En ocasiones, la economía chilena ha parecido sobrehumana. Rápido crecimiento económico, baja inflación, superávit comercial y una moneda fuerte se combinaron para hacer de Chile el país más rico de Sudamérica, por encima de economías tradicionalmente más ricas como Argentina y Uruguay.
Eso se logró hasta mientras el gobierno acumulaba ahorros de más de 23.000 millones de dólares en dos fondos de riqueza soberana. El país se convirtió en el niño mimado de las agencias de calificación crediticia, que le dieron un nivel más que a Japón y varios más que a Italia, Irlanda y su ex colonizador, España.
Pero ahora la fama de Chile como único país de las Américas con ahorros netos se ve amenazada. La caída de los precios de las materias primas y el mayor gasto gubernamental en salud y educación llevan al país a territorio rojo.
Para fin de año, la tendencia indica que Chile será un deudor neto, por lo menos si se lo calcula mediante una paridad cambiaria fija. Incluso después de reducir en febrero los planes de gasto para este año, el gobierno pronostica un déficit fiscal de 2,9% del producto interno bruto, más que el 2,2% del año pasado.
Los ingresos fiscales procedentes de la industria cuprífera privada declinaron 45%, a 274 millones de dólares en el primer trimestre, luego de la caída de los precios de la materia prima el año pasado. A medida que bajan los precios del metal, también lo hacen los aportes a las arcas nacionales de la compañía estatal de cobre Codelco.
Las cifras, sin embargo, no son tan malas como parecen a primera vista. Si se tiene en cuenta la declinación de 14% del peso del año pasado, que hizo subir el valor de los activos extranjeros de los fondos de riqueza soberana, la situación de la deuda parece más alentadora. A la paridad cambiaria actual, los ahorros netos de Chile han tenido pocos cambios en los últimos cuatro años.
Fitch y S&P
Hay que tener en cuenta sólo un factor más: Codelco ha acumulado deuda a medida que renueva minas de cobre que envejecen y trata de evitar una caída de la producción. Si se incluyen las deudas de las compañías estatales, Chile ya se encuentra en rojo.
El ingreso a territorio negativo después de 10 años de ahorros netos ha generado en Chile temor a que pueda rebajarse la calificación crediticia del país a pesar de que Fitch Ratings reiteró en noviembre la perspectiva estable de la nota A+ del país.
"La fortaleza de las finanzas públicas de Chile es clara", dijo por teléfono desde Nueva York Todd Martinez, analista de Fitch para Chile. Advirtió, sin embargo, que "la deuda pública de Chile ha crecido, por lo que es importante la capacidad de las autoridades de mantener una estrategia de consolidación creíble para estabilizar la deuda en niveles relativamente bajos".
La deuda bruta de Chile de 17,5 % del PIB es la más baja entre sus pares de crédito después de Estonia. De hecho, "el fuerte balance soberano" del país fue lo primero que mencionó Fitch en su informe de noviembre.
"Mientras el gobierno mantenga una actitud prudente no vemos motivo para cambiar la calificación de la deuda", dijo Delfina Cavanagh, analista de S&P Global Ratings. "No nos preocupa que Chile se convierta en deudor neto. Chile ha hecho su tarea".
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