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2025/10/24

¿De qué Chile habla la ONU? El informe que desconoce la realidad del país

Por Rodolfo Varela 

Según el más reciente Informe sobre Desarrollo Humano de las Naciones Unidas, Chile es el país con la mejor calidad de vida en América Latina. La noticia fue rápidamente reproducida por los grandes medios nacionales, celebrada en matinales, portales y noticieros como un logro nacional. Sin embargo, basta mirar a nuestro alrededor para preguntarse: ¿de qué Chile habla la ONU? ¿Y qué medios son estos que repiten sin cuestionar una versión tan alejada de la realidad?


Las comunas de la Región Metropolitana que superan la tasa de pobreza nacional

La ficción de las estadísticas


La ONU afirma que Chile lidera la región gracias a su salud, educación y bienestar social. Pero la vida cotidiana del trabajador chileno cuenta otra historia.

Desde el 1 de mayo de 2025, el salario mínimo para un trabajador entre 18 y 65 años es de $529.000 CLP, con una promesa de subir a $539.000 CLP en enero de 2026. Una cifra que apenas alcanza para pagar un arriendo básico, ya que el precio de una vivienda “mínimamente decente” en la Región Metropolitana ronda los $500.000 CLP mensuales.

¿Con qué dinero se come, se viste o se paga el transporte? ¿Dónde está la “calidad de vida” cuando el sueldo se esfuma el mismo día que llega?

El kilo de marraqueta cuesta $2.219 CLP, la hallulla $2.197 CLP, y un litro de leche supera los $1.000 CLP. En un país donde el pan y la leche son casi artículos de lujo, hablar de prosperidad nacional es un insulto a la realidad.


Chile, 50 años de extrema desigualdad


La pobreza que no aparece en los rankings

El informe de la ONU se apoya en indicadores promedio que maquillan la desigualdad. Según estimaciones del propio Ministerio de Desarrollo Social y Familia, si se aplicara la nueva metodología de medición de pobreza propuesta en julio de 2025, la cifra oficial saltaría del 6,5% al 22,3%.

Las regiones más golpeadas son La Araucanía, Ñuble, Tarapacá, Atacama y Arica y Parinacota, donde la pobreza multidimensional —que considera educación, salud y vivienda— sigue aumentando.


  Situación de calle y marginalidad en Chile: una realidad paralela

En Santiago, comunas como La Pintana, Puente Alto, Paine o Renca continúan viviendo en condiciones precarias, mientras en Las Condes o Providencia se levantan torres de lujo. Este abismo social no se ve desde los escritorios en Nueva York, donde la ONU elabora sus informes, ni desde los estudios de televisión, donde los periodistas sonríen repitiendo cifras sin contexto.


Medios cómplices y comunicación basura


Los grandes medios nacionales no solo repiten lo que la ONU dice: lo amplifican, lo maquillan y lo venden como verdad absoluta. Se convierten en cómplices de una narrativa que sirve al poder y no a la ciudadanía.

En vez de cuestionar los datos o investigar las contradicciones del informe, optan por desinformar, ocupando horas de programación en farándula, reality shows y noticias triviales, mientras la pobreza, el desempleo y la desigualdad apenas ocupan segundos.


Chile: los medios de comunicación tradicionales no se escapan del descontento


La televisión y la prensa chilena viven del espectáculo y la publicidad gubernamental. Han olvidado su función social y se han convertido en voceros de una élite que necesita mantener al pueblo dormido, distraído y desinformado.

¿Cómo puede hablarse de “bienestar” en un país donde la salud pública colapsa, la educación se deteriora y los medios de comunicación funcionan como instrumentos de distracción masiva?


Crisis en la salud. Largas listas de espera y despidos del personal de salud.


La trampa del “modelo chileno”

Durante años se ha vendido al mundo la idea del “milagro chileno”: estabilidad económica, instituciones sólidas, modernidad. Pero lo que no se dice es que ese modelo se sostiene sobre el endeudamiento, la precariedad y la desigualdad estructural.

Miles de familias sobreviven gracias al crédito, los subsidios o la ayuda de terceros. La educación pública continúa en crisis, los hospitales no dan abasto y los sueldos siguen estancados. Mientras tanto, los altos funcionarios y las empresas celebran el “éxito del país” en los foros internacionales.


Un informe que ofende la dignidad del pueblo


Que la ONU reconozca a Chile como el país con mejor calidad de vida no solo es un error técnico; es una ofensa moral para quienes viven en carne propia el abandono del Estado.

No se trata de negar los avances que existen, sino de denunciar el cinismo de quienes maquillan la pobreza para mantener un relato de estabilidad que beneficia a unos pocos.

Si los representantes de la ONU realmente conocieran Chile, si caminaran por las calles de La Pintana, si visitaran un hospital público o una escuela rural, entenderían que la calidad de vida no se mide en índices, sino en la dignidad cotidiana que aquí sigue siendo un privilegio, no un derecho.



Chile: la desigualdad que persiste


Conclusión: entre la mentira y la esperanza

Chile no necesita que la ONU lo halague; necesita que el mundo vea su verdad. Que escuche a los que no tienen voz y mire más allá de las cifras que esconden desigualdad, pobreza y frustración.

Y los medios de comunicación, en lugar de ser cómplices del engaño, deberían recuperar su rol: informar con verdad, denunciar con coraje y servir al pueblo, no al poder.

Hasta que eso ocurra, seguiremos viviendo en dos Chiles distintos: el Chile de los informes internacionales y el Chile real, el que lucha cada día para sobrevivir en medio del espejismo del progreso.



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