Por Rodolfo Varela
En Chile, el derecho a la identidad cultural, la libre expresi贸n y la diversidad medi谩tica est谩 siendo desplazado por los intereses econ贸micos de conglomerados extranjeros.
Durante ese per铆odo, se entregaron radios, canales de televisi贸n y editoriales a grandes grupos econ贸micos afines al r茅gimen, muchos de ellos con v铆nculos internacionales, como parte de un proyecto ideol贸gico impulsado por los llamados Chicago Boys. Esto se hizo en paralelo a una feroz represi贸n a la prensa cr铆tica y a la censura sistem谩tica de cualquier voz disidente. ¿Qu茅 libertad de mercado puede existir sin libertad de prensa real?
Lo m谩s grave es que antes del golpe militar, la Constituci贸n vigente prohib铆a que una empresa tuviera m谩s de un medio de comunicaci贸n, y mucho menos el control total de un canal de televisi贸n. Adem谩s, las empresas extranjeras pod铆an participar, pero nunca tener el control, precisamente porque los medios eran considerados formadores de opini贸n y guardianes de la identidad nacional.
Ese marco jur铆dico fue eliminado por el r茅gimen. El resultado es el que vemos hoy: un pa铆s donde los medios ya no reflejan la voz ni la cultura del pueblo chileno.
El caso Prisa Media Chile: monopolio sin bandera
Hoy, una sola empresa extranjera —Prisa Media Chile, filial del grupo espa帽ol PRISA— controla 10 emisoras radiales: Coraz贸n, ADN, Radioactiva, Concierto, Futuro, Rock&Pop, Imagina, Pudahuel, FMDOS y LOS40. Adem谩s, posee el diario deportivo AS, la red de podcasts Podium Podcast, el sitio digital Somos La Percha, y una redacci贸n local del diario EL PA脥S. Esto no es pluralismo. Es concentraci贸n peligrosa.
Prisa no es el 煤nico actor extranjero. Chilevisi贸n, hoy propiedad de Paramount Global, y La Red, controlada por Albavisi贸n desde EE.UU., operan con l铆neas editoriales alejadas de las realidades locales. Algunos canales por cable tambi茅n pertenecen a conglomerados internacionales, y hasta las radios comunitarias deben competir en condiciones desiguales con estas megaestructuras.
Identidad en crisis
Durante las fiestas patrias se escucha cumbia extranjera en vez de cueca. En muchas fondas se sirve comida peruana y no chilena. Los artistas nacionales emergentes no encuentran espacio en los medios. La programaci贸n cultural pr谩cticamente ha desaparecido. Y todo esto tiene relaci贸n directa con la falta de medios chilenos para los chilenos.
Chile ha llegado a un punto cr铆tico: somos un pa铆s sin voz en nuestra propia tierra. La concentraci贸n medi谩tica no solo limita la diversidad informativa: silencia la cultura, empobrece la democracia y borra nuestra identidad.
El llamado
¿Hasta cu谩ndo las autoridades chilenas van a tolerar esta situaci贸n? ¿D贸nde est谩 el Congreso, el CNTV, la Subtel? ¿Por qu茅 no se legisla para garantizar pluralismo real, cuotas de contenido nacional, y protecci贸n de la soberan铆a medi谩tica?
El Estado chileno tiene una deuda hist贸rica con su pueblo. Y esta es solo una m谩s. Pero lo m谩s vergonzoso es que esta deuda es f谩cil de saldar: solo hace falta voluntad pol铆tica. ¿La tendr谩n?
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