellos al poder legislativo, por usar de los decretos de insistencia y de los "resquicios legales", al "privar de todo efecto real" la atribución de destituir ministros y al negarse a promulgar la reforma constitucional sobre las áreas de la economía. A los "desmanes" con el poder judicial, al "capitanear una infamante campaña de injurias y calumnias contra la excelentísima Corte Suprema"; al indultar a delincuentes que pertenecen a partidos o grupos afines al gobierno y al arrogarse "el derecho de hacer un juicio de méritos a los fallos judiciales". A las violaciones de los dictámenes de la Contraloría General de la República. A los "atropellos a las garantías y derechos constitucionales", tales como la "igualdad ante la Ley", "la libertad de expresión", "la autonomía universitaria", "el derecho a reunión", "la libertad de enseñanza", "el derecho de propiedad", las "detenciones arbitrarias", los "derechos de los trabajadores y de sus organizaciones sindicales o gremiales", "la ruptura de compromisos contraídos para hacer justicia con trabajadores injustamente perseguidos". El haber contravenido "expresamente la Ley de Reforma Agraria", la negación de "participación real de los trabajadores", el "fin de la libertad sindical" y la garantía "que permite salir del país". A la formación de "organismos sediciosos", como los "comandos comunales, los consejos campesinos, los comités de vigilancia, las JAP., etc., y a la "formación y desarrollo, bajo el amparo" del Gobierno, de grupos armados".


El texto del acuerdo es el siguiente:


Primero: Representar al señor presidente de la república y a los señores ministros de Estado, miembros de las FFAA. y del cuerpo de Carabineros, el grave quebrantamiento del orden constitucional y legal de la república que entrañan los hechos y circunstancias referidos en los considerandos Quinto a Duodécimo precedentes.


"Les respondo con tristeza que se me ha encajonado en la alternativa de retirarme yo, con la esperanza de que Pinochet logre sustraer al Ejército de la aventura golpista inminente, o de llamar a retiro a doce o quince generales. Esta última opción desataría la guerra civil, de la que yo sería el detonante".

Representarles asimismo que, en razón de sus funciones, del juramento de fidelidad a la Constitución y a las leyes que han prestado y, en el caso de dichos Srs. ministros, de la naturaleza de las instituciones de que son altos miembros, y cuyo nombre se ha invocado para incorporarlos al ministerio, les corresponde poner inmediato término a todas las situaciones de hecho referidas que infringen la Constitución y las leyes a fin de encauzar la acción gubernativa por las vías de derecho y asegurar el orden constitucional de nuestra Patria y 'las bases esenciales de convivencia democrática entre los chilenos'.

Tercero: Declara que si así se hiciere, la presencia de dichos señores ministros en el gobierno importará un valioso servicio a la república. En caso contrario, comprometería gravemente el carácter nacional y profesional de las FFAA. y del cuerpo de Carabineros, con abierta infracción a lo dispuesto en el articulo 22 de la Constitución Política y grave deterioro de su prestigio institucional.

Cuarto: Transmitir este acuerdo al Señor presidente de la República y a los señores ministros de Hacienda, Defensa Nacional, Obras Públicas y Transportes, y Tierras y Colonización.

La lectura del texto me produce una extraña desazón. Pienso que este documento es como un hachazo decisivo, con el que se cercena en dos partes el tronco de la comunidad nacional. Con él se pretende invalidar la tesis de la presencia simbólica de los comandantes en jefe y del general director de Carabineros, como nexo entre un gobierno constitucional, esterilizado en su accionar presidencialista por la obstrucción opositora y por errores del parcelarismo en la administración del Estado, y el sector más progresista de la oposición. Surge en cambio, la tesis parlamentarista de la "pera madura", desfigurando premeditadamente la realidad chilena que requiere de un urgente y substancial reordenamiento político, económico y social, y no un retorno a la juricidad que no se ha perdido.

Pienso qué impacto provocará su lectura entre mis camaradas de armas, particularmente en aquéllos de la típica mentalidad de un Ballas o de un Lobos: este documento pasa a ser un cheque en blanco que les endosa el Parlamento.

