En la F1, el firmamento está lleno de estrellas. Unas brillan durante un momento, apenas un instante: unas vueltas, unas curvas. Otras, menos efímeras, mandan su lacerante fulgor y deslumbran nuestras retinas mas largamente: una carrera, una temporada. Por fin, hay algunas, muy pocas, que se convierten en astros guía; en una especie de Estrella Polar señalando el Norte. Ellas vigilan el rumbo de los pequeños seres mortales que, anclados con sus pies en el suelo, nunca alcanzarán la gloria, sino a través de sus resplandecientes gestas. Una de estas estrellas, entre las más brillantes, es la de Ayton Senna. Hacia la Fórmula 1 La afición de Ayrton por los coches se puso de manifiesto a muy temprana edad. Con cuatro años, no podía esconder su enorme alegría cuando su padre, Milton, le regalaba un simple cochecito de pedales que había fabricado él mismo en el taller de familia. En aquellos años Milton animó el acercamiento de Ayrton a las competiciones en kart. Fue en 1977 cuando el joven Senna consiguió su primer título sudamericano de kart, éxito que repitió en el año sucesivo. También en 1977 hizo su debut en el mundial de kart alcanzando la sexta plaza final. En 1978 además del ya reseñado título sudamericano, logró el título brasileño de kart que repetiría en el 79, 80 y 81. En el mundial conquistó la segunda posición en los años 79 y 80. El título mundial se resistía a caer de su lado, pero por entonces todos los ojos veían en él alguien con un don particular. Sus duelos con T.Fullerton o con S. Modena fueron épicos. Con 21 años A. Senna decide transferirse a la otra parte del Atlántico. Gran Bretaña es su destino. Allí en la que todos llaman "cuna del del automovilismo deportivo" es donde Senna quiere proseguir su carrera. Está firmemente decidido a convertirse en piloto de carreras y para ello abandona todo tipo de trabas psicológicas. A los mandos de un Van Diemen Rf80-Ford se inscribe en dos campeonatos de F-Ford 1600: el Rac y el Townsend-Thorensen. Los vence de forma clamorosa con un palmarés lleno de vueltas rápidas y victorias. Para la exactitud 12 victorias y 10 vueltas rápidas en las 20 pruebas disputadas. Campeonatos Townsend y Rac F-Ford 1600
Con este palmarés, todo parecería indicar que el camino se abriría expedito bajo los pies de Ayrton. Sin embargo, el primer contrapié viene dado por la ruptura con Lilian, su bella y joven esposa. Brasil está demasiado lejos para que dure una relación tan juvenil. Después Ralph Firman le pide una financiación extra para disputar el Festival F-Ford. Senna sin dinero y enfadado decide volver a su añorado Brasil. Se lamenta diciendo: "Hasta ahora la competición para mí era un placer, pero me doy cuenta que para progresar el talento no es suficiente, los equipos están ávidos de dinero y la presión psicológica es excesiva. Además debo elegir entre los intereses familiares y las carrera, no quiero ir corriendo detrás de los sponsors. He terminado con las carreras de coches, correré sólo en los kart". No se conocía todavía suficientemente nuestro Ayrton. Con el aproximarse la temporada se corroía por dentro. Su padre se dio cuenta de esta circunstancia y dio, por fin, vía libre al regreso de Ayrton a Europa. De la F.Ford-1600 a la 2000 no hay un gran salto. Al menos para Ayrton no lo hubo. De nuevo se inscribe en dos campeonatos a la vez. Uno el Pace British disputado por entero en tierras británicas; el otro el Efda, una challenge con 9 carreras que se desarrollarían en circuitos europeos. Esta fue una magnífica ocasión para que Senna descubriese trazados que más adelante tendría que abordar. Ni que decir tiene que Ayrton, con su Van Diemen Rf82, apabulló a la concurrencia logrando un sinfín de victorias, poles y vueltas rápidas. Tanta demostración de clase mereció el premio de disputar, el 13 de Noviembre en Thruxton, su primera carrera de F-3. Su monoplaza fue un Ralt Rt3-Toyota y su patrono, Eddie Jordan. En esta época, Senna vive en Eaton, cerca de Norwich, en una casita alquilada y en compañía de Mauricio Gugelmin. Antes de ellos, el inquilino fue Raul Boesel. Es decir: una casita con raíces en la F-1. Toda una señal. Campeonatos F-Ford 2000 Pace British, Efda y F-3 G.B
