Gabriel Boric
Gabriel Boric, de 35 años, tuvo un trabajo difícil en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Chile. El candidato progresista del Frente Ampla tuvo como oponente al empresario José Antonio Kast, representante de la ultraderecha nostálgica de la dictadura del traidor Augusto Pinochet. Animado por los vientos de cambio que han azotado a Chile en los últimos años, Boric logró una victoria capital ya clara a mitad del conteo.
Con un 99,5% escrutado según el Servicio Electoral, Boric tenia una ventaja de casi 1 millón de votos sobre su contrincante. El Frente Amplio obtuvo el 55,9% de los votos, mientras que Kast solo obtuvo el 44,1%. La participación electoral fue del 55,4%, la más alta desde 2009. En la primera vuelta había sido del 47,3%.
El resultado es también el segundo más amplio desde la redemocratización. El margen de Boric sobre Kast, de 11,8 puntos, apenas supera el amplio margen que conquistó Michelle Bachelet en 2013, de 24,4 puntos sobre Evelyn Matthei.
UN CHILE REBELDE
Boric inició su activismo político luchando por una educación pública, gratuita y de calidad en un país estructurado por el modelo neoliberal de la época de Pinochet. La movilización de 2011 tomó grandes proporciones y sacudió el suelo chileno. La historia política del presidente electo es la historia de este proceso. En ese momento presidía el directorio estudiantil de la Universidad de Chile.
Los chispazos de 2011 sin duda contribuyeron a la hecatombe que fue la movilización que se vivió en 2019, protagonizada también por mujeres, mapuches y diversos sectores de la sociedad. El recorrido de las protestas contra el neoliberalismo y la herencia de Pinochet ha dejado al descubierto las heridas de un país que fue víctima de una de las dictaduras más crueles y sangrientas de América Latina.
Ese Chile de 2019 mantuvo la misma Constitución que Pinochet y que ya no era apta para la población rebelde. De victoria en victoria, los manifestantes ganaron el derecho a realizar un plebiscito constitucional, la construcción de una Asamblea Constituyente y una mayoría progresista en ese foro. Boric luchó en este movimiento con su partido, Convergencia Social, uno de los miembros del Frente Ampla.
Camila Vallejo, diputada del Partido Comunista y miembro del comando de campaña de Boric, ya dijo que una de las responsabilidades del presidente es cuidar el proceso constituyente.
EL CANDIDATO BÓRICO
Boric, quien forma parte de movimientos conocidos como la “nueva izquierda”, ganó su candidatura en las elecciones presidenciales tras derrotar al comunista Daniel Jadue en las primarias del Frente Amplio. El candidato fue visto como apetecible y terminó venciendo a Jadue, quien es alcalde de Recoleta y era aún más conocido a nivel nacional.
Como candidato, el principal desafío del exdirigente estudiantil fue representar el espíritu de cambio social en el Chile rebelde y al mismo tiempo confrontar el ultraconservadurismo de Kast. El empresario, comparado con el presidente Jair Bolsonaro, es un nostálgico de la dictadura de Pinochet y representó el extremo opuesto de todo el proceso que se había construido en los últimos años.
Luego de un desempeño promedio en la primera vuelta, Boric logró movilizarse con amplios sectores que inicialmente no estaban con él e incorporar el antipinochetismo. Los partidos de la antigua Concertación -alianza que tuvo como exponente a Michelle Bachelet- se sumaron a la campaña, movilizando un electorado más popular a favor de Boric. El candidato también logró fortalecer el diálogo con movimientos sociales, sectores de la sociedad civil y rescatar la chispa del 2019.
En un mensaje publicado en Twitter tras el resultado, Boric celebró la unidad. “Somos unidad. Somos esperanza. Somos más cuando estamos juntos. ¡Vamos!”, escribió.
La victoria de Boric, que no fue clara en días anteriores, hizo que la población volviera a las calles cantando el clásico “El Pueblo Unido Jamás será vencido”, canción de Sergio Ortega y el grupo Quilampayún, compuesta en 1973, durante el gobierno de Salvador Allende. .- Presidente asesinado en golpe de Pinochet.
¿FIN DEL PINOCHETISMO?
La victoria de Boric sobre una añoranza de la dictadura recuerda el triunfo del "No" en el plebiscito de 1988 y se produce tres días después de la muerte de Lucía Hiriart, viuda del ex dictador. Se caracterizó por tener posiciones más duras que el ex dictador, siendo tratada como “el poder de las sombras”, pero murió impune. La victoria de Boric y la muerte de la viuda del ex dictador alimentan el simbolismo de un posible fin del legado del traidor Pinochet.
