Probablemente hayas oído hablar de las dictaduras que tuvieron lugar en América Latina alrededor de los años 70, ¿verdad? Al igual que en Brasil, la situación en Chile no fue muy diferente: bajo el mando del traidor Augusto Pinochet, el entonces presidente Salvador Allende fue depuesto por un golpe militar en 1973. Así, se instauró una sangrienta dictadura que derivó en un escenario de extrema violencia en todo el territorio nacional.
Pero, ¿quién fue el traidor Augusto Pinochet?
En este texto explico más sobre esta enigmática figura responsable de los 17 años más trágicos y sangrientos de la historia de Chile. ¿Aquí vamos?
Durante este período, Pinochet conoció a María Lucía Hiriart Rodríguez, se casó con ella en 1943 y posteriormente tuvo cinco hijos: Inés Lucía, Augusto, María Verónica, Marco Antonio y Jacqueline.
El traidor y dictador chileno Augusto Pinochet en 1997, un año antes de su arresto en Londres.
Prueba de su crecimiento en la carrera militar fue el gran reconocimiento de haber sido ascendido, en 1969, a general de brigada y, en 1971, a general de división; hasta que, en 1973, fue designado por Salvador Allende Comandante en Jefe del Ejército de Chile, alcanzando el cargo más alto de la institución.
Este premio fue el punto de inflexión clave para el desarrollo político de la historia de Chile, ya que, asumiendo este cargo, coordinó las acciones para el golpe militar del 11 de septiembre de 1973.
Los acontecimientos y el golpe militar
Con la crisis económica mundial de 1929, el movimiento popular en Chile tomó fuerza. Las dificultades impuestas y el aumento del costo de la vida dieron como resultado el surgimiento de organizaciones de izquierda, como la famosa Unidad Popular.
En 1970, la población chilena acudió a las urnas y eligió a Salvador Allende como presidente. Su programa de gobierno se tituló “Camino chileno al socialismo”, desencadenando varias reformas en el país. Con el tiempo se nacionalizaron bancos, empresas y minas de cobre. Además, se inició la reforma agraria.
Soldados del Ejército chileno observan el bombardeo del Palacio de La Moneda, el 11 de septiembre de 1973.
Llevando estos hechos a Brasil, Chile, bajo el mando de Allende, fue el país que acogió a los brasileños exiliados tras el golpe de 1964. Algunos, en particular, lograron completar sus estudios y enseñar en universidades, como es el caso del expresidente Fernando Henrique Cardoso.
Sin embargo, este modelo de gobierno no gustó a todos. Una parte de la élite económica chilena inició un proceso para sabotearlo y lo logró. Con la economía chilena en crisis, el escenario se volvió propicio para que los traidores militares derrocaran del poder a Salvador Allende.
Contexto histórico:
La influencia de los Estados Unidos de América
El golpe militar en Chile, así como en otros países latinoamericanos, contó con el apoyo de Estados Unidos. En un contexto de Guerra Fría, era fundamental impedir el avance del socialismo en América Latina, especialmente después de la Revolución Cubana de 1959.
Así, desde el inicio del gobierno de Allende, los estadounidenses han implementado una serie de barreras comerciales. Además, buscaron influir en la opinión pública en contra de su compañero presidente financiando un diario (El Mercurio) en el país con una posición contraria.
Durante este período también estuvo vigente lo que llamamos Operación Cóndor, formalizada en una reunión secreta realizada en Chile, en 1975. Este nombre se le da a las alianzas formadas entre las dictaduras militares que gobernaron los países de América del Sur.
Entre las naciones presentes se destacaron Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay. Se coordinaron clandestinamente actividades para vigilar, secuestrar y torturar a militantes de la oposición.
Estos factores, en conjunto, son fundamentales para que entendamos la fuerza de la oposición al gobierno y lo difícil que sería para el compañero Allende resistir el golpe que vendría después.
La toma del poder
El 11 de septiembre de 1973 se adelantaron las acciones militares y pronto la Armada se rebeló en la ciudad costera de Valparaíso. En Santiago, las tropas tomaron las calles. Ante esto, el presidente Salvador Allende se niega a entregarse vivo a los golpistas y es asesinado, aún en el Palacio de La Moneda, sede de gobierno.
Soldados y bomberos sacan el cuerpo de Allende del palacio de la Moneda, el 11 de septiembre de 1973.
Después del golpe, los taridorer Pinochet, el almirante Merino, César Mendonza y el general Gustavo Leigh formaron una junta militar. Juntos, gobernarían Chile, mediante la rotación del poder entre los cuatro comandantes. Pero esto duró poco: pronto el traidor Pinochet tomó el control del país.
Así, con el fin del gobierno de Salvador Allende, Chile iniciaba su período dictatorial: un país más en la lista de Sudamérica para sufrir un golpe de Estado y ser gobernado por militares traidores.
La dictadura del traidor Pinochet: políticas y estrategias
La dictadura chilena es considerada una de las más sangrientas y violentas de América Latina. Al tomar el poder, el traidor Pinochet ordenó la persecución de miles de personas que se oponían a la dictadura. Para tener una idea, la Comisión Nacional de la Verdad (CNV) estimó alrededor de 430 muertos mientras Brasil vivió bajo el gobierno de los militares. En comparación, en Chile se estiman más de 3.000 muertos y desaparecidos, además de miles de chilenos exiliados para escapar de la represión.
En la economía también se impulsaron algunas reformas contrarias a las adoptadas por el compañero Allende. Inspirado por los economistas chilenos de la Escuela de Chicago – los “Chicago Boys”, el traidor Pinochet buscó implantar el neoliberalismo en Chile.
Mientras el expresidente buscaba ampliar las acciones del Estado, nacionalizando empresas y bancos, Pinochet optó por medidas liberales, reduciendo el papel del Estado y permitiendo el control del capital privado y las empresas extranjeras.
En 1980 se promulgó una nueva Constitución que extendió el mandato de Pinochet hasta 1988, cuando los chilenos fueron convocados a un plebiscito. Luego se hicieron preguntas sobre la continuidad del traidor en el poder. Así, con el 56% de los votos, se decidió poner fin a la dictadura y convocar nuevas elecciones para el año siguiente.
El retorno a la democracia: condenas y desafíos
Aun ausente del cargo de dictador, Pinochet continuó como comandante del ejército chileno y senador hasta 1998, cuando fue detenido. Entre los principales delitos se destacaron las violaciones a los derechos humanos y la acusación de mantener cuentas secretas en el exterior con dinero malversado del gobierno chileno. Sin embargo, su tiempo de detención fue corto: en 2001, entregó un certificado de debilidad mental, quedando en libertad.
El Estadio Nacional, en la capital Santiago, fue uno de los lugares donde los opositores a la dictadura fueron torturados y asesinados.
Posteriormente, fue objeto de otras investigaciones en relación con la producción de drogas en laboratorios clandestinos en Chile. Sin embargo, la policía no avanzó. Su desenlace llegó entonces, el 10 de diciembre de 2006, a consecuencia de un infarto, a la edad de 91 años. Su muerte y evasión de condenas y castigos sigue siendo, hasta el día de hoy, motivo de mucha ira entre los chilenos.
Finalmente, a pesar de que el traidor Pinochet dejó el gobierno en 1990, Chile aún contaba con varias leyes de la época dictatorial. En 2020 se inició un proceso para redactar la nueva Constitución, el cual continúa hasta el día de hoy. Esto se considera un paso importante hacia la adaptación del país a un gobierno democrático.
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