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2022/09/12

(Ni Perdón Ni Olvido) El último día de Salvador Allende

En la madrugada del 11 de septiembre de 1973, Salvador Allende todavía creía que el golpe de Estado en curso podía ser eludido. 


Ataque ao Palácio La Mondeda no Chile em 11 de setembro de 1973


No era la primera vez que un grupo de militares se rebelaba contra el gobierno. Ahora, el levantamiento había comenzado con la Armada, y había esperanza de que la revuelta se redujera a unos pocos barcos en el puerto de Valparaíso. Allende confiaba en que Augusto Pinochet se mantendría tan leal como lo había sido Carlos Prats, su antecesor al mando del Ejército. Creía que el golpe se ganaría o, si llegaba, que no tendría el aval de Pinochet. Pero todavía no podía ponerse en contacto con el general.

50 anos do Chile de Salvador Allende


Pobre Augusto, debe estar preso – comentó el presidente con algunos allegados.


En ese momento, Allende ya estaba ubicado en el palacio de La Moneda. Había sido despertado poco después de las seis de la mañana por una inquietante llamada telefónica que le informaba de la situación en Valparaíso: la ciudad estaba sitiada y en el punto de mira de los cañones de los buques de guerra del país. El presidente sacó el teléfono para tomar el cargo del Comandante de Marina Raúl Montero, pero no obtuvo respuesta. Luego trató de llamar a Pinochet, quien tampoco contestó. El único que respondió fue el general golpista Herman Brady, con una promesa nunca cumplida de enviar soldados para combatir el movimiento en la costa.


Mientras tanto, el almirante Montero se mantuvo bajo arresto domiciliario por parte de sus subordinados, ahora a las órdenes de José Toribio Merino, quien se autoproclamó jefe de la Armada. Pinochet ya lideraba el golpe, aunque el presidente aún no lo sabía. Cerca de las 7:35 am, cuando Allende llegó a La Moneda, el comandante del Ejército también aterrizó esa mañana en su base de combate: el cuartel de telecomunicaciones de Peñalolén, en el oriente de Santiago, desde donde transmitiría instrucciones decisivas para el derrocamiento de gobierno constitucional.


Todavía sin darse cuenta de la magnitud del golpe, Salvador Allende se transmitió dos veces en vivo por la frecuencia CB 114 de Radio Corporación antes de que los militares leyeran su primer comunicado del día. En sus incursiones, el presidente reiteró que “hasta el momento no ha habido ningún movimiento anormal de tropas en Santiago”, y expresó su confianza en la existencia de regimientos leales que no se unirían al esfuerzo. Pero sus esperanzas se desvanecieron poco después, a las ocho y media, cuando el teniente coronel Roberto Guillard leyó la carta de la Junta Militar en una cadena de radios opositoras. Su voz venía desde el quinto piso del Ministerio de Defensa, enfáticamente:

Santiago, 11 de septiembre de 1973.


Teniendo en cuenta:

Primero: la gravísima crisis económica, social y moral que asola al país;
Segundo: la incapacidad del gobierno para adoptar medidas tendientes a detener el proceso y desarrollo del caso;
Tercero: el constante incremento de grupos paramilitares, organizados y entrenados por los partidos políticos de la Unidad Popular que llevarán a Chile a una inevitable guerra civil, las Fuerzas Armadas y Carabineros de Chile declaran:
Primero: que el Presidente de la República debe entregar inmediatamente su alto cargo a las Fuerzas Armadas y Carabineros de Chile;

Segundo: que las Fuerzas Armadas y el Cuerpo de Carabineros de Chile se unen para dar inicio a la histórica y responsable misión de luchar por la liberación de la Patria del yugo marxista, y el restablecimiento del orden y la institucionalidad;
Tercero: los trabajadores de Chile pueden estar seguros de que los logros económicos y sociales que han logrado hasta ahora no cambiarán fundamentalmente;


Cuarto: los canales de prensa, radio y televisión favorables a la Unidad Popular deben suspender a partir de este momento sus actividades informativas. De lo contrario, recibirán castigos aéreos y terrestres.
Quinto: El pueblo de Santiago deben permanecer en sus casas para evitar víctimas inocentes.
Entre los comandantes -reales o autodenominados- que firmaron el documento figuraba el nombre del traidor Augusto Pinochet. Su presencia en la lista confirmó la adhesión del Ejército al golpe –y la imposibilidad del gobierno de superarlo.


El referéndum que no se llevó a cabo


El golpe tuvo lugar un martes. El fin de semana anterior había estado marcado por una serie de reuniones entre Allende y líderes políticos y militares, discutiendo alternativas para el futuro inmediato del país. los problemas de El gobierno fue más allá de la crisis económica alimentada por sus propios errores estratégicos y los boicots estadounidenses. También hubo terrorismo de extrema derecha, huelgas de sindicatos opositores, especialmente de camioneros, escasez en el comercio e inflación. Las Fuerzas Armadas vacilaron en sus convicciones democráticas y los partidos de oposición -y buena parte de la sociedad- ya apoyaban una intervención militar, creyendo en una rápida vuelta a la normalidad.


En el seno de la Unidad Popular se enfrentaron dos tesis para decidir la estrategia a seguir. Un bando, encabezado por los socialistas, quería acelerar los cambios aunque fuera violando la legalidad, imponiendo antes que negociando. La otra corriente, defendida por los comunistas y por Allende, quiso hacer un llamado al diálogo con los opositores, aunque con el riesgo de ceder en parte a los cambios llevados a cabo por el gobierno en los últimos tres años. Después de moverse demasiado rápido y ver que la situación se volvió inmanejable, el ala moderada de la UP luchó por encontrar una salida y evitar más derramamiento de sangre. Sintiéndose atrapado, el presidente ideó una alternativa drástica: un gran plebiscito nacional sobre la continuidad o no de su gobierno.


Le parecía la forma más honorable de dejar el cargo sin correr el riesgo de llevar al país a un colapso institucional. Salvador Allende sabía que sería derrotado. Desde su victoria, en septiembre de 1970, la UP sólo tuvo una vez la mayoría absoluta del electorado, en marzo de 1971, y aún así, sumando ciudades de todo el país en las elecciones municipales, con un margen muy estrecho. Ese triunfo aprovechó el éxito económico de los primeros meses de gobierno, pero no correspondió al escenario real y dividido de la política chilena. El mismo Allende había sido elegido con sólo el 36,6% de los votos, en una disputa dividida entre tres nombres. Aún así, según sus asesores más cercanos, el presidente estaba dispuesto a renunciar tan pronto como el referéndum lo derrotara.


Los chilenos, sin embargo, no conocerían sus verdaderas intenciones hasta la década de 1990: nunca hubo tiempo para convocar la votación que quería Allende. El domingo 9 de septiembre de 1973, el presidente había convocado a dos generales a una reunión decisiva en la que comentó precisamente su proyecto de poner el rumbo del poder en manos de la ciudadanía. Esa mañana, Augusto Pinochet y Herman Brady, el hombre que atendería la llamada telefónica presidencial el día 11, se presentaron en la oficina del presidente. Sin sospechar que se enfrentaba a dos de los principales traidores conspiradores golpistas, Allende les confió su intención de llamar al pueblo a las urnas. Sorprendido, Pinochet afirmó:


Eso cambia toda la situación, presidente. Será posible resolver el conflicto con el Parlamento y eso aliviará la tensión.





Salvador Allende governou o Chile entre 1970 e 1973

Lo que realmente cambió ese descubrimiento fue la fecha del golpe. Jugando un eterno doble juego para posicionarse en público, siempre del lado del más fuerte, El traidor Pinochet ya estaba convencido de la causa del golpe, y concluyó que el levantamiento tendría que darse antes del discurso presidencial. Una intervención de los fardados perdería gran parte de su apoyo si la población tomara conciencia de la propuesta de salida democrática del impasse político. El levantamiento estaba previsto para antes de las Fiestas Patrias del 18 y 19 de septiembre, para evitar un nuevo desfile militar frente al presidente que se quería derrocar. Pero la insurrección probablemente solo se daría alrededor del día 14, cuando se realizaron los ensayos para el desfile y un traslado de tropas a Santiago sería menos sospechoso.


