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2022/03/25

Diseño de La Moneda para cónclave de Boric con parlamentarios


“Jornada de trabajo y colaboración legislativa oficialista”. Es ese el nombre que tendrá la reunión de trabajo del Presidente Boric con los partidos de gobierno, con la idea de que las 2 coaliciones (FA-PC y ex-Concertación) se erijan en un solo equipo, y zanjar las diferencias de forma y de fondo entre las 2 almas, que han marcado los primeros días de su instalación, como ha sucedido en el debate del Quinto Retiro e indulto 18-O, entre otras.


El Presidente Gabriel Boric, con los ministros de su comité político, los que expondrán este viernes en el encuentro en Cerro Castillo.


El itinerario del encuentro: Antes de que el Presidente Boric tome la palabra este viernes a las 9 AM en la reunión citada en el palacio de Cerro Castillo, se tomará una foto conjunta con todos los parlamentarios de los partidos oficialistas.


Será la primera señal de unidad que se busca dar en la reunión, a la que asistirán legisladores de Apruebo Dignidad (Frente Amplio, PC y Federación Regionalista Verde) y del Socialismo Democrático (PS-PPD-PR-Partido Liberal).


Después de Boric, la ministra del Interior Izkia Siches dará la bienvenida como jefa de gabinete, y expondrá sobre La Araucanía y la crisis migratoria en el norte, sus agendas prioritarias en el primer mes.


Luego, vendrá un segundo bloque conjunto liderado por los ministros Giorgio Jackson (Segpres) y Camila Vallejo (Vocera de Gobierno). Él pondrá el foco en el plan de gobierno y la agenda legislativa, y ella en el diseño comunicacional.

Desde el ala socialdemócrata luego expondrá el ministro Mario Marcel (Hacienda), quien presentará ejes del plan económico de Recuperación Inclusiva que se presentaría en los próximos días, con foco en empleo femenino y juvenil.

Ese plan resulta clave para lograr mejoras económicas para la población que permitan contener la presión en el parlamento por el Quinto Retiro, donde el Gobierno enfrentó un revés el lunes, cuando la Cámara visó la admisibilidad del proyecto, con amplios apoyos oficialistas, pese a la oposición de La Moneda.

También habrá espacio para intervenciones de los presidentes de ambas cámaras, Álvaro Elizalde (PS) y Raúl Soto (PPD), y jefes de bancada; y luego habrá mesas de trabajo sectoriales entre ministros y parlamentarios.

Qué significa: El nombre del encuentro (Jornada de Trabajo y Colaboración Legislativa Oficialista) no fue casual, y fue materia de análisis en La Moneda: la idea es que el sello del encuentro refuerce la idea de un solo equipo de gobierno -a ello responde la presentación conjunta de Jackson y Vallejo-, pese a la existencia al interior de 2 coaliciones distintas en el oficialismo. Ello en medio del debate instalado sobre las 2 almas del gobierno de Boric, que ha hecho a su administración enfrentar conflictos por ambos flancos, con la dificultad que un gesto a cada sector ha significado tensiones con el otro.

Primero el debate fue soterrado, a partir de varios hechos de la primera semana que evidenciaron diferencias de ideas de fondo y estilos entre ambos sectores.

Entre ellos, el veto de la ministra de la Mujer Antonia Orellana (FA) por la llegada del sacerdote Felipe Berríos a un grupo para asesorar al ministerio de Vivienda -dirigido por Carlos Montes (PS)- en temas relacionados a los campamentos; y las diferencias entre las autoridades de Interior (Siches y el subsecretario Manuel Monsalve, del PS) sobre si existen presos políticos mapuches.

“La relación entre Apruebo Dignidad y el eje socialdemócrata aún no ha cuajado”, dijo entonces la vicepresidenta regionalista verde, Flavia Torrealba, a El Mercurio.

Luego vino el revés por el Quinto Retiro, donde la postura del PC de no inhibir el debate impidió un rechazo en bloque, como esperaba el Gobierno, y votos de los comunistas en contra del Estado de Excepción en el norte por la crisis migratoria.

En medio, La Moneda tuvo que hacer un gesto al PC encargando a Carabineros una investigación por el incidente en Plaza Baquedano que terminó con un manifestante que realizaba desórdenes cayendo al suelo y golpeándose la cabeza, luego de que figuras comunistas acusaran represión.

24 horas después, La Moneda puso suma urgencia al indulto 18-O, como gesto a grupos más radicales, para intentar menguar la intensidad de las protestas de los viernes, con miras al Día del Joven Combatiente el 29/03.

Ello abrió un conflicto a Jackson con el PS, donde lo acusaban de forzar la votación de un proyecto que no tiene los votos (por el rechazo de la derecha) para que exista otro argumento entre los convencionales de izquierda para eliminar el Senado, principal bastión de poder del eje PS-PPD.

Entre los socialistas, ya se arrastraban resquemores por el incómodo pie en que quedó Montes con el veto a Berríos, y la baja participación que tuvo Monsalve en el diseño de la frustrada visita de Siches a Temucuicui.

“Lo primero que tenemos que hacer es encontrarnos entre partidos que pertenecemos a dos coaliciones distintas”, dijo así Jackson, respecto a la reunión en Cerro Castillo.

Por qué importa: La inquietud que ronda en el oficialismo es que las diferencias entre ambas coaliciones terminen impactando la agenda de Boric, lo que podría acrecentarse por el empate de fuerzas en el Congreso; y sobre todo que aumenten, a medida que se acerquen las elecciones municipales.


Mantener la estantería de votos de Apruebo Dignidad y el Socialismo Democrático se torna aún más clave considerando que aún teniendo esos apoyos en el Congreso, Boric sigue necesitando los votos de la DC y parte de RN para aprobar sus reformas.











CUT-Chile: “Movilizados por la victoria en la Constituyente”

Bárbara Figueroa, vice-presidente de Relações Internacionais da CUT-Chile, destaca papel da democratização da comunicação para garantir a soberania e os direitos sociais e trabalhistas em lei na Convenção Constituinte.


Bárbara Figueroa, vicepresidenta de Relaciones Internacionales de la CUT-Chile



En entrevista exclusiva este jueves, Bárbara Figueroa, vicepresidenta de Relaciones Internacionales de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) de Chile, defiende la importancia de la presión del movimiento sindical “para garantizar la soberanía y los derechos sociales y laborales en derecho en la Constituyente”. Convención”. “A partir de una ola de procesos conservadores de extrema derecha, profundamente neoliberales, que significó un gran retroceso en la región”, señaló el secretario de Desarrollo Sostenible de la Confederación Sindical de las Américas (CSA), ha llegado el momento de El sindicalismo latino para jugar un papel protagónico y pasar página. Y por eso, enfatizó Bárbara, “la lucha por la democratización de la comunicación es fundamental en la lucha política, ideológica y cultural”.

En su opinión, ¿cuál es el significado de la elección presidencial de Gabriel Boric para los destinos de Chile y la región?


Entendemos la importancia de lo que significa el proceso electoral de Chile para América Latina. Venimos de una ola de procesos conservadores de extrema derecha, profundamente neoliberales, que significó un retroceso enorme respecto a lo que habíamos avanzado en los años noventa.


La reanudación de la candidatura de Gabriel Boric a la presidencia y la propuesta programática de Aprovo Dignidade en Chile tras el estallido social de octubre de 2019, junto a la Convención Constituyente, consolidan un proceso que no solo es relevante para nuestro país sino que abre expectativas para un proceso electoral marco que viviremos en toda la región.

Este año tendremos las elecciones presidenciales en Colombia y Brasil donde hay proyectos alternativos, progresistas y antineoliberales que esperamos ver consolidados.


Entendemos que este es un proceso de cambio político que tiene mucho que ver con la claridad y convicción de que hoy en día es necesario disputar el poder institucional a los nuevos gobiernos, para brindarles soluciones profundas. Luchamos por gobiernos que apunten a un nuevo proyecto de desarrollo y soberanía, una disputa en la que creemos que el movimiento sindical tiene que jugar un papel fundamental.


Así, como vemos la elección de Gabriel como una puerta de esperanza, también implica grandes desafíos y responsabilidades. Porque allí jugamos hace poco una segunda vuelta con la extrema derecha. No es un escenario fácil, hay muchas expectativas y, por ello, entendemos que vamos a enfrentar un proceso difícil, en el que debemos lanzarnos de manera contundente y salir a la calle con los cambios y propuestas que fuimos. a la gente.


¿Cuál es el papel de los movimientos de presión social en este contexto de intensa disputa por la Constituyente? ¿Cuáles son los puntos clave, particularmente de la economía, en la defensa de la soberanía nacional?



Pues bien, es en este debate en el que se encuentra actualmente la Convención Constituyente, definiendo los contenidos del proceso y culminando la etapa de comisiones. Ya estamos llegando y acercándonos a lo que será el pleno y, a partir de ahí, la votación de lo que se aprueba o se rechaza estará dentro o fuera del marco de la nueva Constitución.


Creemos que llegar a un triunfo electoral con Boric y con la constituyente en este contexto atañe al triunfo de la revuelta, de lo que llamamos estallido social, de todo el cúmulo de luchas. El proceso constituyente es el heredero natural de esta trayectoria de enfrentamientos de la explosión social.


