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2022/03/10

“Chile debe nacionalizar el cobre e industrializar la riqueza”, defiende Orlando Caputo asistente de Allende

Para el economista Orlando Caputo, “la prioridad de la nueva Constitución y del presidente que fue electo en noviembre es impulsar el crecimiento rompiendo las ataduras del capital extranjero”

Orlando Caputo denuncia entrega de cobre, la mayor riqueza nacional de Chile, a capitales extranjeros


Designado por el presidente Salvador Allende (1970-1973) para encabezar el equipo de nacionalización del cobre, mineral estratégico del cual el país posee el 30% de las reservas mundiales, Orlando Caputo considera que “más que nunca es momento de retomar nuestra ideales”. Para el reconocido economista, “es hora de transformar la inmensa energía que emana de las calles, en el levantamiento social de 2019, en romper con las cadenas de la sumisión a la extranjería, la lógica neoliberal, privatizadora y recortadora de derechos, heredada de la dictadura del General traidor Augusto Pinochet (1973-1990)”.


“La prioridad de la nueva Carta Magna que está debatiendo la Convención Constituyente es nacionalizar el cobre e industrializar sus riquezas. Allende pensaba, y este era su programa, que debíamos producir nuestro cobre en nuestro propio país. Mucho más que refinar, fabricar cables de cobre, estructuras, productos y motores eléctricos. Pensó en la industrialización a partir del cobre”, dijo Orlando Caputo. Al enfatizar la importancia de este inmenso patrimonio, el economista señaló que, “en términos relativos, el cobre es más importante que las exportaciones de petróleo de México, un país que tiene 130 millones de habitantes, mientras que ahora tenemos 19 millones”. “En términos relativos, el valor de las exportaciones actuales de cobre es similar a las exportaciones de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y es cuatro veces la exportación de petróleo de Arabia Saudita. Es decir, una riqueza inmensa que ha estado al servicio de las empresas transnacionales”, subrayó.

En esta entrevista, el veterano combatiente defiende la candidatura del líder opositor Gabriel Boric a la presidencia en las elecciones del 21 de noviembre, reitera la necesidad de un Frente Amplio, que elija una mayoría de parlamentarios progresistas, respalda los compromisos asumidos por los constituyentes y señala a la “construcción de un país a partir de su inmenso potencial, redistribuyendo la riqueza, valorizando los salarios, fortaleciendo la educación y la salud pública, y garantizando los derechos sociales y laborales”.

¿Cuál es su evaluación de la Convención Constituyente en curso?

La Asamblea Constituyente es un poco una síntesis de los movimientos sociales, la lucha de los estudiantes, No+AFP (No más Administradoras de Fondos de Pensiones – contra la privatización de la Seguridad Social), docentes y mujeres. Tiene mucho que ver con el levantamiento social del 18 de octubre de 2019, cuando más de un millón de personas salieron a las calles de Santiago.


Creo que todo fue extremadamente exitoso. Y fue una sorpresa, porque todos esperábamos ganar, pero era muy difícil proyectar un 80% de aprobación en el plebiscito nacional para una nueva Constitución. El “no” ganó solo en las zonas más ricas, algo poco impresionante. Este proceso aseguró que el 50% de las convencionales sean mujeres, elegidas en igualdad de condiciones, con la participación de los mapuche y todos los pueblos originarios.


“La situación que tenemos de ahora en adelante es definir los temas centrales de la Constitución.


Esos pocos meses que funcionó la Convención Constituyente, resolvieron todas las cuestiones administrativas y procesales. Pero ha habido una ofensiva muy grande de la derecha, del poder económico, que se mantiene intacto, así como de los militares, para socavar los avances de la Constituyente. A pesar del poco prestigio de las instituciones, hay una intensa campaña de los medios, particularmente del grupo Mercúrio, que tiene un poder similar al de los partidos políticos, o incluso mayor.


La situación que tenemos de ahora en adelante es definir los temas centrales de la Constitución. Los medios quieren hacernos olvidar que la construcción de esta nueva Carta Magna es completamente opuesta al capitalismo neoliberal de la dictadura del traidor Pinochet, por lo que está tratando de manipular y sustituir una agenda por otra. Esta es la presión de la derecha.