Armado con la nueva información, Pinochet se reunió esa misma noche del 9 con Merino y Gustavo Leigh, comandante de la Fuerza Aérea. Fue durante la fiesta del decimotercer cumpleaños de su hija Jacqueline Pinochet que el general y los demás conspiradores llegaron a un acuerdo para adelantar el “Día D” a las seis de la mañana del 11 de septiembre, cinco horas antes de que Allende tomara los micrófonos para anunciar su referéndum.


Santiago como un gran cuartel


Si ese fuera un día cualquiera y la agenda del presidente no cambiara, la mañana del 11 marcaría la inauguración de la exposición “Por la vida siempre”, en la Universidad Técnica del Estado (UTE). Para fines de mes, en todos los polos de la institución a lo largo del país, estaban previstas quinientas exposiciones más o menos simultáneas, exponiendo los horrores de una guerra civil –que se temía para Chile en ese contexto de división. Las “jornadas antifascistas”, como se les llamó, serían inauguradas por Salvador Allende en el campus de la UTE en Santiago, en el mismo acto en el que pretendía anunciar oficialmente la realización del plebiscito.


Sin embargo, desde el día anterior ese programa, poco a poco, ha tomado los contornos de una hipótesis improbable. El presidente pasó la noche del 10 de septiembre reunido en su residencia oficial con varios asistentes, planificando para el día siguiente. Cerca de la medianoche, la conversación fue interrumpida por una llamada telefónica con la advertencia: campesinos que vivían al costado de la vía habían presenciado el movimiento de varios camiones militares, que salían de las ciudades de Los Andes y San Felipe rumbo a la capital. A pesar del movimiento sospechoso, Allende no se inmutó:


“Si tuviera que creer todos los rumores que escucho, me volvería loco”, les dijo a sus colegas.


Cuando el presidente se acostó para una breve noche de sueño antes del ajetreado día, ya había comprado la versión del Ejército: los soldados enviados a Santiago ayudarían a reforzar la seguridad de la ciudad a la mañana siguiente, cuando podría haber protestas en el centro.



Allende em parada militar


En medio de tantos hechos, el 11-S preveía un acontecimiento importante más: la Justicia realizaría una sesión en la que suspendería el foro privilegiado del senador Carlos Altamirano y el diputado Guillermo Garratón, miembros de la base aliada de Allende que habían aceptado las acusaciones. de un grupo de marineros, que afirmaron haber escuchado a sus superiores hablar de un complot golpista. La Armada, por supuesto, lo negó todo y tenía la intención de demandar a los políticos.


Ni a Altamirano ni a Garretón se les canceló formalmente la inmunidad parlamentaria porque, el día 11, el propio concepto de parlamentario -y de inmunidad- se tornó ajeno. Los magistrados no pudieron reunirse para juzgar el caso; los hechos desvirtuaron el proceso y confirmaron que la Armada realmente estaba planeando el golpe denunciado por sus reclutas y, principalmente, los mandatos de los dos políticos -y de todo el Congreso- serían pronto anulados por el nuevo régimen. El Parlamento chileno fue disuelto por un decreto autoritario de la Junta golpista Militar y permaneció cerrado hasta 1990, con el retorno a la democracia.


Allende empezó a enterarse de todo lo que pasaba en el país gracias a esa llamada telefónica de madrugada, pero antes las tropas ya estaban dando sus primeros pasos. En el recinto de la UTE, donde se suponía que se realizaría el acto presidencial, una patrulla militar invadió la radio universitaria y destruyó sus instalaciones, impidiendo su funcionamiento. Este sería el primer atentado contra un canal favorable al gobierno: durante toda la mañana del golpe, las pocas radios que aún ponían al aire los pronunciamientos de Allende fueron rápidamente silenciadas, con sus torres bombardeadas por aviones militares.


El presidente comenzó el día hablando en tres estaciones de radio principales -Corporación, Portales y Magallanes- y, al momento de su último discurso, solo una de ellas seguía funcionando. Las demás emisoras del país seguían al aire, emitiendo interminables marchas militares, interrumpidas sólo por decretos emitidos ordinariamente por la Junta: amenazas de fusilar en el acto a quien intentara resistir el golpe, recomendaciones al pueblo de no salir a la calle. las calles, listas de nombres de “extremistas” que debían entregar, ultimátums al presidente ya los compañeros que se empeñaban en resistir en palacio.

“No renunciaré”



Nomeação de Pinochet como chefe do exército chileno
Salvador Allende designa a Augusto Pinochet como jefe del ejército chileno


La resistencia de La Moneda duró toda la mañana. Al inicio de la jornada, el edificio aún estaba atendido por un grupo de Carabineros, con la presencia del director de la corporación, general José Sepúlveda. Sin embargo, esta presencia duró poco: los soldados desertaron cuando salió a la luz el primer decreto de la Junta y el desconocido César Mendoza firmó como comandante de la institución.


Como había hecho Merino en la Armada, Mendoza también asestó un golpe interno a Carabineros: en su caso, superó en maniobras a seis generales superiores y se convirtió en director “de facto” al tomar el control del centro de telecomunicaciones de la policía, desde donde podía dar órdenes a todo el país.


Sin apoyo militar de ningún tipo, los defensores de palacio se resistieron a utilizar las armas abandonadas por los propios Carabineros, además del equipo que custodiaba la escolta presidencial. Evidentemente se trataba de una resistencia simbólica: menos de cien hombres de armas ligeras contra todo el aparato militar chileno. Con el tiempo corriendo peligrosamente en su contra, Allende contactó a la última estación de radio aliada que aún estaba en el aire. A las 9:10 horas, los chilenos sintonizados en Radio Magallanes pudieron escuchar, entre nubes de estática, el último discurso del presidente.




El cerco final a La Moneda




Tras la despedida de Allende, La Moneda se encontró rodeada de tanques. En lo que resta de la mañana, la Junta reiteró sus ofertas para que el presidente renuncie al cargo a fin de mantener su integridad física. Los militares prometieron poner a disposición un avión para llevarlo a donde quisiera refugiarse. Salvador Allende, sin embargo, no aceptó. En 1985 se filtraron grabaciones de conversaciones internas de los comandantes, en las que el traidor Pinochet dice textualmente:
– Queda el ofrecimiento de sacarlo del país… y el avión se estrella, viejo, durante el vuelo – en el fondo se reían los compañeros del traidor general.


El bombardeo aéreo del palacio se retrasó casi una hora. Prometido para las 11 am, solo comenzó a las 11:52 am, cuando se disparó el primero de los 79 misiles que salieron de los aviones de combate Hawker Hunter. Antes de eso, la residencia presidencial, ubicada en otro lugar de Santiago, también había sido atacada por vía aérea. Allí estaba la primera dama, Hortensia Bussi, que logró escapar escondida en un automóvil conducido por un guardaespaldas.
Las bombas cayeron sobre La Moneda durante unos 25 minutos. Entonces, aprovechando los huecos abiertos en el palacio, los helicópteros se acercaron y lanzaron bombas lacrimógenas. A pesar de toda la violencia del ataque, el 11-Septiembre dejaría solo dos víctimas en la sede del gobierno chileno: dos asesinatos.


El primero fue el periodista Augusto Olivares, director de Televisión Nacional, mientras se producía el atentado. El segundo, a pesar de las polémicas que generó esta afirmación en estas cuatro décadas, fue Salvador Allende.


Durante muchos años, la versión del suicidio del presidente fue opuesta, incluso por otros defensores del palacio, que afirmaron haber presenciado un intercambio de disparos. En tiempos de resistencia a la dictadura, la imagen del hombre que murió combatiendo parecía más útil que el honorable suicidio de alguien que se negaba a caer en manos de los enemigos.


