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2025/06/05

Un proyecto que divide a Chile (y a América Latina)

 Por: Rodolfo Varela 


Santiago de Chile – En el último discurso anual de su mandato, el presidente Gabriel Boric sorprendió al país al presentar un proyecto de ley para despenalizar el aborto hasta las 14 semanas de gestación. 



Desde el Congreso en Valparaíso, Gabriel Boric lanzó su carta final: un proyecto para despenalizar el aborto que promete dejar huella en su mandato.


El anuncio, recibido con vítores por parlamentarias que alzaban pañuelos verdes y morados, desató de inmediato una tormenta política en el Congreso chileno y reavivó un debate regional sobre los derechos reproductivos en América Latina.


"Generaciones de mujeres han vivido y luchado por esto", afirmó Boric ante una cámara dividida, en la que legisladores conservadores respondieron con abucheos, gritos de "¡No al aborto!" y hasta abandonaron la sala. La propuesta, que llega tras una serie de promesas progresistas no cumplidas —incluyendo una nueva constitución—, podría definir el legado del mandatario izquierdista. Pero enfrenta una batalla cuesta arriba.

Una promesa al final del mandato


Desde que asumió el poder en 2022, Boric ha intentado posicionarse como un líder progresista en la región. Sin embargo, varias de sus principales propuestas han fracasado o quedado truncas. La nueva constitución —que habría ampliado derechos sociales y de género— fue rechazada en un referéndum. Una ambiciosa reforma tributaria también naufragó en el Congreso.


Ahora, a pocos meses de las elecciones presidenciales y legislativas, Boric apuesta por un tema que moviliza tanto a sectores feministas como a sus detractores: el aborto. De aprobarse, la nueva ley pondría a Chile a la par de países como Argentina, México y Colombia, que en los últimos años han avanzado hacia una mayor liberalización del aborto.


Una región dividida


Mientras que algunos países latinoamericanos han ampliado los derechos reproductivos, otros avanzan en dirección contraria. En Argentina, el presidente ultraliberal Javier Milei ha recortado fondos para anticonceptivos y fustiga el aborto como una "atrocidad". En El Salvador, la prohibición total del aborto sigue vigente. El panorama es dispar y profundamente polarizado.


"Lo que sucede en Chile puede influir en otros países y viceversa", explica Constanza Schonhaut, abogada y directora ejecutiva de la organización Corporación Humanas. “Las redes de apoyo y oposición al aborto operan ya a escala regional y digital”.


Obstáculos legislativos y una opinión pública dividida


Una reciente encuesta del Centro de Estudios Públicos muestra que solo el 25% de los chilenos apoya el nuevo proyecto de ley, mientras que un 55% prefiere mantener la legislación actual, que solo permite el aborto en tres causales (violación, riesgo vital y malformación letal del feto). El 19% restante aboga por su total prohibición.


En el Congreso, donde los bloques de derecha y centro dominan, la ministra de la Mujer, Antonia Orellana, reconoce que “el escenario es complejo”, pero recuerda que la ley actual de aborto por tres causales también enfrentó fuerte resistencia antes de ser aprobada en 2017.


Salud pública y derechos humanos


Según la Organización Mundial de la Salud, tres de cada cuatro abortos en América Latina siguen siendo inseguros. A pesar de las leyes vigentes, muchas mujeres en Chile acuden a métodos clandestinos, especialmente aquellas sin acceso a clínicas privadas o asesoría legal.


“Más allá del debate moral o ideológico, esto es una cuestión de salud pública”, dice Elisa Walker, abogada chilena y experta en políticas públicas. “Negar este derecho no detiene los abortos, solo los vuelve más peligrosos”.


Proyecciones políticas: entre retrocesos y avances


El futuro del proyecto de ley está estrechamente ligado al resultado de las elecciones de noviembre. Candidatos como el ultraderechista Johannes Kaiser o la conservadora Evelyn Matthei lideran las encuestas, lo que hace prever una legislatura poco favorable a este tipo de reformas. No obstante, el debate ha vuelto a instalarse con fuerza y promete ser uno de los temas más sensibles de la campaña.


“El aborto siempre ha sido difícil de debatir”, concluye Walker. “Pero es un debate necesario. No hay un momento perfecto para hacerlo, solo la voluntad política de enfrentarlo”.


¿legado frustrado o inicio de un cambio?


Lo que está en juego no es solo una ley, sino una visión de país. Para Boric, esta puede ser la última oportunidad de concretar un legado progresista. Para las mujeres chilenas, podría ser un paso histórico hacia la autonomía corporal. Y para América Latina, una nueva señal en una disputa que trasciende fronteras.

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