Hay un debate muy interesante sobre la forma del Estado, cómo se descentraliza el poder, la garantía de la soberanía de los recursos económicos y naturales, la protección del medio ambiente y la garantía de los derechos sociales y laborales. En estas tres áreas encontramos la disputa estratégica de la Convención.


Evidentemente, es necesario conquistar estas bases para que podamos tener una participación activa de los movimientos sociales, sin que ello signifique cooptar a la constitucionalidad. Necesitamos dar pasos hacia la participación de una democracia más abierta, más plena y más abierta para poder avanzar.


Para ello necesitamos no sólo garantías de protección e institucionalización social, sino también que el Estado gestione una empresa nacional. A esto hay que sumar la garantía de los derechos de todos para tener una base para un cambio económico profundo.


Ahora bien, por supuesto, una cosa es lo que nos garantizará la Constitución y, en base a ella, las leyes que tendrán que seguir estas reglas. Una vez garantizados, vamos camino a un nuevo modelo económico chileno.


¿Y cómo es el enfrentamiento con los grandes conglomerados de la comunicación en este contexto?


Como en la mayoría de los países de nuestra región, esta batalla es muy compleja. Porque hay un control hegemónico de los grandes conglomerados de la comunicación, la gran radio, la televisión y hasta la prensa escrita.


Este no es un tema exclusivo de Chile, es una batalla regional por los medios por parte del capital, se está dando en términos constitucionales. De lo que se trata es de impedir la captura empresarial por parte de grupos de interés que quieren apoderarse de los medios. Queremos instituir mecanismos de democratización.


Esta es una historia que también formó parte del debate presidencial. Dentro de la coalición Apoyo a la Dignidad, hubo una propuesta muy polémica sobre qué debe intervenir el Estado, qué provisiones y garantizar los derechos de todos.


Lo aprobado nos parece que responde a la distorsión democrática, porque el acceso a la información, a la comunicación, no se trata solo de equidad, sino también de romper las asimetrías entre los medios independientes y las cadenas oficiales, los que tienen más recursos o las regiones más ricas. Y este tema se está haciendo muy evidente: el papel que están jugando los grandes medios de comunicación en la campaña contra la Constituyente y contra los cambios.


No se trata, por tanto, de un debate sobre si son buenos o malos, de un sector o de otro, sino de garantizar efectivamente que todos tengan pleno acceso a la información y que, a partir de ella, puedan tomar mejores decisiones.


Como el proceso constituyente es obligatorio, la población debe ir a votar. Y esperamos que tengas toda la información posible sobre la mesa.


La democratización de la comunicación tiene que ver con la ruptura de los grandes conglomerados, con un mayor acceso de los medios a los recursos.


Sí, y eso es lo que queremos decir. Y de ahí el papel que debe jugar el Estado. No se trata sólo de imponer límites a los que intentan desaparecer a un conjunto de sectores, a una mayoría, sino también de garantizar el acceso plural y la transparencia de los recursos a quienes lo financian.


La reconocida periodista argentina Stela Calonni afirma que el Pentágono produce el 98% de lo que se publicita como “información” en los principales medios de América Latina. Y esto es más evidente en la cobertura a favor de los fascistas en Ucrania.


Es como usted dice: la información limitada y tremendamente manipulada no nos permite hacer una evaluación más precisa. De esta manera, no podemos profundizar la democracia ni construirla más plenamente, porque las noticias se mantienen limitadas y encapsuladas.


Así, comenzaremos a naturalizar temas que a estas alturas la Humanidad ya no debería naturalizar, como las posiciones fascistas y los candidatos fascistas. No queremos limitaciones a la democracia y no queremos que las mismas instituciones del Estado sean asfixiadas peligrosamente. Lo que sí tenemos claro es que la lucha por la democratización de la comunicación es fundamental en la lucha política, ideológica y cultural por el desarrollo de nuestros países y pueblos.

Fuente: Leonardo Wexell Severo

2022/03/24

Desigualdad en Chile: Boric debe refundar el contrato fiscal

El novel presidente chileno Gabriel Boric afirmó que su gobierno equilibraría los planes para expandir los programas sociales del país y ser fiscalmente responsable. «Tenemos que ser muy cuidadosos con el gasto público. El gasto permanente debe financiarse con ingresos permanentes», apuntó.




Con una economía frágil, inflación al alza, réplicas de la pandemia e incertidumbre mundial por la guerra en Ucrania, Boric dijo que planea lograr sus objetivos económicos a través de un proycto de ley de reforma tributaria que espera aumente la recaudación en cinco puntos del PIB.

«No vamos a decir que esta reforma es contra los más ricos», declaró. Hizo un llamado a los trabajadores, empresas y otros sectores a unirse a la mesa para discutir la reforma. «Una reforma tributaria tiene que tener alta calidad técnica y también ojalá el mayor consenso», señaló.

El martes, cuatro días después de su asunción, Boric se reunió con el ministro de Haciendo Mario Marcel, para analizar el diseño legislativo de la reforma tributaria que debe presentar al Congreso y sobre el estado de las cuentas públicas.

Desde el sector empresario comenzaron los tiros, especulando, por ejemplo, que la reforma tributaria eliminaría el crédito IVA para las constructoras que participan en proyectos habitacionales, y aunque esto no afectaría a otras iniciativas de infraestructura, como los contratos de concesiones, sí podría aumentar los costos de las viviendas sociales

La prensa hegemónica habló durante tres décadas de los éxitos del modelo chileno, pero las cifras dicen otra cosa: el 10 por ciento más rico del país acapara 50 por ciento de la riqueza y la mitad más pobre recibe solo el 10%. Sin duda, es uno de los países más injustos del mundo. Gravar su riqueza a un tipo del 2,5% permitiría recaudar unos 5.000 millones de dólares, el 1,5% del PIB y derogar ciertas exenciones que sólo benefician a los grupos de altos ingresos, ya sean multinacionales o los chilenos más ricos.

“Chile fue la cuna del neoliberalismo, también será su tumba”, señaló el novel presidente Gabriel Boric. Si quiere mantener su promesa y negociar un nuevo contrato social, el presidente tendrá que abordar como prioridad el sistema fiscal, que ha sido el garante de la perpetuación de las desigualdades, cuya persistencia alimenta desde hace varios años tensiones sociales que rozan o canalizan la explosión o estallido social.

La reducción de las desigualdades no sólo requiere políticas de redistribución, sino también un Estado capaz de financiar servicios públicos de calidad -en particular, la sanidad y la educación- que sean accesibles para el mayor número de personas, afirma el economista Ricardo Martner, y miembro de la Comisión Independiente para la Reforma de la Tributación Corporativa Internacional.

Con ingresos fiscales del 19,3 por ciento del Producto Bruto Interno el año pasado, Chile está muy lejos de la media del 33,5% de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el club de países ricos del que forma parte. El actual sistema fiscal es altamente regresivo, con énfasis en los impuestos indirectos que gravan principalmente a los sectores de ingresos medios y bajos de la población, al tiempo que dan un trato preferente a las grandes empresas.

Mientras, la evasión fiscal es muy alta. Entre 2013 y 2018, el estado perdió entres 7,5 y ocho puntos del PIB cada año. Una cifra por demás importante; equivale a 1,5 veces el presupuesto de educación y 1,6 veces el de salud.. Por último, hay que derogar ciertas exenciones que sólo benefician a los grupos de altos ingresos, ya sean multinacionales o los más ricos. Gravar la riqueza de los poderosos a un tipo del 2,5% permitiría recaudar unos 5.000 millones de dólares, o el 1,5% del PIB

Se hace necesario reformar el impuesto sobre un impuesto progresivo sobre los activos más altos y un impuesto sobre las grandes fortunas, y también al valor añadido, reduciendo los tipos para los bienes esenciales, los medicamentos y los libros, ya que pagar un 19% menos por la leche o el pan marcaría la diferencia para los hogares más pobres. También requiere la introducción de.

Reconstruir el contrato fiscal significa esperar un tira y afloja en el Congreso, controlado a medias por la derecha. Por ello, la fiscalidad debe estar en el centro de los debates para la nueva Constitución, que se someterá a referéndum en el tercer trimestre de 2022. En la redacción de su nueva Constitución, Chile puede mostrar el camino. Si bien es un país de apenas 19 millones de habitantes, simboliza una tendencia mundial.

El texto constitucional actual, aprobado en plena dictadura, consagra el modelo neoliberal al limitar la capacidad de los gobiernos para reducir las desigualdades a través de los impuestos y los regímenes de propiedad. La nuevo Constitución debería adoptar el principio de progresividad fiscal con su clara definición: es decir, los tipos impositivos efectivos deben depender del nivel de renta o riqueza, contribuyendo más los ciudadanos más ricos.

Consolidar el principio de progresividad fiscal es permitir que una eventual mayoría popular y democrática refunde el pacto fiscal, como nos recordó recientemente Thomas Piketty,

Durmiendo con el enemigo

Hernán Frigolett y Solange Berstein liderarán los dos organismos claves para la agenda reformista del nuevo gobierno de Boric. Al igual que Mario Marcel en Hacienda, los dos nombres que eligió son del corazón de la Concertación o Nueva Mayoría, la coalición que gobernó gran parte de los tan denostados 30 años, de los que los actuales gobrnantes y parte de su coalición han sido duros críticos (en sus años de estudiantes).

