Su documento programático está lleno de frases bonitas sobre “esperanza”, “diálogo” y “reencuentro”, pero omite lo esencial: la historica deuda pendiente del Estado con las víctimas del terrorismo de Estado.
-
Según el Informe Rettig y el Informe Valech, Chile reconoce más de 40.000 víctimas de prisión política y tortura, 3.200 asesinados y desaparecidos, pero la gran mayoría sobrevive hoy con pensiones indignas que apenas superan los $200.000 pesos chilenos mensuales (unos 220 dólares).
-
Para colmo, el propio Estado paga más de 10 millones de pesos mensuales a parlamentarios, mientras entrega migajas a quienes lo dieron todo y fueron destruidos por soñar con un Chile más justo.
-
El contraste es ofensivo: mientras las víctimas siguen esperando reparación, los mismos políticos —de izquierda y derecha— se reparten privilegios, viajes, bonos y sobresueldos. Basta recordar casos como el Pacogate (más de $28.000 millones de pesos robados en Carabineros) o el Milicogate (fraudes en el Ejército con el dinero de la Ley Reservada del Cobre).
La gran omisión
La gran ausencia en el programa de Jeannette Jara es precisamente la memoria histórica.
No hay una sola palabra sobre reparación real, sobre justicia pendiente, sobre los niños y niñas robados durante la dictadura.
No hay una sola línea sobre la deuda con quienes lo perdieron todo.
Ese silencio no es casual: es una decisión política. Significa que para esta izquierda la historia se convirtió en un estorbo, un capítulo incómodo que prefieren barrer bajo la alfombra en nombre del “futuro”.
Chile no necesita más discursos vacíos
Chile ya conoce de sobra las promesas incumplidas. Lo que hoy la ciudadanía exige no son frases inspiradoras ni programas interminables llenos de tecnicismos, sino justicia, memoria, reparación y dignidad real.
Mientras las víctimas siguen olvidadas, la candidata de la izquierda prefiere hablar de crecimiento económico, inversión extranjera y proyectos mineros. Eso puede sonar muy atractivo para las élites, pero para los que sufrieron la represión es una bofetada, otra demostración de que esta izquierda no representa al pueblo, sino a sí misma.
Conclusión
El discurso de Jeannette Jara es la radiografía de una izquierda latinoamericana que reniega de su propia historia, se enriquece en el poder y se olvida de los más débiles.
Chile merece más que políticos que hablan de democracia mientras callan ante los crímenes de la dictadura.
Chile merece un futuro con verdad, justicia y reparación, no otro catálogo de promesas vacías.
No hay comentarios:
Publicar un comentario