Fidel Castro avaló esta versión en un discurso que pronunció en La Habana a finales de aquel oscuro septiembre, y luego le tocaría a Gabriel García Márquez dar aún más fuerza a la leyenda, con un texto basado en relatos de testigos en el que confirmaba la ocurrencia de un tiroteo entre el presidente y los hombres del general Javier Palacios que comandaban la invasión a la Moneda.


En cada aniversario del golpe, nuevos libros que tratan de probar “la verdadera historia” detrás de las últimas horas de Salvador Allende reconstruyen las versiones, y aún hoy se escriben textos que refuerzan la tesis del fusilamiento. Sin embargo, en el trabajo más exhaustivo sobre el tema –El Último Día de Salvador Allende, 2008–, el doctor Óscar Soto confirma con firmeza el suicidio. Ese apoyo provino también de todas las autopsias ordenadas periódicamente por los gobiernos chilenos luego del retorno a la democracia.



Soto, cardiólogo del presidente, estuvo en el palacio ese día y participó en recreaciones con otros colegas de defensa. Según su relato, alrededor de la una y media de la tarde y sin posibilidad de resistir, Allende había pedido a sus compañeros que se rindieran, saliendo por la puerta lateral del edificio, que da a la calle Morandé. Anunció que sería el último en la fila, pero aprovechó la confusión y se retiró al Salón Independencia, donde se quitó la vida con el AK-47 que le había regalado Fidel años antes. El disparo se escuchó desde las escaleras, seguido del grito enloquecido de Enrique Huerta, responsable del mantenimiento del palacio:
¡Allende murió! ¡Viva Chile!




Lejos del palacio, las otras víctimas de La Moneda




Huerta incluso recogió el arma de la alfombra para acompañar la inmolación del representante, pero se mostró convencido de que su sacrificio sería inútil por parte del médico Héctor Pincheira. Los dos decidieron respetar la última orden de Allende y abandonaron el edificio por la puerta lateral, donde -como todos los demás- fueron inmediatamente obligados a tenderse boca abajo en el suelo. La imagen se hizo famosa: los récords mundiales de defensores de La Moneda tirados en la calle frente a las amenazantes orugas de un tanque.


Nadie murió sobre el asfalto de Morandé, pero en los días siguientes se sumaron muchos otros nombres a la lista de víctimas del palacio, que en un principio solo contaba con Augusto Olivares y Salvador Allende. De los 56 presos capturados con vida, 24 fueron víctimas de ejecuciones sumarias o pasarían a ser desaparecidos políticos, entre ellos Héctor Pincheira y Enrique Huerta.


La represión pronto envolvió a todo el país, acompañada de la imposición de un toque de queda que duró hasta el día 13. El país ya era otro cuando se pudo volver a las calles. Su posición en la escena política internacional también: algunos se apresuraron a criticar la brutalidad del nuevo régimen, otros permanecieron en silencio. La gran mayoría, tarde o temprano, recordó los acuerdos comerciales para ignorar las violaciones de los derechos humanos.


Pero hubo una nación que precedió a las demás. Unos años después, El traidor Augusto Pinochet publicó un libro de memorias titulado El día decisivo, sobre los preparativos del golpe. Montado como si fuera una entrevista, con preguntas y respuestas, el volumen incluye el siguiente interrogatorio:


Pregunta: Ese día [11 de septiembre], ¿algún país reconoció al nuevo gobierno de Chile?


Pinochet: Sí. Esa tarde me encontraba en la oficina del Director de la Escuela Militar, cuando llegó el Embajador de la dictadura de Brasil en Chile, Sr. Câmara Canto, para decir que su país reconocía al nuevo gobierno de Chile, un noble gesto de este hermano país que nunca olvidaré.


Brasil, que había apoyado el golpe tras bambalinas, no sintió ningún bochorno en hacerse cargo del complot en las horas posteriores a la muerte de Allende. El gobierno del dictador Medici sería el primero en el mundo en prestar dinero a Pinochet para iniciar la “reconstrucción” de Chile, y pronto autorizó el envío de medicinas, alimentos y combustible a Santiago. También envió un destacamento de “especialistas en interrogatorios”, con la misión de enseñar a los militares traidores chilenos las técnicas de tortura más eficientes utilizadas en los sótanos brasileños. Fue el comienzo de una fructífera relación entre las dos dictaduras.



(Ni Perdón Ni Olvido)- Golpe militar en Chile cumple 49 años; Recuerda cómo fue el 11 de septiembre de 1973

El 11 de septiembre de 1973 se cambió la historia de Chile. Hace exactamente 49 años, un sangriento golpe militar resultó con el asesinato del compañero presidente Salvador Allende. El dictadura militar en Chile duró casi 17 años y duró hasta 1990. recuerda lo sucedido en este fatídico día.



6:30 am - El presidente Allende fue despertado ese día en su residencia alrededor de las 6:30 am con una llamada telefónica urgente del general Jorge Urrutia dos Carabineros (Policía Nacional Militar de Chile). Urrutia informó que infantes de marina de la Armada de Chile habían ocupado la costa de la ciudad portuaria de Valparaíso e interrumpieron las comunicaciones de la ciudad con el resto del país.

Minutos después de la advertencia de Urrutia, también se cortaron las líneas telefónicas de la residencia presidencial (Ubicada en Santiago). Allende tomó un AK-47 (Rifle Kalashnikov) que había recibido como regalo del presidente cubano Fidel Castro y se dirigió a la sede presidencial de Chile, el Palacio de La Moneda.

El General de Ejército Sergio Arellano y el Almirante Patricio Carvajal se encontraban en un puesto de comunicaciones del Ministerio de Defensa, también ubicado en la capital chilena. A partir de ahí, los militares tomaron las principales decisiones sobre cómo se llevaría a cabo el golpe.

7:55 am - Ya en Palacio de Gobierno, Allende brindó una alocución radial a la población de Chile. El presidente informó que los oficiales navales se habían rebelado en Valparaíso, pero declaró que la situación en Santiago era normal. Allende les dijo a las personas que trabajan que “tomen sus trabajos, vayan a sus fábricas y permanezcan tranquilos y serenos”.


8:42 am - Dos estaciones de radio vinculadas a los militares, Minería y Agricultura, tocaron el himno nacional de Chile y emitieron un mensaje oficial anunciando que las Fuerzas Armadas habían creado una Junta Militar. Integraron la Junta el Comandante traidor del Ejército Augusto Pinochet, el Comandante traidor de la Fuerza Aérea Gustavo Leight, el Almirante traidor José Torbirio Merino y el General traidor Cézar Mendoza. En ese momento, los militares exigieron la renuncia inmediata de Allende.

En un nuevo discurso al país, Allende anunció que no renunciaría al cargo de presidente. “No dimitiré. Me quedaré e informaré a la nación sobre la actitud absurda de los soldados que se niegan a honrar su juramento”, dijo el presidente en el comunicado.

Después del discurso, los militares amenazaron con invadir el palacio presidencial. “Si La Moneda no es evacuada antes de las 11 am, será atacada por tierra y aire”.

9:15 am – Allende estaba tratando de llegar a un acuerdo con los militares. Trató de llamar al ministro de Defensa, pero sólo pudo comunicarse con el general Ernesto Baeza. Allende sugirió que los comandantes golpistas fueran al palacio a reunirse con él.

La respuesta llegó en una llamada telefónica de Carvajal, indicando que Allende debería renunciar. El almirante aseguró que un avión privado transportaría a Allende y su familia al país de su elección. Grabaciones difundidas años después muestran que el plan de Pinochet era derribar el avión en pleno vuelo.

10:10 am - El presidente pronunció su último discurso en radio Magallanes (última emisora ​​oficialista aún al aire). Allende dijo que no renunciaría. El presidente se despedía de la gente del país. En su última frase, Allende dijo “Estas son mis últimas palabras y estoy seguro que mi sacrificio no será en vano. Estoy seguro de que, como mínimo, será una lección moral que castigará la perfidia, la cobardía y la traición”.

11:15 am – Sin la renuncia de Allende, comenzó el ataque. Cohetes disparados desde dos aviones de guerra Hawker Hunter (fabricación inglesa) penetraron en el segundo piso de La Moneda. Allende y las más de 70 personas que se encontraban en palacio, entre su guardia y colaboradores.