El gobierno se inclinó por la ingeniera comercial Solange Berstein en el cargo de presidenta de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF). Actualmente se desempeñaba como gerenta de la División de Política Financiera del Banco Central., donde trabajaba junto al ahora ministro de Hacienda Mario Marcel, y entre 2006 y 2014 fue Superintendenta de Pensiones..

Frigolett fue Tesorero General de la República de Bachelet II y ahora tendrá una de las responsabilidades más grandes del gobierno de Boric: implementar una reforma tributaria que promete recaudar 5% del PIB, y que desde ya se anticipa que será polémica, sin frenar el crecimiento económico en medio de un escenario local y global tremendamente complejo

Tras la publicación de una investigación de Ciper Chile en contra de Frigolett, designado director del Servicio de Impuestos Internos (SII), se demostró que Aserta, sociedad de su propiedad, recibió una suma de 83 millones por parte de la minera SQM por un informe sobre el litio.

Su consultora se encuentra entre las empresas que recibieron “pagos riesgosos” por parte de SQM, por lo que podrían ser incluidos dentro de la investigación por financiamiento político ilegal. Frigolett hizo ese estudio con otros cuatro autores relacionados con Chile 21, la ONG ligada al socialismo que fue investigada por recibir 441 millones de SQM

Bajo el mando de Frigolett, el SII debe tramitar solicitudes de las sociedades relacionadas con la minera para que se les condonen millonarias multas e intereses de 13 reclamos tributarios. Al respecto, el ingeniero sostuvo que “es claro que si hay algún conflicto de intereses por alguna acción de relación contractual que haya tenido en el pasado, ejerciendo en el sector privado, obviamente tiene que ser de los más transparentes y me tendré que inhabilitar y radicar el proceso en quien me parezca que es la subdirección idónea”.

Fonte: Claudio della Croce

¿POR QUÉ DEBE IMPORTARNOS EL INTENTO DE LICITACIÓN DEL LITIO CHILENO?

El cambio de orden jurídico en Chile llevará al país a un cambio en el orden económico imperante, de esta forma, es posible asegurar una participación más relevante del Estado en la explotación de los recursos naturales. En conjunto con la empresa nacional del litio propuesta por Boric, es posible imaginar un país que sea dueño de su riqueza, que no se limite a ser un “regulador” de la economía, que tenga participación, que tenga la facultad de tomar decisiones al respecto, que pueda alimentar las históricas demandas de su pueblo en educación, salud, seguridad, etc.





El gobierno de Sebastián Piñera, al abandonar la jefatura del Estado, ha mostrado insistencia en que la licitación del litio chileno continúe. Los contratos que materializarían la licitación entregan los derechos de explotación del “oro blanco” por 30 años, tres décadas en la que nuevamente un recurso natural y estratégico en territorio nacional sería entregado a las manos de los privados, imposibilitando al Estado extraer y añadir valor agregado a un recurso preciado.

El gobierno de Piñera defendio aludiendo que la empresa que gane la licitación deberá pagar “un impuesto gigante” por flujos futuros, pero en valor presente, y desmiente que “una sola persona se lleve toda la plusvalía”.

La controversia por la licitación se desarrolla en paralelo a la realización de la Convención Constituyente, institución encargada de redactar una nueva constitución a partir de una “hoja en blanco”. Esta posibilidad de redactar una nueva Carta Magna ha abierto esperanzas en ciertos sectores de la sociedad chilena que esperan pueda asegurarse, de forma jurídica, la posesión y derecho de explotación de recursos naturales estratégicos en el mundo del siglo XXl.

El presidente, Gabriel Boric, y su coalición política han planteado la necesidad de la creación de una empresa nacional del litio, un organismo estatal con facultades para realizar la explotación del recurso natural y añadirle valor agregado. Una idea que los sectores reaccionarios han descartado aludiendo a supuestas incapacidades por parte del Estado de satisfacer las necesidades de la población. Al respecto, Boric señaló que “el litio es el mineral del futuro”, haciendo un llamado a repensar la lógica económica extractivista a cargo de empresas privadas.

¿Quiénes son los postulantes a dicha licitación? Se trata de cinco empresas oferentes que presentaron seis ofertas económicas. Estas son: BYD Chile, Albemarle, Cosayach Caliche, Servicio y Operaciones Mineras del Norte y SQM. Cabe destacar que una quinta parte del litio del mundo es producido por SQM. La Sociedad Química y Minera de Chile (SQM) no es una empresa ajena a las controversias. SQM solía ser un fabricante estatal de fertilizantes químicos hasta que la dictadura cívico militar del traidor Pinochet entregó su propiedad al yerno del dictador, Julio Ponce Lerou, transformándose en uno de los principales beneficiarios de las olas privatizadoras de la dictadura. En el último tiempo la empresa ha sido objeto de investigación y multas por las instituciones reguladoras chilenas y por la Comisión Nacional de Valores de Estados Unidos por violaciones a la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero. Ponce Lerou ya no preside la empresa debido a otros escándalos vinculados al financiamiento ilegal de partidos políticos, pero sigue siendo dueño del 30% de la firma.

¿Qué es el litio? El litio es un mineral que se encuentra en abundancia en los salares del desierto de Atacama. Es un recurso que cada día que pasa va ganando mayor importancia al ser un elemento fundamental en la construcción de baterías y en el procesamiento de medicina utilizada en el área de salud mental.

El litio es un componente esencial para el desarrollo de las baterías y, mientras las principales economías del planeta buscan alternativas para la energía convencional, la discusión sobre la explotación del litio va ganando mayor relevancia y su demanda se incrementa. El uso medicinal del litio en pacientes cuya salud mental esté comprometida se da a través de las propiedades de conducción de señales eléctricas. Estas propiedades permiten que el litio pueda ser utilizado en la elaboración y producción de medicamentos que ayuden a tratar pacientes con trastornos maníaco-depresivos.

De acuerdo a la información que se maneja acerca del litio, Chile contaría con las mayores reservas probadas de este material en el planeta. En el desierto más árido del mundo tendríamos una riqueza que, eventualmente, podría ayudar a financiar las carencias que llevaron a Chile al estallido social del 2019.

Las demandas del pueblo chileno durante la revuelta de octubre de 2019 se dan como el resultado de una acumulación histórica de indignación con las injusticias sociales que se vivían/viven en el país. Falta de acceso a la salud, educación, seguridad y un alto costo de vida en general, motivaron a las y los chilenos a manifestarse en contra de la realidad que azotaba a sus comunidades.

La respuesta institucional del gobierno y el Congreso fue dar la apertura a un proceso de discusión constitucional que culminaría con la redacción de una nueva constitución. El mecanismo escogido fue una convención constituyente con miembros elegidos por un sistema de representación paritaria de género y con escaños reservados para los pueblos originarios. Esta nueva institución democrática deberá dar la discusión sobre qué nueva Carta Magna regirá el país, empezando la discusión sobre una “hoja en blanco”.

No son pocos aquellos que piensan que esta nueva constitución podría marcar el comienzo del fin del modelo extractivista a manos de los privados. Desde la explotación del salitre hasta el cobre, los privados han tenido mayoritariamente participación en la explotación y acumulación de ganancias fruto de la actividad extractivista.

El cambio de orden jurídico en Chile llevará al país a un cambio en el orden económico imperante, de esta forma, es posible asegurar una participación más relevante del Estado en la explotación de los recursos naturales. En conjunto con la empresa nacional del litio propuesta por Boric, es posible imaginar un país que sea dueño de su riqueza, que no se limite a ser un “regulador” de la economía, que tenga participación, que tenga la facultad de tomar decisiones al respecto, que pueda alimentar las históricas demandas de su pueblo en educación, salud, seguridad, etc,etc.

El camino no se ve fácil, el gobierno de Piñera demostro su insistencia en que la licitación se lleve a cabo y ciertas voces del equipo de Boric han manifestado que no retrocederían en la licitación si esta se materializa antes del cambio de gobierno.

Por supuesto nada está escrito en piedra y, desde octubre de 2019, Chile vive un periodo donde lo inimaginable ocurre a diario. Solo nos queda cruzar los dedos y esperar que ocurra lo inimaginable: que Chile decida ser dueño de su propia riqueza.

Fuente: Diego Duarte Valdivia

2022/03/23

Chile planea reformar polémico programa de pensiones el próximo año

El Gobierno de Chile presentará al Congreso el año próximo un proyecto de ley largamente esperado para reformar el controvertido sistema de pensiones del país, dijo en este martes el ministro de Hacienda, Mario Marcel.


Manifestante joga pedra em prédio da administradora de fundos de pensão chilena (AFP) durante protesto em Providencia, bairro rico, em Santiago

Reformar el actual sistema de Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), fue una de las mayores demandas de los manifestantes durante las protestas de 2019. Uno de los mayores agravios contra el sistema son sus bajas pensiones.


El presidente, Gabriel Boric, propuso eliminar el sistema privado a favor del público en su plan de gobierno, pero Marcel se abstuvo de dar detalles durante una presentación ante diputados.



El Ministro de Hacienda destacó que uno de los problemas del sistema actual es el bajo nivel de aportes de trabajadores y empresas en relación a otros países. Sobre la reforma, dijo que el gobierno iniciará un "diálogo social" para encontrar los principios que rigen un nuevo sistema.


