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2022/03/25

CUT-Chile: “Movilizados por la victoria en la Constituyente”

Bárbara Figueroa, vice-presidente de Relações Internacionais da CUT-Chile, destaca papel da democratização da comunicação para garantir a soberania e os direitos sociais e trabalhistas em lei na Convenção Constituinte.


Bárbara Figueroa, vicepresidenta de Relaciones Internacionales de la CUT-Chile



En entrevista exclusiva este jueves, Bárbara Figueroa, vicepresidenta de Relaciones Internacionales de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) de Chile, defiende la importancia de la presión del movimiento sindical “para garantizar la soberanía y los derechos sociales y laborales en derecho en la Constituyente”. Convención”. “A partir de una ola de procesos conservadores de extrema derecha, profundamente neoliberales, que significó un gran retroceso en la región”, señaló el secretario de Desarrollo Sostenible de la Confederación Sindical de las Américas (CSA), ha llegado el momento de El sindicalismo latino para jugar un papel protagónico y pasar página. Y por eso, enfatizó Bárbara, “la lucha por la democratización de la comunicación es fundamental en la lucha política, ideológica y cultural”.

En su opinión, ¿cuál es el significado de la elección presidencial de Gabriel Boric para los destinos de Chile y la región?


Entendemos la importancia de lo que significa el proceso electoral de Chile para América Latina. Venimos de una ola de procesos conservadores de extrema derecha, profundamente neoliberales, que significó un retroceso enorme respecto a lo que habíamos avanzado en los años noventa.


La reanudación de la candidatura de Gabriel Boric a la presidencia y la propuesta programática de Aprovo Dignidade en Chile tras el estallido social de octubre de 2019, junto a la Convención Constituyente, consolidan un proceso que no solo es relevante para nuestro país sino que abre expectativas para un proceso electoral marco que viviremos en toda la región.

Este año tendremos las elecciones presidenciales en Colombia y Brasil donde hay proyectos alternativos, progresistas y antineoliberales que esperamos ver consolidados.


Entendemos que este es un proceso de cambio político que tiene mucho que ver con la claridad y convicción de que hoy en día es necesario disputar el poder institucional a los nuevos gobiernos, para brindarles soluciones profundas. Luchamos por gobiernos que apunten a un nuevo proyecto de desarrollo y soberanía, una disputa en la que creemos que el movimiento sindical tiene que jugar un papel fundamental.


Así, como vemos la elección de Gabriel como una puerta de esperanza, también implica grandes desafíos y responsabilidades. Porque allí jugamos hace poco una segunda vuelta con la extrema derecha. No es un escenario fácil, hay muchas expectativas y, por ello, entendemos que vamos a enfrentar un proceso difícil, en el que debemos lanzarnos de manera contundente y salir a la calle con los cambios y propuestas que fuimos. a la gente.


¿Cuál es el papel de los movimientos de presión social en este contexto de intensa disputa por la Constituyente? ¿Cuáles son los puntos clave, particularmente de la economía, en la defensa de la soberanía nacional?



Pues bien, es en este debate en el que se encuentra actualmente la Convención Constituyente, definiendo los contenidos del proceso y culminando la etapa de comisiones. Ya estamos llegando y acercándonos a lo que será el pleno y, a partir de ahí, la votación de lo que se aprueba o se rechaza estará dentro o fuera del marco de la nueva Constitución.


Creemos que llegar a un triunfo electoral con Boric y con la constituyente en este contexto atañe al triunfo de la revuelta, de lo que llamamos estallido social, de todo el cúmulo de luchas. El proceso constituyente es el heredero natural de esta trayectoria de enfrentamientos de la explosión social.


Hay un debate muy interesante sobre la forma del Estado, cómo se descentraliza el poder, la garantía de la soberanía de los recursos económicos y naturales, la protección del medio ambiente y la garantía de los derechos sociales y laborales. En estas tres áreas encontramos la disputa estratégica de la Convención.


Evidentemente, es necesario conquistar estas bases para que podamos tener una participación activa de los movimientos sociales, sin que ello signifique cooptar a la constitucionalidad. Necesitamos dar pasos hacia la participación de una democracia más abierta, más plena y más abierta para poder avanzar.


Para ello necesitamos no sólo garantías de protección e institucionalización social, sino también que el Estado gestione una empresa nacional. A esto hay que sumar la garantía de los derechos de todos para tener una base para un cambio económico profundo.


Ahora bien, por supuesto, una cosa es lo que nos garantizará la Constitución y, en base a ella, las leyes que tendrán que seguir estas reglas. Una vez garantizados, vamos camino a un nuevo modelo económico chileno.


¿Y cómo es el enfrentamiento con los grandes conglomerados de la comunicación en este contexto?


Como en la mayoría de los países de nuestra región, esta batalla es muy compleja. Porque hay un control hegemónico de los grandes conglomerados de la comunicación, la gran radio, la televisión y hasta la prensa escrita.


Este no es un tema exclusivo de Chile, es una batalla regional por los medios por parte del capital, se está dando en términos constitucionales. De lo que se trata es de impedir la captura empresarial por parte de grupos de interés que quieren apoderarse de los medios. Queremos instituir mecanismos de democratización.


Esta es una historia que también formó parte del debate presidencial. Dentro de la coalición Apoyo a la Dignidad, hubo una propuesta muy polémica sobre qué debe intervenir el Estado, qué provisiones y garantizar los derechos de todos.


Lo aprobado nos parece que responde a la distorsión democrática, porque el acceso a la información, a la comunicación, no se trata solo de equidad, sino también de romper las asimetrías entre los medios independientes y las cadenas oficiales, los que tienen más recursos o las regiones más ricas. Y este tema se está haciendo muy evidente: el papel que están jugando los grandes medios de comunicación en la campaña contra la Constituyente y contra los cambios.


No se trata, por tanto, de un debate sobre si son buenos o malos, de un sector o de otro, sino de garantizar efectivamente que todos tengan pleno acceso a la información y que, a partir de ella, puedan tomar mejores decisiones.


Como el proceso constituyente es obligatorio, la población debe ir a votar. Y esperamos que tengas toda la información posible sobre la mesa.


La democratización de la comunicación tiene que ver con la ruptura de los grandes conglomerados, con un mayor acceso de los medios a los recursos.


Sí, y eso es lo que queremos decir. Y de ahí el papel que debe jugar el Estado. No se trata sólo de imponer límites a los que intentan desaparecer a un conjunto de sectores, a una mayoría, sino también de garantizar el acceso plural y la transparencia de los recursos a quienes lo financian.


La reconocida periodista argentina Stela Calonni afirma que el Pentágono produce el 98% de lo que se publicita como “información” en los principales medios de América Latina. Y esto es más evidente en la cobertura a favor de los fascistas en Ucrania.


Es como usted dice: la información limitada y tremendamente manipulada no nos permite hacer una evaluación más precisa. De esta manera, no podemos profundizar la democracia ni construirla más plenamente, porque las noticias se mantienen limitadas y encapsuladas.


Así, comenzaremos a naturalizar temas que a estas alturas la Humanidad ya no debería naturalizar, como las posiciones fascistas y los candidatos fascistas. No queremos limitaciones a la democracia y no queremos que las mismas instituciones del Estado sean asfixiadas peligrosamente. Lo que sí tenemos claro es que la lucha por la democratización de la comunicación es fundamental en la lucha política, ideológica y cultural por el desarrollo de nuestros países y pueblos.

Fuente: Leonardo Wexell Severo

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