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2025/05/22

Hijos del Silencio: los bebés chilenos adoptados ilegalmente en el extranjero y el rol de la Iglesia

Durante tres décadas, miles de niños chilenos fueron separados de sus familias y dados en adopción a países como Suecia, Estados Unidos, Alemania, Francia y los Países Bajos. Detrás de este fenómeno, que comenzó durante la nefasta dictadura de Pinochet y continuó en democracia, se esconde una compleja red de adopciones marcadas por la irregularidad, el abuso de poder y el silencio. 


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En el centro de esa red, además de agentes del Estado y jueces de menores, figuran hospitales, asistentes sociales, agencias internacionales y también instituciones religiosas.

Un patrón encubierto



A partir de la segunda mitad de los años 70, Chile se transformó en uno de los principales países exportadores de niños hacia el extranjero. Las cifras no oficiales hablan de más de 20.000 adopciones internacionales durante ese período. Muchas de ellas fueron legales, pero una proporción considerable se realizó mediante engaños, falsificación de documentos, presiones indebidas o directamente sin el consentimiento de las madres biológicas.


En los hospitales, especialmente públicos, muchas mujeres dieron a luz sin recibir información clara. Algunas fueron informadas de que su hijo había nacido muerto; otras fueron presionadas, sin recursos ni acompañamiento legal, a firmar papeles de entrega. En muchos casos, no sabían que estaban autorizando una adopción internacional.


El rol de la Iglesia



Diversas instituciones ligadas a la Iglesia Católica jugaron un papel importante en estas adopciones. Hogares de menores administrados por congregaciones religiosas servían como lugares de acogida temporal de bebés, y muchas veces como puntos de contacto con las agencias extranjeras.



La trama de adopciones forzadas de la dictadura chilena –



Religiosas y sacerdotes actuaron como intermediarios en procesos que hoy están bajo investigación. Algunos testimonios señalan que religiosas convencían a madres en situación de pobreza extrema para que entregaran a sus hijos, bajo la idea de que “tendrían una vida mejor en Europa o Estados Unidos”. También hubo casos donde se les ocultó que sus hijos serían adoptados fuera del país.


Aunque no se ha probado que estas prácticas fueran ordenadas directamente por la jerarquía eclesiástica, la participación de miembros individuales y la falta de supervisión institucional es un tema pendiente para la Iglesia en Chile. Hasta la fecha, no ha existido un reconocimiento oficial ni un proceso interno de verdad y reparación por su papel en estos hechos.


Jueces, asistentes sociales y agencias extranjeras



El sistema funcionaba con la colaboración de jueces de menores que autorizaban las adopciones, muchas veces sin investigar el origen real del niño ni verificar el consentimiento de la madre. También hubo asistentes sociales que elaboraban informes falsos y agencias internacionales de adopción que no cuestionaban el proceso, mientras recibían decenas de niños chilenos cada año.


En algunos países, como Suecia y Estados Unidos, los padres adoptivos han descubierto años después que los documentos de adopción contenían información falsa o incompleta. Esto ha motivado movimientos de adopta(dos) que hoy luchan por conocer sus raíces.

La búsqueda de la verdad



Organizaciones como "Nos Buscamos", "Hijos y Madres del Silencio" y la plataforma internacional "Connecting Roots" han permitido a decenas de personas reencontrarse con sus familias biológicas. Muchos de estos reencuentros han sido posibles gracias a pruebas de ADN y a redes sociales, en ausencia de apoyo estatal.


La justicia chilena ha avanzado lentamente. Investigaciones impulsadas por los jueces Mario Carroza y Jorge Zepeda han acumulado miles de casos, pero las condenas son escasas y las responsabilidades institucionales aún no han sido plenamente esclarecidas.


Un trauma intergeneracional



Hoy, muchas madres siguen buscando a sus hijos. Muchas familias han vivido décadas con la ausencia y la culpa. Y muchos de los adoptados —hoy adultos— viven con el dolor de haber crecido en un país extranjero sin conocer su identidad real.


Este es un capítulo oculto de la historia reciente de Chile. Un capítulo donde se cruzan la dictadura, el abandono del Estado, el poder de la Iglesia y una industria global de adopciones que no puso en el centro el interés superior del niño, sino las oportunidades de un mercado internacional sin regulación.


Fuentes consultadas:



Programa Nos Buscamos (www.nosbuscamos.org)

Reportajes de CIPER Chile, BBC Mundo, DW y El País


Documental “Niños del Silencio”


Testimonios recogidos por Connecting Roots y Hijos y Madres del Silencio


Fallos judiciales del ministro Jorge Zepeda (Corte de Apelaciones de Santiago)


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