El Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) presentó una querella por el delito de torturas ante el Undécimo Juzgado de Garantía de Santiago debido a la situación que enfrentó una persona privada de libertad en la cárcel de San Miguel. El 25 de diciembre pasado la mujer parió a su hija en un pasillo luego de pedir durante horas asistencia por el inminente nacimiento.
Este hecho fue recogido por el Comité para la Prevención de la Tortura durante una visita a esa unidad penitenciaria del 13 de enero y transmitido al INDH.
De acuerdo con el relato que contiene la querella del INDH, formulada contra todos quienes resulten responsables, la víctima comenzó a mostrar síntomas de parto el 21 de diciembre. Dos días después ella pidió que la trasladaran a la sección cuna. El Estudio de Condiciones Carcelarias en Chile que publicó en 2019 el INDH, detalla que esta sección está destinada a mujeres con hijos y a embarazadas y cuenta con celdas de tres por cuatro metros, con dos camas en cada celda: una cama por cada persona.
Pese a la solicitud de la víctima y a que el parto estaba programado justamente para el 23 de diciembre, la devolvieron a su módulo. La noche del 23 al 24 no pudo dormir por los dolores y el sábado pidió que la llevaran a la enfermería, lo que le fue denegado, “haciendo caso omiso al deber de otorgar asistencia médica”, dice la querella.
La noche del 24 al 25 los dolores se exacerbaron. Recién a las 7 de la mañana del día de Navidad aparecieron funcionarias de Gendarmería, a las que volvió a pedir que la llevaran a la enfermería. Ellas se negaron, aduciendo que sólo se podían atenderla después de las 8.30 de la mañana. Sólo cuando la interna les recordó que tenía 40 semanas de gestación se dispuso su traslado al hospital.
Parto y hechos posteriores
A fin de efectuar el traslado, a la mujer la llevaron a una celda de tránsito en el primer piso, “lugar que en ese momento estaba oscuro, sucio y con contenedores de basura, aumentando deliberadamente su grave condición y sufrimiento”, dice la querella.
Ahí la víctima constató que el parto ya había comenzado. Funcionarios de Gendarmería y paramédicos la llevaron a través de un pasillo en una silla de ruedas rumbo al estacionamiento, pero entonces se produjo el nacimiento, a las 9.15 horas del domingo 25.
Con la recién nacida y el cordón umbilical sin cortar, a la víctima la subieron en el vehículo particular de una teniente de Gendarmería para llevarla al Hospital Barros Luco. El trayecto no tomó más de 10 minutos. La mujer permaneció internada hasta el martes 27, cuando le dieron el alta y la devolvieron a la cárcel. Ahora está en la sección cuna.
De su estado actual, la querella dice que “tiene crisis de pánico y angustia, señala tener recuerdos de la experiencia traumática que fue parir sin anestesia, en un lugar sucio, oscuro, con olor a basura y desechos, ante muchas personas, pese a todas las advertencias que había hecho”.
De acuerdo con el documento, en este caso “se suceden una serie de acciones y omisiones que desatendieron intencionadamente el deber de custodia y garantía de las funcionarias de la unidad penal, causándole un grave sufrimiento a la víctima, sin considerar su grave estado de salud y su condición de mujer en trabajos de parto”, concluye.
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