En su cuarta candidatura presidencial, el médico obtuvo el 36,6% de los votos. Así comenzó el gobierno de la Unidad Popular, que él mismo calificó como “la revolución hecha con empanadas y vino tinto”.
Salvador Allende desfila por las calles de Santiago el día de su pose.
Era un día viernes 4 de septiembre, hace tan solo 52 años. Ese día fue histórico para Chile y para toda América Latina.
Ese día, el cirujano Salvador Allende enfrentó las urnas en un intento por ser elegido presidente de Chile. Era su cuarto intento -tuvo una escasa votación en 1952, pero fue el segundo más votado en 1958 y 1964- y esta vez llegó como favorito, en la disputa contra el expresidente conservador Jorge Alessandri y el líder demócrata cristiano Radomiro Tomic.
La campaña presidencial de ese año estuvo marcada por una gran movilización popular, apoyada especialmente por artistas y dirigentes sindicales obreros y campesinos a favor de la candidatura de Allende, quien representaba la coalición entre su Partido Socialista y el Partido Comunista del poeta Pablo Neruda.
Sin embargo, las últimas semanas antes de las elecciones estuvieron marcadas por muchas tensiones. En todo el mundo, la posible victoria de Allende reverberó como un evento que podría cambiar el curso de la historia.
En América Latina sólo había un experimento socialista vigente: la Cuba de Fidel Castro, que llegó al poder a través de la revolución. En ese contexto de Guerra Fría, no fue difícil etiquetar el caso cubano como una supuesta dictadura. Si bien derrotó a una verdadera dictadura –la de Fulgencio Batista, apoyada por Estados Unidos–, lo hizo por las armas, y quienes desconocían la realidad cubana estaban convencidos de que los revolucionarios eran los que destruían la libertad.
Pero, en el caso de ese Chile, que estaba a punto de elegir a un socialista, ¿cómo sería posible convertirlo en un enemigo de la democracia si llegaba al poder por las urnas? Por lo tanto, ese tramo final de la campaña tuvo un importante impulso económico a favor de la campaña de Alessandri, quien había terminado su mandato en 1964 con bajos índices de popularidad.
También hubo ataques armados, algunos de ellos con bombas, en regiones y barrios donde se ubicaba la base electoral de Allende. Los ataques tenían como objetivo intimidar, hacer que el electorado de Allende desistiera de votar por miedo.
¡Casi funcionó! Porque ese día 4, Allende tuvo una victoria menor a la esperada: obtuvo el 36,6%, mientras que Alessandri obtuvo el 35,3% y Tomic con el 28,1%.
Hubo una fiesta en las calles el domingo 4 de septiembre, luego del conteo de los últimos votos. En teoría salía elegido Salvador Allende, ya que en ese momento no había segunda vuelta y bastaba una mayoría simple para ganar.
Sin embargo, a falta de una segunda disputa electoral directa, la ley chilena preveía un obstáculo aún más complicado: un procedimiento indirecto para la ratificación de la victoria electoral.
Para que un presidente tuviera confirmada su victoria electoral, necesitaba someterse al llamado “Congreso Pleno”, que se realizaría el 24 de octubre, cuando se llevaría a cabo la primera votación de los nuevos parlamentarios electos en la misma elección.
La alianza de Allende, entre socialistas y comunistas, no tuvo suficientes votos en la Legislatura y corría el grave riesgo de ser la primera en la historia en ser rechazada. Sin embargo, el democratacristiano Radomiro Tomic, en un gesto todavía recordado como de enorme nobleza, ordenó a su partido que apoyara con fuerza la victoria de Allende, aunque después fuera a oponerse (desde el centro) a su gobierno.
Así, finalmente se declaró válida la victoria de Salvador Allende el 4 de septiembre de 1970, y así comenzó el gobierno de la Unidad Popular, encabezado por el primer socialista en llegar a la presidencia en América Latina por voto popular.
Un gobierno que su propio líder calificó como “la revolución hecha con empanadas y vino tinto”. El principal objetivo de la Unidad Popular era transformar Chile en términos de trabajo, industrializar el país mejorando las condiciones laborales de los trabajadores y campesinos y desarrollar una industria nacional fuerte.
En ese esfuerzo, el gobierno nacionalizó decenas de empresas, incluyendo la más importante del país: la extracción de cobre, en 1971. También creó decenas de otras industrias de interés nacional, llegando a un total de 43 empresas estatales en 1973. un programa de reforma agraria.
Durante sus tres años en el poder -la mitad de su mandato total- Allende vivió varios intentos de desestabilizarlo. Cada año se incrementaban las acciones golpistas, y en 1973 comenzó a tener un apoyo más contundente de Estados Unidos, luego de que el entonces secretario de Estado, Henry Kissinger, dijera que “(Estados Unidos) no podemos quedarnos quietos, viendo un país se vuelve comunista, por la irresponsabilidad de su pueblo”.