El caso es que se definió que cada uno de los temas de la Constitución deben ser debatidos y aprobados por las dos terceras partes de las fuerzas convencionales y progresistas tienen el 80%. O sea, la derecha no tiene votos para vetar, para impedir cualquier cambio, por eso ha estado armando todo tipo de movidas. Pero no tiene los votos.


Y todo ello en paralelo a las elecciones presidenciales…

Las elecciones presidenciales y parlamentarias se llevaron a cabo, el 21 de noviembre del 2021. Luego tendremos la toma de posesión del nuevo presidente y seguirá funcionando la Asamblea Constituyente, definiendo la organización política, la participación del Estado en la economía y todos los derechos sociales y laborales.


El acuerdo que impulsó Piñera para tratar de salvarse -con el mínimo apoyo y el máximo de gente pidiendo su renuncia- establece que no se deben discutir temas internacionales. Y el debate de los últimos días es este: hay seis cancilleres de la posdictadura, de los gobiernos del “Concertación”, que entrevistó el Mercurio para decir que se oponen rotundamente a modificar tales “acuerdos” internacionales. Están muy comprometidos a mantener todo como está.


Acuerdos que mantienen intactos los intereses de las empresas transnacionales y del gran capital extranjero.

Exactamente. Acuerdos que se llaman Tratados de Libre Comercio (TLC) pero que en realidad protegen el capital extranjero. Por cierto, el primer tratado que tiene Chile es con Canadá, que tiene grandes inversiones en minería, pero también en el sector financiero. Esto ya lo hemos denunciado en un estudio llamado “Pump in a Hare”, que se puede descargar de internet. Lo mismo pasó con los demás tratados, con Estados Unidos -que estuvo detrás del golpe de Estado contra Allende- y los demás.


Existía una industria textil, una fuerte empresa estatal de neumáticos, la Companhia de Aço del Pacífico (CAP) – que procesaba los recursos de hierro en el país – muchas empresas industriales, la Líneas Aéreas Nacionales de Chile (LAN), la empresa nacional de petróleo – que si bien el país no producía, refinaba. Todo esto fue regalado, con sus trabajadores sometidos a una superexplotación. Los TLC consolidan la lógica de entrega del patrimonio nacional.

¿Cómo está el tema de la nacionalización de los recursos naturales ?

En mi opinión, el tema de la nacionalización de los recursos naturales, ya sea parcial o total, aún no está suficientemente claro. El tema ha estado un poco desviado. Creo que es un tema clave que también tiene poca fuerza en la Convención Constituyente. Lo que ha cobrado fuerza es la nacionalización del agua, por ejemplo. Por eso creo que falta un mayor compromiso de nuestra parte, en términos de concienciación, porque la composición es de una gran mayoría progresista.

“No es posible hacer nada en Chile si no nos proponemos una recuperación del patrimonio natural, de todo: el cobre, el litio, el mar, el agua dulce, de todos nuestros recursos”

No es posible hacer nada en Chile si no nos proponemos una recuperación del patrimonio natural, de todo: el cobre, el litio, el mar, el agua dulce, de todos nuestros recursos. [En 2010, el país se convirtió en el primero en el mundo en privatizar el mar cuando, el 8 de abril, se publicaron en el Diario Oficial cambios a la Ley General de Pesca y Acuicultura, que admite que se pueden hipotecar concesiones acuáticas, proyecto impulsado por el gobierno de Michelle Bachelet y promulgado por Piñera en su primer mandato].


Eso sí, hay una advertencia de movimientos, como el ecologista, que traen consigo una crítica al extractivismo y una defensa de que hay una orientación hacia una economía verde, porque a veces no se hace la combinación necesaria. Además, tenemos muchas posibilidades y un enorme potencial para transformar toda la energía basada en el petróleo y el carbón en energía renovable.


Está la imagen, transmitida por los medios, de que el capital extranjero le ha hecho bien al país.