Ataque ao Palácio La Mondeda no Chile em 11 de setembro de 1973

13:15 - Continuó el tiroteo en La Moneda. Cuando supo que los militares se habían apoderado de todo el país, Allende ordenó la rendición del pueblo que resistía en La Moneda. Cuando los militares ingresaron al palacio y comenzó la evacuación, se escucharon dos disparos. Salvador Allende, el presidente de Chile, estaba muerto. E o país está sob novo poder. Allende foi inicialmente enterrado numa cova comum, num caixão com as iniciais "NN". Com o término da ditadura del traidor de la patria Pinochet, Allende teve um funeral com honras militares, em 1990 no Cemitério Geral de Santiago.

Exhumación - Los restos del ex presidente chileno Salvador Allende fueron exhumados el 23 de mayo de 2011 para determinar la causa de la muerte. La exhumación fue ordenada por el juez Mário Carroza, a raíz de un pedido realizado en nombre de familiares por la senadora Isabel Allende, hija del expresidente chileno, para determinar con "certeza jurídica las causas de su muerte". El 19 de julio de 2011, el examen forense practicado a los restos del expresidente confirmó que su muerte fue provocada "por herida de bala" y "en forma que corresponde a un suicidio (MENTIRA!)". Envuelta en muchas contradicciones, la investigación sobre la muerte de Allende fue cerrada por la justicia chilena este año, que determinó la causa como suicidio.




2022/09/09

(Ni Perdón Ni Olvido) La crisis política de Chile es otro legado brutal de la sangrienta dictadura Pinochet

Las reformas implementadas por el traidor e dictador, fallecido hace casi 16 años, están detrás de los problemas actuales del país.



Después de semanas de intensas protestas en todo el país, el presidente derechista chileno, Sebastián Piñera, cedió a las demandas de reescribir la Constitución. Los manifestantes quieren una nueva Carta Magna para abordar las graves desigualdades sociales y económicas de Chile. El actual fue escrito bajo el dictador Augusto Pinochet, el traidor que gobernó el país de 1973 a 1990, período marcado por miles de ejecuciones extrajudiciales, casos de tortura y desapariciones forzadas.


Pinochet también implementó reformas de libre mercado, a menudo celebradas por el dinamismo económico de Chile. Después de crecer un promedio de 4,7% por año, la economía del país ahora es nueve veces más grande que en 1990, una vibrante historia de éxito en América Latina. De esta manera, incluso los gobiernos de izquierda mantuvieron en gran medida el sistema económico del período de la sangrienta dictadura.


Sin embargo, bajo la superficie, las reformas del traidor Pinochet en realidad estaban desgarrando el tejido social chileno.


Crecimiento sin equidad


Chile es uno de los países más desiguales del mundo, con una distribución del ingreso menos equitativa que los vecinos Perú, Bolivia y Argentina. Y está empeorando. En 2006, aquellos en el 10% superior se llevaron a casa poco más del 30% del ingreso nacional. En 2017, este porcentaje alcanzó el 40%.

El crecimiento económico masivo de Chile ha beneficiado a los ricos, pero los trabajadores y las clases medias aún enfrentan bajos salarios e inseguridad laboral. Como señalan constantemente los manifestantes, simplemente ganar lo suficiente para el seguro médico y la jubilación es una lucha constante.

Estos problemas comenzaron con las reformas de libre mercado del dictador Pinochet. Después de tomar el poder en el sangriento golpe de Estado de 1973, que depuso al entonces presidente Salvador Allende, el dictador de extrema derecha comenzó a desmantelar el estado de bienestar que Allende había comenzado a construir. Estos cambios de política fueron codificados en la Constitución de 1980. el traidor Pinochet se centró en tres áreas: derechos laborales, jubilación y atención médica. Las reformas neoliberales transfirieron la administración de la economía y la provisión de servicios sociales del estado al sector privado.

Salvador Allende

El determinante más importante de la desigualdad fue el retiro de los derechos de los trabajadores, impedidos de organizarse y negociar con los empleadores. Pinochet creó nuevas formas para que las empresas los contrataran, incluso permitiendo diferentes tipos de contratos temporales. En Chile, los empleados temporales no tienen derecho a protecciones laborales como indemnización por despido, protecciones financiadas por el empleador contra lesiones en el lugar de trabajo y el derecho a sindicalizarse.

Mala red de seguridad

Los defensores de las reformas laborales de mercado del traidor Pinochet argumentaron que reducirían la desigualdad y aumentarían el empleo, especialmente para los trabajadores poco calificados. Sucedió lo contrario. A pesar del enorme crecimiento económico de las últimas tres décadas, las tasas de empleo de los trabajadores en el extremo inferior de la escala económica siguen siendo excepcionalmente bajas.

Siguiendo su ideología de libre mercado extremo, el régimen militar del traidor Pinochet reemplazó el sistema de pensiones original, basado en las contribuciones combinadas de los trabajadores, los empleadores y el estado, con un sistema de pensiones privado. En este sistema, todos los trabajadores excepto la policía militar y la policía nacional eran los únicos responsables de sus cuentas individuales de retiro. El Estado y las empresas no aportaron nada.

En 2008, durante el gobierno de la presidenta de izquierda Michelle Bachelet, Chile también comenzó a pagar pensiones mínimas a los jubilados más pobres. Como los empleadores no ayudan a los empleados a ahorrar para la jubilación, el costo de la mano de obra en Chile es comparativamente bajo, lo que aumenta su competitividad global. Pero la mayoría de los chilenos no pueden ahorrar lo suficiente para mantenerse en su vejez.

La privatización del sistema de salud por parte del dictador Pinochet también ha ampliado la brecha entre los ricos y el resto. El régimen creó un sistema de salud privado con fines de lucro para competir con el sistema gubernamental, pero es tan costoso que casi la totalidad del tercio más pobre de los chilenos todavía depende únicamente del sistema público, que tiene una financiación insuficiente crítica.

O legado real de la sangrienta dictadura de Pinochet

Las grietas en el barniz de la “economía modelo” de Chile se han estado mostrando desde al menos 2006, cuando estallaron protestas estudiantiles masivas en todo el país por el aumento de los costos de la educación. Como en esas protestas anteriores, los estudiantes estuvieron al frente de las manifestaciones de hoy. 

Muchos son demasiado jóvenes para recordar los abusos a los derechos humanos, la represión política y las privaciones económicas de la dctadura del traidor Pinochet. Pero tienen experiencia personal con la desigualdad social que ha generado el régimen.

Las protestas masivas son el resultado de estas dos realidades. Criados en democracia, los jóvenes manifestantes esperan una parte más justa de la riqueza del país. Y no tienen la edad suficiente para temer la represión autoritaria por proclamar sus derechos.

Traducción : Rodolfo Varela
Por Paul W. Posner

Tras derrota, políticos chilenos comienzan a articular nuevo proceso constituyente

Partidos políticos, movimientos sociales y representantes de los tres Poderes comenzaron a discutir los próximos pasos en el intento de instaurar un nuevo proceso constituyente en Chile, luego de que el 62% de la población votara en contra del proyecto de texto de Constitución del país en un plebiscito realizado el pasado domingo. (4).


Apuração dos votos do plebiscito sobre a nova constituição do Chile


La actual Constitución chilena fue adoptada en la década de 1980, durante la sangrienta dictadura del traidor Augusto Pinochet. El texto ha sido enmendado a través de reformas durante décadas desde entonces, pero en otro referéndum realizado en 2020, el 78% de los chilenos votó a favor de formar una asamblea para llevar a cabo cambios más profundos.

En este episodio, presenta un panorama de las reacciones ante el rechazo al nuevo texto constitucional presentado en Chile. Para describir las razones que contribuyeron al rechazo de la propuesta, qué esperar de los planes de reforma en el país y los reflejos del plebiscito.

Los presidentes del Senado y de la Cámara de Diputados de Chile, Álvaro Elizalde y Raúl Soto, respectivamente, convocarán a partidos políticos y movimientos sociales a un diálogo para un nuevo proceso constituyente.

