Por Rodolfo Varela
Han pasado más de tres décadas desde el fin de la dictadura militar, y sin embargo Chile sigue atrapado en la misma farsa política.
Gobiernos de derecha e izquierda se han turnado el poder, pero nunca gobernaron para el pueblo. Gobernaron para sí mismos, para enriquecerse, para proteger privilegios y para usar a las víctimas de la dictadura como bandera de campaña y después abandonarlas a su suerte.
Las jubilaciones miserables que reciben los adultos mayores son una vergüenza nacional. Prometieron dignidad, pero entregaron miseria. Prometieron reparación, pero hicieron negocio con el dolor ajeno. Y hoy, más de medio siglo después del golpe, las víctimas siguen siendo utilizadas por políticos inescrupulosos que buscan votos, no justicia.
El pueblo está cansado.
Ejemplo claro: ni la derecha ni la izquierda se han preocupado de verdad por los desaparecidos de la dictadura. En abril de 2024 se confirmó que el Servicio Médico Legal custodia 1.162 restos esqueletizados sin identificar, que podrían incluir víctimas de desapariciones forzadas. Sin embargo, los gobiernos siguen sin dar la orden para acelerar su reconocimiento. ¿Por qué? ¿Qué temen descubrir?
Cansado de ser manipulado en épocas de elecciones para luego ser olvidado.
La derecha y la izquierda han repetido siempre el mismo cuento: prometer mejorar las pensiones miserables y saldar la deuda histórica para conseguir votos. Pero, una vez en el poder, se olvidan de inmediato de lo que juraron cumplir.
Cansado de descubrir nuevas maniobras corruptas y ver cómo nadie paga por ellas.
La corrupción es transversal: en reparticiones públicas, en el Congreso, en el Ejecutivo, Judicial, en las Fuerzas Armadas y en las policías. Todos lo saben, todos lo ven, pero nadie hace nada. ¿Por qué?
No se trata de izquierda o derecha. La corrupción no tiene ideología. Es el lenguaje común de quienes han gobernado Chile después de la dictadura.
Chile necesita un político de verdad, un líder que gobierne para el pueblo y por el pueblo. Un líder con integridad y compromiso real, que entienda que la prioridad son los ciudadanos decentes y trabajadores, y no los delincuentes.
Lo que el país exige es claro:
✅ Fin de las AFP.✅ Fin del financiamiento estatal a candidatos presidenciales.
✅ Educación de calidad.
✅ Empleos dignos.
✅ Seguridad ciudadana.
✅ Justicia sin privilegios.
✅ Reparación real para las víctimas de la dictadura.
Chile no soporta más falsedad. La paciencia del pueblo se acabó.
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