El encuentro estuvo marcado desde el comienzo por la agresividad de los dos equipos, que en ocasiones se situaron incluso al margen del reglamento en las luchas por el balón, y a medida que fueron pasando por minutos fueron presentándose ocasiones de gol para ambos conjuntos.
La primera clara la tuvo el Bremen, poco después del minuto 10, con un cabezazo de Pizarro que pasó por encima del larguero. Sin embargo, casi a vuelta de correo el Hamburgo logró abrir el marcador. La jugada del gol se originó con una pérdida de balón de Pizarro ante Mathijsen en el centro del campo, el jugador holandés avanzó unos metros antes de meter un pase, entre los dos centrales del Bremen, al croata Ivica Olic que entró al área y definió con serenidad ante la salida de Tim Wiese.
Tras el gol del Hamburgo, los papeles de los dos equipos en el campo se definieron con claridad. El Bremen tenía el balón y atacaba mientras que el Hamburgo se defendía y, de cuando en cuando, se sacudía generando ocasiones de contragolpe. En una de ellas, en el minuto 27, Wiese salvó al Bremen del segundo con una buena parada ante Olic. El empate llegó en el 29 a través de Diego que definió dentro del área, tras una excelente combinación con Pizarro, una jugada que habían iniciado los dos sudamericanos en tres cuartos de cancha.
En el minuto 38, un disparo en el travesaño de Diego estuvo a punto de convertirse en el segundo del Bremen.
En la segunda parte, el Hamburgo empezó a hacer más por el ataque y las posibilidades de gol siguieron acumulándose y en el 64 Pizarro encarriló la clasificación del Bremen con un disparo desde unos 25 metros, que sorprendió al arquero Frank Rost. Sin embargo, el Bremen no le debe la victoria sólo a los goles de Diego y Pizarro, ni al tercero que a la postre decidió la eliminatoria en el 84 marcado por Franck Baumann, sino también a las paradas de Wiese. En el 72, por ejemplo, el arquero alemán reaccionó bien ante un remate de Alex Silva que llevaba sello de gol.
El partido parecía sentenciado tras el gol de Baumann pero el Hamburgo, al que le bastaba el empate, volvió al partido con un gol de Olic en el 85 y estuvo apretando los minutos finales de manera que el Bremen no se hubiera podido quejar de haberse quedado fuera de la final.
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