En el automovilismo los exámenes son continuos. Para Senna la cosa no iba a ser diferente. En 1983 Ayrton proseguiría su brillante carrera en la difícil F-3 británica. Este escalón debía ser el que le abriera las puertas de la F1. Para ello dispondría de un Ralt Rt-3 Toyota del equipo West Surrey Racing, Senna justifica la elección diciendo: "El equipo de Bennets es posiblemente el más caro, pero a mi forma de ver, garantiza la mejor asistencia". Su rival será un tal Martin Brundle, con el tendrá que vérselas durante todo el año. Las nueve primeras carreras son un "festival". Senna domina la categoría como anteriormente hizo con la F-Ford 1600 y 2000, de abrumadora se podría calificar su superioridad en esta primera parte de la temporada. En la segunda mitad Senna iba a encontrar mas dificultades. Frecuentes roturas e incidentes, la mayor parte de estos con Martin Brundle, iban a hacer que decayera un tanto la brillantez de su trayectoria inicial. No obstante, Ayrton conseguirá el título marcando un récord de victorias para la categoría que permanecería imbatido por muchos años. Con el apoyo de Marlboro, Senna viajará en este año a tierras asiáticas para disputar lo que extraoficialmente se conoce como el mundial de la F-3, el GP de Macao. Ni que decir tiene que el brasileño conseguiría victoria, pole y vuelta rápida en carrera. El examen estaba superado. Marlboro British F3 y GP de Macao F3
Por fin entre los elegidos La entrada de Ayrton Senna en la F-1 se produjo de la mano de un contrato trienal firmado con Toleman. Fue una toma de contacto que permitió a Senna entrenarse entre los "grandes". Ya en su segunda carrera con el modesto equipo inglés consiguió auparse hasta la sexta posición, a pesar de correr con el frontal de su monoplaza estropeado y la dirección endurecida a causa de un toque en las primeras vueltas. Como confirmación de que este resultado no fue casual, Ayrton se repitió en el siguiente GP de Bélgica, sólo que esta vez el monoplaza resultó no conforme y fue descalificado. La crisis que se estableció entre Toleman y Pirelli desencadenó que para su primer GP de San Marino, Ayrton no pudiera clasificarse para la salida, precisamente San Marino, donde el futuro le reservaba una desigual fortuna. Pero si este año tuvo un momento álgido para Ayrton, éste fue el del GP de Mónaco. En el principado tuvo lugar un GP que realmente se podía adjetivar como "acuático". Las condiciones de la pista y de visibilidad eran de una precariedad que hubieran aconsejado no dar la salida. Fue en estas condiciones "dantescas" donde el genio de Ayrton se puso en evidencia. Ayrton supo aprovechar que las circunstancias igualaran los monoplazas, dejando de tener tanta importancia la potencia, pasó a privilegiar las capacidades de conducción del piloto. Así pues, entre los inmensos charcos de agua, Ayrton supo, a base de maniobras y adelantamientos espectaculares, auparse hasta la segunda plaza. En su punto de mira estaba ya la primera posición, posición que ocupaba Alain Prost. Ayrton reducía la diferencia con el francés a un ritmo que todo hacía pensar que sería cuestión de una o dos vueltas el tiempo necesario para que Senna pasara a liderar su primer GP. La vieja gloria del automovilismo Jacky Ickx ejercía para este GP monegasco el papel de director de carrera y fue él, el que otrora fuera considerado "mago de la lluvia" quien decidió parar la carrera y dar con esta decisión la victoria a Alain Prost cuando ya Senna se encontraba bajo su alerón trasero. Esta prestación de Ayrton, ante la mirada de todos los importantes espectadores que siempre se dan cita en la carrera del principado, fue el detonante del ascenso en el mundo de la F-1 para el joven brasileño. El resto del campeonato vio como con un mediocre monoplaza, Ayrton conseguía dos terceros puestos muy meritorios en Inglaterra y Portugal y diferentes actuaciones notables que no tuvieron mayor repercusión por las roturas que le impidieron culminarlas. Senna, que tenía un contrato para tres años firmado con Toleman era ya objeto de captura por parte de las escuderías más importantes del