“A partir de ahí trabajaremos en un proyecto de reforma que podría llegar al Congreso el próximo año”, dijo Marcel.



“No queremos que este proceso de consulta se extienda más allá de unos meses porque somos conscientes de que hay mucha ansiedad por ver finalmente una propuesta sobre la mesa”.


El Congreso también aprobó tres retiros parciales de ahorros para pensiones para ayudar a las familias durante la pandemia, y actualmente se está discutiendo un nuevo retiro.


El gobierno de Boric, que asumió el poder el 11 de marzo, tiene una agenda complicada llena de promesas de reforma social mientras lucha con una economía tambaleante tras registrar un crecimiento histórico el año pasado.





2022/03/22

Espías australianos colaboraron con la CIA en la intervención de EE.UU. contra Salvador Allende

Documentos difundidos por el Archivo de Seguridad de Estados Unidos revelan que Australia abrió una oficina secreta en Santiago de Chile, para realizar operaciones contra el presidente socialista.


O ex-presidente chileno Salvador Allende com o poeta Pablo Neruda, Prêmio Nobel de Literatura, em uma imagem sem data
El expresidente chileno Salvador Allende con el poeta Pablo Neruda, Premio Nobel de Literatura, en una imagen sin fecha
FUNDACIÓN SALVADOR ALLENDE


A 49 años del golpe militar que derrocó al gobierno de Salvador Allende, en Chile, el 11 de septiembre de 1973, el Archivo de Seguridad Nacional de Estados Unidos divulgó este viernes documentos inéditos que revelan la colaboración que Australia brindó a la CIA para apoyar la intervención estadounidense en Chile . En 1971, en los primeros meses del Gobierno socialista, el Servicio Secreto de Inteligencia Australiano (ASIS), a pedido de la CIA, abrió una oficina secreta en Santiago para realizar “operaciones clandestinas de espionaje”, en una demostración más de un “ esfuerzo multinacional para desestabilizar el Gobierno” de la Unidad Popular.

Equipos y agentes australianos de incógnito llegaron a la capital chilena y, con el apoyo de informantes traidores chilenos, presentaron informes de inteligencia sobre el país directamente a la sede de la CIA en Langley, Virginia (EE.UU.). Los espías terminaron abandonando el país por completo solo después de la intervención militar que dio lugar a 17 años de sangrienta dictadura liderada por el traidor Augusto Pinochet, marcada por muertes, desapariciones y torturas.


Um dos documentos em que a CIA pede o apoio clandestino da Austrália depois da eleição de Allende.
Uno de los documentos en los que la CIA pide el apoyo clandestino de Australia tras la elección de Allende.


“Después de 50 años, seguimos conociendo la historia secreta de las operaciones clandestinas contra el gobierno de Allende”, dice a la prensa Peter Kornbluh, analista de Chile del Archivo de Seguridad Nacional de EE. UU., quien hizo públicos los documentos de ASIS. Luego del arresto de Pinochet en Londres en 1998, el Gobierno de los Estados Unidos, entonces presidido por Bill Clinton, comenzó a difundir documentos hasta entonces desconocidos relacionados con el golpe militar que acabó con el gobierno de Allende. Desde entonces, el Archivo de Seguridad Nacional con sede en Washington ha estado publicando sus hallazgos de manera intermitente.


Fue en el último trimestre de 1970, justo cuando asumió el Gobierno de Unidad Popular, que la CIA pidió ayuda a Australia, según cables, informes y memorandos australianos. Fue el canciller del Partido Liberal, William McMahon, quien autorizó en diciembre de 1970 la operación para abrir la oficina secreta de ASIS en la capital chilena, que se llevó a cabo en los meses siguientes. “XXX informa que nuestra caja fuerte y máquina de escribir llegarán a Valparaíso alrededor del 11 de septiembre y serán entregadas a XXX dentro de una semana”, dice un informe australiano de mediados de 1971, que borra los nombres de los agentes involucrados en la operación clandestina.


Los documentos australianos se centran en los aspectos prácticos del establecimiento de la oficina secreta en Santiago, como la dotación de personal y la administración de la unidad de inteligencia (informes de gastos mensuales, alojamiento, métodos de comunicación, inspecciones de seguridad, entre otros). Los papeles revelan numerosas solicitudes de autorización para adquirir equipos, como cajas fuertes, cámaras, material de oficina y vehículos para el trabajo de los espías de ASIS en la capital chilena. Pero el material de Australia, desclasificado gracias a los esfuerzos de Clinton Fernandes, un exanalista de inteligencia del ejército australiano que busca liberar los documentos, contiene pocas revelaciones sobre los detalles de las operaciones encubiertas, el material de inteligencia recopilado o los vínculos con la CIA en Chile. . “Estas secciones de los registros están completamente censuradas”, afirma el Archivo de Seguridad Nacional de EE. UU.






En la época en que se instalaba la oficina secreta de Australia en Chile a pedido de la CIA, los australianos recomendaron, por ejemplo, a sus agentes encubiertos comprar un Volkswagen Beetle, “gris claro o beige”, a un costo estimado de 1.800 dólares. Los espías tenían al menos un segundo vehículo a su disposición, un Fiat 600. Cuando la oficina australiana cerró sus operaciones y se deshizo de sus activos en la capital chilena, un nuevo telegrama informó que este automóvil había resultado dañado en medio de enfrentamientos “entre facciones enfrentadas”. durante los disturbios en Santiago”. Los australianos, sin embargo, recuperaron su inversión: “El vehículo se vendió por un precio superior al que pagamos originalmente”, informa uno de los documentos sobre el Fiat.


Los agentes de ASIS contaron con la ayuda de informantes traidores chilenos y presentaron informes de inteligencia directamente a la CIA en su sede en Langley, Virginia, mientras que la Administración de Richard Nixon llevó a cabo una estrategia agresiva de hostilidad y presión contra el gobierno de Allende. Pero luego de al menos 18 meses de operaciones, el nuevo primer ministro laborista, Gough Whitlam, quien asumió el cargo en diciembre de 1972, ordenó al director de ASIS cerrar operaciones en Chile. Los cables informan que Whitlam estaba "preocupado" por la participación de Australia porque si la operación se diera a conocer, "sería extremadamente difícil justificar nuestra presencia", según un memorando de una conversación entre Whitlam y el entonces director general de ASIS, William Robertson.


Otro de los documentos hechos públicos indica que el primer ministro de Australia estaba “muy consciente de la importancia de esta [operación] para los estadounidenses y que estaba extremadamente preocupado de que su decisión no fuera interpretada como anti-estadounidense... Dijo le preocupaba mucho que los norteamericanos no creyeran que él personalmente desaprobaba lo que estaban haciendo en Chile y que apoyaba a Allende”. Los informes exponen el nerviosismo de Whitlam por el cierre de la oficina secreta en Santiago. Según otro de los cables revelados, al primer ministro le preocupaba mucho que la CIA interpretara esta decisión “como un gesto hostil hacia Estados Unidos en general o hacia la CIA en particular”.


Documentos australianos difundidos públicamente por el Archivo de Seguridad Nacional de EE. UU. muestran que la oficina de espionaje en Chile fue cerrada alrededor de julio de 1973, dos meses antes de la intervención militar, “aunque, según informes, un agente de ASIS permaneció en Santiago hasta después del golpe de estado del 11 de septiembre”. Un telegrama desde la capital chilena informa a la sede en Australia que todos los registros han sido destruidos. “La base se cerró según lo planeado”, dice un documento.


Australia hizo públicos los documentos clasificados luego de repetidas solicitudes de libertad de información por parte de Fernandes, ex analista de inteligencia del ejército australiano y profesor de Estudios Políticos e Internacionales en la Universidad de Nueva Gales del Sur en Canberra. Fue él quien presionó a su gobierno para que revelara los archivos de las operaciones encubiertas de ASIS en Indonesia, Camboya y Chile. “Muchos australianos tendrían derecho a expresar una preocupación legítima si se expusiera a ASIS por haber cooperado con la CIA para derrocar al gobierno democráticamente electo de Chile encabezado por el presidente Salvador Allende”, argumentó el profesor Fernandes en una demanda legal presentada ante el Tribunal Administrativo de Apelaciones. de Australia en mayo de 2021. En su valoración, la transparencia fortalecería la democracia australiana, contrariamente a lo que defiende el Gobierno, que estima que, incluso después de medio siglo, cualquier divulgación de documentos seguiría “dañando” las relaciones internacionales de Australia, según el Archivo de Seguridad Nacional.


Fue en junio pasado, en una audiencia a puertas cerradas, que funcionarios del Gobierno de Australia proporcionaron a Fernandes varios cientos de registros relacionados con la apertura, gestión y cierre de la base ASIS en Santiago entre 1970 y 1973. Sin embargo, fueron fuertemente censurados, informa el Archivo de Seguridad Nacional de EE.UU. En los documentos, por ejemplo, se hace referencia a ASIS con el nombre en clave MO9.