10:00. Pinochet concurre a mi despacho a informarme que ha recogido la reacción de los generales: la posición de la mayoría es de negativa a firmar una declaración de solidaridad conmigo. Los generales Mario Sepúlveda Squella, comandante de la II D.E. y de la Guarnición de Santiago, y Guillermo Pickering Vásquez, comandante de Institutos Militares, le han presentado su renuncia indeclinable.

Ya no me cabe duda de lo que buscan los generales: librarse de los obstáculos que les impiden un pronunciamiento político institucional. El retiro de Sepúlveda y Pickering -los dos generales con mando más íntegros, honestos y profesionales que me han acompañado durante los duros 8 meses últimos y que fueron piezas claves en la acción contra el amotinamiento del Batallón Blindado 2- me deja sin intermediarios incontaminados por la pasión política
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Le pido a Pinochet que llame a Sepúlveda y Pickering.

11:00. Sostengo una emotiva entrevista con ambos. Intento disuadirlos de su determinación, pero mis argumentos no resultan convincentes frente a los de ellos. ¿Cómo se puede ejercer la gran responsabilidad de comandar las dos unidades operativas claves del Ejército en la convulsa coyuntura política que vive el país, cuando sus propios colegas generales, que no tienen mando, soliviantan a los mandos medios y subalternos o se dejan empujar por las presiones de éstos? ¿Cómo se puede responder de la disciplina de cuerpos de tropa, si la oficialidad media y subalterna está claramente perturbada por la acción psicológica que la oposición ha llevado ya al paroxismo?

Les digo que es preferible que me vaya yo, que ya he jugado mis últimas cartas y no ellos, que son una esperanza del mantenimiento del profesionalismo prescindente y con porvenir institucional. Me argumentan que su retiro me da un arma para adoptar drásticas medidas disciplinarias con aquellos generales que, con su actitud de rebeldía, van a destruir el Ejército profesional.


Orlando Letelier y Carlos Prats, ambos asesinados por la dictadura

Les respondo con tristeza que se me ha encajonado en la alternativa de retirarme yo, con la esperanza de que Pinochet logre sustraer al Ejército de la aventura golpista inminente, o de llamar a retiro a doce o quince generales. Esta última opción desataría la guerra civil, de la que yo sería el detonante.

13: 15. Me entrevisto durante dos horas y media con el presidente Allende, con un único testigo: el ministro Flores.

Le informo de la decisión de la mayoría de los generales de no firmar una declaración de solidaridad, a raíz de la manifestación frente a mi casa en la que participaron las esposas de algunos de ellos y de otros oficiales.

Le añado que los generales Sepúlveda y Pickering han renunciado indeclinablemente y que no he logrado hacerlos modificar su decisión.

Le solicito que acepte mi renuncia al Ministerio de Defensa Nacional y a la Comandancia en Jefe, que es la opción que he elegido, después de madurarla durante las veinticuatro horas que di a los generales para que meditaran su conducta. Por ello, se trata de una decisión fría y realista y no la consecuencia del ofuscamiento derivado del vejamen que se me infirió.

Se suscita un diálogo doloroso para mí: él insiste en que no debo dejarme doblegar por la intriga y la maquinación política, en circunstancias que debo sentirme orgulloso de tener mi conciencia limpia, pues nunca lo serví a él dócilmente, sino con lealtad y con criterio profesional.

La discusión se produce en un nivel en que no aparece el presidente de la República, desde un plano superior, apostrofando al comandante en jefe del Ejército, sino ambos colocados en una misma grada humana, donde un político diestro argumenta ante un soldado, teniendo en vista el interés nacional. Y éste contraargumenta, convencido de que, en aras de dicho interés, debe sacrificar su orgullo personal.

Lo convenzo, cuando le manifiesto que si yo continuara en mi cargo de titular, tendría que solicitarle que aplicara su facultad presidencial contra doce o quince generales, y esa medida iba a precipitar la guerra civil. En tal caso, yo sería el culpable de la sangre que se derramara entre hermanos y él sería el cómplice principal. Le añado que, por mi parte, no estoy dispuesto a ensangrentarme las manos y, en cambio, si me sucedía el general Pinochet -que tantas pruebas de lealtad me había dado- quedaba una posibilidad de que la situación crítica general del país propendiera a distenderse. Esto le daba la chance de contar con tiempo a él, como presidente, para lograr el buscado entendimiento con la D.C. y, a su vez, le daba a Pinochet plena independencia para llamar a retiro a los dos o tres generales más conflictivos.