Representantes del Poder Legislativo se reunieron esta mañana en el Palacio de La Moneda con el presidente Gabriel Boric para abordar el escenario político tras el triunfo de la opción Rechazo en el plebiscito de salida.

En la instancia, el mandatario les pidió “que se desarrolle un diálogo en el Congreso Nacional que permita establecer una vía institucional para avanzar en el proceso constituyente”, dijo Elizalde.

“En ese contexto, junto al presidente de la Cámara, esta semana convocaremos a todos los partidos con representación parlamentaria, a las bancadas, y también escucharemos a otros movimientos sociales y representantes de la sociedad civil, con el objetivo de promover un diálogo que nos permite, a la brevedad posible, transmitir una certeza a Chile: el camino institucional para cumplir el compromiso de avanzar hacia una Constitución que sea factor de unidad entre todos los chilenos”, agregó.

“Esperamos avanzar rápidamente en este proceso, escuchando diferentes perspectivas y propuestas de diferentes partidos políticos, partidos políticos, movimientos sociales y organizaciones de la sociedad civil. Tenemos que sacar lecciones de lo que pasó y, sobre todo, tenemos que cumplir el mandato que nos ha encomendado la ciudadanía a través de un diálogo inclusivo, inclusivo”, sentenció.

Soto: “Tenemos una segunda oportunidad”
Por su parte, el diputado Soto afirmó que “tenemos una segunda oportunidad, probablemente será la última y no podemos bromear con eso”.

“Ha llegado el momento de la política de acuerdos y de recuperar la capacidad de entendimiento para salir de nuestras trincheras ideológicas (…), debemos generar un consenso que nos permita trazar una hoja de ruta para el cambio constitucional con un nuevo organismo y un nuevo constituyente que nos lleva a un texto que llama a la adhesión de la gran e inmensa mayoría de los chilenos”, indicó.

Estallan enfrentamientos durante nueva ronda de protestas estudiantiles en la capital de Chile

Una protesta este jueves de cientos de estudiantes de secundaria en el centro de la capital chilena desencadenó algunos enfrentamientos entre estos jóvenes y la policía antidisturbios de Carabineros.



Al grito de “educación digna” y “hay dinero para los pakos (policías), pero no para la educación”, alrededor de 1.000 jóvenes salieron de la estación de metro Los Héroes con la intención de llegar al Ministerio de Educación.

Su camino fue bloqueado, sin embargo, por una fuerte presencia policial.

Luego regresaron por La Alameda, la vía principal de la ciudad, hacia Plaza Italia, el foco principal de los disturbios sociales masivos que estallaron a fines de 2019.

Fue allí donde se produjeron los primeros enfrentamientos entre estudiantes armados con piedras y antidisturbios que viajaban en vehículos blindados y disparaban cañones de agua y gas pimienta.

“Estamos aquí para que no olviden que la lucha no ha terminado. Los estudiantes no saldrán a la calle hasta que escuchen nuestras demandas”, dijo a la prensa Marcela, una joven de 16 años que estudia en un colegio del barrio Lastarria, en el centro de Santiago.

Portando una gran bandera feminista, llegó con sus compañeros a pesar de las condiciones de lluvia para la protesta convocada por organizaciones estudiantiles anticapitalistas y de izquierda.

Las demandas de los estudiantes de secundaria incluyen “condiciones mínimas de estudio, mejor acceso a internet, mejor infraestructura, transporte gratuito, acceso universal a la universidad, educación sexual integral y la derogación de una ley que otorga a los directores de escuelas la facultad de expulsar de inmediato a los estudiantes que cometen actos de violencia”. 

Durante la protesta, grupos de jóvenes violentos incendiaron dos buses en el centro de Santiago.

Las protestas estudiantiles entraron en su tercer día consecutivo el jueves.

Dos días después de que los chilenos votaran abrumadoramente en contra de una nueva constitución propuesta, grupos de jóvenes marcharon por el centro de Santiago el martes para exigir la reapertura de una asamblea constituyente.

El miércoles, estudiantes ocuparon estaciones de metro e interrumpieron el servicio regular de trenes en el centro de Santiago.

Tras los enfrentamientos del jueves, la nueva ministra del Interior, Carolina Toha; el subsecretario de Gobernación Manuel Monsalve; y altos mandos de Carabineros se reunieron en el palacio presidencial de La Moneda para coordinar acciones preventivas.

Un total de 42 personas han sido detenidas en los últimos dos días en relación con los incidentes violentos, dice el gobierno. 

2022/09/08

Estudiantes de secundaria convocan manifestación nacional por la reforma educativa en Chile

Este es el tercer día consecutivo de actos estudiantiles; El martes pasado (6), los estudiantes protestaron contra la reforma ministerial.


Desde hace tres días, estudiantes de secundaria protestan en las calles del centro de la capital chilena, Santiago, y están siendo reprimidos por la policía militar.

La Coordinadora Secundaria Revolucionaria de Chile convocó una manifestación estudiantil para este jueves (8) en todo el país exigiendo una reforma educativa. Este será el tercer día consecutivo de protestas de los estudiantes chilenos, que comenzaron con actos en el Palacio de La Moneda contra la reforma ministerial del presidente Gabriel Boric. Entre las demandas se encuentran garantías de infraestructura y acceso a internet, pases gratuitos para estudiantes y acceso universal a todos los niveles educativos.


En Chile, incluso las instituciones públicas cobran honorarios a los estudiantes. La privatización de escuelas y universidades es el resultado de las reformas neoliberales implementadas después de la sangrienta dictadura del traidor  Augusto Pinochet, quien aprobó la Constitución de 1980.


El resultado es 1,1 millones de estudiantes endeudados, según datos de 2021 de la Comisión Administradora del Sistema de Crédito Estudiantil (CAE). Solo entre 2020 y 2021, hubo 43.000 nuevas solicitudes de préstamos.


Desde la creación del sistema de crédito, en 2006, hasta el año pasado, sólo el 2,4% de los estudiantes había logrado saldar su deuda, mientras que 342.000 tenían una o más cuotas de financiación vencidas. Entre 2006 y 2021 se otorgaron aproximadamente US$9,6 millones en préstamos estudiantiles. Alrededor del 76% de los estudiantes que solicitaron un préstamo no terminaron sus estudios, según encuestas independientes.


Una de las propuestas de la campaña de Boric fue perdonar intereses a los morosos y diferir el pago de las deudas hasta en 20 años. “El negocio bancario hoy lo llevan las familias”, dijo el actual presidente en diciembre del año pasado.


Alrededor del 44% de los fondos del CAE provienen del financiamiento bancario y el 56% lo proporciona el Estado, además de las exenciones de impuestos de las instituciones educativas privadas.


La Coordinadora de Secundaria también pide el fin de la presencia militar en las escuelas con la extinción del programa “clase segura”. El martes pasado (6), videos y fotografías publicados en las redes sociales denunciaron la brutalidad de la represión policial contra los estudiantes que protestaban contra los anuncios de la primera reforma ministerial del presidente Boric, cerca de la sede del gobierno en Santiago.


El pasado miércoles (7), los estudiantes ocuparon algunas estaciones del metro de la capital chilena para denunciar la represión del día anterior y exigir que el gobierno cumpla con sus demandas.



Hasta el momento, seis adolescentes han sido detenidos durante las manifestaciones de carabineros, la policía militar de Chile.


¿Otra revuelta de pingüinos?


En 2006, Chile fue testigo de la mayor movilización de escuelas secundarias de su historia. Las protestas duraron unos cinco meses y pronto se convirtieron en un paradigma para el continente. En los libros de texto, ese período pasó a llamarse Revolución Pinguina, en referencia al uniforme blanco y negro que vestían los estudiantes de secundaria, apodados “pingüinos”. 


La bandera era garantizar una educación pública, gratuita y de calidad para todos los chilenos.


Recuerde: estudiantes chilenos de secundaria en la ruta de los pingüinos.