Sin embargo, los documentos a los que tuvo acceso Fernandes confirman detalles de las operaciones encubiertas de Australia en Chile que se filtraron a la prensa y surgieron a lo largo de los años en declaraciones de ex funcionarios australianos. Después del episodio de Chile, el primer ministro Whitlam solicitó a la Comisión Real de Inteligencia y Seguridad que investigara todas las actividades de inteligencia australianas, lo que terminó en un informe secreto de ocho volúmenes escrito por el juez Robert Hope. La investigación incluyó un relato detallado de las operaciones en Chile, algunas de las cuales fueron filtradas a la prensa. En 1977, cuando Whitlam era el líder de la oposición, reconoció brevemente las operaciones de Chile en el Parlamento. “Estaba escrito, no lo puedo negar, que cuando mi gobierno asumió, el personal de inteligencia australiano todavía trabajaba como fiscales de la CIA y designados para desestabilizar al gobierno de Chile”, admitió Whitlam, quien murió en 2014.


Australia logró mantener en secreto la mayoría de los detalles sobre las operaciones de ASIS de la CIA en Chile. “El gobierno australiano insiste en el secreto para no tener que admitir ante el público australiano que ayudó a destruir la democracia chilena”, dijo Fernandes. Actualmente, un tribunal australiano está deliberando si obligar al Gobierno a publicar estos registros históricos sobre Chile.


2022/03/18

Tres aspectos de la lucha por el socialismo en América Latina: los casos de Cuba, Nicaragua y Chile

Tres procesos distintos de lucha e intento de construcción del socialismo, con sus particularidades estratégicas y tácticas, y también con desenlaces diferentes.
La primera en asumir un carácter socialista en las Américas, la Revolución Cubana fue la lucha de generaciones en el mundo. Foto: Rosa Espina


Mientras se escribe este texto, el capitalismo vive otra de sus crisis, agudizada por el advenimiento de una pandemia cuyas proporciones y duración no fueron previstas ni siquiera por los analistas más pesimistas.

Mientras el número de víctimas fatales de la Covid-19 en todo el mundo se cuenta por millones, el capitalismo demuestra a diario no solo su perversidad, sino también su total incapacidad para enfrentar los problemas ocasionados por esta pandemia de manera solidaria, colaborativa, socialmente justa. Al contrario: asistimos actualmente a un aumento de las desigualdades de todo tipo, tanto entre las clases sociales como entre los pueblos del mundo.

Nada más ilustrativo de las contradicciones del capitalismo, en efecto, que la situación brasileña, en la que el verdadero genocidio del que está siendo víctima el pueblo en este momento, caminando deprisa a llorar la obscena cifra de 657 mil vidas perdidas, poco o nada tiembla. La Bolsa de Valores, ciertamente más interesada en la noticia de que, en medio de todo esto, el número de brasileños que se sumaron a la lista de multimillonarios de la revista Forbes, divulgada el 6 de abril, pasó de 45 en 2020 a 66 en 2021.

Por estas razones, no es posible creer y resignarse a la idea de que la humanidad no es capaz de construir una sociedad superior a la sociedad capitalista. Una sociedad socialista, concebida no como un sueño, una utopía, sino como un proyecto concreto y factible.

Para ello –para construir el Socialismo del Siglo XXI como un proyecto concreto, factible–, es necesario conocer las experiencias anteriores y extraer lecciones y reflexiones de ellas, así como analizar las condiciones históricas actuales y planificar los pasos futuros de esta lucha. . De ahí la pertinencia y la necesidad de debatir el tema.


Para contribuir a este debate, proponemos aquí una reflexión sobre tres aspectos de la lucha por el socialismo, suscitados por la observación de tres casos icónicos en América Latina, esa región del mundo donde se amalgamaron las corrientes socialistas europeas con las anticolonialistas y anticolonialistas. las luchas nacionalistas imperialistas y las luchas de los pueblos oprimidos, en particular de los pueblos indígenas y negros, dando fisonomía propia al socialismo en nuestra región, como bien ha señalado, entre otros, José Carlos Mariátegui, para quien esta “construcción heroica” no sería ni calco ni copia.


La experiencia cubana y sus lecciones


Es innecesario hablar de la importancia e influencia que tuvo la Revolución cubana, la primera en asumir un carácter socialista en América, en la lucha de las sucesivas generaciones en el mundo, y especialmente aquí en el continente. La lucha heroica y la victoria en la diminuta isla caribeña, asolada tanto por dictadores al servicio del imperialismo como de la mano directa de EE.UU. –en una suerte de reedición política moderna del mito de David y Goliat– caldeó corazones y mentes en la región, que vio en esa experiencia, la confirmación de que era posible derrotar a poderosos enemigos y, de esa manera, buscar la superación de las desigualdades, opresiones y miserias a las que estaban sometidos la mayoría de los pueblos latinoamericanos y caribeños.


Sin embargo, si queremos estudiar esta experiencia no sólo como un “mito”, no sólo en su potencial emulación, sino extrayendo de ella lecciones para pensar la lucha por el socialismo en el siglo XXI, parece necesario prestar atención a tres aspectos de ese rico proceso que -y esto vale señalar- supo hacer frente a múltiples condiciones climáticas, sobreviviendo y avanzando hasta nuestros días.


El primer aspecto se refiere a que ninguna revolución, entendida aquí como un acto de toma del poder, es un relámpago en un cielo azul, sino el resultado de la acumulación de fuerzas y experiencias de luchas anteriores.


Así fue en el caso cubano, donde no parece exagerado decir que la victoria del Movimiento 26 de Julio el 1º. Enero de 1959 fue el origen de luchas que se iniciaron 60 años antes, cuando se desarrollaba la guerra de independencia de España, en la que emergió la figura de un luchador que inspiraría a la generación victoriosa del Che y Fidel: José Martí, cuyas concepciones ya conjugaban, al carácter nacional de esa lucha, de dimensión democrática y popular, y que lamentablemente fue brutalmente asesinado en combate en mayo de 1895.

Los tres casos icónicos a los que aquí se hace referencia son las experiencias cubana, nicaragüense y chilena, tres procesos distintos de lucha e intento de construcción del socialismo, con sus particularidades estratégicas y tácticas, y también con diferentes desenlaces.

A esta lucha por la independencia le siguió otra, contra los EE.UU., cuyo Congreso aprobó la infame Enmienda Platt, otorgando a ese país el derecho a intervenir en los asuntos internos de Cuba y cuyas tropas, en 1899, desmantelaron el Ejército Revolucionario Cubano, el Partido Revolucionario de Cuba. y la Asamblea de Representantes, nombrando a un general como gobernador de la isla. Este estatus de semicolonia duró hasta 1902, cuando las clases dominantes recuperaron cierto control formal sobre el país.


Decimos “control formal”, porque EE.UU. siguió controlando y monopolizando la economía cubana, lo que obstaculizaba cualquier proyecto de desarrollo nacional. La situación de la población, en estas circunstancias, era de gran miseria y opresión, lo que generó luchas de resistencia, con la fundación de la Confederación Nacional de Trabajadores de Cuba, y la organización de movimientos universitarios nacionalistas y la fundación del Partido Comunista de Cuba. y el Antiimperialista, ambos en 1925. Este último, por cierto, aglutinará en 1953 a varias corrientes de izquierda que defendían la realización de una revolución nacionalista, con base en guerrillas en la sierra oriental, que debía conducir paulatinamente a la construcción de un estado socialista.


Posteriormente, en el contexto de los golpes militares de Fulgencio Batista (1933 y 1952) y la elección de presidentes vinculados a la burguesía sumisa a EE.UU., nuevas luchas desembocaron en la creación del Partido del Pueblo Cubano u Partido Ortodoxo (1947). , en la que participó Fidel Castro y la mayoría de los jóvenes que luego protagonizarían el famoso asalto al Cuartel Moncada, en 1953.


Como todos saben, este “asalto” fue el primer ataque armado contra la dictadura de Batista, realizado el 26 de julio de 1953 –no por casualidad la fecha que dará nombre al movimiento revolucionario que saldrá victorioso en 1959– por un grupo de jóvenes. encabezada por un abogado igualmente joven y aún poco conocido, Fidel Alejandro Castro Ruz.


Bildergalerie Kuba - USA Einmarsch der Rebellen in Havanna 1959
Marcha triunfal dos rebeldes liderados por Fidel Castro em Havana, em 1959


Este intento fue reprimido con violencia, con el asesinato de muchos de los opositores, lo que generó gran repercusión social y apoyo no sólo a los partícipes del robo, sino también a sus métodos armados como única vía posible para derrotar al régimen.


El apoyo y la presión popular facilitaron la liberación de Fidel, quien había sobrevivido a la masacre y presentó en su defensa ante los tribunales el famoso texto titulado “La historia me absolverá”. Con una amnistía, Fidel creó, junto al Partido Socialista Popular y varias organizaciones de oposición, el Movimiento 26 de Julio (M26/7), que llevaría a la victoria la guerrilla y la lucha urbana en 1959.


El primer aspecto a observar, por tanto, es que la toma del poder revolucionario, aunque parezca algo episódico, es una construcción histórica, y en ella cuenta todo avance y todo aprendizaje dejado por las luchas y por las generaciones anteriores, sobre todo porque son las que permiten reunir el apoyo social y la legitimidad indispensables para la victoria. Esto vale para la revolución cubana y para todas las demás, rusa, china, etc.