Finalmente, lo informo de que he sabido -sin confirmación- que para la noche de ayer estaba concertado un "mitin de oficiales" uniformados, que se iba a efectuar en la rotonda de Vitacura, pidiendo mi salida. Este acto deliberativo se había postergado, en vista de que yo otorgué a los generales un plazo de 24 horas para darme una respuesta escrita sobre su solidaridad. De modo que, si no anunciaba hoy día mi retiro, era previsible que tuviéramos que enfrentar una nueva actitud sediciosa en la noche de hoy.

Nos despedimos doloridos y, con emoción, observo al noble ministro Flores profundamente conmovido.

16: 30. Me reúno con el almirante Merino, el general Leigh, el almirante Carvajal y los subsecretarios de Guerra, Valenzuela, de Marina, Domínguez, y de Aviación, Ortega.

Les comunico que he presentado mi renuncia indeclinable al presidente de la República tanto a mi función ministerial, como a mi cargo de comandante en jefe.

El almirante Carvajal expresa con seriedad que debo recordar que "la abdicación de O'Higgins se inscribió en la historia de Chile como el más noble gesto del prócer". Le respondo que así ocurrió, pero que recuerde que O'Higgins logró su reivindicación 20 años después, cuando estaba al borde de la muerte.

17:00. Informo de mi determinación a Pinochet y a Montero.

Me retiro a mi hogar después de firmar el texto oficial de mi renuncia.


Hartmut Hopp, médico de Colonia Dignidad, mano derecha de Schäfer y prófugo de la justicia chilena, es funado frente a su departamento en Alemania

 

Cerca de 50 personas se manifestaron en el barrio residencial donde Hartmut Hopp vive. "Necesito saber cómo y dónde murieron mis familiares para poder despedirme", dice Juan Rojas Vásquez.


Juan Rojas Vázquez critica la impunidad de los crimenes cometidos por Colonia Dignidad ante la justicia alemana.Foto: Ute Löhning.


En Oppum, un barrio residencial de la ciudad de Krefeld en el extremo oeste de Alemania se reunió un grupo de cincuenta personas para funar a Hartmut Hopp frente a su departamento. En una calle muy tranquila, entre casas particulares, antejardines y cerca de un asilo de ancianos, los manifestantes se apostaron en el frontis de un edificio de tres pisos de ladrillo rojo con fotografías de detenidos desaparecidos chilenos.

En sus lienzos, los manifestantes exigían el esclarecimiento de los crímenes cometidos en Colonia Dignidad y justicia para las víctimas de aquel asentamiento alemán ubicado a 40 kilómetros de Parral, en la región del Maule. Desde su fundación en 1961, el asentamiento sometió a parte de sus habitantes a violaciones y abusos sexuales perpetrados por su fundador Paul Schäfer, además de ser sometidos a trabajos forzados. Después del golpe de Estado de 1973, operó como un centro de detención donde fueron torturados cientos de opositores y decenas asesinados.

Hartmut Hopp (79), ex director del hospital de la Colonia Dignidad y mano derecha del líder de la secta Paul Schäfer, fallecido en 2010, desde hace poco reside en el edificio de departamentos frente al cual se organizó la manifestación.


"Hoy estoy aquí porque no quiero morir sin saber qué fue de ellos", explica Rojas Vásquez. Está seguro de que Hopp, que mantenía contactos estrechos con la DINA, sabe lo que les pasó a sus familiares en Colonia Dignidad y se dirige a él directamente: "Le pido de todo corazón que diga la verdad. Necesito saber cómo y dónde murieron mis familiares para poder despedirme".  

"Llevo casi cincuenta años buscando a mi padre y a mi hermano", dice Juan Rojas Vásquez, oriundo de Los Carros en los alrededores de Colonia Dignidad. Ahora vive en Stuttgart y tiene también la nacionalidad alemana. El 13 de octubre de 1973, su hermano Gilberto y su padre Miguel Rojas Rojas fueron secuestrados y presuntamente asesinados en Colonia Dignidad. Nunca se supo su destino y aún siguen desaparecidos.