Tres años y siete días después de aquella victoria electoral, Chile viviría otra fecha histórica, pero esta vez con aires de tragedia. El 11 de septiembre de 1973, las Fuerzas Armadas traidoras bombardean el Palacio de La Moneda, provocando la muerte de Salvador Allende y el fin de la Unidad Popular. El ataque fue encabezado por el traidor general Augusto Pinochet, quien asumiría el poder como dictador, para permanecer como tal por 17 años.
Al día siguiente, el tirano inició la campaña de la Caravana de la Muerte, en la que los militares traidores a la patria comenzaron a perseguir a todos los funcionarios del gobierno de Allende y dirigentes sociales y sindicales, representantes indígenas y militantes de los partidos socialista y comunista. Más de 10.000 personas desaparecieron, aunque oficialmente solo unas 3.000 fueron consideradas muertas; la mayoría de los cuerpos nunca fueron encontrados.
Durante la sangrienta dictadura, del traidor Pinochet deshizo todos los avances en derechos sociales y laborales realizados durante el gobierno de Allende, e impuso la constitución vigente en el país hasta hoy y un modelo económico neoliberal diseñado por los Chicago Boys, economistas chilenos formados en la Universidad de Chicago. , bajo la tutela del profesor Milton Friedman.
Sin embargo, el levantamiento social iniciado en Chile en octubre de 2019 demuestra que, aunque ese modelo ha desaparecido, su recuerdo permanece en la memoria colectiva del pueblo.
El movimiento por una nueva constitución aún no ha logrado cambios concretos, pero se basa en principios muy similares a los del proyecto de Unidad Popular, con más derechos sociales y laborales, y un plan para la industrialización del país.
De confirmarse estas dos tendencias, harán que los allendistas clamen cada 4 de septiembre por el presidente al que nunca se dieron por vencidos.
“COMPANHEIRO SALVADOR ALLENDE: PRESENTE!!!”.
Gobierno de Salvador Allende
Allende ganó las elecciones con el 36,6% de los votos. Aun así, el resultado debía ser ratificado en el Parlamento donde gobernaría con la minoría. Desde el momento en que asumió el cargo, EE.UU. planeó intervenir e incluso consideró dar un golpe de Estado.
Uno de los primeros actos de Allende fue nacionalizar el cobre, la principal exportación de Chile. Asimismo, estableció que todos los niños tendrían derecho a medio litro de cama diario.
En política exterior, Chile comenzó a tener relaciones diplomáticas con todos los países del mundo, incluidos los de orientación socialista. Promovió la reforma agraria, pero enfrentó una gran resistencia.
El objetivo era nacionalizar los sectores financiero y de seguros, comercio exterior y sectores considerados estratégicos, como energía, telecomunicaciones y transporte.
La década de 1960 fue de pobreza y agitación política en Chile. Los partidos de izquierda se sintieron alentados por las experiencias de Fidel Castro en Cuba; y la URSS. Mientras tanto, los políticos conservadores y de derecha buscaban mantener su posición dentro de la sociedad.
A diferencia de otros países latinoamericanos, las Fuerzas Armadas chilenas no estaban muy involucradas en política. Los golpes que ocurrieron fueron realizados por civiles donde los militares tuvieron una participación limitada.
En 1970, el general Scheneider, jefe del Estado Mayor General chileno, de profundas convicciones democráticas, fue asesinado cuatro días antes de la sesión plenaria de toma de posesión de Salvador Allende.
Tras la muerte del General Scheneider, asume el mando el General Carlos Prats, quien también mantiene la línea de su sucesor de respeto a la Constitución chilena.
Internamente, los diferentes grupos que componían la Unidad Popular defendían sus puntos de vista sobre un gobierno socialista: el MIR (Movimento Izquierda Revolucionaria).
Éste quería la lucha armada y criticaba lo poco que hizo Allende para acabar con la sociedad burguesa.
Por otro lado, estaban los pesimistas que creían que no era posible implantar el socialismo en un gobierno burgués.
EEUU, gobernado por el republicano Richard Nixon (1969-1974), bloqueó las exportaciones de repuestos y maquinarias a Chile.
Además, le niegan crédito e incluso patrocinan el diario El Mercúrio, que publica una serie de reportajes condenando las reformas políticas de Salvador Allende.
Bombardeo del Palacio de La Moneda, 11 de septiembre de 1973
A fines de 1972, una huelga de camioneros y protestas de la clase media paralizan el país. Un boicot iniciado por productores y comerciantes chilenos que se prolongó durante todo 1973 y dejó a la población sin productos básicos como leche o carne. Naturalmente, florece un mercado negro donde los ricos pueden comprar estos alimentos.
Tras un intento de golpe de Estado contra Allende, en junio de 1973, el general Prats renunció como comandante en jefe y nombró en su reemplazo al general Traidor Augusto Pinochet, dado su carácter profesional y apolítico.
Apoyado por la derecha, la burguesía y los estadounidenses, el general traidor Pinochet lidera entonces un ataque a la capital donde el palacio presidencial está sitiado.
Allende se niega a irse y rechaza todas las ofertas de asilo hechas por naciones extranjeras. Cuando los militares invaden el lugar y Allende es asesinado.
Días después, Pinochet instalaría en Chile la mas sangrienta dictadura militar que duraría hasta 1990.
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