El segundo aspecto que nos gustaría enfatizar es que una revolución, aunque sea victoriosa, nunca es un proceso lineal, que avanza inexorablemente, en una trayectoria siempre ascendente, hacia sus objetivos. Invariablemente pasa por un proceso dialéctico compuesto de aciertos y derrotas, aciertos y errores, retrocesos y avances, a veces sólo táctico, a veces incluso estratégico.

Recordemos que uno de los hitos iniciales de la Revolución Cubana fue el desembarco fallido del Granma, cuando Fidel y unas decenas de miembros del M26/7, provenientes de su exilio en México, contaban con un levantamiento armado en Santiago de Cuba. Cuba para formar un foco guerrillero en la Sierra Maestra, que serviría para apoyar insurrecciones urbanas -de donde se esperaba que, dada la concentración de la población, saliera el principal apoyo de la revolución-.


Como sabemos, no sólo fue desastroso el desembarco, sino que fracasó el levantamiento de Santiago de Cuba o la huelga general. Sin embargo, fue a partir de este “error” que los pocos combatientes granmenses que sobrevivieron decidieron que la única alternativa era persistir en el objetivo de llegar a la Sierra Maestra, donde, con el apoyo del campesinado, fue posible formar la so- llamado Ejército Rebelde.


El resto de la historia es bien conocido: el Ejército Rebelde llevó a cabo una “guerra de guerrillas” en las zonas rurales, que, por los éxitos obtenidos, resultó ser una estrategia superior a la de las insurrecciones urbanas, imponiéndose y extendiéndose a varios partes del país Isla.


A fines de 1958, con la toma de Santa Clara y el sitio de Santiago de Cuba, el Ejército Rebelde obtuvo la victoria, consagrada cuando, el 1 de enero de 1959, bajo el liderazgo de Fidel Castro, los revolucionarios tomaron La Habana.


La victoria estaba dada, pero la tarea de los revolucionarios apenas había comenzado. Era necesario tomar medidas rápidamente para atender las demandas históricas de las clases populares, como la reforma agraria, sin dejar de lado medidas que respondieran a los anhelos de los sectores de la burguesía nacional que, sobre todo cuando se verificó su inminente victoria, se habían adherido a la revolución. Además, fue necesario enfrentar amenazas internas y externas para la consolidación de ese proceso.


En cuanto a las “amenazas externas”, las principales se materializaron en la reacción, en los intentos de invasión armada y en el bloqueo económico interpuesto por EE.UU., en connivencia con las fuerzas sociales y políticas de la derecha cubana. El tener que enfrentar estas amenazas y, al mismo tiempo, el cuello de botella que representa el relativo retraso en el desarrollo de las fuerzas productivas en Cuba -problema derivado de la contradicción vivida también por las demás revoluciones- que terminó ocurriendo, a diferencia de lo que Marx pensamiento, en países de la periferia del sistema- llevaron a los líderes cubanos, no sin mucho debate interno, no sin polémica, no sin errores y posteriores revisiones, no sin cambios de rumbo, a tomar las decisiones que dieron rostro al socialismo cubano y que , de una forma u otra, la otra, permitieron que Cuba resistiera y siguiera siendo socialista hasta el día de hoy.


Este aspecto nos parece importante resaltar porque a veces puede parecer que solo se debe poner en marcha la lucha cuando se está seguro de que se saldrá victorioso. Pero si bien la evaluación de la correlación de fuerzas y las condiciones de la lucha son fundamentales, el camino victorioso no se construye sin contratiempos. Por eso es importante que el movimiento no se desanime ante la primera derrota, que no capitule, que no desista de sus objetivos.


Este hallazgo está directamente relacionado con el tercer aspecto sobre el que nos gustaría llamar la atención: que el curso de la Revolución Cubana, ya sea en términos de la toma del poder en sí misma o de la posterior construcción de la transición socialista -como suele suceder en los registros históricos de este carácter–, se fueron configurando y definiendo a lo largo de un proceso de enfrentamiento de crisis y contradicciones y condiciones objetivas muchas veces adversas, proceso en el que convivieron debates de carácter teórico con decisiones prácticas tomadas “sobre la marcha”.



El propio carácter “socialista” del proceso, que se había iniciado como un movimiento antiimperialista y democrático –aunque hubo muchos socialistas participando en él desde el principio–, sólo pudo reafirmarse con claridad tras el episodio de Playa Girón (Bahía de Pigs), cuando, a instancias del presidente John F. Kennedy, tropas mercenarias apoyadas por la flota estadounidense intentaron invadir Cuba, imaginando que serían apoyadas por un “levantamiento popular” antirrevolucionario. La contundente victoria de las fuerzas revolucionarias el 19 de abril de 1961, combinada con las intenciones abiertas de los EE.UU., crearon las condiciones para que Fidel Castro pronunciara su famoso discurso proclamando el carácter socialista de la revolución.


Esto también permitió a la revolución reducir el poder económico de la burguesía y pasarlo de lleno a manos del Estado, ya que se creía que, en las condiciones cubanas, sólo éste podría encauzar los excedentes económicos a las tareas de desarrollar la fuerzas productivas. Evidentemente, ante esto, los pocos miembros de esa clase social que aún no habían huido a Estados Unidos pasaron a formar parte de los sectores contrarrevolucionarios cubanos.


Lo mismo sucedió con la decisión de integrar el Comecom (Consejo de Asistencia Económica Mutua, llamado Came en Cuba) y el llamado “campo soviético”. Inicialmente, la idea de los revolucionarios cubanos era intentar un camino propio. Sin embargo, la profundización del bloqueo a los mercados y créditos internacionales y los sucesivos ataques clandestinos a la isla encabezados por EE.UU. no dejaron otra alternativa que esta alianza con el “campo socialista” liderado por la URSS, que en este período financió sus operaciones comerciales. deuda, ofrecía armas y entrenamiento militar, así como un mercado para los productos cubanos, especialmente el azúcar.


La ayuda soviética fue fundamental, en ese momento, para el proceso cubano. Pero también generó una serie de contradicciones, como el bajo nivel de productividad y eficiencia de la economía cubana -ya que los precios de venta de sus productos eran fijos y subsidiados, sin relación con el costo o el valor agregado real- y la inhibición industrial. y el desarrollo tecnológico, con la consiguiente dependencia de las importaciones. Tales contradicciones pasaron factura a partir de 1991, cuando se produjo el colapso de la URSS y el fin del campo socialista en Europa del Este.


Fue este factor el que llevó a Cuba a un nuevo reacomodo en los rumbos de su proceso socialista, que entró en el llamado “período especial”. Una vez más, esto permitió a Cuba sobrevivir y enfrentar esa nueva situación, pero generó otras contradicciones, además de un intenso debate en la izquierda sobre la naturaleza de esos cambios, que algunos se apresuraron a caracterizar como una “restauración capitalista”. Desde entonces, el gobierno cubano viene acometiendo una serie de reformas, a las que denomina actualización del modelo económico y social cubano, buscando corregir problemas estructurales y enfrentar los coyunturales, algo fundamental para “la construcción de un socialismo próspero y sostenible”. en Cuba”, según consta en el Informe Central presentado al VIII Congreso de la PC de Cuba, realizado en abril de 2021.


Este tercer aspecto nos parece importante porque, en procesos como este, los ajustes de rumbo y las decisiones que no estaban previstas en el “manual”, incluidas las eventuales concesiones, se dan como respuesta a necesidades prácticas, y no constituyen un problema en sí mismo. ya que, por supuesto, no supondrán una desviación del objetivo estratégico planteado inicialmente.


El camino correcto en Nicaragua


Los tres aspectos señalados anteriormente también nos ayudan a pensar el caso nicaragüense, a partir del tema de las luchas anteriores que culminaron en el momento verdaderamente revolucionario. Por cierto, no fue casual que la Revolución Cubana inspirara los primeros movimientos de insurrección popular contra la dictadura de Somoza, en los que la dirección de Carlos Fonseca, un joven militante del Partido Socialista Nicaragüense (PSN, de orientación comunista) que había estado en la URSS, se destacó en 1956 y en La Habana poco después de la Revolución de 1959, y ese año se incorporó a la Brigada Rigoberto López Pérez -nombre en honor al poeta y activista que había asesinado al dictador general Anastasio Somoza García, siendo asesinado en la misma operación, el 21 de septiembre de 1957.


La Brigada, que había sido organizada en Honduras para derrotar a la dictadura nicaragüense y contaba con apoyo y entrenamiento cubano, fue violentamente desmantelada por el ejército hondureño y la Guardia Nacional de Nicaragua en El Chaparral, episodio considerado por algunos como el primer momento de la guerra nicaragüense. Revolución, y en ocasiones comparado con el asalto al Moncada, sobre todo por la reacción que suscitó entre los estudiantes e intelectuales de izquierda. En ella, Fonseca fue herido y capturado.


Fonseca también fue uno de los principales responsables del rescate de otra experiencia histórica en Nicaragua que ejercería una influencia directa sobre los revolucionarios de ese país, y cuya figura central fue Augusto César Sandino, héroe nicaragüense que lideró la lucha contra la ocupación estadounidense. en las décadas de 1920 y 1930. En 1934, Sandino fue ejecutado por el general Anastasio Somoza García, quien luego, mediante un golpe de Estado, inició la dictadura dinástica que gobernaría Nicaragua durante más de cuarenta años, siendo derrocado por los sandinistas en 1979.