El presidente tendrá el reto de reconstruir un país en plena ebullición.
Con un 99,5% escrutado según el Servicio Electoral, Boric tenia una ventaja de casi 1 millón de votos sobre su contrincante. El Frente Amplio obtuvo el 55,9% de los votos, mientras que Kast solo obtuvo el 44,1%. La participación electoral fue del 55,4%, la más alta desde 2009. En la primera vuelta había sido del 47,3%.
El resultado es también el segundo más amplio desde la redemocratización. El margen de Boric sobre Kast, de 11,8 puntos, apenas supera el amplio margen que conquistó Michelle Bachelet en 2013, de 24,4 puntos sobre Evelyn Matthei.
UN CHILE REBELDE
Boric inició su activismo político luchando por una educación pública, gratuita y de calidad en un país estructurado por el modelo neoliberal de la época de Pinochet. La movilización de 2011 tomó grandes proporciones y sacudió el suelo chileno. La historia política del presidente electo es la historia de este proceso. En ese momento presidía el directorio estudiantil de la Universidad de Chile.
Los chispazos de 2011 sin duda contribuyeron a la hecatombe que fue la movilización que se vivió en 2019, protagonizada también por mujeres, mapuches y diversos sectores de la sociedad. El recorrido de las protestas contra el neoliberalismo y la herencia de Pinochet ha dejado al descubierto las heridas de un país que fue víctima de una de las dictaduras más crueles y sangrientas de América Latina.
Ese Chile de 2019 mantuvo la misma Constitución que Pinochet y que ya no era apta para la población rebelde. De victoria en victoria, los manifestantes ganaron el derecho a realizar un plebiscito constitucional, la construcción de una Asamblea Constituyente y una mayoría progresista en ese foro. Boric luchó en este movimiento con su partido, Convergencia Social, uno de los miembros del Frente Ampla.
Camila Vallejo, diputada del Partido Comunista y miembro del comando de campaña de Boric, ya dijo que una de las responsabilidades del presidente es cuidar el proceso constituyente.
EL CANDIDATO BÓRICO
Boric, quien forma parte de movimientos conocidos como la “nueva izquierda”, ganó su candidatura en las elecciones presidenciales tras derrotar al comunista Daniel Jadue en las primarias del Frente Amplio. El candidato fue visto como apetecible y terminó venciendo a Jadue, quien es alcalde de Recoleta y era aún más conocido a nivel nacional.
Como candidato, el principal desafío del exdirigente estudiantil fue representar el espíritu de cambio social en el Chile rebelde y al mismo tiempo confrontar el ultraconservadurismo de Kast. El empresario, comparado con el presidente Jair Bolsonaro, es un nostálgico de la dictadura de Pinochet y representó el extremo opuesto de todo el proceso que se había construido en los últimos años.
Luego de un desempeño promedio en la primera vuelta, Boric logró movilizarse con amplios sectores que inicialmente no estaban con él e incorporar el antipinochetismo. Los partidos de la antigua Concertación -alianza que tuvo como exponente a Michelle Bachelet- se sumaron a la campaña, movilizando un electorado más popular a favor de Boric. El candidato también logró fortalecer el diálogo con movimientos sociales, sectores de la sociedad civil y rescatar la chispa del 2019.
En un mensaje publicado en Twitter tras el resultado, Boric celebró la unidad. “Somos unidad. Somos esperanza. Somos más cuando estamos juntos. ¡Vamos!”, escribió.
La victoria de Boric, que no fue clara en días anteriores, hizo que la población volviera a las calles cantando el clásico “El Pueblo Unido Jamás será vencido”, canción de Sergio Ortega y el grupo Quilampayún, compuesta en 1973, durante el gobierno de Salvador Allende. .- Presidente asesinado en golpe de Pinochet.
¿FIN DEL PINOCHETISMO?
La victoria de Boric sobre una añoranza de la dictadura recuerda el triunfo del "No" en el plebiscito de 1988 y se produce tres días después de la muerte de Lucía Hiriart, viuda del ex dictador. Se caracterizó por tener posiciones más duras que el ex dictador, siendo tratada como “el poder de las sombras”, pero murió impune. La victoria de Boric y la muerte de la viuda del ex dictador alimentan el simbolismo de un posible fin del legado del traidor Pinochet.
El presidente tendrá el reto de reconstruir un país en plena ebullición.
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