En la propuesta de nueva Constitución, que fue rechazada en el referéndum del domingo pasado (4), el derecho a la educación fue previsto como universal, con financiación pública y prohibición de lucro del sector privado. También determinó que la educación debe ser laica, gratuita, de buena calidad y no sexista.


2022/09/06

El Congreso chileno jugará un papel clave en el proceso constituyente

 La Cámara de Diputados y el Senado de Chile, altamente fragmentados, donde domina la oposición de derecha, desempeñarán un papel clave en la continuación del proceso de redacción y aprobación de una nueva constitución tras el resultado del referéndum del domingo, con la ayuda de un gobierno de coalición en crisis que parece estar obligando al presidente Gabriel Boric a emprender una difícil renovación de su gabinete.





Así terminó la reunión de este lunes convocada por Boric con los titulares del Senado y de la Cámara –el socialista Álvaro Elizalde y el líder del Partido Democracia (PPD), Raúl Soto, respectivamente–.


El PPD surgió durante la Concertación”, que gobernó Chile durante la transición a la democracia de la sangrienta dictadura del traidor Augusto Pinochet de 1973-1990, quien redactó e implementó la Constitución vigente.


Fue una reunión convocada por Boric para discutir los resultados del plebiscito nacional del domingo sobre el nuevo proyecto de ley constitucional, una votación en la que la abrumadora mayoría de los chilenos -casi el 62 por ciento- votó a favor de rechazar la nueva carta magna.


El mandatario nos pidió en el Congreso Nacional desarrollar un diálogo que permita establecer una vía institucional para avanzar en el proceso constituyente, dijo Elizalde luego de culminada la reunión.


En ese contexto, junto al presidente de la Cámara (de Diputados), esta semana convocaremos a todos los partidos políticos con representación parlamentaria… y también escucharemos a otros movimientos sociales y representantes de la sociedad civil con el objetivo de propiciar un diálogo eso nos permitirá, en el menor tiempo posible, darle seguridad a Chile, dijo.


El socialista también dijo que el diálogo debe ser "transversal e incluyente", añadió que "el Gobierno participará" en él y expresó su deseo de que el itinerario institucional esté definido antes del 11-Septiembre, aniversario 49 del golpe de Estado de 1973 que derrocó al gobierno democráticamente electo del compañero socialista Salvador Allende, inaugurando la sangrienta dictadura del traidor Pinochet.


Na democracia, a voz do povo é respeitada, respeitada, e por isso temos que fomentar um diálogo inclusivo que incorpore todos os pontos de vista e canalize o processo constitucional e, simultaneamente, o governo deve continuar a cumprir as suas próprias tarefas de governar , " el dice.


En este contexto, el Congreso debe tener una actitud constructiva, incorporando los puntos de vista legítimos de los distintos actores, porque, entre otras cosas, tenemos que construir un Chile mejor respetando un principio básico, el protagonismo de la ciudadanía, concluyó.


En la misma línea, Soto, cuyo partido se ubica en el centro político, dijo que es necesario un gran acuerdo transversal para la reunificación de Chile”.


Este acuerdo debe tener sus raíces en las conversaciones que se iniciarán en los próximos días en el Congreso Nacional. Trabajaremos juntos, la Cámara de Diputados con el Senado, y en estrecha coordinación con el (poder) Ejecutivo porque entendemos que en un momento de fragilidad política y social las instituciones deben trabajar de manera coordinada”, dijo. dijo.


Ni Elizalde ni Soto quisieron revelar cómo sería la hoja de ruta de un acuerdo, si se convocaría a una nueva convención constitucional con diputados elegidos por plebiscito público para redactar un texto como el rechazado el domingo, o si se prepararía un texto mixto incluyendo la contribución de expertos y legisladores, como están proponiendo algunos partidos políticos.


Debemos crear un consenso que efectivamente nos permita establecer una hoja de ruta constitucional con una nueva entidad. Este acuerdo es para ver cómo se va a desarrollar este proceso constitucional, cómo se va a construir esta entidad, las reglas del juego y los plazos”, dijo.


Según la encuestadora pública Ipsos, el 39% de los chilenos está a favor de que el presidente realice un nuevo plebiscito para que la ciudadanía elija el mecanismo constitucional, el 30% prefiere que los partidos políticos determinen el método y el 24% considera que la redacción de una nueva constitución sea innecesario.


La empresa también dijo que el 41% de los encuestados quiere crear un Comité de Expertos, el 26% prefiere una Convención Conjunta integrada por legisladores y expertos, el 15% quiere otra convención 100% electa y solo el 11% quiere que el Congreso forme una nueva constitucional. convención. reclutar.


En ese sentido, Boric hizo un llamado este lunes a los partidos oficialistas y de oposición a La Moneda, pero estos últimos se negaron a participar y exigieron que admita la derrota y haga cambios en su gabinete.


Recientemente, hubo un rumor sobre la posibilidad de un cambio de gabinete. Queremos saber quiénes serán los interlocutores con los que tendremos que conversar en los próximos días y, además, el Gobierno también tiene que reflexionar internamente. Nosotros también, dijo el senador Francisco Chahuan, uno de los líderes de la coalición derechista Chile Vamos.


Por su parte, el senador José Manuel Rojo Edwards y el excandidato presidencial José Antonio Kast, quienes representan al grupo de derecha más radical, presionaron por la renuncia de Boric, ya que -como dijo Rojo Edwards- no puede liderar una supuesta Convención 2.0, (y) en los futuros grandes cambios sociales y constitucionales deben ser discutidos en el Congreso.


El Partido Popular apoya un proceso constitucional a realizar en el Congreso, que semanas atrás decidió eliminar la regla de los 2/3 para aprobar leyes, reduciendo el umbral a 4/7, o 57% de los legisladores.



2022/09/05

Chile es el primer país en rechazar la Constitución redactada por la Constituyente Popular

Con récord de participación, la opción "rechazar" ganó con 61,8% contra 38,1% de la "aprobación" en el plebiscito del domingo.




Chile vive un escenario de tierra arrasada. Tras la contundente victoria del "no" en el plebiscito constitucional, el país se convirtió en el primero en la historia mundial en rechazar una propuesta de Constitución redactada por un organismo elegido por voto popular. Con cerca del 80% de participación, la opción "rechazar" ganó con el 61,8%, equivalente a 7,8 millones de votos, frente al 38,1% de la "aprobación" en el referéndum del domingo pasado.

Mientras el "no" triunfó en todos los estados y en 338 distritos chilenos, el "sí" fue mayoría en sólo ocho comunas.


La coordinación de la campaña "Aprovo Dignidade" defendió la creación de una nueva circunscripción. “Aceptamos el resultado y su contenido. Como país, merecemos tener una nueva Constitución que contenga el sentir del pueblo chileno”, declararon poco después de la publicación de los resultados.

El conservadurismo sigue siendo la tónica de la sociedad chilena.  dice“Claramente la sociedad no estaba preparada para esta propuesta. Chile vive una crisis de identidad, una crisis política, además de la crisis económica que afecta a todos los países”.

En su primer discurso luego del conteo de las urnas, el presidente Gabriel Boric celebró la histórica participación del electorado y llamó a los líderes del Congreso, incluida la oposición, a discutir los próximos pasos en el proceso constituyente.

“Esta decisión de los chilenos exige que las instituciones y los actores políticos trabajen con más compromiso, diálogo, respeto y cariño hasta lograr una propuesta que pueda ser interpretada por todos, que nos dé confianza, que nos una como país”, dijo. declaró el jefe de estado.

Los sectores de derecha, agrupados en la plataforma "Chile Vamos", se negaron a asistir a la reunión convocada por el presidente en el Palacio de La Moneda, pero se comprometieron a continuar con el proceso. Antes del referéndum, una de las propuestas de la derecha era que una nueva Carta Magna fuera redactada por un comité de expertos o una comisión parlamentaria para "acortar y mejorar el proceso".

El excandidato presidencial José Antonio Kast (Partido Republicano), representante de la extrema derecha chilena, celebró el resultado. “Millones de chilenos le cerraron la puerta a este proceso que nos querían imponer y fracasó”, dijo.