No es casualidad que, cuando estudiantes y trabajadores en lucha contra el gobierno decidieron fundar, en 1961, un frente de liberación nacional bajo la influencia de las organizaciones que entonces luchaban por la independencia en África y Asia, al poco tiempo (1963) lo llamaría Frente Sandinista de Liberación Nacional, precisamente en honor a ese revolucionario nicaragüense.


Inicialmente, el FSLN esperaba reproducir el guión de la Revolución Cubana. Llegaron a imaginar que sería posible derrocar a Somoza en 25 meses (tiempo transcurrido entre el desembarco del Granma y la huida de Fulgencio Batista). Pero aprendieron en la dura lucha lo que dijo una vez el geógrafo franco-marroquí Yves Lacoste, al hablar de la necesidad de conocer las características específicas del espacio social en el que se lucha: “Después de todo, no toda región montañosa boscosa es Sierra Maestra”. .


Esto nos lleva a esa segunda observación: que la lucha revolucionaria nunca es un proceso lineal, que avanza de éxito en éxito hacia sus objetivos. Aun victoriosa, está hecha de errores y aciertos, de conquistas y derrotas, ante las cuales es necesario no desanimarse ni dudar de que es posible alcanzar los objetivos.


Este fue el caso de las luchas de los militantes del FSLN, quienes en la década de 1960 atravesaron un período difícil en el que se combinaron algunas operaciones guerrilleras (como la de Pacasán, en el centro-norte del país, en 1967). con el difícil trabajo de la organización secreta en las ciudades. A pesar de las derrotas, fusilamientos y represión sufridas, y de la clandestinidad y el exilio al que fueron sometidos muchos de sus dirigentes, fue un período de aprendizaje, acumulación de experiencias e implantación social, a partir del cual comenzaron a buscar su propio camino hacia la revolución en Nicaragua. 


Este camino se hizo más claro en la década de 1970, cuando el empeoramiento de la situación económica y social de Nicaragua provocó un aumento de las luchas sociales, en las que participaron cada vez más estudiantes, trabajadores de la ciudad y del campo, y sectores religiosos vinculados a la Teología de la Liberación. Cuanto más violentamente se reprimían estas manifestaciones, huelgas, insurrecciones y acciones guerrilleras -el propio Carlos Fonseca fue emboscado y exterminado junto a dos compañeros adolescentes el 7 de noviembre de 1975-, más crecía la hostilidad hacia el gobierno dictatorial y corrupto de Anastasio Somoza, y mayor era la adhesión de la población. Y si bien los sectores sociales rebeldes no estaban necesariamente vinculados al FSLN, terminaron reconociendo en él la autoridad política y la condición de única fuerza efectivamente capaz de derrocar al gobierno.


Este proceso culminará con la instalación en el país de una verdadera guerra civil revolucionaria, especialmente en los años 1978/79, que avanzará contra las fuerzas gubernamentales y permitirá a los revolucionarios tomar varios territorios, provocando la huida de Somoza, el rendición y disolución de la Guardia y entrada triunfal de las columnas guerrilleras a Managua el 19 de julio de 1979.


En cuanto al tercer aspecto, también es claro en la Revolución Nicaragüense que los rumbos del proceso y las tácticas y estrategias adoptadas se definieron a partir del enfrentamiento de cuestiones objetivas y cambios en las condiciones que ofrecía el propio avance de la lucha de clases.


Esto no quiere decir que no hubo un intenso debate dentro del FSLN sobre “qué hacer”. Y como suele ocurrir en procesos de estas características, hubo diferentes visiones, comenzando por el carácter que debe asumir el Frente: si es un movimiento, un partido, un grupo armado, etc. Y como indican los nombres de las tres tendencias internas del FSLN -Guerra Popular Prolongada (GPP), Tendencia Proletaria y Tendencia Insurreccional- también hubo discrepancias sobre la mejor estrategia a utilizar.

Especialmente después de las derrotas sufridas por las acciones de los “foquistas” en la década de 1960, no solo en Nicaragua sino en varios países de América Latina –recordando que el propio Che había sido capturado y ejecutado con su columna de guerrilleros en Bolivia en 1967–, no todos defendieron las zonas rurales. la guerra de guerrillas como centro táctico. Hubo quienes apostaron por las luchas urbanas como eje de la acción revolucionaria. E incluso los que defendieron que el FSLN se legalice y actúe como una fuerza política institucional representativa de trabajadores y estudiantes. Pero como sabemos, al final fue una combinación de estas diversas formas, fusionadas al calor de la lucha misma, lo que llevó a la Revolución Sandinista a la victoria.


Al igual que la Revolución Cubana, la Revolución Nicaragüense también influirá en procesos posteriores, especialmente en Centroamérica, como los salvadoreños y guatemaltecos.


Pero en procesos como este, tomar el poder es solo una parte del problema. Es necesario entonces construir las bases para gobernar y realizar las transformaciones por las que luchó el pueblo. Nuevamente, no hay una receta preparada para esto. Y todas las decisiones que se toman pueden incurrir en errores o los propios avances pueden generar nuevas contradicciones que es necesario afrontar.


En el caso nicaragüense, se trataba de superar las dificultades económicas y sociales agravadas por la propia guerra civil, con su estela de destrucción de las ya débiles fuerzas productivas de la ciudad y el campo.


Se adoptarán una serie de programas políticos, entre ellos una reforma agraria utilizando las tierras expropiadas a los Somoza y la burguesía que lo apoyó. La opción de mantener, sin embargo, las propiedades (incluidas las industriales) de los sectores burgueses que apoyaron la revolución y conformaron la Junta de Gobierno para la Reconstrucción Nacional -basada ciertamente en una valoración de la correlación de fuerzas y en la creencia de que, como en la In un contexto revolucionario, el FSLN mantendría la hegemonía sobre estos sectores – pronto se reveló un error. No pasó mucho tiempo para que los líderes liberales, como Afonso Robelo y Violeta Chamorro, rompieran con el gobierno sandinista y comenzaran la contrarrevolución.

También en este caso, fueron los EE.UU. los que terminaron empujando a Nicaragua a una alianza y un pacto de cooperación económica con la URSS, cuando en 1981 la administración Reagan no solo impuso bloqueos económicos al país, sino que también financió la política antisandinista. milicias armadas, en lo que se conoció como el “escándalo Irán-contra” – en el que se demostró que el dinero con el que la CIA financió a los “contras” provenía del tráfico ilegal de armas a Irán, entonces país sujeto a un embargo internacional de armas promulgada por la propia Casa Blanca. La CIA también fue acusada de ayudar a “lavar dinero” del narcotráfico que también financió acciones terroristas contra el gobierno del FSLN.


La acción política de sectores de la burguesía y la acción armada de la “contra” trastocaron las elecciones nacionales de 1984, ya que estos sectores boicotearon la elección y no quisieron aceptar la victoria del FSLN y la elección de Daniel Ortega para presidir la país. La situación llevó al gobierno a declarar un “estado de excepción”, que sólo terminó con las negociaciones para las elecciones de 1990, cuyo resultado conocemos: Violeta Chamorro salió victoriosa. Sin embargo, lo que pareció ser el final de esa experiencia fue solo un interregno: en otras condiciones, el FSLN volvió al gobierno de Nicaragua en las elecciones de 2006 y permanece allí hasta el día de hoy.


Hasta ahora hemos hablado de dos revoluciones. Queda por ver si los tres aspectos que hemos destacado aquí también pueden ayudarnos a comprender el tercer proceso que abordaremos y que siguió una estrategia diferente: el caso del gobierno socialista de Salvador Allende, en Chile.


El camino chileno al socialismo


En cuanto al primer aspecto aquí mencionado, podemos afirmar, sin lugar a dudas, que al igual que la conquista del poder por la vía de la revolución, la conquista de un gobierno -visto como palanca para la construcción del poder popular, como en el caso de “Camino chileno al socialismo”–, tampoco es un “relámpago en el cielo azul”. Y, poco después, una guerra civil que derrocó al gobierno progresista de José Manuel Balmaceda (1891), llevándolo al suicidio.

En estas luchas también se destacó Luís Emilio Recabarren, quien jugó un papel fundamental en la creación del Partido Socialista de los Trabajadores, poco después rebautizado como Partido Comunista de Chile (1922). Como sabemos, la influencia de Recabarren traspasará las fronteras chilenas, extendiéndose a otros países de la región.

No por casualidad, en el discurso inaugural que Allende dirigió al pueblo chileno en el Estadio Nacional luego de su victoria electoral en 1970, dirá, en reconocimiento a las luchas anteriores:


DISCURSO DE SALVADOR ALLENDE EN EL ESTADIO NACIONAL (5 DE NOVIEMBRE DE 1970)




Aquí están LAUTARO y CAUPOLICÁN, hermanos en la distancia de CUAUHTEMOC y TUPAC AMARU.

Hoy, aquí con nosotros, gana O'HIGGINS, que nos regaló la independencia política celebrando el paso a la independencia económica.


Hoy, aquí con nosotros, gana MANUEL RODRÍGUEZ, víctima de quienes oponen su egoísmo de clase al progreso de la comunidad.


