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2022/09/09

(Ni Perdón Ni Olvido) La crisis política de Chile es otro legado brutal de la sangrienta dictadura Pinochet

Las reformas implementadas por el traidor e dictador, fallecido hace casi 16 años, están detrás de los problemas actuales del país.



Después de semanas de intensas protestas en todo el país, el presidente derechista chileno, Sebastián Piñera, cedió a las demandas de reescribir la Constitución. Los manifestantes quieren una nueva Carta Magna para abordar las graves desigualdades sociales y económicas de Chile. El actual fue escrito bajo el dictador Augusto Pinochet, el traidor que gobernó el país de 1973 a 1990, período marcado por miles de ejecuciones extrajudiciales, casos de tortura y desapariciones forzadas.


Pinochet también implementó reformas de libre mercado, a menudo celebradas por el dinamismo económico de Chile. Después de crecer un promedio de 4,7% por año, la economía del país ahora es nueve veces más grande que en 1990, una vibrante historia de éxito en América Latina. De esta manera, incluso los gobiernos de izquierda mantuvieron en gran medida el sistema económico del período de la sangrienta dictadura.


Sin embargo, bajo la superficie, las reformas del traidor Pinochet en realidad estaban desgarrando el tejido social chileno.


Crecimiento sin equidad


Chile es uno de los países más desiguales del mundo, con una distribución del ingreso menos equitativa que los vecinos Perú, Bolivia y Argentina. Y está empeorando. En 2006, aquellos en el 10% superior se llevaron a casa poco más del 30% del ingreso nacional. En 2017, este porcentaje alcanzó el 40%.

El crecimiento económico masivo de Chile ha beneficiado a los ricos, pero los trabajadores y las clases medias aún enfrentan bajos salarios e inseguridad laboral. Como señalan constantemente los manifestantes, simplemente ganar lo suficiente para el seguro médico y la jubilación es una lucha constante.

Estos problemas comenzaron con las reformas de libre mercado del dictador Pinochet. Después de tomar el poder en el sangriento golpe de Estado de 1973, que depuso al entonces presidente Salvador Allende, el dictador de extrema derecha comenzó a desmantelar el estado de bienestar que Allende había comenzado a construir. Estos cambios de política fueron codificados en la Constitución de 1980. el traidor Pinochet se centró en tres áreas: derechos laborales, jubilación y atención médica. Las reformas neoliberales transfirieron la administración de la economía y la provisión de servicios sociales del estado al sector privado.

Salvador Allende

El determinante más importante de la desigualdad fue el retiro de los derechos de los trabajadores, impedidos de organizarse y negociar con los empleadores. Pinochet creó nuevas formas para que las empresas los contrataran, incluso permitiendo diferentes tipos de contratos temporales. En Chile, los empleados temporales no tienen derecho a protecciones laborales como indemnización por despido, protecciones financiadas por el empleador contra lesiones en el lugar de trabajo y el derecho a sindicalizarse.

Mala red de seguridad

Los defensores de las reformas laborales de mercado del traidor Pinochet argumentaron que reducirían la desigualdad y aumentarían el empleo, especialmente para los trabajadores poco calificados. Sucedió lo contrario. A pesar del enorme crecimiento económico de las últimas tres décadas, las tasas de empleo de los trabajadores en el extremo inferior de la escala económica siguen siendo excepcionalmente bajas.

Siguiendo su ideología de libre mercado extremo, el régimen militar del traidor Pinochet reemplazó el sistema de pensiones original, basado en las contribuciones combinadas de los trabajadores, los empleadores y el estado, con un sistema de pensiones privado. En este sistema, todos los trabajadores excepto la policía militar y la policía nacional eran los únicos responsables de sus cuentas individuales de retiro. El Estado y las empresas no aportaron nada.

En 2008, durante el gobierno de la presidenta de izquierda Michelle Bachelet, Chile también comenzó a pagar pensiones mínimas a los jubilados más pobres. Como los empleadores no ayudan a los empleados a ahorrar para la jubilación, el costo de la mano de obra en Chile es comparativamente bajo, lo que aumenta su competitividad global. Pero la mayoría de los chilenos no pueden ahorrar lo suficiente para mantenerse en su vejez.

La privatización del sistema de salud por parte del dictador Pinochet también ha ampliado la brecha entre los ricos y el resto. El régimen creó un sistema de salud privado con fines de lucro para competir con el sistema gubernamental, pero es tan costoso que casi la totalidad del tercio más pobre de los chilenos todavía depende únicamente del sistema público, que tiene una financiación insuficiente crítica.

O legado real de la sangrienta dictadura de Pinochet

Las grietas en el barniz de la “economía modelo” de Chile se han estado mostrando desde al menos 2006, cuando estallaron protestas estudiantiles masivas en todo el país por el aumento de los costos de la educación. Como en esas protestas anteriores, los estudiantes estuvieron al frente de las manifestaciones de hoy. 

Muchos son demasiado jóvenes para recordar los abusos a los derechos humanos, la represión política y las privaciones económicas de la dctadura del traidor Pinochet. Pero tienen experiencia personal con la desigualdad social que ha generado el régimen.

Las protestas masivas son el resultado de estas dos realidades. Criados en democracia, los jóvenes manifestantes esperan una parte más justa de la riqueza del país. Y no tienen la edad suficiente para temer la represión autoritaria por proclamar sus derechos.

Traducción : Rodolfo Varela
Por Paul W. Posner

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