circo. Para el GP de Monza, Ayrton dio a conocer que el año siguiente correría para Lotus. Toleman, herido en su orgullo, lo castigó quitándole la posibilidad de alinearse para el GP de Italia. Este fue el principio de las roturas de contratos en la F-1: Ayrton se liberó del compromiso firmado con Toleman pagando una penalidad pecuniaria, quedando libre para dar el salto a un equipo con más enjundia. En la imagen, junto a estas líneas, podemos ver a Ayrton Senna y su Toleman-Hart en el GP de Mónaco de 1984. El brasileño maravilló a todos con su eficaz conducción y sus magistrales adelantamientos que le hicieron rozar la victoria en la clasificación final. Las estadísticas recordarán la victoria de Prost. Los buenos aficionados recordarán siempre la victoria moral de Ayrton. Año 1984
Resueltas las polémicas con Toleman, Ayrton comienza un nuevo periplo en casa Lotus. Con un contrato bienal y con un emolumento de 6 millones de dólares, nada mal para la época y menos aún para un recién llegado, Senna comienza a demostrar rápidamente cual es su auténtica valía. En su segundo GP con Lotus obtiene la victoria, imponiéndose con autoridad bajo la lluvia que azotó el circuito de Estoril, y a lo largo de la temporada, aún añadió otra victoria (GP Bélgica) más siete poles y tres vueltas rápidas. Sin lugar a dudas, Ayrton había refrendado todo lo que de bueno se había dicho sobre él. A pesar de no disponer del mejor coche, los McLaren dominaban entonces como ahora, consiguió el cuarto puesto al final del campeonato y la consideración de primer piloto Lotus, nada menos que frente a otro "magnífico", Elio De Angelis. La colaboración con Lotus se extendió aún otros dos años (1986,1987) en los que el glorioso equipo británico no consiguió elevar su nivel. Primero con motores Renault Turbo y después con los potentes Honda, Senna dispuso de una buena herramienta para los entrenamientos, pero que era poco fiable para las carreras. Con todo y con eso, las dos victorias anuales y una buena cosecha de poles y vueltas rápidas, no faltaron en el casillero del "as" brasileño. Con su Lotus negro número 12, Senna comenzó a crear el mito de "Magic". En la imagen que acompaña estas líneas lo vemos en acción durante los entrenamientos del GP de Australia. Sus vueltas, en búsqueda de la pole, rozaban el virtuosismo. La suspensión activa que montaba el Lotus 99T Honda ayudó a Senna en la obtención de las victorias en Mónaco y Detroit. Pero sólo la gran sensibilidad del brasileño pudo dar las indicaciones técnicas para que su puesta a punto fuera todo lo eficaz que el caso requería. Año 1985
Año 1986
Año 1987
Año 1988: Su primer título El paso de Senna a McLaren estaba ya decidido desde mediados de 1987. Su contrato estipulaba una duración de dos años. Senna pasaba así de un equipo "Reynolds" a otro "Philips Morris", en donde el francés Alain Prost era el jefe indiscutible. Ya desde las primeras pruebas invernales se pudo ver que el "recién llegado" no sentía ningún miedo de la presencia del "profesor". Los cronómetros hablaban siempre en favor del brasileño. Las opiniones eran para todos los gustos: desde los que pensaban que las carreras son una cosa diferente a las pruebas privadas y que allí Prost impondría su mayor experiencia y capacidad táctica; hasta los que pensaban que todo zapato tiene su horma. La temporada iba a dar razón a unos y otros. Senna demostró ser más rápido que su compañero de equipo. Prost por su parte, aunque superado en prestación pura, logró ir sumando puntos a lo largo del campeonato, lo que condujo a un final bastante apretado. Para complicar más toda la situación había que tener en cuenta los descartes de puntuación. Las reglas, para este año, preveían 11 resultados validos, los mejores, para confeccionar la clasificación por suma de puntos, debiéndose descontar los demás. Al final y tras una carrera memorable en el circuito de Suzuka, Senna se adjudicó su primer título de F1. Prost consiguió más puntos totales pero los que eran válidos, dijeron Senna. Las reglas, al fin de cuentas, eran las mismas para todos. Ni la estrategia, ni la experiencia de Prost pudo con el virtuosismo de Senna.