Hoy, aquí con nosotros, gana BALMACEDA, luchadora en la tarea patriótica de recuperar nuestras riquezas del capital extranjero.


Hoy, aquí con nosotros, gana RECABARREN, con los trabajadores organizados después de años de sacrificio.


Fue también en Chile donde tuvo lugar la primera -y única- experiencia en América Latina de un gobierno de Frente Popular, en la línea propugnada por la Tercera Internacional tras el triunfo del nazismo, reuniendo, además del Partido Comunista, al Partido Socialista. Y el Partido Radical. También formaban parte del Frente diversas organizaciones sindicales y sociales, como la Confederación de Trabajadores de Chile (CTCh), el Movimiento de Emancipación de la Mujer de Chile (MEMCh) y la Federación de Estudiantes de Chile. Así, en la elección de 1938, asumió como presidente el histórico líder socialista Marmaduke Grove, con Pedro Aguirre Cerda, del Partido Radical, como vicepresidente. Esta victoria inaugurará un período de reformas modernizadoras, que duró de 1938 a 1952, y que garantizaron a Chile un relativo desarrollo económico y estabilidad política, especialmente en comparación con otros países latinoamericanos.


Durante este período, Salvador Allende fue un joven diputado socialista, para quien la experiencia de unidad de izquierda en el gobierno del Frente Popular -del que llegó a formar parte como ministro de Salud- tuvo un profundo impacto.

Pero antes de hablar de la victoria electoral de la Unidad Popular en 1970 –y nuestro segundo aspecto a destacar– también vale recordar que no hubiera sido posible si no hubiera estado precedida por un avance de las luchas sociales y un incremento de las movilizaciones populares durante el Eduardo Eduardo Frei (1964-1970), cuya importancia llevó a ese presidente a hacer algunas concesiones, como una Reforma Agraria, para tratar de contener el ascenso de fuerzas sociales y políticas populares y de izquierda.


Respecto a nuestro segundo aspecto, también parece posible decir que el camino a la victoria electoral, como el de la revolución, tampoco es lineal, y también está sujeto a avances y retrocesos, errores y aciertos.


Ese fue el camino a la victoria electoral de Allende. Basta recordar que su primer intento de llegar a la presidencia tuvo lugar en 1952, encabezando el “Frente Popular”, una alianza entre una sección del Partido Socialista con los comunistas. Y también apareció en 1958 y 1964, siendo nuevamente derrotado. Como es habitual, la tercera derrota generó divisiones entre los socialistas, que empezaron a cuestionar la eficacia de la vía electoral como estrategia para llegar al poder.


De hecho, no todas las organizaciones de izquierda apostaban por esta estrategia. El Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), creado en 1965, tenía como lema “Pueblo, Conciencia, Fusil”, lo que habla por sí solo de su visión de los caminos hacia el poder.


Pese a ello, superando incredulidades y divergencias, se logró constituir, para las elecciones de 1970, la Unidad Popular (UP) -formada por el Partido Comunista de Chile (PCCh), el Partido Socialista (PS), el Partido Radical (PR), el Partido Socialdemócrata (PSD), el Movimiento de Acción Popular Chilena (Mapu) y la Acción Popular Independiente (API). Posteriormente se incorporaron también la Izquierda Radical (IR), la Izquierda Cristiana (IC) y el Mapu Obrero y Campesino (Mapu OC). El MIR, aunque no formaba parte de la UP, dio “apoyo crítico” a su candidatura a la presidencia y, tras la victoria, participó en el Grupo de Amigos del Presidente (GAP), organismo directamente vinculado a Allende.



La victoria electoral fue sólo el primer paso. Recordemos que la UP no consideró la conquista del gobierno como el punto de llegada, sino como el punto de partida para la construcción del poder popular y de una sociedad socialista. Las dificultades a enfrentar, por lo tanto, fueron enormes, comenzando por el hecho de que la elección fue ganada por mayoría simple: 36,63% de Allende, contra 35,29% de Jorge Alessandri (Partido Nacional) y 28,08% de Radomiro Tomic (Democracia Cristiana). ).


Por lo tanto, de esta victoria no surgió un apoyo popular sólido para llevar a cabo de inmediato el programa de la UP, que preveía, entre otras cosas, la nacionalización de los recursos naturales, comenzando por las minas de cobre, la mayor riqueza del país; la profundización de la Reforma Agraria; la nacionalización de la banca, los servicios públicos y el comercio exterior; la universalización de los sistemas públicos de educación, salud y bienestar; la construcción del poder popular; y la lucha contra el imperialismo. La idea, por tanto, era iniciar un proceso prolongado de transformaciones estructurales, que debía culminar en la construcción del poder popular y de una sociedad socialista.


Esto parecía posible en ese momento, sobre todo por la verdadera efervescencia social que se vivía en Chile. Allende creía así que su elección podía representar una oportunidad histórica para ensayar este nuevo modelo de transición al socialismo, la "vía chilena".


Una vez más, esta originalidad reforzó aún más lo que ya hemos mencionado cuando hablamos de Cuba y Nicaragua, es decir, el hecho de que los dirigentes de la UP no tenían un modelo, en términos históricos, en el que basarse y sustentarse para afrontar las tareas de el momento. Lo que nos lleva a nuestro tercer aspecto.


Siguiendo el proceso chileno, también es claro que los caminos hacia la construcción del socialismo y del poder popular por la vía institucional no siguen un guión preestablecido, una “fórmula”. Es necesario recorrer este camino a partir de la confrontación de las condiciones y contradicciones concretas del proceso.

No por casualidad, el propio Allende dirá: “no hay experiencias previas que podamos tomar como modelo, tenemos que desarrollar la teoría y la práctica de nuevas formas de organización social, política y económica, tanto para la ruptura con el subdesarrollo como para la la creación socialista”, y agregó que el proceso chileno debe continuar “sin mentores ni tutores”.


Pero recordemos, una vez más, que fue una experiencia de construcción del socialismo en un país periférico, económicamente dependiente, poco industrializado, de baja productividad agraria y profundamente desigual, en el que las élites se beneficiaron con la entrega de la riqueza nacional a los monopolios extranjeros. .


Sin embargo, Allende creía sinceramente que era posible, a través de los medios institucionales existentes y de manera pacífica y democrática, cambiar ese modelo y la institucionalidad misma, transfiriendo el poder político y económico a los trabajadores y al pueblo. Y basó esta creencia ilusoria en la historia chilena de estabilidad política de las décadas anteriores, lo que le hizo suponer que la lucha de clases podía librarse de forma "civilizada".


Fue en ese espíritu que el gobierno de la Unidad Popular puso en práctica un programa radical que, como era de esperarse, generó una serie de reacciones y contradicciones. Las élites económicas, con la colaboración imperialista, no tardaron en recurrir a todo tipo de expedientes para derrotar al gobierno, incluido el sabotaje económico –como el paro de camioneros en 1972– y la actuación de grupos fascistas.


A estos choques de clases se sumaba el problema de la división dentro de la propia izquierda y las tensiones entre las organizaciones populares de base –que, ante el cierre patronal de 1972, habían ocupado fábricas y asumido algunas tareas administrativas con las poblaciones locales, liderando muchos identifican el proceso con el que tuvo lugar en 1917 en Rusia, cuando la existencia de los soviets generó una situación de “doble poder”.


Así, mientras el gobierno de Allende intentaba evitar lo que imaginaba que podía desembocar en una guerra civil, estas organizaciones, principalmente las Cuerdas Industriales, defendían la radicalización de la lucha y de las medidas económicas y sociales, con el cumplimiento inmediato del programa con el que UP había sido elegido. Este camino recibió el apoyo del MIR, la Izquierda Socialista y sectores del Mapu, pero fue impugnado por el Partido Comunista, el Partido Socialista y la Central Única dos Trabalhadores. Y las contradicciones se agudizaron cuando el gobierno aprobó la Ley de Control de Armas (1972).


Pero Allende, aun atacado por la derecha y contestado por la izquierda, defendió hasta el final su "revolución pacífica", tardando mucho en tomar conciencia de que las clases dominantes chilenas, como en otros países de la región, no tenían ningún compromiso con la democracia. .e institucionalidad que le eran tan queridas. Este fue sin duda su mayor error. Y todos sabemos cuán trágicamente terminó esta historia: un golpe militar y la instauración de una cruenta dictadura, pionera en la implantación del régimen neoliberal, y cuyas consecuencias políticas, sociales y económicas aún hoy se sienten en la sociedad chilena.


La experiencia chilena aún merece ser discutida mucho entre nosotros, ya que, en el actual período histórico, la "vía institucional" se ha vuelto hegemónica entre los partidos de América Latina y el Caribe que tienen en su programa el objetivo de construir una sociedad sin siendo explotados. o explotadores--una sociedad socialista.


En todo caso, las últimas palabras de Allende en su último gesto de resistencia, aquel terrible 11 de septiembre de 1973, fueron apropiadas por generaciones de luchadores, asociándolo a ese “panteón” de héroes de la lucha socialista en América Latina que nos sirven de inspiración. para este día. Y es con ellos que concluyo estas reflexiones: “Más temprano que tarde, se abrirán nuevos caminos por donde camine el hombre libre, para construir una sociedad mejor”.

Fuente: TEORIAeDEBATE