"Hoy estoy aquí porque no quiero morir sin saber qué fue de ellos", explica Rojas Vásquez. Está seguro de que Hopp, que mantenía contactos estrechos con la DINA, sabe lo que les pasó a sus familiares en Colonia Dignidad y se dirige a él directamente: "Le pido de todo corazón que diga la verdad. Necesito saber cómo y dónde murieron mis familiares para poder despedirme".

Hartmut Hopp, sin embargo, no contesta, incluso, tal vez no está en casa. En Chile ha sido condenado a cinco años de cárcel por encubrir violaciones y abusos sexuales a menores. Eludió esta condena fugándose a Alemania. Desde 2011, Hopp vive tranquilamente en la ciudad de Krefeld. Como es ciudadano alemán, Alemania no lo extradita a Chile y además rechazó una solicitud chilena para que cumpliera su pena en una cárcel en Alemania.


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En la funa Juan Rojas Vázquez critica la impunidad de los crímenes cometidos por Colonia Dignidad ante la justicia alemana. Foto: Ute Löhning.
En la funa Juan Rojas Vázquez critica la impunidad de los crímenes cometidos por Colonia Dignidad ante la justicia alemana. Foto: Ute Löhning.


Por último, la justicia alemana también archivó sus propias investigaciones criminalísticas contra Hopp y también contra otros jerarcas de Colonia Dignidad. En Alemania, los crímenes cometidos en Colonia Dignidad quedaron impunes y en ninguno de los casos se inició un juicio. Varios ex líderes de la colonia alemana, investigados en Chile y buscados por órdenes de aprehensión de la Interpol, se escaparon hacia Alemania dónde encuentran un refugio seguro.




Hartmut Hopp, sin embargo, no contesta, incluso, tal vez no está en casa. En Chile ha sido condenado a cinco años de cárcel por encubrir violaciones y abusos sexuales a menores. Eludió esta condena fugándose a Alemania. Desde 2011, Hopp vive tranquilamente en la ciudad de Krefeld. Como es ciudadano alemán, Alemania no lo extradita a Chile y además rechazó una solicitud chilena para que cumpliera su pena en una cárcel en Alemania.

Mientras tanto, el proceso político de esclarecimiento de los crímenes avanza muy lentamente. Los gobiernos de Alemania y Chile declararon repetidamente que quieren construir un sitio de memoria y documentación en la ex Colonia Dignidad, hoy Villa Baviera. Queda por crearse una fundación u otro ente ejecutivo para la creación de un sitio de memoria. Pero lo que más prospera por ahora en Villa Baviera es una empresa de turismo con un hotel-restaurante de estilo bávaro.

En la ciudad alemana de Bochum que queda a 50 kilómetros de Krefeld se organizó una "Alianza por la Solidaridad y el Recuerdo" a propósito del 50 aniversario del golpe de Estado en Chile. Ellos piden que se retome la investigación penal de los crímenes de Colonia Dignidad. "Unos días antes del Día Internacional de las Víctimas de Desaparición Forzada [30 de agosto], se organizó esta funa para dirigirnos específicamente contra los autores de crímenes impunes y para darles a conocer a los vecinos el papel que jugó Hopp", dice Bianca Schmolze.

Ella es responsable del área de derechos humanos en una organización de apoyo medicinal para refugiados de Bochum. Durante el día distribuyen volantes en el barrio, donde hasta el momento se desconocía que Hopp era residente y el pasado con el que carga. Por supuesto que han oído hablar mucho de Colonia Dignidad, dicen unos residentes interesados que no quieren ser nombrados, "pero es diferente cuando pasa justo en la puerta de tu casa".

Para Bianca Schmolze, es importante "lograr un reconocimiento del dolor y del sufrimiento de las víctimas y dejar claro mediante diversas acciones que los y las sobrevivientes no están solos". Explica que la desaparición de personas también afecta fuertemente a sus familiares a los que se transmite el dolor y la historia. "Mientras no quede claro cuál fue el destino de la persona querida, el crimen de la desaparición forzada no termina, y la búsqueda de los desaparecidos continúa. Los familiares van a continuar esta lucha hasta que por fin sepan qué ha sido de sus seres queridos."