A la izquierda tenemos a Ayrton ganando su tercer GP de la temporada, el de Detroit. A la derecha, en el box McLaren en el GP de Brasil, prueba inaugural del campeonato. 1989 se presentaba para nuestro héroe con un ligero tono rosáceo. Sin embargo, ya desde la primera carrera disputada en Jacarepagua el presunto tono rosa dejó paso a un gris opaco. Senna, que partía de la Pole tuvo un toque a tres con Patrese y Berger en la primera curva tras la arrancada. Con su alerón delantero dañado, entró en boxes para sustituirlo. Retomando después la carrera, no pudo remontar más que hasta el onceavo puesto. Pero fue en la siguiente carrera, la de San Marino en la que se produjo un episodio que resultó significativo. La relación entre Senna y Prost en el año anterior fue de gran cooperación e incluso de camaradería. En este inicio de temporada, Prost, que ya había ganado la primera carrera, condujo un cierto acuerdo con Senna por el que durante la primera parte de los GPs existiría un pacto de no beligerancia, un entente que venía a decir que el que de ellos dos llegase primero a la primera curva no se vería atacado por el otro. Este acuerdo se vio truncado durante la segunda salida del GP de San Marino. Prost había conseguido una arrancada mejor que Ayrton y llegó con una ligera ventaja a la curva Villeneuve. Senna, con la Tosa a la vista, se exprime en una frenada al límite y se coloca rabiosamente en cabeza. Senna gana la carrera con un cierto margen sobre Prost. A la llegada, la polémica saltó a la palestra. Prost recriminó un pacto no respetado y prometió que desde entonces cada uno seguiría su propio camino. Esto en la práctica significaba que se había desenterrado el hacha de guerra. Con diferentes alternativas, el campeonato '89 llegó a Suzuka en lo más vivo de la lucha. En aquel punto ya era conocido por todos que Alain Prost no iba a continuar en el equipo McLaren. El anuncio lo había hecho público el gran piloto francés durante el GP de Monza. Senna debía de vencer sin más remisión para mantener aún abierta la puerta del título. Con un estado emocional que rayaba en el paroxismo, se disputó el GP de Japón '89 que pasará a la historia que la F-1. Por 47 vueltas, Senna persiguió como un poseso a Prost, que ocupaba el primer puesto desde la arrancada. Fue en la chicane antes de la recta de meta donde Ayrton intentó el todo por el todo. Aprovechando el tramo de pista dispuesto para la entrada a los boxes, Senna ganó el interior de la curva a su rival francés. Éste, al ver la maniobra de su compañero, anticipó la curva dando como resultado el enganchón de ambos monoplazas. Prost, que con los dos coches fuera de carrera se proclamaba virtual campeón del mundo, se bajó del coche. Pero Senna, ayudado por los comisarios, pudo reincorporarse a la carrera, incorporándose por la vía de fuga. El as brasileño, después de su paso obligado por boxes para sustituir el morro de su McLaren, remontó sobre Nannini, por entonces primero y le arrebató su posición, de la misma forma y en el mismo punto que lo había hecho una vueltas antes con su "enemigo" Prost. Tras cruzar la línea de meta en primera posición, Ayrton fue descalificado por JM. Balestre dándole de hecho la victoria a Nannini; la decisión, es obvio decirlo, suscitó violentas polémicas. Polémicas que llevaron a Senna a pensar en su retirada y Balestre a amenazar al paulista con la no aceptación de su inscripción para el año siguiente si este no se retractaba de las acusaciones que había hecho en relación a la FIA y a su presidente. Al final, Senna fue descalificado por seis meses y multado con 100.000 dólares. Admitida su inscripción con un supuesto escrito de excusa, firmado teóricamente por Senna pero sobre cuya autenticidad aún hoy existen muchas perplejidades. He aquí reproducido el punto exacto del circuito de Imola donde comenzaron las hostilidades entre Senna y Prost. El brasileño adelantó a su compañero francés en la frenada de la Tosa a pesar de un acuerdo mutuo de no "beligerancia" entre ellos durante las fases iniciales de carrera. Tras este "incidente" las relaciones entre los dos campeones se vieron enfriadas y su rivalidad dentro y fuera de la pista alcanzó valores extremos.
