La segunda jornada del grupo B del Mundial de Brasil 2014 acoge el miércoles un duelo de valientes entre Chile y España por la transcendencia del partido, por la presión que eso conlleva, por la obligación de victoria del equipo de Vicente del Bosque y por el estilo ambicioso de ambos conjuntos.
No hay ninguna mirada más allá de ese duelo. Solo el presente que marca un encuentro decisivo por los puntos en juego, pero también por las sensaciones que necesita y debe recuperar España, porque el 5-1 del pasado viernes no fue una goleada sin más, fue una derrota que convierte en dos órdagos seguidos los dos siguientes choques.
Y no hay futuro en el Mundial sin victoria. "Es un partido de ganar y ganar, si no nos vamos a casa", dijo ayer Cesc Fábregas, uno de los nombres que suenan con insistencia para retocar el once para el combate que les espera el próximo viernes en Río de Janeiro, en Maracaná, donde España espera una Chile de imponente intensidad.
También la "presión suicida" de la que hablaba Del Bosque o la valentía, sin especular ni un solo segundo, que advertía Xabi Alonso desde la concentración de España en la ciudad deportiva del Atlético Paranaense a las afueras de Curitiba. "Son muy agresivos e intensos", remarcó el centrocampista sobre un compromiso vital.
SIMILITUDES CON HOLANDA Entienden en la selección española que Chile tiene algunas similitudes con Holanda y que maneja muchos de esos mecanismos ofensivos, asociados a la velocidad de Alexis Sánchez, para buscar la espalda de la defensa central formada por Sergio Ramos y Gerard Piqué, como ya hizo el combinado naranja el viernes en Salvador.
El miércoles se encontrará, entonces, un estilo diferente al que suele afrontar España en los últimos tiempos, normalmente contra equipos que ajustan sus precauciones defensivas para detener el fútbol de toque, precisión y movilidad de Xavi Hernández, David Silva, Pedro Rodríguez, Cesc Fábregas, Andrés Iniesta... Fue una norma habitual en la fase de clasificación para el Mundial 2014.
Para Del Bosque, España se maneja mejor en esas circunstancias, contra equipos cerrados, que en encuentros más abiertos, en ese ida y vuelta sin pausa que descontrola todo y que no le gusta al técnico salmantino, muy atento a la desorganización que provocó el 1-2 ante Holanda y que finalmente terminó con un castigo demoledor: 1-5.
España necesita atacar y marcar el mayor número de goles posible. También generar ocasiones, muchas más de las que hizo el otro día, cuando terminó el duelo con seis disparos a portería, menos que en cualquier partido de todo el Mundial de Sudáfrica 2010 y de toda la Eurocopa de Polonia y Ucrania 2012. Fue un déficit en su debut frente a Holanda.
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