Ute Lönhing, autora de este artículo, publicó el original en el medio alemán Taz.

Ni olvido ni perdón: Robado al nacer chileno secuestrado durante la dictadura se encuentra con su madre después de 42 años

 


Un abogado de 42 años que fue robado al nacer durante el gobierno del dictador chileno Augusto Pinochet y criado en Estados Unidos ha viajado miles de kilómetros hasta Sudamérica para encontrarse con su madre biológica por primera vez.



"Hola mamá": El emotivo reencuentro de chileno secuestrado al nacer con su madre biológica


"Ella no sabía de mí porque me llevaron al nacer y le dijeron que estaba muerto", dijo Jimmy Lippert Thyden en un vídeo de TikTok mientras estaba en el avión para encontrarse con su madre por primera vez. "Cuando preguntó por mi cuerpo, le dijeron que lo habían desechado".




"Así que nunca nos abrazamos, nunca nos abrazamos".


Caminando por una calle en Valdivia, la ciudad natal de su madre, a unos 740 kilómetros (460 millas) al sur de la capital chilena, con un ramo de flores en la mano, Lippert Thyden abrazó entre lágrimas a María Angélica González, su madre biológica, y le dijo que la amaba.


Lippert Thyden se reconectó con su familia gracias a un rastreo de ADN realizado a través de MyHeritage.com y Nos Buscamos, una organización no gubernamental chilena que ayuda a reconectar a personas separadas durante la dictadura de 17 años. Miles de personas desaparecieron y decenas de miles fueron torturadas durante el gobierno de Pinochet, que terminó en 1990.


La conmovedora historia que revela cómo se robó niños en la dictadura de Pinochet


La fundadora de Nos Buscamos, Constanza del Río, creó la organización después de no poder encontrar información sobre su propia familia biológica. La ONG dice que ha logrado ayudar a unas 400 personas a reconectarse con sus familias.



"Este caso es uno de cientos o miles de casos de trata de niños durante la dictadura y la democracia", dijo del Río. "Estos niños fueron declarados muertos y vendidos a extranjeros por 10.000 o 15.000 dólares".


La conmovedora historia que revela cómo se robó niños en la dictadura de Pinochet




El caso de Jimmy Lippert Thyden, un hombre de 42 años que vive en EE.UU. y que ahora se pudo abrazar con su madre chilena, María Angélica González, deja al desnudo cómo durante el gobierno militar se secuestró a centenares de bebés recién nacidos que fueron vendidos.



La imagen de Thyden con su familia después de 42 años de desconocer su historia y su identidad.



Fueron 6.025 días de terror. 860 semanas. 197 meses. 16 años y medio. Eso fue lo que duró la peor pesadilla que sufrió Chile: la dictadura del siniestro Augusto Pinochet (1973-1990). Durante todo ese tiempo, se cometieron los más atroces delitos y violaciones a los Derechos Humanos. Algunos conocidos. Y otros, no tanto. Una de las facetas desconocidas de la criminalidad de aquellos años fue el sistemático robo de bebés. Uno de los delitos más inhumanos. Y que, como en el caso de los nietos recuperados por las Abuelas de Plaza de Mayo en Argentina, demuestra que sus consecuencias trascienden el tiempo y sus dolorosos efectos continúan hasta el presente. Así quedó en evidencia en el caso de Jimmy Lippert Thyden, un hombre de 42 años que vive desde bebé en EE.UU. y que recién ahora se pudo abrazar con su madre chilena, María Angélica González, a quien se lo arrebataron en 1981.


En aquel entonces, trabajadores del hospital donde la mujer fue a dar a luz se llevaron al recién nacido y le dijeron a su madre que el pequeño había fallecido. Pero nunca le mostraron el cuerpo. Desde ese momento su madre nunca dejó de llorarlo. "Derramé un océano de lágrimas por tí", le dijo María Angélica a su hijo en medio del emocionado abrazo de reencuentro en su casa de Valdivia. “Te quiero mucho”, le contestó Jimmy, en español.