1990: Su segundo mundial La venganza es un plato que se come frío. El duelo Senna-Prost tuvo su continuidad durante todo el año 1990. Esta vez Prost paseaba su Nº1 a lomos de un rojo Ferrari. Exceptuando este pequeño detalle, la temporada fue casi un calco de la '89. Los dos litigantes llegaron de nuevo a la tierra del sol naciente para dirimir quien de ellos dos era el más grande. Pero esta vez era Prost el que tenía que ganar la carrera para mantener sus escasas posibilidades de triunfo. A aquellas alturas de temporada, el Ferrari parecía haber alcanzado una cierta superioridad respecto a McLaren y el complicado trazado de Suzuka parecía favorecer aún más esta condición. Pero, así como el año anterior pudimos disfrutar de un tenso duelo durante 46 vueltas, en esta ocasión Senna, como diría más tarde, decidió acabar la carrera en la primera curva. Prost arrancó mejor que Ayrton y se situó en primera posición. Senna, decidido a todo, intentó encontrar un hueco que no existía al interior del francés. El resultado estaba cantado, "las carreras unas veces terminan en la vuelta 47 y otras en la primera curva" éstas fueron las palabras de Senna que estaban envueltas de un veneno que duraba ya un año.
1991: Y va el tercero Esta vez el antagonista de Ayrton no iba a ser el acostumbrado Prost, sino el británico Mansell. Con un principio de temporada en el que McLaren, empujado por el inédito Honda V12, parece tener una apreciable ventaja respecto al resto de participantes (sus cuatro victorias en las cuatro primeras carreras así lo atestiguan) nuestro inolvidado Ayrton Senna tendría muchas más dificultades en conseguir este título de lo que de las premisas iniciales se podía deducir. A pesar de la enorme ventaja acumulada, Ayrton va a tener en el inicio del verano una de sus épocas más infelices en su trayectoria. De repente, los Williams alcanzan una inverosímil competitividad. Más tarde, pocos días antes del GP mexicano, "Magic", practicando uno de sus deporte favoritos, cae de su jet-ski produciéndose una herida en la cabeza que requerirá 11 puntos de sutura. Tal vez fuera esto lo que provocara que Ayrton sufriera en los entrenamientos del GP de México de 1991 su accidente más aparatoso hasta el momento. Mientras, Mansell sigue acumulando victorias y Senna no puede hacer más que defenderse. Pero aún no habían terminado las desaventuras para nuestro héroe. En las pruebas libres para el GP de Alemania, Ayrton vuela literalmente. A causa de la rotura de un neumático, su McLaren da un bandazo que lo lleva a saltar sobre un bordillo. El monoplaza realiza tres vueltas en el aire. El piloto sale ileso y pocos días después estará preparado para el GP. Afortunadamente no hay mal que cien años dure ni cuerpo que lo aguante y, tras una opurtunísima victoria en Hungría, Senna, ayudado por el ya sempiterno error en boxes del equipo Williams, consigue aumentar su muy decaída ventaja y mantener el margen de puntos suficiente respecto a Mansell para que éste tenga que inventarse prestaciones inalcanzables que suelen terminar con el piloto en la zahorra. Será de esta forma como Ayrton, de nuevo en Suzuka, consiga, tras la salida de pista de su más directo rival, proclamarse tricampeón mundial y además regalar gentilmente la victoria del GP a su fiel escudero Berger. Mansell fue realmente un duro rival en 1991. Aquí lo vemos mientras acosa a Ayrton en Suzuka en la curva de doble radio que pone fin a la recta de meta. Sin la bravura del brasileño, el resultado final del campeonato podría haberse decantado del lado de Williams. Año 1991