El gobierno, por su parte, ante los vaticinios de las encuestas de opinión sobre una posible victoria de los "rechazados" en el referéndum, defendió la elección de una nueva constituyente para redactar otra Carta Magna. Ahora el mandatario habla de reunirse con los jefes de los tres Poderes y de partidos y representantes de la sociedad civil para recoger las propuestas y definir el camino para que el país abandone la actual Constitución, promulgada en 1980 durante la sangrienta dictadura del traidor Augusto Pinochet.

“El gobierno presionará por una composición más balanceada. Obviamente la derecha sale fortalecida del proceso, pero no supo capitalizar las demandas populares, solo logró vencer el rechazo”, analiza Sabrina Aquino, historiadora e integrante de Social Convergencia, partido de gobierno.

Las razones detrás del "no"

La campaña de desinformación fue una de las claves para entender el cambio de opinión sobre un proceso que comenzó con un plebiscito con 78% de aprobación en 2020. El referéndum legitimó con alrededor de 4 millones de votos la redacción de una nueva Carta Magna, que sería formulada por un Convención Constituyente elegida con paridad de género. La campaña de "rechazar" ganó con el 68% de los votos, con 2 millones de votos más ahora en 2022 en comparación con la campaña inicial que dio inicio al proceso.

"También hay un proceso de despolitización, de crisis de representación que va ligado a este proceso constitucional. La izquierda chilena no supo combatir ni predecir las fake news. Es muy difícil combatir las posverdades instaladas desde el miedo, algo eso es visceral, no es racional. En ese sentido, faltaba una educación cívica más profunda".

Otro factor sería el debilitamiento del referéndum en la semana previa a las elecciones, con declaraciones tanto del gobierno como de la oposición sobre el compromiso de continuar el proceso constituyente independientemente de los resultados de las urnas. Mientras el gobierno abogó por "aprobar reformar" la nueva Constitución, la oposición de derecha defendió otra redacción: quería la declaración de un estado multicultural en lugar de un estado plurinacional, manteniendo el Senado como está hoy y que sea preparado por " expertos".

Entre los 155 diputados elegidos a la última Convención Constituyente, 47 eran independientes y 37 de partidos progresistas, mientras que la derecha obtuvo solo 25 escaños.

“Lo de ayer fue una derrota a base de individuos y grupos que posponen el reconocimiento de los pueblos originarios. Agradezco a quienes creyeron en el proyecto. Tengan la seguridad de que no voy a renunciar a nuestros derechos”, declaró el expresidente de la Asamblea Constituyente, el la profesora universitaria y líder mapuche, Elisa Loncón.

Ya la última presidenta de la Convención, la doctora María Elisa Quinteros, dijo “estar en paz” con el resultado. “Valoramos la democracia. Esperamos que la clase política esté a la altura del desafío de responder a las demandas del pueblo, recuperando el bien común. Las transformaciones no se detienen y las vamos a impulsar día a día en los territorios”, él dijo.

El hecho de que el plebiscito retomara el voto obligatorio, suspendido desde 2018, también favoreció la victoria del “rechazo”. "La votación obligatoria obligó a participar a las personas que nunca votaron. Es más fácil decir que no".

Reforma Ministerial

El presidente Boric también anunció, en la noche del domingo, que llevará a cabo una reforma de su gabinete ministerial, reemplazando a la ministra del Interior, Iskia Siches, y al secretario general de la presidencia, Giorgio Jackson. Ambos son amigos personales del jefe de Estado y fueron coordinadores de su campaña presidencial.

Actualmente, 25 ministros forman parte de la coalición "Aprovo Dignidade", creada durante el llamado plebiscito para entrar al proceso constituyente, en octubre de 2020. Ahora una de las posibilidades es que las carteras vacantes sean destinadas a la coalición Socialismo Democrático, con organizaciones que gobernaron el país durante la llamada Concertación (1990 - 2010), el Partido por la Democracia (PPD) y el Partido Socialista -de la expresidenta Michelle Bachelet-, que actualmente ocupan cuatro ministerios.

“No tengo ninguna duda de que los cambios en el gabinete apuntarán a la conciliación. Creo que seguirá siendo un gobierno de izquierda, pero debe intentar mejorar el diálogo con los partidos de centroizquierda”.

Boric fue uno de los 11 representantes de partidos de centroizquierda y centroderecha que firmaron el acuerdo de paz con el gobierno de Sebastián Piñera en 2019, que puso fin a las manifestaciones populares y abrió el camino al primer plebiscito constitucional. la campaña a favor de la nueva constitución.

La derrota del domingo es reiterada por la derecha y los medios de comunicación como una derrota del nuevo gobierno.

“No lo duden, esta es una derrota contundente para el gobierno de Boric”, escribió el opositor derechista José Antonio Kast en su Twitter.

Los votos de "aprobación" se acercaron al resultado en la 2ª vuelta presidencial. En diciembre de 2021, Gabriel Boric obtuvo 4,5 millones de votos en la carrera presidencial. La opción del "sí" obtuvo 4,8 millones de votos en el referéndum del pasado domingo.

El presidente chileno pareció aceptar las críticas y, en su primer discurso, aconsejó a los partidarios del proceso constituyente hacer una "autocrítica" y recibir "humildemente" el abrumador resultado de las urnas.

“Acepto el mensaje con humildad y sé que hay que escuchar la voz del pueblo. No solo en ese día, sino en relación a todo lo que hemos vivido en los últimos años. No olvidemos cómo llegamos aquí. el malestar sigue latente y no podemos ignorarlo", dijo

El momento requiere la unidad de toda la izquierda chilena para que el proceso constituyente se lleve adelante y el gobierno tenga estabilidad para gobernar. “La lectura de las fuerzas que están con Boric es defender al gobierno que está bajo constante ataque de la derecha, un sector que está organizado a nivel internacional. Hay que tener una visión global de lo que está pasando en Chile. local, es internacional".


2022/09/01

Chile vota nueva constitución que podría acabar con el legado de la sangrienta dictadura de Pinochet

Finaliza campaña este jueves (1ro), investigaciones apuntan a victoria del referéndum del "no", pero aún hay 16% de indecisos.



Chilenos decidirán si aprueban o rechazan nueva Carta Magna - Martín Bernetti / AFP

El próximo domingo (4), cerca de 15 millones de chilenos están invitados a participar del plebiscito constitucional que definirá si el país tendrá o no una nueva constitución. Luego de un año de redacción de la nueva Carta Magna y dos meses de consulta popular, el texto final pasará a escrutinio público. La pregunta en las papeletas es: "¿Aprueba usted el texto de la Nueva Constitución propuesto por la Convención Constituyente?". Las opciones de respuesta son "aprobar" o "rechazar".


Este jueves (1) finaliza el período de campaña y a partir del viernes (2) también están prohibidos los actos o manifestaciones públicas. Por el lado del "apruebe", el pasado fin de semana se realizaron multitudinarias movilizaciones y se convocaron los últimos volantes puerta a puerta para alcanzar la meta de visitar 2 millones de hogares durante la campaña. La campaña finalizará con un festival de música en el centro de la capital.


“Encontramos que lo que más falta es información, conocer el texto, conocer el alcance de las normas, porque al leer el texto la gente se adhiere a la propuesta, entonces estamos enfocando nuestra campaña en el volanteo de puerta en puerta y hablando con la gente. ”, comenta la exconstituyente Elisa Giustinianovich Campos.


Los sectores que defienden el “no” están enfocados en la campaña en las redes sociales, incluso atacando directamente a ex electores, sacando de contexto sus declaraciones para fortalecer la idea de que los diputados electos no fueron capaces de escribir una nueva carta magna para el país. . El cierre de la campaña se realiza en el anfiteatro del Parque Metropolitano, también en Santiago.


Campos denuncia que empresarios están financiando campañas de desinformación sobre la nueva Carta Magna. “Sabemos que se han invertido millones de dólares en esta campaña, que se está difundiendo por todos los medios posibles. Sería ingenuo pensar que no están utilizando todas las herramientas que se han aplicado en los últimos años a las campañas electorales, como se hizo observado durante Trump y Bolsonaro", dice.