El camino a ese conmovedor reencuentro no fue nada sencillo. En abril pasado, Thyden leyó una noticia acerca de personas adoptadas nacidas en Chile que se habían reunido con sus parientes biológicos con la ayuda de una ONG llamada "Nos Buscamos". Él se comunicó con la organización que descubrió que había nacido prematuramente en un hospital de Santiago y había sido colocado en una incubadora. A su madre la obligaron a irse del hospital, pero cuando regresó a buscar a su bebé, le dijeron que había muerto y que su cuerpo había sido desechado.


Su historia no es una excepción. "Nos Buscamos" estima que decenas de miles de bebés fueron arrebatados a familias chilenas en las décadas de 1970 y 1980, basándose en un informe de la Policía de Investigaciones de Chile que revisó los pasaportes en papel de niños chilenos que abandonaron el país y jamás regresaron. "La verdadera historia fue que estos niños fueron robados de familias pobres, mujeres pobres que no lo sabían. No sabían defenderse”, expresó Constanza del Río, fundadora y directora de la ONG. "Simple y llanamente robaban niños y los vendían. No era para salvarlos de la pobreza o evitar que se murieran de hambre o lo que fuera. Esa era la película que presentaban. Pero la verdadera historia era que estos niños eran robados a familias pobres", explicó Del Río.


La trata de niños en Chile y la sustracción de sus identidades fue algo muy extendido durante la dictadura pinochetista. Esos delitos tan aberrantes se dieron en un contexto de un gobierno siniestro que asesinó y desapareció al menos a 3.095 personas, además de decenas de miles más que fueron víctimas de torturas o encarceladas por motivos políticos. El trabajo de "Nos Buscamos" durante todo este tiempo rindió sus frutos: logró que más 450 personas adoptadas se reúnan con sus familias biológicas en los últimos 9 años. Asociada con la plataforma de genealogía MyHeritage, que facilita kits gratuitos de pruebas de ADN en el hogar para distribuirlos a adoptados chilenos y presuntas víctimas de trata de niños en Chile, logró dar con la identidad de Thyden: no sólo confirmaron que era 100% chilenos sino que lo acercaron a un primo hermano que también usa la plataforma MyHeritage.


Cuando Thyden supo que su madre era María Angélica González, intentó conectarla por teléfono, pero nunca le respondió. Hasta que le envió un mensaje de texto con una foto de su esposa e hijas. Y allí sí, la mujer no pudo contenerse. El hombre le mandó más fotografías de la familia estadounidense que lo había adoptado, otras que rememoraban su paso por la Infantería de Marina de los EE. UU., su boda y muchos otros momentos importantes de su vida.


Finalmente, Thyden vendió un camión de su propiedad para poder viajar a Chile con su esposa, Johannah, y sus dos hijas, Ebba Joy, de 8 años, y Betty Grace, de 5, para conocer a su familia biológica. Cuando ingresó en la vivienda se encontró con 42 globos de colores, representando cada año que pasó lejos de los suyos y sin saber nada de su verdadera identidad. Y fue allí cuando su madre biológica le confesó: “Mijo (hijo), no tienes idea de los océanos de lágrimas que he llorado por tí. Cuántas noches he pasado despierta orando para que Dios me permita vivir lo suficiente para saber lo que te pasó”.


Los padres adoptivos de Thyden apoyaron el viaje de reencuentro. "Ellos fueron víctimas involuntarias" de una red de adopción ilegal de alcance internacional, cuenta el hombre. Y continúa: “Mis padres querían una familia, pero nunca la quisieron así. No por extorsión a otro, ni por robo a otro”. Y señala que “los trámites que tengo para mi adopción me dicen que no tengo familiares vivos. Y en los últimos meses me enteré de que tengo una mamá y cuatro hermanos y una hermana”. Sus declaraciones surgieron en una entrevista que brindó desde Ashburn, Virginia, donde trabaja como abogado defensor penal representando a “personas que se parecen a mí” que no puede pagar un abogado. Él califica su caso como un hecho de “adopción falsificada”.