Año 1992 Con el triunfo en el Campeonato Mundial de Pilotos F-1 de 1991, Ayrton Senna pasaba a formar parte de la exclusivista y restringida lista de tricampeones mundiales de F-1. Su fama y prestigio habían alcanzado cotas estratosféricas; su nombre competía con el de Fangio cuando de averiguar el mejor piloto de todos los tiempos se trataba. Sin embargo, la temporada 1992 iba a ser difícil para “Magic”. El potencial de los Williams había crecido aún más, mientras que en McLaren, debido a la necesidad de desarrollar el modelo MP4/6 durante la segunda mitad del año 91, no habían podido trabajar suficientemente en el proyecto ‘92 presentándose al inicio de temporada con un cierto retraso técnico respecto a su principal competidor. Williams, de la mano de un extraordinario Mansell, arrolló en el inicio de temporada a todos los participantes y naturalmente Senna no se pudo abstraer de este hecho. El británico y su máquina ganaron las cinco primeras de forma consecutiva y sólo un problema con una llanta durante la carrera de Mónaco evitó que fueran seis. El resto de la temporada fue un inútil intento de contrarrestar esta supremacía del binomio Williams-Mansell y la cerró con un cuarto puesto en el Mundial, tres victorias y la pérdida de los motores (Honda) que habían proporcionado a Senna sus tres títulos.
Año 1993
La incerteza fue la nota dominante del amanecer de la temporada ‘93 para Ayrton Senna. Las diferencias contractuales que existían entre Ron Dennis y Ayrton hicieron que hasta muy pocos días antes del comienzo de la temporada no se tuviera la seguridad de la participación del genio brasileño en la F-1 de este año. Sólo al final de duras tratativas, Senna accedió a correr para McLaren pero con un contrato que se renovaba de carrera en carrera. Aún así, y a pesar de no disponer de una motorización acorde con sus dotes de conducción, Senna dejó impresas en las retinas de los aficionados hazañas de pilotaje que difícilmente se verán superadas. Para muestra sirva un botón. Era el G.P de Europa. Teatro de este acontecimiento, el circuito británico de Donington Park. El día de la carrera amanece nublado y ya para el Warm-Up el trazado estaba inundado. Ayrton tenía claro cuando iba a lanzar su ataque. ¿Para que esperar? El momento de la salida es tan buen momento como cualquier otro. Y ahí está que Senna desde la cuarta plaza en parrilla toma la salida. No consigue ganar ninguna posición en la arrancada, al contrario, se ve superado por Wendlinger en la primera curva. Pero esto no arredra al "rey de la lluvia". Primero supera a M. Schumacher, después con absoluta superioridad relega a Wendlinger a una posición menos privilegiada; ahora es el turno de Hill, quien no consigue oponer ninguna resistencia a "Magic". Ya es segundo, sólo Prost y su "astronave" lo preceden. Pero no por mucho tiempo. En la horquilla hace de Prost otra víctima de su inigualable clase y concluye la primera vuelta en cabeza. La bandera a cuadros vio también a Senna en esta posición y la memoria de quienes asistieron al desarrollo de esta carrera nunca olvidará la secuencia de adelantamientos sobre la lluvia más impresionante de los últimos veinte años. El final del año proclamó campeón a Prost y su máquina "marciana". Senna refrendó su clase excepcional con un subcampeonato y nada menos que cinco victorias conseguidas con un monoplaza notablemente inferior a los de sus adversarios.
