La oferta de Lundin Mining Corp (LUN.TO) por el control de la mina de cobre Caserones de Chile se produce a pesar de la incertidumbre actual sobre los posibles cambios de política a las regalías e impuestos, una indicación de que los inversores pueden estar recuperando la confianza en el país productor de cobre número uno del mundo.
El mes pasado, Lundin acordó pagar 950 millones de dólares por el control del 51% de la mina y calificó el acuerdo como "un respaldo de que creemos que las discusiones sobre regalías mineras e impuestos van en la dirección correcta".
El mes pasado, Lundin acordó pagar 950 millones de dólares por el control del 51% de la mina y calificó el acuerdo como "un respaldo de que creemos que las discusiones sobre regalías mineras e impuestos van en la dirección correcta".
El trato causó cierta sorpresa. En los últimos 18 meses, los gigantes mineros han expresado sus preocupaciones en Chile. BHP Group Ltd (BHP.AX) dijo que podría reevaluar sus inversiones dependiendo de los nuevos planes fiscales del gobierno, mientras que Freeport-McMoRan Inc (FCX.N) dijo que detendría los planes de expansión en Chile, citando incertidumbre política.
Pero con las perspectivas más prometedoras para la inversión y el aumento de la demanda mundial del metal clave de la energía verde, la renuencia ha disminuido, dicen expertos y funcionarios.
La ministra de Minería de Chile, Marcela Hernando, dijo a Reuters el jueves que se sentía "segura" de que las preocupaciones de la industria se habían tenido en cuenta con las propuestas de regalías y que había visto indicios de que la inversión estaba comenzando a mejorar.
"Lo que uno observa son señales, uno ve cómo se han materializado algunas inversiones, cómo se cerró un negocio muy importante hace unas semanas", dijo en referencia a la compra de Caserones.
"No nos preocupa que las inversiones se espanten".
Una nueva constitución propuesta que, entre otros cambios, habría dado al estado un mayor control sobre la minería fue rechazada por los votantes en septiembre pasado, mientras que un ambicioso plan de reforma fiscal fue rechazado por el Congreso en marzo.
Mientras tanto, otro plan del gobierno para nuevas regalías sobre la minería, actualmente en trámite en el Congreso, también se ha atenuado en medio de quejas de la industria de que una mayor carga fiscal en un momento en que los depósitos enfrentaban una menor producción dañaría la competitividad del país.
“Con la moderación del proyecto de ley, algunas empresas han llegado a un nivel de riesgo compatible con sus decisiones de inversión, como sucedió con Lundin”, dijo Juan Carlos Guajardo, titular de la consultora Plusmining en Santiago.
"Algunas empresas tienen una visión más optimista sobre la evolución final de la factura de regalías, lo que está generando decisiones de inversión, pero hay otras que todavía están en modo 'esperar y ver'".
Teck Resources (TECKb.TO), con sede en Canadá, también ha impulsado recientemente la inversión en Chile, presentando para aprobación ambiental este año un proyecto de $3 mil millones para aumentar la capacidad en su mina Quebrada Blanca 2.
Pero BHP dijo que su postura sobre la inversión en Chile no había cambiado. Freeport no respondió a una solicitud de comentarios.
Lundin dijo que estaba considerando aumentar su participación al 70% de la mina por $ 350 millones adicionales, pero que "continuaría evaluando cualquier cambio potencial en regalías e impuestos" como un factor en esa decisión.
PREOCUPACIONES AMBIENTALES
La compra de Lundin a JX Nippon Mining & Metals (5020.T) llega en un momento en que las empresas están experimentando mayores demoras en los permisos debido a la creciente oposición de las comunidades locales. Algunos proyectos han sido rechazados por el estado o por los tribunales por motivos de impacto ambiental.
Caserones, ubicado a 4.300 metros sobre el nivel del mar, ha enfrentado huelgas de trabajadores y demandas de agricultores, que se han quejado de la extracción excesiva de agua.
Desde entonces, los tribunales chilenos aprobaron los planes de JX Nippon para rectificar el daño ambiental y Lundin dijo a Reuters que uno de los "objetivos principales de la empresa es minimizar los impactos ambientales potenciales mediante la implementación de controles de gestión ambiental".
La compañía agregó que su operación cercana Candelaria usa agua desalinizada y tiene un mínimo garantizado del 80% de electricidad de fuentes renovables.
Lundin sigue confiando en el futuro del proyecto Caserones, que inició operaciones en 2014 y tiene una producción anual de 100.000 toneladas de cobre. Peter Rockandel, director ejecutivo de Lundin Mining, dijo que la empresa "no tenía preocupaciones" sobre lo que se avecinaba en una conferencia telefónica posterior al anuncio del acuerdo.
La compra es emblemática de la tendencia emergente de la industria del cobre de comprar versus construir, dijo Christopher LaFemina, analista de acciones de Jefferies, con la caída de los precios de las acciones y el aumento de los costos de desarrollo que favorecen la compra, en lugar de construir, nuevas minas, incluso a "precios premium".
"El momento óptimo para buscar adquisiciones importantes es ahora", dijo LaFemina en un informe, y agregó que la ventana podría cerrarse si los inversionistas esperan que "mejore el entorno macro".
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