INDH actúa como querellante en esta causa. Entre otras actuaciones, a la víctima se le practicó el Protocolo de Estambul. Este lo dispone la ONU para casos de tratos crueles e inhumanos.
El Cuarto Tribunal Oral en lo Penal de Santiago sentenció a cinco años de presidio efectivo por el delito de torturas a los funcionarios de Carabineros G.J.F.V. y N.A.N.D. Se trata de hechos perpetrados el 31 de enero de 2020, durante la crisis social en Santiago. La sede de la Región Metropolitana del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) es querellante en el caso.
De acuerdo con la evidencia, el testimonio de la víctima y la corroboración de testigos y pruebas médicas, los acusados abusaron de sus cargos e infligieron intencionalmente dolor y sufrimiento a la víctima como forma de castigo.
Esto ocurrió entre su detención en las inmediaciones de la Estación del Metro de la Universidad de Chile y su ingreso a la Primera Comisaría. Los uniformados persistieron en su conducta hasta a la comisaría, ubicada en Santo Domingo con Mac Iver. Incluso, en las cercanías de este lugar, a la víctima la arrojaron contra un portón.
Debido a la agresión, es importante considerar que la víctima resultó con una fractura de huesos nasales con desplazamiento, lesión considerada grave. Los sentenciados, por su parte, también recibieron la inhabilitación absoluta perpetua para derechos políticos y la inhabilitación absoluta para cargos y oficios públicos durante la condena.
Querella del INDH
El INDH interpuso una querella en este caso en julio de 2020 y se trata del primer hecho perpetrado en el marco de la crisis social por torturas que llegó a fase de sentencia. En esta causa se dispuso la aplicación del Protocolo de Estambul. Se trata del mecanismo de las Naciones Unidas que permite la acreditación de tratos crueles e inhumanos.
Entre otros elementos, en la sentencia los jueces del Cuarto Tribunal Oral en lo Penal indicaron que se tuvo en cuenta que a la víctima la llevaron “a pie a la comisaría sangrando por una distancia de al menos 8 cuadras”. Es más, los funcionarios le manifestaban a los “transeúntes que había robado”. Lo ingresaron al cuartel policial “por un acceso que no era el usual para los detenidos, sino que por un portón posterior”. Y, además, no lo llevaron a “constatar lesiones de inmediato, sino que varias horas después de la detención”.
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