Todavía hay un sector de izquierda que pide el voto nulo, afirmando que el texto constitucional presentado no representa los deseos de los sectores que se movilizaron en octubre de 2019, cambiando poco el carácter neoliberal del Estado chileno.


Elisa Loncón, primeira presidenta da Convenção Constitucional, e a segunda presidenta da constituinte, María Elisa Quinteros seguram versão final da nova carta magna do Chile / Convenção Constitucional

Incluso como parte del proceso, la exconstituyente dice criticar la falta de participación popular y la falta de fondos para realizar una campaña nacional de educación cívica sobre lo que significa aprobar una nueva constitución.


“Se eligió una convención constituyente solo para redactar un nuevo texto constitucional, pero no incorporó ningún otro tipo de participación, hicimos un gran esfuerzo para incorporar nuevos mecanismos en un plazo muy ajustado. Hoy vemos las consecuencias de este proceso, muchos la gente que todavía no sabe qué es la constitución, no sabe qué se votará el 4 de septiembre”, analiza Campos.

Los temas más polémicos son la seguridad pública, con la propuesta de reformar la policía militar chilena, los llamados carabineros; así como el cambio a un estado plurinacional, que establece un régimen jurídico especial para los pueblos indígenas, algo que sectores de derecha acusan de “privilegios”.


Consulta única


Desde 2012, esta es la primera elección en la que el voto es obligatorio para todos los chilenos mayores de 18 años con domicilio electoral en el país y facultativo para los residentes en el extranjero. En el llamado “plebiscito de entrada”, que votó para iniciar el proceso constituyente, la participación fue opcional para todos y tuvo un récord de 7,5 millones de votos, casi el 50% del electorado, cifra que solo fue superada por la segunda vuelta presidencial, que tuvo un récord de 8,3 millones de votos, por lo que las expectativas sobre la participación en el referéndum son altas.


Las últimas encuestas de opinión muestran una ventaja de unos diez puntos porcentuales para la opción "rechazo", mientras que el 47% dijo que no respaldará el nuevo texto constitucional, el 37% estaría a favor de la propuesta redactada por los 155 constituyentes chilenos. Sin embargo, todavía hay un 16% indeciso y un 42% respondió que cree en la victoria de la "aprobación". Las encuestas son de principios de agosto, ya que, según la legislación chilena, las encuestas solo se pueden publicar hasta dos semanas antes de la consulta.


“Las encuestas no son muy confiables, porque en la campaña presidencial José Antonio Kast salió victorioso y se equivocaron mucho. Pero es difícil decirlo, porque como hay mucha polarización y violencia, la gente no quiere hablar”, comenta la periodista chilena Magally Ávila.


La expresidenta de Chile y actual comisionada de derechos humanos de la ONU, Michelle Bachelet, fue una de las autoridades que se pronunció a favor de la nueva constitución. "Votaré el 4 de septiembre, aquí en Ginebra, y aprobaré la nueva constitución, porque creo que representa un avance para mi país", declaró.


Un grupo de 212 académicos de la Pontificia Universidad Católica publicó una carta en defensa de la aprobación. “Convencidos de que la democracia florece, queremos ser parte de la oportunidad que soberanamente nos brinda este 4 de septiembre. Votamos por la aprobación”, expresan en la misiva.


En entrevista con la revista Time, el presidente Gabriel Boric dice que gobernará sin importar el resultado y llevará a cabo propuestas de reforma tributaria, de salud y educativa, aunque lleve más tiempo. "Llegaremos allí", dijo.


Boric reiteró nuevamente que si bien fue "rechazado", existe un mandato vigente del primer plebiscito, que establece la prioridad de redactar una nueva constitución por un organismo diferente al Congreso.


“El consenso sobre la necesidad de una nueva constitución y sobre la actualización de las bases de la convivencia sigue vigente. Estoy convencido de que llegaremos a un buen término, independientemente del resultado del 4 de septiembre”, dijo el jefe de Estado.



Chilenos e chilenas que apoiam a nova constituição se manifestaram no último domingo (28) na região central da capital, Santiago / fFoto Martin Bernetti / AFP



Qué pasa si ganas el "sí"


De aprobarse el texto constitucional de 388 artículos y diez ejes, el mandatario tiene hasta cinco días para convocar a sesión extraordinaria del Congreso para “en acto público y solemne promulgar y jurar acatar la nueva constitución”, determina la legislación vigente . Luego habrá un plazo de diez días para que el nuevo texto sea publicado en el Diario Oficial de la Unión y entre en vigor.


La nueva Carta Magna deberá ser impresa y distribuida gratuitamente en las instituciones públicas vinculadas a los tres poderes, bibliotecas, escuelas, universidades y empresas estatales.


La actual Carta Magna fue promulgada en 1980 durante la sangrienta dictadura del traidor Augusto Pinochet (1973-1990).


A pesar de centrar su campaña en las redes sociales, el grupo que defiende el "rechazo" en el plebiscito constitucional también realizó actos en Santiago de Chile el pasado sábado (27) / Martin Bernetti / AFP


¿Y si gana el "rechazo"?


Los partidos de la coalición "Aprovo Dignidade", de la que forma parte el actual presidente Gabriel Boric, firmaron un acuerdo para llevar a cabo las reformas contenidas en la nueva propuesta constitucional.


El gobierno de Chile propone la elección de una nueva Convención Constituyente para elaborar otra propuesta de texto. “Queremos proponer un nuevo proceso constituyente para respetar la decisión popular del 25 de octubre, que era dos cosas: tener una nueva constitución y que sea redactada por personas elegidas exclusivamente para ese fin”, explicó la vocera del gabinete de ministros, Camila Vallejo.


Los partidos de derecha, alineados en la plataforma Chile Vamos, minoritarios en la composición de la circunscripción, encabezan ahora la campaña de "rechazo", defendiendo la redacción de una nueva propuesta constitucional, pero proponiendo un nuevo plebiscito para definir cómo funciona el mecanismo de redacción de una nueva carta. Sugieren un proceso más corto que podría llevarse a cabo con una comisión de expertos o un comité parlamentario.


“Lo que busca evitar la campaña de rechazo es la suspensión de un nicho empresarial con nuestros derechos sociales, algo que se inauguró durante la dictadura con esta constitución vigente desde 1980. Con la nueva propuesta constitucional estamos cambiando el carácter subsidiario del Estado a un carácter social, que le permita al Estado brindar los servicios esenciales, fortaleciendo al sector público. Y esto genera una disminución progresiva de este nicho de negocios, ya que el sector público 'competirá' con el sector privado”, critica Elisa Giustinianovich Campos.


Recuerda la historia del proceso constituyente


El proceso constituyente chileno comenzó en 2019, con el “Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución”, firmado en noviembre entre un grupo de partidos y el gobierno del entonces presidente derechista Sebastián Piñera, poniendo fin a las manifestaciones más grandes de la historia reciente del país. El actual presidente, Gabriel Boric, entonces diputado por la coalición "Yo apruebo la Dignidad", fue uno de los 11 diputados que firmaron el documento.


El pacto preveía un plebiscito constitucional a realizarse en octubre de 2020 para consultar a la población si querían o no una nueva Carta Magna, una de las demandas del levantamiento popular de octubre de 2019.


El llamado "plebiscito de entrada" se realizó el 25 de octubre de 2020 e inició el proceso constituyente con alrededor de 5,8 millones de votos - 78% diciendo "sí" a la redacción de un nuevo texto constitucional a través de la elección de una Convención Constituyente con Paridad de Género .


La convención inició sus trabajos el 4 de julio de 2021, presidida por Elisa Loncón, profesora universitaria de liderazgo mapuche. El Ejecutivo seguía encabezado por el derechista Sebastián Piñera.


Seis meses después, María Elisa Quinteros Cáceres asumió como segunda presidenta de la asamblea constituyente.


Rodolfo Varela

Fuente: Michele de Mello Brasil de Fato