En los 12 meses hasta mediados de abril, los precios al consumidor subieron un 8,22%, muy por sobre el objetivo oficial del Gobierno de un 4,5%.
Los precios al consumidor en Brasil subieron más de lo esperado en el mes hasta mediados de abril, lo que refuerza expectativas de que el banco central aplique más alzas en las tasas de interés en los próximos meses.
El índice de precios al consumidor IPCA-15 de Brasil subió un 1,07% en el mes hasta mediados de abril, dijo el viernes el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
Analistas consultados en un sondeo proyectaban que el índice subiera un 1%.
En los 12 meses hasta mediados de abril, los precios al consumidor subieron un 8,22%, muy por sobre el objetivo oficial del Gobierno de un 4,5%.
Los rendimientos de los futuros de las tasas de interés subieron tras publicación del dato, lo que indica que los operadores aumentaron las apuestas de próximas alzas de las tasas de interés.
Desde octubre, el banco central ha subido su tasa de interés de referencia Selic hasta un máximo de seis años de 12,75%, dentro de sus intentos por desacelerar la inflación.
Tarifas más altas de la energía eléctrica fueron nuevamente la causa principal del alza de la inflación, con un aumento de 13 por ciento desde mediados de marzo.
Las tarifas de la energía y otros precios que regula el Gobierno han subido con fuerza desde la reelección de la presidenta Dilma Rousseff en octubre.
Desde entonces, los consejeros del Banco Central dejaron de posponer las alzas de precios para controlar y en vez de eso se están concentrando en reducir el creciente déficit presupuestario del país.
Los precios de los alimentos también tuvieron una fuerte alza, de 1,04% desde mediados de marzo, aunque la subida fue menor que la tasa de 1,22% del mes previo.
Pese a crecientes evidencias de que la economía de Brasil está en recesión, el Banco Central y economistas del mercado esperan que la inflación se desacelere recién en 2016, cuando podría caer a una tasa anual de cerca de un 5 por ciento.
La estanflación de Brasil ha afectado la confianza de consumidores y empresas, además de contribuir al desplome en los índices de aprobación de Rousseff a cerca de mínimos históricos.
La próxima reunión de fijación de tasas del Banco Central está fijada para el 28 y 29 de abril.
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