Nos oponemos a esta opinión. Hay un trabajo nuestro, de 1996, que demuestra que en Chile se creó una sobreproducción mundial de cobre, con las transnacionales causando un daño enorme al país. Nosotros tenemos muchos estudios, pero es muy difícil que los publiquen, que los esclarezcan, porque las empresas extranjeras controlan toda la prensa, la televisión.



“El cobre es de Chile, no del exterior”. Hace cincuenta años, el 11 de julio de 1971, el Congreso aprobó por unanimidad la nacionalización propuesta por el presidente Salvador Allende.


¿Podrías ejemplificar de qué cantidad estamos hablando?


¿Sabes cuánto cobre hay ahora? A cuatro dólares con veinte la libra. Entre 1996 y 2003, Chile vendió más de 30 mil millones de toneladas métricas de cobre fino (de alta pureza) a alrededor de 80 centavos. Y eso fue causado por la sobreproducción. En este documento que mencioné, calculamos que el país estaba perdiendo 16 mil millones de dólares solo en el período de 1996 a 2000. La reducción de precios fue mucho más larga, duró hasta 2003.


Y luego empezó a subir el precio, porque la Corporación Nacional del Cobre (Codelco) y otras empresas empezaron a armar un stock regulatorio –y de hecho redujeron un poco la producción, porque los precios habían llegado muy cerca de los 60 centavos la libra. Incluso hubo años en que Codelco estuvo al borde de la quiebra y, por supuesto, con capital privado queriendo tomar la empresa, y hubo grandes campañas para eso.


El caso es que si Chile hubiera vendido esta cantidad de cobre, 30 mil millones de toneladas métricas, a un precio histórico de dos dólares o dos dólares diez, el monto recaudado sería muy superior al impuesto pagado por las empresas mineras entre 1996 y 2003. Las pérdidas para Chile son mucho mayores que las inversiones extranjeras en el país desde 1974 hasta 2020. La gente necesita estar informada de esta realidad. Las exportaciones de cobre controladas por el Conselho Mineiro -que agrupa a todas las grandes mineras, incluida Codelco- son superiores a las registradas por el Banco Central.



Vale la pena señalar que, en términos relativos, el cobre es más importante que las exportaciones de petróleo de México, un país que tiene 130 millones de habitantes, mientras que ahora tenemos 19 millones. Todo es relativo, pero el valor de las exportaciones actuales de cobre es similar a las de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y es cuatro veces la exportación de petróleo de Arabia Saudita. En otras palabras, inmensa riqueza.


¿Cómo se produjo la desnacionalización?


El cobre es la principal riqueza del país. Chile tiene el 30% de las reservas mundiales y hay toda una historia de cómo se desnacionalizó, porque en la base de la legislación de Pinochet se argumentaba que el cobre ya no tendría valor, que se volvería obsoleto y que había que producir la mayor cantidad de cobre en el menor tiempo posible.


Esto fue lo que marcó la ruta de la desnacionalización. Sólo quedan en manos del Estado unas pocas empresas nacionalizadas por Allende, pero antes Codelco controlaba el 100% de la gran producción y ahora sólo el 30%, con el 70% en manos extranjeras.


“Sobre la base de la legislación de Pinochet se argumentó que el cobre ya no tendría valor, que se volvería obsoleto y que era necesario producir la mayor cantidad de cobre en el menor tiempo posible. Esto es lo que marcó la ruta de la desnacionalización”


Vale recordar que durante el gobierno de la Unidad Popular se produjeron 700 mil toneladas y ahora, con estas grandes empresas del país, se producen cinco millones y medio de toneladas, junto con Codelco. Repito: crearon una sobreproducción mundial que bajó mucho el precio e hizo perder miles de millones al país.


Si hubiera industrialización en el país, el cobre tendría mayor valor agregado.


Fui representante de Allende para la nacionalización del cobre, miembro del Comité Ejecutivo y luego Gerente General de Codelco, que estaba a cargo de la nacionalización de empresas extranjeras. Pensaba Allende y ese era el programa, sin mucho detalle, que Chile debía desarrollar en su propio país. Mucho más que refinar, fabricar cables de cobre, estructuras, productos y motores eléctricos. Pensó en una industrialización basada en el cobre. Entonces, al mismo tiempo, se creó una industria de suministro de cobre, grandes empresas, creo que similares a las mineras brasileñas, que utilizan una gran cantidad de productos intermedios.