Esta experiencia puede servir para la búsqueda de otros similares. Y para el reencuentro de familias disgregadas a la fuerza por estas mafias de la trata de bebés que operaron bajo el amparo de la dictadura de Pinochet. Por eso, mientras estuvo en Chile, Thyden acompañó a del Río a una reunión con uno de los siete investigadores que trabajan para abordar miles de casos de adopción falsificada. "No queremos dinero, sólo queremos el reconocimiento humano de que esta cosa horrible sucedió en Chile y el compromiso de que esto no seguirá sucediendo en el futuro", explicaron desde la ONG.


La idea es instrumentar ayuda a los adoptados chilenos que viven en el Exterior en sus esfuerzos por visitar su país de origen. “La gente necesita poder decidir... cuál será su nombre, dónde será su ciudadanía. Deberían tener acceso a ambo. Deberían tener todos los derechos y privilegios de un ciudadano chileno porque esto es algo que les pasó a ellos, no que ellos lo eligieron”, señaló la titular de la ONG.


Vale decir que además de "Nos Buscamos" existen otras organizaciones sin fines de lucro que están haciendo un trabajo similar, como por ejemplo, "Hijos y Madres del Silencio" (en Chile) y "Connecting Roots" (en Estados Unidos). La sospecha es que puede haber cientos de casos similares. De identidades que fueron robadas durante un régimen dictatorial que le dio amparo a ese y muchísimos otros delitos. Y que alejaron a miles de niños de su historia, de su familia. Algunos de ellos, como Thyden, pudieron -muchos años después- encontrar su camino a casa. Su camino a la identidad. Otros, aún no. Y quizás ni siquiera imaginen que tenían otra vida, otros afectos, otros amores, antes de ser lo que hoy son. Por esas historias inconclusas o incompletas es que casos como este ayudan a abrir los ojos, Y revelan otra cara de las atrocidades durante los años del ladrón y sanguinario
 Pinochet.


Chile: “Estos corazones” INDH recordará los 50 años del golpe

 


El INDH efectuará este acto para abrir la conmemoración del quiebre de 1973. Los nombres de las personas recordadas serán leídos sobre décimas de payadores y verseadores que musicalizarán la actividad.





La directora del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), Consuelo Contreras, encabezará este viernes 1° de septiembre, desde las 19 horas, la actividad denominada “Estos corazones” que será transmitida por streaming a través del canal de YouTube del INDH.


Se trata de la ceremonia conmemorativa principal con que el INDH recordará los 50 años del golpe, a través de la lectura en décimas de los nombres de las víctimas de la dictadura, en particular de quienes sufrieron ejecución política y desaparición forzada.


Entre los propósitos de esta actividad se encuentra el fortalecer el ejercicio de memoria y de este modo contribuir a la reparación de las víctimas, a 50 años del golpe.




El INDH efectuará este acto para abrir la conmemoración del quiebre de 1973. Los nombres de las personas recordadas serán leídos sobre décimas de payadores y verseadores que
musicalizarán la actividad.


Estas décimas abordarán muchos de los casos más terribles de violaciones a los derechos humanos, en muchos de los cuales todavía no se encuentran los restos de las personas desaparecidas. Cabe mencionar que de acuerdo con el último Informe Anual Situación de los DD.HH. 2022, a octubre de este año las autoridades sólo tenían identificadas a 310 víctimas de desaparición forzada.


Las coplas con nombres de las víctimas las preparó un grupo de seis verseadores nacionales. Ellos son Fidel Améstica, Franco Cáriz, Leonel Sánchez Moya, José Luis Suárez, Gabriel Torres y Rodrigo Torres. Todos ellos payadores con una formación que iniciaron en su adolescencia y celebrada con varios reconocimientos.


Derechos económicos y sociales


Este acto marcará el inicio de la conmemoración del quiebre institucional en Chile. Luego, proseguirá con la campaña “A ti también. Cómo la dictadura cambió nuestras vidas”, consistente en contenidos principalmente audiovisuales. Estos mostrarán cómo después del 11 de septiembre de 1973 los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales de las personas se vieron afectados.


Serán una serie donde se abordarán las vulneraciones a derechos como el acceso a la educación, a un trabajo digno, al agua, a la cultura o a la seguridad social.