El próximo 16 de noviembre, Chile elegirá nuevamente a su presidente y a sus representantes en el Congreso. Ocho candidatos, muchos ya conocidos, prometen una vez más soluciones para problemas que llevan décadas sin respuesta. Pero antes de dejarnos seducir por discursos de campaña, conviene preguntarnos: ¿qué hemos aprendido de nuestra propia historia política?
La ilusión de elegir y la realidad de perde
Promesas viejas para deudas viejas
El robo silencioso de las AFP, que condena a nuestros jubilados a pensiones indignas.
La deuda histórica con las víctimas de la dictadura: exonerados, torturados, presos políticos y familias que aún buscan justicia por niños y niñas secuestrados, abusados y vendidos en adopciones irregulares.
Gobiernos que prometen reparación pero entregan migajas, burlándose de quienes cargan con cicatrices físicas y emocionales de un pasado brutal.
Candidatos de siempre, indiferencia de siempre
Despertar ciudadano: la única salida
Conclusión Integrada
Necesita acabar con la intolerancia y la corrupción, ya sea de derecha o de izquierda.
Las deudas pendientes
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Jubilaciones miserables y robo silencioso de las AFP.
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Víctimas de la dictadura: desaparecidos, torturados, exonerados, presos políticos y familias que aún buscan justicia por los niños y niñas secuestrados, abusados y vendidos en adopciones ilegales.
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Gobiernos que usan estas heridas solo como herramienta electoral, pero jamás cumplen con una reparación real.
Chile debe decir basta a los políticos que usan el periodo más oscuro de nuestra historia como escudo electoral, pero nunca entregan soluciones reales. Solo se acuerdan de las víctimas, de los jubilados y de los olvidados en tiempo de elecciones.
Chilenos, ni perdón ni olvido. ¡Despierta, Chile!
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