Allende pensó que gran parte del cobre financiaría una enorme cantidad de gasto social, lo que mejoraría las condiciones de las generaciones actuales y futuras. El mandatario abogó por que Chile no solo cree para sí mismo, sino con la idea de abastecer al mundo. Al fin y al cabo, tenemos que construir un país a partir de ese inmenso potencial, redistribuyendo la riqueza, valorando los salarios, fortaleciendo la educación y la salud públicas, y garantizando los derechos. Y ahora es posible hacer todo eso y más con las nuevas tecnologías.


Formamos parte del colectivo ComunicaSul, que viajará a Chile para cubrir las elecciones presidenciales y parlamentarias, así como informar sobre la lucha de las constituyentes. En su opinión, ¿cuál es la importancia de este informe?


Considero que la participación de los medios extranjeros es sumamente importante para ayudarnos a romper el monopolio de medios que existe en Chile. La relevancia de esto quedó demostrada con los Papeles de Pandora, que rompieron con toda la estructura comunicacional chilena. El efecto fue tremendo, con Piñera atrapado.


“Allende tenía varios enemigos, pero uno de los fundamentales era el periódico O Mercurio, que recibía inmensos recursos de Estados Unidos y su dueño, Agustín Edwards, era un activo de la CIA”


Quiero recordarles que Allende tenía varios enemigos, pero uno de los fundamentales era el diario El Mercurio, que recibía inmensos recursos de Estados Unidos y su dueño, Agustín Edwards, era un activo de la CIA [informante confidencial]. Edwards era más que un agente porque tenía acceso a información privilegiada y datos compartidos de interés mutuo, y sus empresas se financiaban con fines comunes. Mi compañero estudió este tema. Personas que trabajaron en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile señalan que dentro de la estructura de información de la CIA hay personas de muy alto nivel que no necesitan que se les pague, porque se les brindan otros favores. Al mismo tiempo, personas que son importantes para opinar sobre una acción a realizar. Pueden ser presidentes o ministros, personas que crean opinión pública como el dueño de Mercurio.


Esto ya ha sido revelado por los Documentos Desclasificados [registros de la CIA y otras agencias de terrorismo del gobierno de EE.UU.]. En ellos se describe que Agustín Edwards se fue a Estados Unidos apenas triunfó Allende –y desde antes había estado en contacto con el gobierno estadounidense– para que todos los esfuerzos fueran contra la Unidad Popular. Guió la intervención de la CIA y para eso contó con sus agentes y recursos.


Mercurio jugó un papel muy importante en el golpe militar y en el desprestigio permanente del gobierno de la UP, contribuyendo a la organización de paros y desabastecimientos. En otras palabras, cuando se dice que los medios son un tercer o cuarto poder, podemos decir que en Chile son mucho más que eso.


Luego del último debate presidencial, tomó la delantera el candidato de las fuerzas progresistas, Gabriel Boric, quien fuera presidente de la Federación de Estudiantes Universitarios de Chile, y quien jugó un papel importante en la redemocratización, y eso fue todo lo que necesitó para empezar a ser fuertemente atacado.


El candidato fascista, amigo de Bolsonaro, José Antonio Kast, ha ido ganando fuerza superando al otro candidato de izquierda y desplazando también al de los partidos de derecha, Sebastián Sichel, de manera muy significativa. Además, Sichel fue una candidata que trajo Piñera, casi como su hijo, a quien mi compañera llama babosa, porque se resbala.


Ahora es alentador ver que militantes del Partido Socialista de Salvador Allende, que en realidad son de izquierda, empiezan a rescatar las palabras del expresidente, recordando que "mucho más pronto que tarde, se abrirán de nuevo las grandes avenidas por las que el hombre libre, para construir una mejor sociedad". Estaremos juntos en noviembre para comenzar el cambio.

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