Año 1994 Las polémicas que marcaron la relación entre Senna y Prost tenían su punto y final cuando a finales de 1993 se conoció la decisión de Alain de dejar la competición y con ello el volante de su "deseado" Williams a Ayrton Senna. Como no podía ser de otra forma, durante la intertemporada se especuló con que la salida de Williams del campeón francés obedecía al ofrecimiento que Senna había hecho a Frank Williams para pilotar en su equipo incluso gratis. Este hecho fue desmentido por las partes y dejó paso a una temporada que se presentaba con un claro favorito. El mejor piloto y el monoplaza más exitoso de los últimos años juntos, en una simbiosis que, sobre el papel, condenaba al resto de pilotos a desempeñar el "rol" de meras comparsas. Sin embargo, las pruebas invernales iban a colocar una cierta preocupación en la granítica confianza de Senna y su nuevo equipo. La nueva criatura de Head y Newey no se dejaba guiar con facilidad. Además, Ayrton no conseguía encontrar una posición de conducción aceptablemente cómoda lo que se traducía en cansancio suplementario y crispación. Con todo (debía pensar Ayrton) eran problemas de "juventud" que sin duda se irían superando a medida que avanzase la temporada. El primer GP de la temporada iba a tener como escenario las suaves colinas de las afueras de Sao Paulo. La "patria chica" de Senna recibía a su máxima figura con una alegría desbordante, casi una histeria colectiva, allí se iba a dar el banderazo de salida a la temporada que todos esperaban que condujera a Senna a su cuarto Campeonato Mundial. Pero para sorpresa de todos, la carrera la ganaría Michael Schumacher y Ayrton sufría un trompo, mientras recuperaba terreno sobre la joven esperanza alemana, teniendo que abandonar la carrera y provocando la desilusión entre su "torcida". Las sombras invernales se hacían más densas y ni siquiera el "hijo del viento" podía disiparlas. El proseguir del campeonato imponía un largo viaje hasta tierras del "Sol Naciente" El circuito de Aida, con su enrevesado trazado y su recóndita ubicación, focalizaría la atención de todos los aficionados a la F1 en la esperanza de una victoria de Ayrton que cancelara los temores e impulsara al as brasileño de nuevo a la lucha por el título. Los presupuestos así parecía indicarlo pues, "Magic" se hacía con una nueva "pole" que añadía a su inalcanzable palmarés velocístico. Una salida lejos de la perfección hizo que el Williams de Senna se viera atrapado en la primera curva de la que no podría zafarse. Un toque con Larini determinó su abandono tras escasos centenares de metros de carrera. Otro contratiempo más que unir a una situación que estaba lejos de ser ideal y en la que los problemas de estabilidad y de posición al volante parecían no ser los únicos que Ayrton tenía que superar. Imola, circuito Enzo y Dino Ferrari. Año 1994. 1 de Mayo. El recuerdo duele, la memoria rasga unos corazones heridos hasta el infinito que se ahogan en su propia desesperación. El tránsito está cercano. Ayrton Senna Da Silva va a ocupar su sitio en el Olimpo de los dioses del automovilismo. Tal vez al lado de Jim Clark, o quién sabe si junto a Graham Hill. Lo va a hacer desde su lugar preferido, desde la "pole", desde la primera posición. Con la mirada despejada, sin nadie por delante que molestase su camino hacia la gloria, lo esperan Ascari y Rindt. Ratzemberger lo recibirá (es privilegio del último arribado) y lo acompañará hacia su trono. Desde allí, seguramente, estará observándonos a todos y velando para que los que han quedado aquí, girando por las pistas persiguiendo un sueño, sigan incólumes. No es fácil el trabajo de un Semi-Dios.
|
2009/05/02
Ayrton Senna (De hombre a semi-Dios)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario